Era el primer festejo que veíamos de la Chenel porque teníamos mucho interés en estas dos ganaderías. Sí, ambas son de encaste Domecq, ¿qué problema hay? Corrida de triunfo grande vilmente desaprovechada por los tres actuantes. El problema es que no está hecha la miel para la boca del asno, dicho sea con todos los respetos para los toreros anunciados.
Fue una corrida a la que deberían haberse cortado un mínimo de cinco orejas. En el caballo se lidió pésimamente y aun así, tengan en cuenta que dos derribaron y luego en el suelo voltearon los jacos como si fuesen borriquillos. En la muleta no fueron norits sino que tuvieron embestidas con necesidad de torearlas, a excepción del flojo tercero y del lesionado sexto.
Atención al resumen de ese primer tercio de los seis ejemplares porque insistimos en que si se hubiese hecho un tercio como Dios manda, el juego de cuatro o cinco habría sido más que notable:
1º: Mete el riñón con ganas sufriendo una carioca repugnante.
2º: Empuja bien mientras le cierran la salida con sevicia.
3º: Recibe una puñalada y no pelea. Fue el garbanzo negro.
4º: Primer puyazo de bravo, romaneando y derribando. Segundo empujando bien y siempre embistiendo a los caballos nada más verlos por el rabillo del ojo. ¡Qué lástima de tercio!
5º: Empuja de bravo y derriba, quedándose encelado con la montura.
6º: Se lesionó de salida y a pesar de ello quiso mover el caballo con un empuje bastante digno teniendo en cuenta su merma.
¿Qué les parece? Y en la muleta dejaron en evidencia a los diestros, que se dedicaron a mantearlos. La triste conclusión fue que estos tres ya están bien en la Chenel.
En esta pasada entrada sobre Murube, un amigo lector nos decía en los comentarios que ojo porque un murube dulce y sosito te podía dejar con el trasero al aire. Nuestra respuesta fue: 'por supuesto, igual que cualquier juampedro'. Lo que ignorábamos es que el tiempo nos iba a dar la razón tan rápidamente.
OLIVA SOTO. Su primero era de El Montecillo, un negro mulato, acochinado, de poco cuello, que metió el riñón con fe en una monocarioca asquerosa después de hacerse el distraído como ven:
El sevillano se presentó con una taleguilla bien recauchutada. Protestaba el toro por arriba y mostraba que el pitón bueno era el izquierdo pero a Oliva le dio igual: comenzó por alto y después sacó la faena hotelera. Cero de dos y tiene más delito ya que el animal embestía con ganas. Al poco el toro lo desarmó con violencia demostrando que el pobre estaba harto de mantazos. Derrota clara del diestro, muy mal.
No se aclara en la suerte para entrar a matar y al final, perfilándose fuera de la cuna, deja una estocada honda con el filo atravesado y por ello con poca muerte. Es curioso que los de televisión hablaban de una estocada corta, cuando no lo era como se aprecia en la imagen, mientras que el diestro hablaba de una media larga, cosa que nunca habíamos oído. Entre todos nos van a volver locos.
El cuarto era un castaño de Montealto, bragado, alto y astifino aunque abrochado.
Desastroso Oliva en el primer tercio, a la deriva, sin saber poner el toro en suerte. Romaneo y derribo de bravo en el primero, con el caballo patas arriba. Si esta imagen de abajo fuese protagonizada por un toro de los de la parroquia torista, inunda las redes:
Volvió luego por él sin jinete ya que la inoperancia del diestro como director de lidia era total. Finalmente empujó bien al reserva y se hizo el amo. Muchas veces criticamos a los monosabios pero aquí éste estuvo valiente y oportuno:
Ese toro hubiera dado un gran espectáculo en el primer tercio si en el ruedo los profesionales hubiesen tenido un mínimo de afición. Pero pedírsela a esta gente es pedir uvas a la higuera.
Estábamos deseando que el toro se viniese arriba y desarbolase al diestro por haberlo maltratado robándonos el espectáculo. Llevaba el morro por el suelo y embestía con cierta castita.
El sevillano pegó pases con vulgaridad, siempre por debajo de lo que el de Montealto ofrecía, aunque no llegó a desbordarlo. Pinchazo escupido y estocada caída.
ÁLVARO ALARCÓN. El segundo era de Montealto, un castaño albardado y enmorrillado. Puyazo criminal de Sandoval pequeño. Fíjense en cómo tapa la salida al toro con esa mano izquierda asesina y desvergonzada mientras aprovecha para masacrarlo atrás:
Seguimos sin comprender la fama que tiene este hombre como piquero. El toro había querido empujar en el caballo sin que el picador le dejase y en banderillas sacó fuelle. La muñeca de Alarcón estaba blanda y sufrió un desarme en la primera tanda tras esta voltereta del toro.
Toreo en línea, picando y con el toro yendo a su aire. Nada, una tabarra, otro toro desaprovechado. Media trasera y tendida, con telonazo y con brazo elástico, más cuatro descabellos.
El quinto se partió el cuerno por la cepa y salió el sobrero de El Montecillo, este negro salpicado, bizco del izquierdo:
Empujó de bravo y derribó, dando la vuelta al caballo como a una croqueta y quedándose encelado hasta que lo colearon a conciencia:
Abrió la boca enseguida y tenía un trote cochinero, con un poco de rebrinque pero con bondad. Los muletazos de Alarcón nos parecieron fláccidos, sin mando. Nos dio la impresión de que volvía loco a un toro que quería embestir bien pero que no se lo permitían. Derrota del maestro a los puntos.
Pinchazo sin soltar, media arriba pasada y cuatro descabellos. Alvarito, mal y lo sabes.
SERGIO RODRÍGUEZ. El tercero era de Montealto, negro listón, cornidelantero, terciado y de poco respeto.
Metía muy bien el pitón izquierdo pero Rodríguez lo despreció dedicándose de recibo a lancear de frente al costado en lugar de veroniquear:
No sabe ponerlo en suerte aunque casi hubiera sido mejor no verlo en el caballo por la lanzada demencial que le pegó Majada pequeño. ¿Estos son los picadores jóvenes que deberían destronar a los de la banda del castoreño? Qué risa... y qué pena.
El toro iba y venía sin novedad hasta el punto de que Rodríguez se permitió hacer el tiovivo. La dejaba puesta pero distrayéndolo con el pico por si acaso:
Se equivoca con contumacia entrando en la suerte contraria y pincha dos veces. En la natural deja una casi entera muy trasera, tendida y con saltito.
El último era de El Montecillo, otro negro salpicado y listón, muy bajito de agujas, badanudo, largo y rabilargo, el más bonito de toda la tarde:
Se lesionó en un lance de recibo y todavía quiso pelear en el peto aunque se vio que el pobre no podía. Sólo le faltó pegarse una voltereta después para quedar frito. Era muy pronto y seguía hipnotizado la tela pero daba pena, ningún interés.
Acierta ahora Rodríguez en la natural mas pega una puñalada espantosa por trasera y atravesada, con hemorragia oral. Oreja ridícula, con el mozo de espadas silbando con los dedos en la boca de forma indigna mientras daba agua al maestro. Quería colaborar con la casquería de esa manera tan rastrera.
Señores, Guerrita tenía razón cuando afirmaba que a los toros buenos hay que torearlos bien. Es que en esta corrida todos los toros parecieron peores al final de las faenas que al principio, no hay más que añadir. Los televisivos, con Encabo a la cabeza, hicieron ímprobos esfuerzos por tapar a los tres maestros pero la indignación del panadero de Montealto se notaba cuando lo entrevistaron, y eso que iba con el freno de mano: 'los tres toros eran de oreja y alguno incluso de dos... el segundo de Oliva ha sido muy mal lidiado y hasta he ido al torero a decirle que ese toro no se comía a nadie...' Que sí, don Agustín, que tiene usted más razón que un santo pero con estos bueyes hay que arar.
Mención aparte merece la nefasta realización de Telemadrid: descabellos que no se vieron por querer ser estúpidamente correctos, estocadas donde seguían enfocando la cara del diestro cuando ya se había arrancado y no se podía apreciar la ejecución, locutores comentando cosas que sucedían sin que las viésemos porque ellos miraban el ruedo y el realizador nos estaba enseñando caras, absurdos planos de los músicos tocando mientras el diestro estaba toreando... Un despropósito TOTAL, anticipo de lo que vamos a tener que sufrir en la feria de San Isidro con este personal tan poco profesional.
Ni saben ni los vemos con intención de aprender. Además, a nuestra petición de poder ver las corridas isidriles con sonido ambiente nos respondieron de Telemadrid que eso era técnicamente muy complicado. La que nos espera...
Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.