FERIA DE SAN ISIDRO, 2022 (8): PEDRAZA: MENUDO CALIQUEÑO

Mucha expectación había entre algunos de los selectos lectores de nuestro modesto blog ante esta corrida, como se deducía de sus comentarios a la crónica anterior. Nosotros no esperábamos gran cosa de los pedrazas pero no queríamos demostrar nuestra condición de aguafiestas. De todas formas, pueden ir a los comentarios a esa entrada anterior y ver que antes de la corrida nos poníamos en prevengan ante el fiasco que preveíamos. Allí decíamos a un amigo a las 18:37 que arrieros éramos y que en esta entrada nos encontraríamos para comprobar si lo de Pedraza bufaba o no.

Pues no bufó, de ahí el titular. Los toros fueron todos altos de agujas, serios, no atacados como nos temíamos y más bien sosos.

CHAVES. El primero era alto, colorado ojo de perdiz y anteado. Aquí llega el maestro Moore:

Salió dormido de chiqueros. Tras un galleo teatrero mete la cara alta en el peto y sale suelto en el primero para limitarse a cumplir en el segundo.

Bien Chacón en su segundo par mientras el toro escarbaba y seguía como anieblado:

Empezó Chaves tanteando con unas posturas extrañas en sus piernas que no terminamos de entender. El toro no valía ni para carne y no tuvo ningún interés lo que hizo. Encima se puso pesadísimo ignorando los justos pitidos para que terminase con la pesadilla. Entera desprendida mojándose las uñas.

Su segundo era un toraco negro, hondo, con el cuello justo y gran badana:

La orden del matador fue darle cera en el caballo sin que viniese demasiado a cuento por su pelea. No es la primera ni la segunda vez que lo hace.

El toro era soso y blando con lo cual nosotros ya estábamos deseando que lo matase antes de dar la segunda tanda. Es lo que tiene ver tantas corridas seguidas. Solo faltaban las caras del maestro intentando asustar al miedo:

Tras un trasteo interminable, estocada baja entrando como un rayo y encima escupiéndose.

CORTÉS. Sustituía a Diego Carretero. Su primero venía marcado como castaño muy oscuro pero más bien nos pareció negro listón, chorreado en morcillo:

Cortés es de los pocos que muestra cierto interés en lucir sus toros en el caballo. Éste empujó de bravo en el primero pero se afligió enseguida al ver que no tenía ningún futuro ante el T-34 tordo:

El toro casi quita a Prestel su medallita de la Virgen:

El tal Brigadier pasaba por allí como quien va al dentista. Se jalearon pases de nítido destoreo, con lo cual se confirmó que Cortés es otro de los mimados de Madrid. ¡Qué manía con poner esas caras grotescas al torear!

Estocada honda, perpendicular y atravesada, bastante defectuosa como se ve, y dos descabellos:

El quinto era un colorado ojo de perdiz muy alto de agujas y vareado de carnes a pesar de sus 580:

Nada en varas como no fuese que De Pedro no nos defraudó: esperábamos su lanzada trasera y cumplió perfectamente con nuestra triste previsión.

El segundo tercio fue un herradero sin que todavía sepamos la razón. Muy bien el presidente obligando a los escaqueantes a dejar cuatro palos en el toro.

El colorado valía más bien poco y de nuevo estábamos deseando que aquello terminase antes de empezar. Más caras grotescas mientras a Cortés sólo lo animaban los del callejón. Fue soporífero.

 

Una entera desprendida alargando el brazo terminó con nuestra tortura.

COLOMBO. Su primero era un castaño carinegro, bocidorado y anteado, con seriedad a prueba de bombas:

Empujó en el primero pero cometió el error de encelarse para sufrir el túrmix del carnicero a caballo. Lo puso largo en el segundo pero el toro escarbó y tardeó aunque terminó yendo y cumpliendo. Ese mismo toro en Francia lo hubiesen puesto una tercera vez a treinta metros y seguro que acaba acudiendo y generando un clima de expectación.

Colombo humilló al público banderilleando a toro pasado como si estuviera en una plaza de talanqueras. Hubo protestas correctísimas que fueron tapadas por los comentarios entusiastas de los televisivos:

En el tercer par demostró que sabe hacerlo bien pero prefiere aliviarse. Total, hasta en Madrid la mayoría lo aplaudió:

El toro sacó cierto geniecillo que exigía llevarlo bien toreado y con mano firme. Nos dio la impresión de que el venezolano se dedicó a picar piedra. Eso mismo debió de parecer a algunos de los protestantes, que fueron criticados por Dávila cuando dijo que 'son los mismos que han protestado en banderillas y que se ve que no tienen ganas de entrar en la faena'. Ay, Eduardo...

Terminó con unas bernadinas enloquecidas. Logró enfadar al toro, que lo enganchó por la chaquetilla:

Entera caída a capón y aplausos al toro para molestar al diestro. El toro fue el tuerto en país de ciegos pero de ahí a calificarlo de extraordinario como hizo el ganadero, media un abismo.

El último era un negro mulato de 610 kgs:

Llamó la atención lo bien que metía la cabeza en el capote por el pitón izquierdo. Romaneo espectacular en el peto, que le costó ser asesinado por Martos mientras el diestro permanecía ausente:

De nuevo Colombo estuvo nefasto palitroqueando. Menudearon los pitos sin que los televisivos entendieran el porqué y mira que estaba claro:

Bueno, lo entendían claramente pero su triunfalismo les lleva a callar o tapar lo que se hace mal. Es lo que tiene vivir de esto. El toro blandeaba pero repetía y como la muleta de Colombo más parecía una bandera que un instrumento de dominio, el animal hizo bien en rajarse y negarse a colaborar. Total, nada. Monumental caponazo para dejar una estocada baja y sufrir un susto cuando el toro lo volteó al ir a quitarle la espada con el verduguillo:

Colombo es torero que cortará orejas en los pueblos pero mucho nos tememos que en Madrid no va a entrar nunca.

Fue muy preocupante la coba que se dio el ganadero al finalizar el festejo. Se dice en el mundillo que los pedrazas se agotan en ruedos con gran diámetro y por eso lucen más en plazas reducidas. Si eso es cierto, va a costar ver una corrida buena de esta vacada en Las Ventas. Sea como fuere, vaya usted a saber.

Ni una verónica en toda la tarde, ni un natural, ni una buena estocada, ni un toro con casta, ni unas gotitas de emoción... 

¿Cuántas corridas quedan?

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.