FERIA DE SAN FERMÍN, 2022 (y 7). MIURA Y FERRERA: OTRA PUERTECICA GRANDE, Y VAN...

Seguro que ninguno de ustedes es capaz de recordar todas las salidas a hombros que se han regalado en esta feria de San Fermín. Lo avisábamos al principio: se criticó Sevilla por orejismo barato, se confirmó el orejeo penoso en Madrid y Pamplona no iba a quedarse a la zaga. La última puerta grande se la regalaron a Ferrera con los miuras.

Los lectores habituales recordarán que a principio de temporada críticábamos la inflación de encerronas. A pesar de ello nos fuimos a Madrid a ver la de De Justo y a Sevilla a la de Escribano porque no tenemos remedio.

Esta corrida de Miura se nos presentaba con el mal recuerdo que nos había dejado la penosa de Castellón que comentábamos aquí y la muy vulgar de Sevilla. Por lo menos teníamos la esperanza de que Ferrera se subiese un par de veces al caballo ya que es muy buen picador. Poco más nos ilusionaba de una corrida cuyo cartel, aunque mediaba la obra de caridad del maestro, había sido criticado en todas partes desde su anuncio.

El encierro dio una media de 566 kilos y fue un tanto desigual de presentación. Curiosamente, cuando abundan tanto los cárdenos, en Pamplona sólo hubo uno. No salió el típico elefante cornalón que trae siempre Miura a Pamplona. El comportamiento fue variado aunque no se vio ningún toro bravo ni de lejos. Por lo menos medio se movieron en comparación con lo que han sido otras miuradas en esta plaza. La corrida no se nos hizo plúmbea.

1. RIFADOR, 545 kilos y hierro arriba. Era un sardo claro, ojinegro, bocidorado y zancudo:

Hizo un mínimo intento de saltar la barrera:

Lo puso bien en suerte Ferrera en lo que parecía una declaración muy positiva de intenciones. Se dejó pegar dos veces trasero y barrenando a conciencia pero para los televisivos fueron grandes puyazos, extraordinarios, en el hoyo de las agujas. ¿A quién pretenden engañar? Juzguen ustedes:

El toro estaba bastante asfixiado y caminaba dando saltitos mientras mantenía la cabeza por la andanada. Faena de aliño y rinconera habilidosa con descabello:

2. CHAPARRITO, 625 kilos y hierro abajo. Era negro mulato, cornialto, agalgado, con ojos de azabache y un cuello larguísimo:

Peleó con el reserva pero saliendo suelto y cabeceó en el segundo donde el picador le pego sin piedad. Entre los dos castoreños le hicieron cuatro agujeros. Por supuesto que el toro tendría que haber sido picado delantero porque llevaba la cabeza por las nubes pero eso hubiera sido un milagro.

Este fue el par de Fernando Sánchez:

Observen lo que decíamos de la cabeza del toro cuando empezaba Ferrera la faena. No obstante, tenía una embestida monjil que no le dio ningún problema aunque tampoco transmitió la emoción que se espera con esta ganadería:

Pinchazo, estocada caída sin puntilla, orejica y a otra cosa.

3. ESPADERO, 540 kilos y hierro arriba. Era un colorado ojo de perdiz y listón en la línea de Galleguito, recuerden aquí:

Dos puyazos traseros sin más, uno con cada caballo, y la sangre que le manaba por detrás del brazuelo al pobre animal.

Muy bien Iván García, con el toro doliéndose mucho de las banderillas y rebrincándose:

El de Miura llevaba la cabeza suelta y había que lograr que no rozase la tela. Ferrera se puso en la raya aunque creemos que hubiera sacado algo más en los medios. Al final el toro consiguió tocarle la tela y se le subieron los humos.

Esperábamos una buena estocada para dejar la pelea en tablas. Pues el toro confirmó esos humos y amargó a Ferrera, que lo pinchó nueve veces antes de una estocada baja. Por consiguiente, victoria a los puntos de Espadero. El extremeño se retiraba derrotado pensando si tendría sangre de casta navarra.

4. HARNERO, 520 kilos y hierro arriba. Era colorado encendido, ojo de perdiz y listón, marcando los ijares. Tenía mirada de toro de Miguel  Reta:

Primer puyazo musical poniendo pies en polvorosa y el segundo coceando, yendo de un caballo al otro tres veces más. 

Tuvieron mucho mérito Revuelta y Vázquez porque el de Reta, perdón, el de Miura se había quedado con la copla de que querían pincharle con unos palos. El toro era un prenda que engañaba como si no quisiera pelea y miraba al personal del callejón. Se apercibió el maestro y ordenó taparse a todos.

Ferrera se puso a tratarlo como si fuera bueno y el toro se sorprendió y tragó. No pondremos ningún pero al trasteo del extremeño porque a cualquier otro este toro se le sube a las barbas, lo amarga y termina la cosa con un golletazo.

El maestro lo mató de estocada contraria al paso viniendo desde veinticinco metros. Recuerden esta entrada donde comentábamos esa forma de entrar a matar cuyo nombre correcto sería, como decimos, al paso porque estocada andando es una suerte de recurso de toda la vida ante el toro gazapón.

Dos descabellos hicieron que la faena quedase en saludos cuando para nosotros tuvo mucho más valor que las orejicas que se han regalado en la tómbola del palco pamplonés.

5. BODEGUERO, 585 kilos y hierro abajo. Cárdeno, cornilevantado y carinevado:

Cobró mucho y mal en varas y perfectamente podría haber ido para atrás dando paso al sobrero de Victoriano del Río, que es lo que hubiera sucedido si el protagonista es Morante. En cambio, Ferrera quiso mantenerlo.

Magnífico segundo par de Chacón:

El toro no tenía fuerza y se limitaba a defenderse sin pasar y luego a pegar la tarascada. El diestro puso voluntad arrancando algún pase suelto pero no había mucho que rascar.

Estocada corta arriba que escupe y posterior media ladeada pegando el telonazo y con el toro echando la cara al pecho del maestro como ven abajo. Después, cinco descabellos.

6. AHECHADOR, 585 kilos y hierro arriba. Era un colorado jijón, ojo de perdiz, bocidorado, listón, bragado, meano corrido, axiblanco, gargantillo y salpicado por atrás. Preferimos poner su foto en el campo:

Lo recibió airosamente con ese capote militar que estrenó:

Se subió al caballo para picar...

... y no clavó trasero ni barrenó, dando una soberana lección a los carniceros que se había traído como picadores de carne. En el segundo marró pero no se lo vamos a tener en cuenta.

Buen segundo par de Ferreira y Ferrera que estaba ante la posibilidad de salir por la puerta grande. El toro repetía pero con una cierta violencia y el maestro no lo vio claro. Aquí pasó lo contrario que en el cuarto porque esta vez, como el toro no se sentía toreado, se puso insolente.

Lo mató de un pésimo bajonazo totalmente atravesado huyendo de la suerte y que fue un colofón bastante indigno a la tarde. 

La autoridad colaboró con la indignidad regalando una oreja muy barata pero que no desentona con la vergüenza que se ha vivido en esta feria desde ese palco presidencial. Otra salida a hombros gratuita, ahí la tienen. ¿Ya se han acordado de cuántas ha habido en una semana?

Respecto a las matinales decir que excepto el de los cebaditas, los demás encierros han sido romerías. Desde que se puso el antideslizante y los de Pamplona empezaron a cogérsela con papel de fumar dado el buenismo social imperante, los encierros ya no son lo que eran.

Antes podía haber un par de romerías pero el resto tenía su interés y su emoción sin necesidad de que hubiese ninguna cornada. Se podía coger más toro porque la manada venía ya dividida muchas veces desde el Ayuntamiento.

Hace bastantes años que la manada viaja neutralizada hasta bastante más allá de la curva de Estafeta. Los aficionados más jóvenes no se imaginan lo que era ver los toros adelantando a los cabestros ya en la cuesta de Santo Domingo y después el fenomenal topetazo contra el vallado de Reta al final de Mercaderes. A partir de allí los toros iban de uno en uno mientras que ahora los vemos que toman esa curva con más maestría que Fernando Alonso.

Pero quizá tengan razón los que han convertido el encierro en lo que es hoy en día porque, dado que cada vez hay más féminas, ¿se imaginan ustedes lo que se diría en las redes en caso de que un toro cornease a una chiquilla y la dejase como un colador? Igual intervenían hasta las autoridades de Bruselas o las de nuestro querido gobierno para decir que qué es esa locura de soltar toros bravos por las calles y que sea la última vez.

Ante tal eventualidad nos tendremos que conformar con las romerías entonando el Virgencita, que me quede como estoy.

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.