FERIA DE SAN ISIDRO, 2025 (13). VICTORIANO: DE JUSTO ESTÁ AMORTIZADO

Nos sabe mal ese titular dedicado a uno a quien defendimos en su día por su forma de enfrentarse a los toros. Hoy lo vemos adocenado, vulgar, destoreador y no matando como antes. En suma, uno más en el redil de toreros anodinos que tanto abundan. Que cortase una oreja nos da igual, no altera nuestra opinión.

Y ya es mala suerte que abunden los anodinos cuando cualquier torero de la historia se hubiera dado con un canto en los dientes por haber tenido enfrente cuatro de estos seis victorianos. Eran de oreja y además sin excesivas complicaciones mentales. 

Fueron la quintaesencia de lo que están seleccionando los criadores modernos del toro posmoderno, el animal destinado a que el torero exprese lo que lleva dentro. No fueron norits pero su obediencia lacayuna rayó en la sumisión, ideales para hacer el toreo a no más de setenta pulsaciones.

Los diestros, excepto Roca, que pechó con los dos más deslucidos, debieron de salir contentísimos con sus trasteos y encima su entorno y los críticos paniaguados los jalearán. A nosotros nos aburrieron soberanamente y los vimos claramente por debajo de la categoría de esos cuatro ejemplares.

La media fue de 576 kilos. Las peleas en el caballo, perfectamente olvidables. Su juego, éste: primero, muy noble pero desprovechado; segundo, deslucido por tardo; tercero, noble pero lesionado; cuarto, de oreja clara; quinto, deslucido por flojucho y sexto, de lujo para el torero.

DE JUSTO. Su primero era bajo, de mazorca gruesa y negro zaíno:

Se deja pegar trasero con la salida tapada. En el segundo, nada. Bueno sí, trasero otra vez mientras Encabo decía que el picador 'se ha agarrado bien'. Observen dónde ha clavado. O Encabo o nosotros pero uno de los dos necesita gafas. El piquero está mirando al hermano del Bene porque algo le estaría diciendo:

Competencia quitando entre el extremeño y el peruano pero de frente al costado y para ese viaje la verdad es que no hace falta alforjas.

Inicio insistiendo por arriba molestando al toro, que era claro pero el diestro no lo veía. Encima se puso perfilero y echando pierna atrás oyendo justas recriminaciones. Entre la taleguilla antibalas y el corsé bajo la camisa su figura no tenía la gracilidad vulnerable que se pide a un torero. Fíjense en esos pliegues recauchutados:

Para nosotros se le fue un toro fácil y por los pitos parecía haber perdido la bula que tenía en esta plaza. Se equivoca en la contraria y pincha tres veces. En la natural deja una corta pasada más descabello.

El cuarto pesaba 614, negro zaíno, veleto y gordo:

Se deja pegar trasero y con carioca mientras el diestro mira ensimismado. Tres agujeros diferentes en el segundo y el toro huye de ahí con toda lógica.

Quite de Roca con una vistosa caleserina recibida con frialdad siberiana. Si la hace otro...

El inicio fue más correcto que antes porque le bajó la cara pero con el problema de que dobló las manos. Luego, destoreo mediocre al uso. Quién lo ha visto y quién lo ve. A este mismo toro el De Justo de hace cinco años lo desoreja sin bajar del autobús. Observen su colocación:

Acierta ahora en la natural y deja una estocada desprendida y pasada hasta la gamuza. Oreja posmoderna por toreo vulgar.

ROCA. Su primero era cornilevantado sin llegar a veleto en nuestra opinión, negro zaíno y de poco cuello:

Guante blanco en el caballo porque no da la talla. Quinta no enseñó nunca el pecho del equifante aunque debe reconocerse la dificultad de mover esos monstruos.

Premioso segundo tercio, con el toro tardo, aquerenciado y doliéndose. En la muleta, arreones sin maldad queriendo puntear la tela, siguiendo con el tardeo y aderezado todo con el viento. La consecuencia fueron pases de uno en uno que debió cortar antes el maestro, todo en ambiente desangelado. Encima del mayoral ven al maestro Moore de quien son las fotos del ganado:

Pinchazo y rinconera, descubriendo bien la muerte pero, ojo, saliéndose y por ello alargando el brazo. Maestro, eso no es y usted lo sabe mejor que nadie:

El quinto era un negro listón, apretado de carnes y cornalón:

Desidia del diestro que provoca el relance pero la orden que había dado era no pegarle. En el segundo se confirmó el simulacro.

A pesar de ello luego había que cuidarlo porque se iba al suelo como si estuviese quebrantado. Nobleza por arrobas, eso sí, pero a Roca no le sirve esto. Insistió exasperantemente. 

Se equivoca en la contraria y pincha, con el toro cortándolo. Insiste con contumacia pero ahora deja una rinconera sin salir limpio por el costillar como solía. Dos descabellos afortunadamente sin torturar al animal en el morro (recuerden aquí):

RUFO. Su primero era negro zaíno, aleonado, fino de cabos:

Carioca barrenando a lomos del equifante blanco, con cabeceo del toro. En el segundo, suelto.

Fernando Sánchez se alivió menos que últimamente:

Inicio rodillero donde el toro al venirse de tan lejos se lesionó en una mano. Más le hubiera valido un inicio por ayudados tratando bien al animal porque era de oreja. Como Rufo se retorcía arrastrando la mano de manera juliesca, desde el callejón le gritaban: '¡no, no lo aprietes tanto!' Justas quejas de algunos por su colocación y toreo de alarmante vulgaridad aunque esforzándose por no abrir la puerta.

Pinchazo caído y atravesado, tres más con telonazo y un verduguillo. 

El sexto era un castaño cariavacado, degollado y cornievantado:

Simulacro en varas que ya debió de saber mal a Espartaco porque a él lo que le gusta es zurrar la badana. Sánchez, de poder a poder, pero sin cuadrar del todo en la cara como sabe hacer cuando quiere.

Toro del siglo XXI por empapado, noble, metiendo la cara abajo, obediente... El toreo que le recetó Rufo fue también el del siglo XXI y la actitud de la mayoría del público, la propia de hogaño, con un entusiasmo que contrastaba con nuestra frialdad. Ni que decir tiene que la euforia inundó el set televisivo:

Encima Rufo anduvo teatrero, cosa que no soportamos. Se nos iba el pensamiento a Fortes con este mismo animal. Corta traserísima que escupe, pinchazo bajo y estocada caída y trasera con saltito y telonazo:

Menos mal que mató de esta manera porque si no, el presidente González tendría que haberse puesto muy firme para evitar la doble casquería y otra puerta grande para el toledano.

Terminábamos el festejo igual que terminaba sus días Nuestro Señor en la cruz. La diferencia con Él era que nuestra invocación tenía un ligero y quizás irreverente cambio: Fortes, Fortes, ¿por qué nos has abandonado?

De nada sirvió a Roca ir por la finca a seleccionar cuidadosamente sus toros. Bueno, sí: se reservó cuatro de premio pero el sorteo le fue adverso. De nada sirvieron las embestidas de ensueño taurino que ofrecieron esos ejemplares en manos de dos diestros ramplones. Sabemos que nos acusarán de derrotistas y de ir contra la fiesta. Incluso algunos dirán que no puede ser que miles digan una cosa y nosotros la contraria. Ya, pero a estas alturas ¡qué le vamos a hacer!

A la oreja de De Justo y a la locura con el trasteo de Rufo opondremos lo que siempre se dijo de que el vulgo es discípulo de la ignorancia, padrino de la necedad y aliado de la habladuría. Y disculpen ustedes la petulancia.

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.