FERIA DE SAN ISIDRO, 2025. PRENSA (17). GARCIGRANDE: Y MORANTE SE ENFADÓ

Vaya por Dios. El gran maestro se comportó como un niño consentido y demostró su rabieta no queriendo ni ver a su segundo toro. Resulta que en el primero tenía las dos orejas pero el toro no doblaba y cuando pensaba que por lo menos cortaría una, el presidente se puso duro y no la concedió. 

Ahí decidió que no iba a trabajar más en toda la tarde pero que sí iba a cobrar hasta el último euro. Pero, mi alma, si te enfadas con el palco, ¿qué culpa tienen los paganos? Estas son las cosas que no soportamos ni perdonamos en el de La Puebla.

El reglamento dice en el 82.2 que la primera oreja se concederá 'a petición mayoritaria del público'. ¿Qué es mayoritaria? Hombre, pues el 51%. Otra cosa es que en Madrid haya que guiarse por el espíritu de la ley y tenga que haber una petición digamos que algo o bastante más que mayoritaria, cosa con la que estaríamos de acuerdo (en la línea de lo que siempre opinó el presidente Espada).

Era esta una corrida por la que no sentíamos ningún interés pero nos dejó a la postre bastantes cosas interesantes para comentar con ustedes.

Al ver los toros en el sorteo nos extrañó el rumor que había corrido de un gran baile de corrales. Es que los animales se veían parejos y con cara. Parece ser que no hubo tal baile sino al contrario: de los ocho que viajaron se aprobaron siete. La presentación fue buena, no hubo protestas, y respecto a  los pitones, si alguien anduvo por ahí no fue un chapucero sino un verdadero artista. Dieron una media de 572 kilos y se nos antojaron todos altos de agujas, para que luego digan.

Asistimos al primer romaneo claro de la feria y también al primer derribo. Prácticamente todos empujaron metiendo muy bien el riñón en el primero, más que cualquiera de los de Aguirre el día anterior. En el segundo llegó indefectiblemente el afligimiento típico de la suerte de varas en Madrid. 

Si nosotros fuésemos el ganadero nos hacíamos un póster con esta foto del maestro Moore. Es Tombolero romaneando en una preciosa imagen que coparía los cuarteles toristas si llevase otro hierro. Pero al amigo Justo lo de romanear se la trae al pairo ya que él está en otra guerra, la del gatear, el descolgar y el no embestir amontonado psra que el maestro pueda construir:

A este paso nos vamos a morir sin ver una corrida de Garcigrande bien tratada en varas, esto es, con caballos ligeros, dosificando el castigo y colocándolos bien en suerte por tres veces. Bah, como insistimos en que al propietario esto que decimos le da igual, con su pan se lo coma pero pensamos que es una lástima.

Todos fueron de gran nobleza en la muleta pero las quejas por la falta de transmisión de los televisivos no les hizo reflexionar sobre esos puyazos asesinos que vimos en las primeras entradas. No hubo los picotazos de otras tardes, habrá que ser ecuánimes y alguien tendrá que decirlo.

Su juego fue éste: primero, pastueño; segundo, noble pero quedado; tercero, pastueño; cuarto, humillado vilmente por Morante; quinto, flojucho y sexto, desconcertante en varas y luego distraído.

MORANTE. Su primero era negro mulato, listón y veleto. Probablemente será el toro más serio que matará el diestro en toda la temporada. Las fotos del ganado son del maestro Moore:

Pegó unas verónicas de recibo sin hondura ya que lanceó en línea pero fue ya muy jaleado. Los televisivos empezaban su empalagoso recital relamiéndose de gusto.

Primer derribo de la feria pero porque el caballo se trastabilló. En el segundo, salida tapada y puyazo trasero.

En el segundo tercio hubo un fantástico quite a cuerpo limpio de Morante cuando el toro hizo hilo con Amores. ¡Bravo, nunca lo olvidaremos! Luego Ferreira estrellaría torpemente el toro contra el canto del burladero:

El torillo perdía a veces las manos pero como era de una bondad perruna, el diestro se permitió hacer el tiovivo y eso es indigno de él. A nosotros esa 'suerte' no nos convence por la ubicación del torero en la oreja y el unipase resultante. Sólo falta que alguno salga a decir que el diestro corre mucho riesgo colocándose ahí, qué risa.

En cambio, al natural hubo naturalidad y temple. Los mejores naturales de la feria... al medio toro. Miren sus patitas para deducir su embestida:

Era consciente de que tenía que matarlo bien y ya saben que nosotros siempre hemos defendido que es un gran matador... cuando quiere (recuerden aquí). Aquí sí que quiso pero la estocada casi entera se fue trasera:

El toro se tragó la sangre y no quería doblar mientras el maestro evitaba descabellar. Corría el reloj, sonó un aviso y al final, tres golpes de verduguillo más un pinchazo vil en el hocico porque estaba molesto con el animal, que no ponía de su parte. La petición desde televisión no nos pareció tan eufórica como esperábamos pero ¿era mayoritaria? El presidente Sanjuán no la concedió para enfado de Arnás, que había enloquecido durante la faena diciendo cursiladas sonrojantes.

El cuarto era un colorado oscuro, ojo de perdiz, anteado, altito, acapachado y veleto:

Fue Javier quien lo recibió. A Curro Romero se lo hacían muchas veces para enseñarle el toro. Luego el maestro no se fio y le dio cuatro lances medio agachado más otro para ponerlo al caballo. Tantas precauciones nos llamaban la atención dado que pensábamos que un hombre con vergüenza torera saldría ahora a obligar al presidente a sacar los dos pañuelos.

Buen empuje del toro, que metió el riñón mientras De Pedro le hacía tres agujeros diferentes. Morante debió ir a sacarlo rápidamente de allí porque se estaba desgastando mucho pero no se movió. Después que no se queje.

En el segundo mansea y se va, lo típico en la segunda entrada en Las Ventas. Hasta Ferreira se alivia, qué triste... Fíjense dónde caen los palos al quedarse sin toro de tanto escaquearse:

Pues el maestro no se quejó porque estaba enfadado por la no concesión de la oreja anterior y deliberadamente no lo quiso ni ver. El pobre animal no había demostrado nada malo mas lo que hizo el gran artista fue pegar tres mantazos antes de consumar un mandoble trasero y atravesado. ¿Los han sumado? Cinco lances de capa y tres trapazos con la muleta, ¡ocho pases!

Muy poquita vergüenza nos pareció que tuvo aunque los paniaguados pasarán hoy de puntillas ante esta insultante desfachatez. No sabemos si alguno de nuestros lectores morantistas se atreverá a disculparlo en los comentarios. Lo estaremos esperando, con espada o sin ella:

TALAVANTE. Su primero era colorado encendido, ojo de perdiz, alto, chorreado en verdugo y listón: 

Excelente primer puyazo, de bravo, encelado durante casi un minuto y eso a pesar de que tenía que mover el equipánzer blanco, que se tumbaba encima de él. Esto es trágico para los pobres toros.

En el segundo cobra en el lomo y cabecea molesto. Montes, muy mal con los rehiletes.

Talavante vio al vuelo que el toro era un amigo. Pasaba con bondad y metiendo la cabeza abajo pero se fue asfixiando. Su trasteo venía después de lo de Morante al primero y aquello parecía un funeral de tercera.

Estocada baja pero sin telonazo, él nunca lo pega:

El quinto era negro zaíno, astracanado y bien encornado. Llegó picado del campo:

Cuerno izquierdo de lujo en el capote y gran empuje contra el monstruo blanco (otro toro más y van varios ¿eh?). Curioso que el picador lo abría pero el animal estaba encelado y lo empujó durante dos vueltas completas realizando una doble carioca al revés. Por una vez no fue culpa del piquero sino mérito del toro. La prueba es que los dos giros fueron en sentido contrario a las agujas del reloj:

En el segundo, dos agujeros, uno casi en el brazuelo. Montes tuvo que llevar la brega con terciopelo.

El depósito del toro estaba ya vacío y el viaje era muy corto porque no podía. Nada. Pinchazo que escupe y entera sin puntilla con brazo elástico. Por cierto, se habrán fijado ustedes hace tiempo en lo feas que son ésas estúpidas fajas que van unidas al chalequillo y que desaparecen en el vestido de torear. Queda fatal pero la liturgia taurina se pierde por momentos:

RUFO. Su primero era negro zaíno, enmorrillado, sin cuello y apretado de carnes:

No venía picado del campo y en esos casos hay que tener cuidado y llevarlo con el capote andando hacia atrás. Rufo se puso pinturero, quieto como un poste, y a punto estuvo el toro de lesionarse con su ímpetu.

Se va al pecho regateando e intenta quitarse el palo como ven. La carioca trasera barrenando con desvergüenza que le pegó Espartaco, por orden del diestro, no se la quitó nadie:

En el segundo sí ordenó levantar enseguida. Blanco, otro listo en banderillas. Sánchez estuvo mejor, por fin, pero todos los palos cayeron traseros:

Otro toro obediente, ideal para el destoreo de Rufo, que se protestó con toda justicia, ya era hora. Acusó el monopuyazo español quedándose cortito y nos alegramos de ello por la desidia del maestro en el primer tercio. Ahí lo tienen, toreando hacia atrás:

Pinchazo y casi entera un palmo atrás, siempre con telonazo:

El sexto era un colorado oscuro, chorreado en verdugo, bocidorado, alto de agujas, con 630 kilos:

Se va coceando del primero pero en el segundo asistimos al primer romaneo de la feria, como decíamos al principio. El picador no le perdonó el susto y perpetró una recargada sanguinaria. No nos cansamos de verlo:

Luego metía la cabeza bien pero se desentendía al final del viaje. Véanlo, porque repetía esa actitud al final de cada pase.

Total, nada. Bueno, sí, una cosa, que Morante desnudó a Rufo. Estocada caída y traserísima, saltando y con una bonita muerte:

Terminó una de las corridas más breves del serial ya que no llegó a una hora y tres cuartos. Quedaron claras varias cosas: 

- La diferencia palmaria entre el toreo de Morante y el destoreo de Rufo.

- El excelente empuje en el caballo de varios de los toros de Garcigrande. En conjunto, el encierro que más fuerte a empujado en el peto. Damos al César lo que es suyo, ya lo ven. Si alguien conoce a Hernández, se lo dice porque no creemos que esto se destaque en muchos sitios. Y en los cenáculos de las iglesias toristas, en ninguno, seguro.

- El penoso monopuyazo español que les perpetraron a todos con tanta desidia en el primer tercio fue especialmente censurable. Lo pagaron los diestros merecidamente en la muleta.

- La discusión entre muchos aficionados sobre si hay que cumplir a rajatabla lo que dice el reglamento de la simple mayoría de pañuelos o en Madrid se debe ser un poco más exigente como comentábamos más arriba. Si el equipo presidencial hiciese una rueda de prensa antes de la feria dejando los criterios claros, no habría tantos dimes y diretes.

- Y por último, lo que quedó especialmente diáfano fue el doble rostro de Morante. Por un lado, rostro de ganas y de toreo templado en su primero, aunque sobrara el tiovivo. Por otro, rostro muy duro, de cemento armado, en su segundo, riéndose con desvergüenza de los que habían pasado por taquilla.

Los juegos de palabras que harán hoy los corifeos del maestro para taparlo, empezando por sus críticos paniaguados de cámara, ya los leerán ustedes. Nosotros no perderemos el tiempo. 

¿Ven como al final han salido cosas interesantes a comentar? Esperemos que hayan pasado un rato entretenido con su lectura.

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.