FERIA DE SAN ISIDRO, 2025 (16). AGUIRRE: LA GRAN OCASIÓN PERDIDA

Esta era la corrida más esperada por muchos de los lectores de nuestro modesto blog y también por su administrador. Pues el gozo, al pozo. Resultó un festejo para olvidar en el que los tres diestros estuvieron por encima del ganado y el ganado, muy pero que muy por debajo de lo exigible a esta vacada.

Si por lo menos en varas hubieran hecho algo memorable... pero ni eso. Todos demostraron una raza menos que justita llevándose la palma el sexto. Mansearon notoriamente, con abundantes salidas sueltos del peto. Tuvieron un peligro sordo y eso fue lo que mantuvo el interés del espectador. Es que si no, hubiésemos pegado alguna cabezada y eso, en una corrida de Dolores Aguirre, es delito de lesa tauromaquia.

La media de la corrida fue de 577, con una diferencia de 128 kilos entre el tercero y el sexto. Un par fueron protestados pero a nosotros la presentación nos pareció muy correcta dentro de la desigualdad. 

El juego que apuntamos fue éste: primero, con poca raza; segundo, maltratado en la lidia; tercero, duro para morir; cuarto, a arreones hasta que pronto se paró en seco; quinto, protestón y sexto, descastado sin paliativos.

ROBLEÑO. Su primero pesaba 602 kilos bien repartidos y era negro, jirón, chorreado en morcillo, bragado, meano corrido, axiblanco, listón, badanudo, muy alto y bien encornado:

Primer puyazo empujando con un pitón y buscando la vuelta al elefante blanco. En el segundo, tres agujeros entre caídos y en el lomo. Se va siempre suelto. Sacó astillas del pitón derecho.

Desastroso Del Puerto en el primer par, tan pasado que un palo cayó en el brazuelo. En el segundo aguantó bien esta tarascada:

Poca raza y mucha distracción en el toro. Ahí se aprecia la altura del de Aguirre y la banderilla colgando por la derecha que casi toca el suelo. Robleño parece Domingo Valderrama:

A base de insistir, le arrancó pases. Acierta en la contraria para un pinchazo escupido. Cambia a la natural y lo mismo. En la contraria, bajonazo. 

El cuarto era negro, meano, listón, con pelota y badanudo. A éste lo aplaudieron de salida, el único junto al quinto salvo que alguien presente nos rectifique:

En el primero mete la cara abajo y consigue mover a Moby Dick pero dimite y sale corriendo de allí debajo. En el segundo acude celérico y El Legionario recarga  y barrena asquerosamente... tras mirar a Robleño. Que cada palo aguante su vela.

Javier, muy mal en el primero y mejor en este segundo, pero sin fiarse:

Era curioso que el toro pegaba arreones pero llevando el hocico por el suelo. Son dos cosas teóricamente contradictorias, ¿no les parece? Enseguida se paró. El maestro buscó los blandos y los encontró con gran éxito, además tapando la cara. Tres descabellos y pitos para Robleño, ¡en Madrid, que es el patio de su casa! Cosas veredes...

CASTAÑO. Su primero era negro, jirón, bragado, meano corrido, axiblanco, rabicano y cornalón:

Buen empuje pero con un puyazo muy trasero de Majada pequeño. En el segundo nada, se suelta. La sangre, por detrás del brazuelo. 

Rubén Sánchez es muy bueno y sabe dar ese pasito de más para conseguir ese medio metro de alivio que ven. Y clava demasiado atrás:

Con todos esos pinchazos en el lomo entre unos y otros, el toro se quejaba en la muleta con razón. Observen que de axiblanco pasó a axirrojo:

El accidental de rabicano que se aprecia claramente pasó desapercibido para los tres comentaristas. La humillación era muy correcta, por eso no sabremos cómo se hubiera comportado en caso de ser bien lidiado. Alarga el brazo para dejar una puñalada casi entera, baja y atravesada:

El quinto era un melocotón, bociblanco y veleto, con pitones afiladísimos, amplíen la foto:

Se intenta quitar el palo en el primero como ven abajo aunque metiendo el riñón. En el segundo no quiere ir porque temía lo que le iba a pasar, una recargada en el lomo de la que se marchó con toda lógica.

Sierra, pasándose de listo en el primero y más profesional en este segundo:

Toro noble pero molesto por su descomposición. Tuvo mérito que Castaño le bajase la mano y lo obligase en una única tanda, ésta. El toro embestía con el rabo enhiesto, como los aguirres buenos, aunque poco bueno tuvo éste:

Tras esa tanda por la derecha, el animal siguió díscolo, sin acabar de tragar, gazapeando, mirando y apretando hacia adentro. Castaño lo quiso tratar como si fuese bueno y por ello arrancó algunas palmas.

Le han dicho que pegue el toque abajo con la muleta pero lo hace con el telonazo y no le sirve de nada. Pinchazo y estocada desprendida que calificaremos como milagrosa, dado que sorprendió al propio maestro. Vergonzosa rueda de Sierra y Sánchez.

CASTILLA. Su primero era negro, jirón, bragado, meano, chorreado en morcillo, alto, cornilevantado y protestado por falta de jamones:

Regatea, se va al pecho y luego cabecea con un cuerno. Marronazo y se suelta.

Señores, si hasta Raúl Cervantes se pasa de listo con absoluto descaro, hay que echar la persiana:

En el primer pase lo citó con la derecha pero fíjense en que no obedeció y fue al bulto. Insistimos en que la captura de la imagen es tras un cite a diez metros con la derecha:

En el suelo salvó los genitales de milagro:

Se puso unas bermudas e intentó no quitarle la muleta de la cara pero el toro pasaba a regañadientes, punteando la tela. Afortunadamente no volvió a tener una reacción tan demencial como en aquel primer muletazo.

Castilla enseñó a Castaño cómo pegar un toque firme con la mano izquierda y dejó una buena estocada arriba pero con el baldón de perder la muleta por el gañafón, saltar y haber tapado la cara. Dureza del toro para morir ya que hasta tres veces se levantó (y eso no es dureza de patas como dijo el locutor). No obstante, fue lo único destacable de su juego, a ver si alguien se va a engañar:

Salió a matar el sexto tras recibir cuatro desagradables puntos en el pene y llevando cornada de 15 cms. en la cresta ilíaca, que por fuerza tenía que ser dolorosa. Encima se fue a porta gayola y hubo de aguantar el parón del toro:

Era el camión de la carne, un Bilbatero de 669 kilos, negro, meano, feamente rabicorto y muy alto de agujas:

Carioca en el primero recargando con saña, vean abajo, de la que sale suelto. Fue absurdo ponerlo tan lejos en el segundo porque estaba clarísimo que no iba a ir. Al final, marronazo con poca pelea.

Aunque nos vendan la moto, Iván García sólo ha puesto un par bueno en la feria y fue porque aguantó bien el arreón del toro. Ayer volvió a las andadas, miren los cuernos. Es igual, lo aplauden siempre:

El toro movía su tonelaje con rebrinque y con distracciones. Castilla quería fijarlo pero fue inútil ya que empezó a comportarse como un mulo. Mira que salir de la enfermería para torear esto... Ese rabo es impresentable:

Pinchazo bajo, corta escupida y se echa.

Conociendo a los propietarios, seguro que no se andarán dando coba o con paños calientes. La corrida fue mala e insistimos en que el interés solamente se mantuvo por ese peligro que desarrollaron y que en buena medida fue tapado por el buen hacer de los diestros. Los puyazos en el lomo, los pares traseros o el exceso de capotazos podrán servir como atenuantes pero no quitan que lo visto no es lo que esperábamos ni de broma.

Fue la gran ocasión perdida para que el aficionado a toros presumiese ante los del clavel. Ésos no saben nada de las excelentes corridas de Aguirre lidiadas en Vic o en Guadalix. Era la primera vez que veían una de esta ganadería y terminaron diciendo: 'bah, mañana llegará lo bueno con Morante y Talavante, esto de hoy no vale nada, hombre'. Y los selectos lectores de nuestro modesto blog empezando por su administrador, a callar y a aguantar.

Mucho nos tememos que la legión aguirrista va a tener que agachar hoy la cabeza... o vaya usted a saber. Ya lo veremos en los comentarios de abajo.

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.