miércoles, 31 de enero de 2024

¿VETOS? NADA NUEVO BAJO EL SOL

Los seguidores de nuestro modesto blog saben que no entramos en interioridades sobre cuestiones personales de los toreros. Por ejemplo, no hemos hecho ninguna mención a la historia del frustrado matrimonio de Ortega. Es verdad que alguna vez hemos contado anécdotas un tanto privadas pero casi siempre referidas a diestros ya fallecidos. Se acordarán de cuando comentábamos la poco taurina circunstancia de que Manolete no sabía nadar (pulsen aquí).

Hoy vamos a hacer una relativa excepción con la historia del supuesto veto de Roca contra Luque. No intentaremos darles las claves para solucionar el entuerto dado que los rumores que hemos oído no son para dejarlos por escrito ya que no pasan de eso, rumores. Simplemente será una excusa para traer a colación lo frecuente que ha sido la costumbre de vetar en la historia del toreo. Hablamos siempre presuntamente, claro, porque jamás se dejan pruebas de ello, sólo faltaría. 



Está claro que lo de estos dos maestros es más una animadversión personal que una rivalidad profesional, por lo poco que sabemos. Lo que nos sorprende es que muchos aficionados se lleven las manos a la cabeza con la posibilidad de un supuesto veto.

Balañá o Pagés, alias Cokito Pelao, sabrían manejar esta situación. Primero echarían más leña al fuego, luego utilizarían a la prensa taurina paniaguada para extender el incendio y por fin anunciarían varios mano a mano donde se acabaría el papel. Recordarán que Pagés retrasó la alternativa de Litri para seguir ordeñando un año más la vaca de los billetes tirando de la rivalidad novilleril entre él y Aparicio. Ambos sumaron en 1949 un total de más de ciento sesenta novilladas y los tres se llenaron los bolsillos a base de bien. Lo contaba así de claro este hombre:



En la historia de la tauromaquia lo de los vetos ha sido casi el pan de cada día. Pregunten al rejoneador Diego Ventura o a la torero Cristina Sánchez.

Pero hemos tenido también problemas de diestros con respecto a ganaderías, como fue el famoso pleito de Bombita. Precisamente la exigencia del maestro provocó que la empresa de Madrid vetase a él y a Machaquito, cosa que favoreció a otros diestros que ocuparon sus lugares. La cosa terminó mal para el bueno de Bomba, que pasó a la historia como el malo de la película. Pocos saben que ha sido el tercer maestro que más miuras ha matado, tanto en números globales como en la media por temporada, siempre por encima de Gallito, sin ir más lejos (recuerden lo que contábamos aquí).

Hoy en día no podemos hablar de que las figuras tengan vetadas ciertas ganaderías pero como se circunscriben a las que consideran más cómodas para sus intereses, el resto es como si estuvieran vetadas, no de derecho aunque sí de hecho.

Sin salir del ámbito ganadero, recordemos el problema que tuvo Belmonte con la Unión y a la que decidió plantar cara. Y al revés, hablando de ganaderías vetadas por el Pasmo, apunten la de Palha porque se retiró sin matar un solo toro de ella. Gallito mató seis en los dos primeros años de alternativa. Después no diremos que la vetó pero la realidad es que no quiso ver uno más ni en pintura.

Hubo un veto famoso de los ganaderos capitaneado por el Duque de Veragua. Se habían anunciado toros de Martínez para Belmonte y Pastor. Se desecharon por falta de trapío y se sustituyeron por veraguas. Belmonte se negó a torear y Vicente lo secundó. El Duque no los perdonó.

Dos que estuvieron vetados por las empresas y lucharon por superar el veto con su guerra de guerrillas fueron El Cordobés y Linares. Por otro lado, toreros como José Fuentes, Ángel Teruel o Paco Camino se quejaron en algún momento de estar vetados por El Cordobés. Y Linares, igual que César Girón fueron vetados en Colombia. Hoy no sabemos si las empresas tienen vetados a algunos toreros pero nos gustaría escuchar lo que comentan en privado maestros como Ureña o Perera.


FOTO: Alberto Roldán

No se olviden de lo que pasó con el veto a los toreros mexicanos capitaneado por algunas de las figuras de la época. Hablando de figuras, el propio Gallito al principio no veía de buen grado compartir cartel con el jorobeta, como denominaba a Belmonte. Su apoderado Pineda aceptaba a Belmonte en los carteles pero con la condición de que fuese con las ganaderías que podían dejar en evidencia al trianero. Lo mismo pasó también al comienzo con aquel otro maestro al que Gallito despreciaba: 'Bah, ése no sabe torear'. Era Gaona. Recuerden todos esos tejemanejes de José aquí.

Sánchez Mejías fue vetado por la Unión de Empresarios en 1925. En tiempos más recientes Victoriano Valencia siempre acusó a Antonio Ordóñez de tenerlo vetado. Se acordarán ustedes de cuando se habló públicamente de que Cayetano no quería compartir cartel con Morante. Algo sabe Curro Vázquez de eso. Y lo de las figuras vetando a Fandiño también es de sobra conocido. Al diestro fallecido le caían por todas partes ya que también tuvo que sufrir vetos por parte de las empresas.

Ojo porque hubo un veto al revés: de los toreros respecto a la empresa. Sucedió en 2015 cuando todas las figuras excepto Manzanares se negaron a actuar en Sevilla. 

También hemos tenido diestros que han vetado la retransmisión de sus corridas por televisión, entre ellos Morante. Asimismo, se plantaron ante la pequeña pantalla por una cuestión de derechos de imagen Joselito 'El Moreno' y José Tomás aunque finalmente El Juli no quisiera sumarse. Lo cuenta aquí, libro que comentábamos para ustedes en esta entrada:



Antonio Bienvenida denunció el afeitado y la respuesta de sus colegas fue que se negaron a torear con él. Hablamos de personajes de la talla de Antoñete, Rafael Ortega, Ordóñez o Pedrés. Si aquello no fue un veto en toda regla, que venga Dios y lo vea. Tuvo que entrar en carteles con diestros de inferior categoría que lo que querían era torear... aunque fuera con Antonio. Sin embargo, es justo reconocer que hubo otros como Juan Posada, Manolo Vázquez o Cayetano Ordóñez que no se sumaron al citado veto y siguieron alternando con él, cosa que los honró.

Con este repaso a vuelapluma ya es suficiente. Pueden echar un rato entretenido relacionado con todo esto leyendo las lamentaciones de tres toreros en esta entrada. Y ya que estamos, recuerden esta otra donde Bernadó hablaba claro y Manolo Chopera no salía nada bien parado. Acerca de vetos sufridos pregunten también sobre Chopera a Joselito Arroyo, ya verán. Otro que sabe lo que supone ser vetado es Pepe Luis Vargas. Si coinciden con él, le preguntan por Matilla...

¿Qué se puede hacer en el mundillo si alguien te veta? Absolutamente nada. ¿A quién puedes reclamar? Al maestro armero. ¿Dónde quedan los derechos del trabajador? No se contemplan. Y lógicamente nunca se encontrarán pruebas de los supuestos vetos porque los protagonistas no son tan torpes como para dejar estos malolientes cambalaches por escrito. 

Bueno, Paula daba una solución. Él sufrió a mediados de los setenta el veto de una figura 'que me quitó hasta de mi pueblo'. El remedio que había según él para terminar con los vetos era 'irse a los que te vetan y matarlos a palos o esperar a que se cansen de hacerte daño, que es lo que yo he hecho'.

Si en verdad hay un veto en el affaire que nos ocupa, ¿a quién beneficia que no coincidan en el ruedo? Dicho de otro modo, si toreasen juntos, ¿quién tendría más que perder, Luque o Roca? Pues en nuestra modesta opinión, ninguno de los dos porque ambos se enfrentan siempre con el medio toro o directamente con la ternera. Un hipotético mano a mano entre estos dos se saldaría con la inexistencia de la suerte de varas y la posterior lucha por ver quién pegaba más pases al toro, igual que Stajanov pegaba con el pico al carbón en su mina de Siberia. Si dilucidasen sus diferencias ante toros encastados, podríamos discutir sobre qué sucedería pero con lo que torean habitualmente, no perderemos ni un minuto, no vale la pena.



Por todo lo dicho nos extraña que ahora haya tantos que se rasguen las vestiduras a cuenta de la presunta historia de odio entre el español y el peruano diciendo que esto de los vetos en los toros es intolerable. O los aficionados se están dejando llevar por el desconocimiento o, lo que sería peor, por la hipocresía ya que no hay nada nuevo bajo el sol.

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.

domingo, 28 de enero de 2024

UN RABO DE IDA Y VUELTA

Todo aficionado se acuerda de la primera corrida de toros a la que asistió. Lalanda siempre recordaba que la suya fue la de la despedida de Bombita, cuando se lo llevaban en hombros agradeciéndole lo del Montepío.

El niño Rafael Vega fue a los toros por primera vez el día del Corpus de 1925, tenía diez años. El cartel lo tienen aquí abajo. Reaparecía Belmonte en Sevilla en medio de gran expectación, con casi lleno y ovación de gala al diestro al acceder al ruedo. Además daba la alternativa al Niño de la Palma:



A su primero, que fue lidiado en tercer lugar, le cortó el rabo. En el ABC titularon: 'Belmonte no tiene piernas', destacando la inmovilidad con que había trasteado al santacoloma de Félix Suárez, con divisa roja, blanca y celeste. Rafael nunca olvidará esa corrida y en esos momentos ni se imaginaba que algún día sería él quien cortase un rabo alternando con Terremoto. Éste es el momento de la alternativa del Niño aquella tarde. Lo del testigo es una moda posterior:



Rafaelito ya sabía lo que era torear porque sus hermanos Francisco y José se dedicaban. Minuto llevaba una escuela taurina y fue quien lo vio un día en un tentadero y pensó que el gitano estaba hecho de la misma madera que su hermano mayor en cuanto a arte pero del segundo en cuanto a valor. Adoptará idéntico apodo y por ese motivo en las crónicas de la época se refieren a él como Gitanillo III.



Será torero artista y medroso o, como escribía Carlos Abella, de ánimo frágil. Bastantes veces escuchó los tres avisos. Como todos los artistas, necesita que salga su toro pero ojo porque Antonio Bienvenida  lo pone entre sus favoritos junto a Armillita, Pepe Luis, Lalanda, Nicanor, Fernando Domínguez, Barrera y, por encima de todos, Domingo Ortega. 

Hay una cosa indiscutible: Rafael Vega de los Reyes no habrá sido el más valiente pero sí el mejor bailaor entre todos los toreros. Lo certifica el citado Bienvenida con ocasión de un viaje que hacían a América varios diestros en el mismo barco, el Cabo de Buena Esperanza. Gitanillo dio un recital secundado en el escenario por Cagancho mientras Pepe Luis y Rafael Ortega Gallito cantaban.



Ya retirado tuvo un célebre tablao flamenco en Madrid, El Duende, otro en Marbella y después también un bar en la capital, Gitanillo's. En el primer local fue donde cantó Antonio Mairena por primera vez en Madrid sin más compañía que la del guitarrista 'y sentado, como mandan los cánones',  decía. Pulsen aquí los aficionados a este arte.

Volvemos a los ruedos. Han pasado nueve años desde aquel rabo de Belmonte en Sevilla y el niño Rafael tiene ahora diecinueve. La única corrida de la feria de Vitoria anuncia seis toros nuevamente de doña Carmen. El cartel no puede ser más artístico y encima los toros colaboraron con sus embestidas, especialmente el tercero, Campanero:



El pobre Manolito sí fue un torero verdaderamente malogrado, no como Gallito. Belmonte había sido obligado a saludar tras el paseíllo. Aquí lo ven en una imagen de aquella tarde al natural, con las zapatillas apuntando al toro:



Aquel año de su reaparición Belmonte había firmado una exclusiva con Pagés donde se aseguraba un mínimo de 25.000 pesetas por corrida, cantidad que aumentaba considerablemente en función de la asistencia de público. Toreó diecinueve festejos, con lo que se iría al medio millón de pesetas de la época, tirando muy por lo bajo. 

1934 se recuerda por su triunfo en Madrid en la segunda inauguración de Las Ventas el 21 de octubre. Fueron otra vez murubes de Carmen de Federico, los mismos con los que había compartido cartel en la capital en aquella última corrida de Gallito en Madrid donde le arrojaron almohadillas y salió muy dolido (recuerden esta entrada). Aquí tienen al de la calle Feria en una estocada ese 21 de octubre. Llama la atención la posición del toro, como si se le hubiera echado encima en el último momento o el diestro no se hubiera perfilado correctamente (?):

Pero volviendo a Vitoria, aquella tarde será Gitanillo quien se lleve el gato al agua. Salió ese Campanero que decíamos antes y en la primera entrada mandó a caballo y caballero al callejón. Lo aseguran tanto la crónica del diario Ahora como la de Fiesta Brava, o sea que será verdad. Después se ve que Rafael le hizo una faena que se siguió en pie desde el tendido, con el respetable enloquecido. Lo había brindado a Belmonte y a tal señor, tal honor. 



Fíjense hasta qué punto llegó la locura que lo mató de 'excelente pinchazo, estocada atravesada y cuatro descabellos' y, a pesar de ello, ¡le dieron el rabo!

Esto sería inconcebible hoy en día incluso en una plaza de pueblo. Sirva para desmitificar algunos de los triunfos que se magnifican con el paso del tiempo y que hoy nos llaman bastante la atención. Lo mismo sucede con las varas que tomaban los toros antiguos, como hemos comentado por aquí muchas veces.

Probablemente la de Vitoria fue la mejor actuación de Gitanillo de Triana en toda su carrera y por ende lo hizo ante Belmonte a quien, de manera figurada, devolvía aquel rabo que siendo un niño había visto cómo cortaba el maestro.



Cuando se iba Belmonte, Rafael lo abordó para pedirle que hablase con Pagés y que lo anunciase en alguna corrida. Juan le contestó: 'si haces muchas veces lo de esta tarde, no necesitarás ninguna recomendación'.

Ya saben que Rafael abrió el ínclito cartel de Linares dado que era muy amigo de Manolete, quien en muchas ocasiones lo imponía para abrir plaza. Años después confirmaba que el maestro acertó entrando en la suerte contraria para matar a Islero.

Ese mismo año de 1947 toreó Gitanillo en Sevilla la de Miura y brindó un toro suyo al califa, que estaba presente de espectador con gafas oscuras. Sepan que durante la breve ceremonia la plaza se dividió entre aplausos y pitos al cordobés. Minutos después ese mismo toro enviaba al gitano a la enfermería. La foto es de la cogida, con cornada en el muslo izquierdo, a pesar de la cual permaneció en el ruedo hasta matar el toro:




Unos días después de la tragedia de Linares, inauguraba nuestro protagonista la plaza de toros de Melilla, especialmente querida por un buen amigo del blog (pulsen aquí). Tenía que haber estado Manolo pero lógicamente no pudo ser. También causó baja Pepín por su cornalón en Valdepeñas (recuerden aquí, hablando de la corrida de los tres pepes). Al final, el cartel de ocho toros de Buendía lo completaron Luis Miguel, Domingo Ortega y Parrita.

Ortega cortó una pata y Luis Miguel un rabo antes de ser corneado de gravedad en el muslo izquierdo por el séptimo toro.



En esta bonita foto de abajo coincide toda la gitanería en la alternativa del que ven en el centro: son Gitanillo, Albaicín y Cagancho. Los toros, de Trespalacios:



El triste final de la historia de Rafael Vega de los Reyes Gitanillo de Triana, nacido en la trianera calle Pagés del Corro, número 120, ya lo conocen ustedes:



Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.



lunes, 22 de enero de 2024

FABRÉS CONTRA MOLÉS

No se asusten. No es que haya habido una discusión entre el ganadero y el periodista. Es que hemos escuchado esta entrevista con Juan Sánchez Fabrés y en un momento dado criticaba el programa de televisión donde empezó a trabajar Molés. Como nos ha llamado la atención lo que decía, aprovecharemos para comentarlo. Sirva lo que diremos como ilustración de los aficionados más jóvenes y como inyección de nostalgia en los más veteranos. El titular es simplemente una ocurrencia nuestra aprovechando la rima de ambos apellidos.



Escucharán que el ganadero afirma que no quedarán más allá de ochenta vacas puras de Coquilla. Dice que lo de aumentar tamaño y peso de los toros mató ganaderías como la suya. Aquí tienen un ejemplar de los seis suyos que fueron rechazados en una feria de Salamanca, su tierra para más inri:



No obstante, el ganadero muestra una cierta incongruencia cuando dice que 'no hay causantes de aquello sino causas'. Hombre, si hay causas habrá unos causantes, ¿no creen? Para nosotros el causante es el taurineo, que vio que el toro de Parladé molestaba menos y tenía más presencia, con lo cual era ideal para empresarios, apoderados, toreros y público orejil. Los veterinarios serán quienes otorgarán el certificado de defunción a lo que no sea como querían los del mundillo. Y los críticos taurinos colaborarán en esa sustitución.

Nuestra teoría es que si el toro más terciado hubiera sido el preferido para sus intereses por ser más bobo y más dócil, habrían terminado con la moda del toro grande diciendo que eso no era un toro de lidia sino un elefante y que con ese tipo de animal el diestro no podía ni construir su obra de arte ni expresar lo que lleva dentro. Consiguientemente los veterinarios hubieran mantenido que el prototipo del toro de lidia no era el mastodonte con dos velas sino el terciado. 

Hay otro momento donde el ganadero, a pesar de hablar claro, se nos antoja incoherente. Dice que 'es una vergüenza para el torero el que admita que ha disfrutado toreando, ¡eso no puede ser!, ¿no se da cuenta de que va contra él decir eso?' Estamos de acuerdo pero es que luego admite que él seleccionaba sin pensar en el torero 'pero han tenido que ir enseñándome poco a poco... el Capea me hizo cambiar y ver las cosas de otra manera'. Jefe, entonces, ¿en qué quedamos? Porque si lo de decir que disfrutas toreando es una vergüenza para el torero, podríamos sostener lo mismo del ganadero que selecciona no pensando en el toro sino en el torero, ¿o no?



Y esperen porque en un momento dado escucharán que en tono laudatorio afirma que 'Ojeda cambió la historia del toreo'. Pues aquí le diríamos que jamás podría haber ejecutado sin enmendarse los ochos que causaron sensación si no tiene delante chotos moribundos. Con los coquillas de las guindillas, aquéllos que se te metían entre las piernas, Ojeda igual lo que hubiera hecho es cambiar de profesión. Recuerden aquí la tarde más aciaga de Gallito en toda su vida porque fue precisamente en Salamanca ante 'seis pulgas de Saltillo, los toros más chiquitines que he matado, nunca lo he pasado peor y encima la gente se reía de mí'

Pero lo que más nos chocó de la conversación fue cuando cargó contra el programa Revista de Toros, el antecesor del actual Tendido Cero. Dice literalmente:

'No pensaba hablar de Molés pero, ya que lo saca usted... Mire, Molés y Mariví hicieron un daño totalmente irreversible a la tauromaquia... ¡y no quería hablar de él! Cuando había sólo una cadena de televisión y ellos tenían su programa... a ver, cuando tú a una faena por artística que sea le pones de fondo la música de Los Pajaritos la estás hundiendo. O si de una corrida enseñas sólo cuando el toro se cae, estás dando una información sesgada. Pero gracias a Dios ya no está ninguno de los dos en ejercicio...'

Hombre, don Juan, nos va a permitir que discrepemos abiertamente. Los más jóvenes no sabrán de qué va esto pero pueden pulsar aquí tras leer la entrada para ver la media horita de uno de aquellos capítulos de Revista de Toros. Les avisamos de que hay algunos minutos en que no sabemos la razón pero se mantiene el sonido y desaparece la imagen (?). Coincide cuando debería verse a Romero, a Paquirri y el rejoneo de Vidrié y Avarito Domecq. 



Nosotros recordamos el programa, que veíamos de vez en cuando en nuestra infancia más tierna. La polémica lo acompañaba porque en las imágenes de las faenas la música de fondo era de música pop de actualidad, incluso de rock duro a veces. El sonido de fondo de un cantaor flamenco o de una guitarra española quedaba casi circunscrito a las faenas de Curro. Hoy eso no llamaría la atención pero entonces había muchos del mundillo que decían que aquello era una vergüenza. A esos taurinos se añade ahora Fabrés cargando contra aquel programa que, comparado con el olor a alcanfor que destila Tendido Cero, se nos antoja aire puro. Vean el vídeo y a ver qué opinan.

Allí encontrarán que comentan la feria de abril de 1977. Molés entonces empezaba. Es el reportero intrépido que entrevista a Ostos haciendo preguntas punzantes como ésta: 'la politiquilla del mundo de los toros ¿puede acabar con un torero con una historia tan digna como la tuya? Escucharán las respuestas claras y duras del maestro, a partir del 6'40'':



Mariví Romero, q.e.p.d., era la responsable del programa, hija de don Emilio Romero. El director del diario Pueblo fue una de las voces más ácidas del régimen franquista, su pluma tenía más veneno que una cobra de anteojos. Recordábamos de pequeños que ella no se mordía la lengua y revisando este programa nos ha venido a la boca el mismo sabor que el de la madalena de Proust.

Ya irán viendo que habla de falta de sitio en un torero, absoluta indocumentación de otro que naufragó totalmente o dice que poco importó que Curro matara bajo porque le dieron las dos orejas con la Mestranza enloquecida. Después comenta que Manzanares anduvo dormido con su primero y dio la cara con su segundo, que era un torillo molesto por el izquierdo, que la corrida del lunes fue un tostón histórico y que lo de los banderilleros fue horroroso, de verdad. Recibe cera también el propio Paco Camino, que estuvo distraído y opaco. Habla claro cuando dice de una corrida que el público se marchó con el aburrimiento en sus espaldas o que un torero tiene toscas maneras y desperdició la buena condición del toro con su manía de retrasar la muleta...



¿Qué opinan de estos comentarios? ¿Qué creen que pensaba el taurineo corrupto de la época viendo aquel programa? ¿Han escuchado algo similar alguna vez en Tendido Cero? La diferencia entre una presentadora y otra es la misma que entre un huevo y una castaña. Deducirán que aun siendo muy pequeños, escuchábamos estos comentarios acompañados por las imágenes y se aprendía algo. ¿Qué se aprende ahora del triunfalismo barato de las televisiones? Sí, una cosa: que el toro siempre tiene la culpa de todo.

Podrán deleitarse ustedes viendo el trapío que exhibían las reses en una plaza de primera como la de Sevilla hace casi cincuenta años. Observen éste de Carlos Núñez porque hoy no se lidiaría ni como novillo:



El siguiente es de Urquijo, de los que caben en la muleta... La presentadora destaca que la corrida de los murubes estaba astifina ya que cuando se veían pitones sospechosos, lo denunciaban sin complejos. No estaba de moda esa sandez de lo de astigordos:



No dejen de ir al 4'58'' del programa para saborear el tercio de varas del gran Comando Gris, un villamarta de Guardiola que empuja el caballo de una manera que no van a olvidar nunca después de verla:



¿Se han fijado en que el caballo tiene las cuatro patas en el aire? Mariví comenta: 'ese toro trajo en su sangre la verdad de la fiesta'. Escuchen la música que acompaña las imágenes y entenderán la polémica a que nos referíamos antes. Los que todavía ven Tendido Cero, ¿recuerdan algún programa en que se haya alabado un toro con palabras parecidas mostrando en la pantalla sus entradas al caballo?

Esto era lo que dijo Jaime Guardiola a Benlloch sobre aquel gran toro:

'En Comando Gris, a la condición de bravo habría que añadirle la transmisión que tuvo. Tomó cuatro puyazos comiéndose el caballo... En el segundo ya le estaban tocando música. He de reconocer que cada vez que rememoro esas situaciones me emociono y hasta me ataca la nostalgia por una tauromaquia más equilibrada que la actual. En aquélla todo tenía su medida y su equilibrio y la báscula importaba un carajo...'

Don Jaime sostenía siempre que el toro de hoy era el menos exigente de la historia y además, el que transmitía menos al tendido. Eso sí, añadimos nosotros, será el más grande y el de más pitones pero el que está delante sabe que hay menos posibilidades de que te deje con el trasero al aire. Y además, si te coge, te hace menos daño que el toro con más casta.

Llegados aquí, no entendemos por qué Sánchez Fabrés dice que este programa hizo un daño irreparable a la tauromaquia. Es que parece alinearse con los taurinos, cosa que nos cuesta creer en él. 



Sin embargo, lo que opina coincide con lo que criticaban de Mariví Romero los taurinos corrompidos. A Navalón lo dejaban por imposible mientras lo buscaban por los hoteles para pegarle. De Vidal siempre afirmaron que no sabía de toros y se limitaban a ningunearlo. El resto, con Zabala padre, Barquerito, Carabias, Campos de España, José Castro, Sobrino, del Moral, Arévalo y tutti quanti, no les molestaban. Pero a Mariví no la soportaban porque salía en la única televisión presentando el único programa de toros y haciendo comentarios como los anteriores. Todos los golfos del mundillo se subían por las paredes, incluidos ganaderos de los que lidiaban cinco o seis inválidos en una corrida y veían después que montaban en el programa un musical con los toros rodando por el suelo. 

Insistimos en que tras leer lo que hemos relatado pulsen aquí para echar un rato entretenido con Revista de Toros. Los lectores más talluditos recordarán mejor que nosotros aquellos programas y nos pueden quitar o dar la razón aquí abajo en los comentarios. 

Nosotros se la quitamos totalmente a Fabrés aunque momentáneamente nos haya obligado a tener que pasar por defensores de Molés. Lo hemos hecho porque aquel Molés no tenía nada que ver con el que posteriormente se vendió al taurineo. Recuerden esta entrada sobre los trincones del toreo, donde nos limitábamos a hacer de portavoces de lo que denunciaba la revista Aplausos el año en que tomó la alternativa Esplá, una revista que ha pasado a ser la patética Hoja Parroquial de los taurinos, dando vergüenza y pena a partes iguales.

Lo mismo que Tendido Cero, convertido en otra triste Hoja Parroquial aunque en versión plasmática.

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.


jueves, 18 de enero de 2024

CASTAÑOS DE CUADRI PARA MADRID

Ya estaba castaño el cielo cuando llegábamos a Comeúñas porque era antes de la salida del sol:



Lo primero que vimos fue el cercado con los toros vendidos para las calles. Contamos un mínimo de quince, entre ellos estos dos:



Si tienen curiosidad por saber el récord de euros pagados por un cuadri para las calles, les anotaremos que tiene que estar en torno a los 12.000. Lo decimos porque según datos del portal de transparencia de un conocido ayuntamiento de la Comunidad Valenciana, en 2018 se pagó por dos toros suyos 23.990 euros. Si hacemos la división, estamos en esa cantidad que decíamos. Insistimos en que estos números son de dominio público. No obstante, estaremos atentos a ver si algún amigo de la zona con mejor información que nosotros nos rectifica lo aquí apuntado (y si hay rectificación, tendrá que ser obligatoriamente al alza).

En estos momentos hay doce sementales para unas doscientas vacas, distribuidas en cinco lotes. Piensen que en total, entre lo bravo y los berrendos en negro nos iremos a unas quinientas cabezas en sus fincas. Éste es uno de los sementales que de momento estaba descansando:  


Los erales gozaban de un aspecto rozagante, como es habitual en esta casa, donde toreros y también novilleros siempre están sugiriendo que no les echen tanto de comer porque se hacen mu grandes:


En Mont-de-Marsan hace dos años saltaron al ruedo tres castaños y tres negros. No nos extrañaría que en Las Ventas sucediera lo mismo o incluso menos negros porque están esperando seis castaños en el campo. Vean dos de ellos, cinqueños ambos, salvo error:


El 45 es castaño bocidorado, listón y carinegro. Ese pitón derecho es el que tendrá que salvar el diestro al entrar a matar. Si a eso añadimos que antes lo habrá frito a derechazos, en el pecado llevará la penitencia (recuerden lo que contábamos aquí sobre la estocada):


Aquí abajo lo tienen a lo largo:


Su hermano es el 35, más oscuro y se nos antoja que más gordo. Observen esa corona castaña en la pezuña que es tan típica en los cuadris:


Este otro sigue siendo bocidorado pero es más oscuro de cara:


Si ese pitón derecho apareciese así en muchas otras ganaderías enfundadoras, ya saben lo que ocurriría en el mueco, ¿verdad? Y nadie notaría nada... siempre que el artista no fuese un chapucero, como decía Justo Hernández. Así lo verá el maestro:


Y ¿qué me dicen del izquierdo de este otro de abajo? ¿Qué ocurriría al desenfundar? 


Cuatro dedos de pitón se iban a quedar en la finca... Lo cortarían no con un serrucho, que es de zafios, sino metiendo en el pitón el segmento circular del pistón de un motor. Luego irían arrastrando ese instrumento de acero cortante para ir quitando con habilidad capas córneas. Finalmente se restregaría un poco de cera negra por la punta y no se enteraría nadie de esta bonita manicura. Esto es lo que no haría un chapucero...

Aquí abajo lo tienen de cuerpo entero. Es un castaño un poco más claro que sus hermanos. Fíjense en que los cuadris son siempre castaños y no colorados como se suele repetir erróneamente en las reseñas de estos toros:


Tiene aspecto de toro antiguo, ¿verdad? Como salvaje... Sobre el origen de esta pinta en la vacada, recuerden esta entrada

De los negros aquí tienen a este casi playerito:


Otro, zaíno, carifosco y astinegro:


Uno más, astracanado y perfectamente encornado:


Y este último, el 41, badanudo, que es familia directa de Triguero:


La cita no será para San Isidro sino antes. Salvo cambios de última hora, o se lidiarán en Domingo de Ramos o en el de Resurrección. Hablamos de la última semana de marzo.

Ya ven que no hemos entrado en los dimes y diretes del desencuentro de la familia Cuadri con Las Ventas el año pasado porque ustedes conocen la historia de memoria. Esperemos que esta corrida haga olvidar el fiasco de su última comparecencia en corrida completa, que pueden recordar en nuestra crónica aquí.

Por cierto, de aquella tarde vean esta imagen. Es el picador de Chaves, a quien se ve de grana mirando el desaguisado con exasperante desidia. El de a caballo había marrado pero el toro se quedó ahí quieto sin empujar y, cuando volvió a clavar, lo hizo con total desvergüenza y alevosía pinchando donde ustedes ven:


Está claro que la comedia que tienen montada los picadores para engañar vilmente al aficionado con esas chulerías del 'súbete tú' o '¿tú montas a caballo?' o 'tú no sabes lo que es que te venga un toro en carrera desde lejos' son todas milongas baratas. Clavan trasero siempre y de manera premeditada porque si no, ¿qué explicación dan a que miles de veces tienen el toro ahí quieto y lo desloman? A otro perro con ese hueso... Recuerden lo que explicábamos aquí.

Los últimos tres de Cuadri lidiados el año pasado en Madrid sí que metieron los riñones como Dios manda. Éste fue uno de ellos pero no miren dónde ha clavado porque ustedes mismos notarán dolor en el espinazo...


No nos vamos sin trasladarles la opinión del albéitar Julio Fernández sobre una cuestión que nos planteaba en otra entrada un gentil lector. Dijimos que en Comeúñas el verde está altísimo para la época a causa de las lluvias otoñales. Eso hace que tengan que ir cambiando los toros de cercados para que no se hinchen de hierba y dejen pienso sin comer. 

La pregunta era qué sucedía si los toros comían demasiada hierba y por consiguiente no les apetecía tanto pienso. La respuesta del señor Fernández es la siguiente:

"Se unen las dos cosas: cuando comen hierba, reciben una alimentación más fibrosa con lo que las pérdidas de peso con el estrés del transporte y estancia en corrales son mayores, y reducen el consumo de piensos concentrados, por lo que el aporte de energía vía alimento baja. 

"Pero además, alimentaciones muy fibrosas aumentan la producción de ciertos ácidos grasos volátiles (ácido acético y butírico) y reducen otro (ácido propiónico) como consecuencia de los patrones de fermentación ruminal. El ácido propiónico es transformado en el hígado por los hepatocitis a glucosa y esta es transformada en glucógeno en hígado y músculo. En cambio, los ácidos acético y propiónico se transforman en grasa. En el toro interesa que el hepatocito o célula funcional del hígado, acumule más glucógeno que grasa, pues el hígado graso no detoxifica bien y cuando llega la faena de muleta el toro se para.

"Para tener un buen rendimiento físico, el toro debe tener limitado el aporte de fibra. Debe recibir la cantidad suficiente para no enfermar, y por eso se les aporta paja, que es fibra “seca” que ocupa menos volumen que la hierba o el pasto, pues los piensos aportan insuficiente  cantidad de fibra. Por ello es tan interesante el uso de carro mezclador, que mezcla íntimamente paja y pienso, permitiendo que el ganadero controle la cantidad y proporción de paja que consume el toro."

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.








domingo, 14 de enero de 2024

UNA CHARLA CON TOMÁS PRIETO DE LA CAL (2ª PARTE)

Interrumpíamos la charla con Prieto de la Cal cuando nos contaba la anécdota de Utrera Molina y nos decía que aquello fue ejercer la autoridad como Dios manda. Al referirse a la autoridad en las plazas, nos puso el toro en suerte para seguir con la lidia de esta guisa. Las fotos siguen siendo de la camada de este año y la primera es del toro de la concurso de Vic:

- Pero respecto a la autoridad, ya ha visto usted cómo están los presidentes: a la greña entre ellos, con los de la Unión sosteniendo unas ideas y los de la Asociación, otras totalmente opuestas. ¿Quién va a ejercer la autoridad defendiendo al aficionado si entre ellos no se aclaran?

- Ya, claro. Pero... sí, no se aclaran pero... Entiendo que algún presidente no quiera que se vuelva a las tres entradas al caballo pero entre esa postura y la de indultar toros y dar orejas a espuertas en plazas de primera, tiene que haber un término medio, digo yo.



- Ha afirmado usted alguna vez que ha salido de alguna novillada suya sin poder anotar nada del comportamiento de los animales por las lidias que han sufrido.

- Este año en dos. En una le pongo un caso llamativo. Fue una novillada en una portátil fija en la que se picaba con un solo caballo, lo cual era una buena medida. Pero es que los tres primeros novillos ¡se picaron al lado de la puerta de toriles! Pensé que se habían equivocado en el primero pero es que tres o cuatro se picaron ahí. Entonces, ¿qué nota le puedo poner a ese novillo? Explíqueme. ¡Qué bien ha empujado! Hombre, si no empuja ahí, apaga y vámonos. En Cenicientos cuando se iban a poner banderillas el de la brega le tiraba el capote a la cara al toro y el animal aprendía lo que nunca tiene que aprender. Luego tuvo malas ideas, claro, es que si ya las tenía se le acentuaron...

- En aquella corrida la cornada marcó la tarde... (recuerden nuestra crónica aquí).

- Sí, evidentemente, pero me estaba refiriendo a las malas lidias. En Cenicientos sí pude apuntar todo pero en esas dos novilladas hubo novillos de los que no pude apuntar nada. En una novillada hay tres novilleros y varios subalternos. Alguno con un poco de dignidad podría haber corregido la situación esa con el caballo picando en toriles... pero nada. En el tendido había aficionados que tampoco lo entendían. Ése es un ejemplo en el cual echo de menos una autoridad que pare la novillada en el segundo novillo, baje a hablar con los novilleros y corrija eso.

- ¿Estaría de acuerdo en que en plazas importantes como la de Madrid el presidente fuera un aficionado de reconocido prestigio?

- Hombre, lo de los comisarios estaba muy bien antes pero actualmente en Madrid sí que echo en falta otro tipo de presidentes, al menos en las pocas corridas que he visto. En Francia eso funciona bien. El problema es que a ver quien evalúa lo del reconocido prestigio...

- Y además si ya cuesta que la mafia de la que hablaba usted antes respete al policía, imagine qué harán con el simple aficionado...

- Sí, podría ser que metiéramos la pata y fuese contraproducente... Yo, por ejemplo, no era partidario de que los toros pasasen de Interior a Cultura. Me pareció una barbaridad. En Interior había una autoridad, sanciones... Pero como la tauromaquia va pareciéndose cada vez más al Lago de los Cisnes, seguramente estará mejor en Cultura, claro.

- Y con según qué ministros, ya perfecto, ¿no?

- (Riendo) Perfecto, sí. 



- ¿Qué cambiaría del reglamento?

- La suerte de varas, entera, absolutamente entera. Para empezar las puyas, los caballos, los petos, el número de entradas... Todo eso lo cambiaría entero. Y luego hay una cosa que se ha comentado en su blog en alguna ocasión: si las lidias en el primer tercio no son correctas, que no se concedan trofeos. Debería haber premio para quien lidia bien y castigo para quien lidia mal. Es que las pocas veces que veo corridas por televisión, siempre resulta que el culpable es el toro. Para los demás actuantes nunca hay autocrítica de ninguna clase pero para el toro... Hombre, alguna vez habrá que mirar por él, ¿no? De momento se llaman corridas de toros, aunque igual habría que cambiar el nombre poniendo corridas de toreros, o de vedettes, o de lo que quiera. Cualquier cambio en el reglamento que se enfoque hacia el toro sería bueno.

- Yo coincidí una vez con un personaje importante de las retransmisiones taurinas y lo abordé solamente para decirle que tendrían que incorporar a los comentaristas un abogado defensor del toro. Ni se lo planteó. Me dijo: 'sí, hombre, ¿y a quién ponemos? ¿Al ganadero?'

- Es que antes lo había. Cuando empezó Molés, iban Victorino o Hernández Tabernilla (sobre éste último recuerden sus excelentes opiniones aquí). Ellos no se metían en la labor del torero y lo que comentaban era aspectos de la lidia y del toro. El reglamento no puede enfocarse a que todo el mundo es bueno aunque tampoco a fiscalizar inapelablemente todo lo malo, no, pero hay que regularlo para que tengamos un espectáculo digno. Por eso, todo lo que vaya encaminado hacia la integridad del toro y hacia su lidia adecuada es la clave de que esto tenga futuro. Si el toro no sale íntegro, mal vamos. Que no hace falta que tenga 600 kilos y dos velas, que puede tener menos tamaño en plazas de segunda y tercera, pero por lo menos que salga en puntas, ¡como lo parió su madre, hombre!



- ¿Cree que podría haber un giro desde la deriva torerista en la que estamos hacia algo más serio? Porque a veces da la impresión por redes sociales de que hay un poco de movimiento en esa línea pero luego se organiza una feria como la de 3Puyazos y nos citamos allí los de la portátil.

- (Resoplando) Yo siempre fui muy optimista y ya no lo soy...

- A base de palos...

- Sí, a base de palos he perdido el optimismo. Y lo peor es que no veo cómo cambiarlo. Ahí está el pobre Julio Fernández intentando cambiar las puyas, a ver si en Castilla y León se revisa todo para mejorar la lidia... Monta un festejo en Alba de Tormes en el que estuve presente, sale fenomenal por lo que a las nuevas puyas se refiere y resulta que no sirve para nada porque los profesionales no quieren. Pues no sé, la verdad... no sé qué se puede hacer... Es que al final don Corleone no quiere y siempre terminamos volviendo a los estibadores de Nueva York. Si la Administración actuase, no habría más remedio que aceptarlo. Pero es que tampoco actúan los de arriba del escalafón ya que si ellos aceptasen esto, los demás no tendrían más remedio que tragar porque viven gracias a los de arriba. Pero están muy cómodos...

- Yo creo que en eso tiene mucha culpa la prensa taurina. Ella podría ser un altavoz para denunciar o presionar pero están todos comiendo en el mismo pesebre.

- La prensa está dentro del sindicato de los estibadores. No hay una prensa taurina independiente con una voz importante... Es que lo ves en los periódicos, no hay nadie. Así, la integridad del toro no se garantiza. Es que al final... ¡igual acabarán legalizando que se arreglen los animales! Además, lo que estamos comentando de la lidia del toro no interesa a nadie porque en realidad, el toro no interesa. Y conste que el aficionado nunca quiere que haya una desgracia en una corrida pero el espectáculo tiene que ser puro e íntegro, donde el toro sea el que es y delante de él el torero tenga que demostrar que es capaz de hacer algo que ninguno de nosotros sería capaz. Es una profesión muy arriesgada aunque también muy grata para los que llegan arriba y ganan mucho dinero y gozan de popularidad. Eso tendría que conllevar una responsabilidad. Siempre fue así de los años cincuenta para atrás aunque en los sesenta empezó a cambiar. Los que mandaban eran los que más responsabilidad tenían porque entonces el público no tragaba tanto como ahora. Era impensable que un empresario anunciase los mejores toreros con las ganaderías más cómodas. A partir de los sesenta eso fue degenerando hasta el descalabro actual. 



- Un lector del blog me decía que había que entender que todo el mundo busca la comodidad en su trabajo y yo le respondía que eso vale para un oficinista pero no para un matador de toros, que se supone que es un héroe...

- Así es y además se supone que si tú estás arriba deberías tirar del carro, por lo menos aparentemente. Si vas a Écija puede ser que vayas con algo más comodito pero en Sevilla, con dos rivales a quienes te quieres cargar, pues ahí te presentas con lo más grande, o con una ganadería que no entiendan, como hacía Pepe Luis anunciándose con Miura en la época de Manolete y Arruza. Ese juego era lo que daba pasión al aficionado pero hoy todo se ha acomodado de tal manera que se hace todo sin pasión. 

Anotemos para ustedes que Pepe Luis mató en total treinta y cinco miuras y Manolete dieciséis, salvo error. En el mismo cartel con reses de Miura coincidieron sólo dos veces. Fue en Sevilla y el mismo día: 20 de abril, tanto en 1942 como en 1945.




- Esto está montado como un banquete donde comen de lujo las figuras y allí sólo se sienta quien ellas decidan. Para el resto, las migajas.

- Y en ese circuito cerrado están empresas, toreros, apoderados -que muchos también son empresa-, ganaderos... ¡y prensa! Nadie mete ahí a la prensa y también están dentro. Todo eso es un circuito absolutamente cerrado y si alguien se sale lo pueden acribillar.

- La corrida concurso de Vic ¿se la plantea como una inversión  de futuro allí si su toro da buen juego?

- Sí. Ya hemos ido a varias concursos y en uno quedamos muy bien pero luego no nos compraron una corrida completa. No obstante, cada vez la baraja de ganaderías con interés para este tipo de ferias es más limitada. Si ese toro diera este año un juego muy bueno podría ser lo que usted dice. De momento es un buen escaparate de cara a Francia. De hecho, ha habido años que he lidiado más en Francia que en España y ahora no me sucede eso. La verdad es que voy muy ilusionado a esa corrida de Vic.

- ¿Está llevando a cabo algún tratamiento especial para fortalecer los cuernos y que los pitones se le astillen menos?

El pienso lo hacemos nosotros pero les echábamos además unos tacos de una empresa muy famosa entre los ganaderos que se llama Inalsa. Hay un taco que se echa a los añojos y erales que sirve para el desarrollo de huesos y pitones. En eso los piensos han mejorado mucho. Ahora lo sigo echando hasta que se lidian y a lo mejor eso protege más el pitón. Pero mis problemas de pitones son genéticos, vienen de la consanguinidad. He mejorado mucho pero de vez en cuando algún toro me mete la pata. Es como lo que decíamos de la fuerza o de emplearse en el caballo, en cuanto piensas que lo has superado te puede volver a sorprender.



- Y este año tendremos los toros que nacieron en la época del virus cuando los ganaderos redujeron la alimentación a causa de aquel momento crítico. ¿Cómo lo ve?

- Hay menos toros, eso sí, lo ves en que te preguntan más por ellos. En mi caso hay mucha demanda para las calles, parece que en el campo hay menos. Es normal porque no había quien aguantara una empresa donde todo eran gastos sin ingresos. En cuanto a la alimentación, nosotros no redujimos la alimentación ni tampoco eliminamos vacas o toros porque en ese caso la consanguinidad nos hubiera machacado.

- Tengo apuntados algunos ganaderos de los de la generación anterior, que son los que usted trató más, y se los voy diciendo para que me comente algo de ellos. Lógicamente el primero será don Álvaro Domecq.

- Mi padre consiguió Los Alburejos para don Álvaro Domecq. Mi padre lo tenía en arrendamiento pero el propietario, no sé por qué, no se lo quería vender. Don Álvaro fue quien me dijo una vez que mi padre había intervenido a favor en la compra y terminaron siendo muy amigos. Cuando yo empecé como ganadero me invitaban siempre a los tentaderos a campo abierto, que era algo que yo no sabía hacer. Se portó muy bien conmigo. Era muy buen ganadero, un romántico, con una idea de su toro donde a lo mejor la raza estaba por encima de la comodidad. Ésa es la impresión que me daba.

- Él diferenciaba entre raza y casta, que son términos sinónimos para muchos aficionados. Sostenía que al toro no se le había quitado la raza porque eso era lo que hacía que embistiese contra todo sino que se le había quitado la casta. Decía que la casta implicaba siempre movilidad y por consiguiente el exceso de casta iba en contra del toreo moderno, que precisa de un toro que embista más suave. ¿Cómo lo ve?

- Recordemos que este hombre vivió la posguerra no sólo como criador sino también como rejoneador, o sea que vivió en primera persona el mundo de los toros pero también el de los toreros. Siempre me pareció un buen ganadero.



- Cuando su padre compró los veraguas, ¿él tuvo algún papel?

- No, cuando mi padre decide llevarse los toros de Los Alburejos a La Ruiza es cuando aparece él con la intención de comprar la finca y fue cuando no sé por qué el propietario no se la quería vender.

- Entonces es cuando trajeron sus toros a caballo hasta aquí...

- Exacto, el abuelo del actual mayoral, Doblado, los trajo desde allí.

- Atravesarían las marismas por la zona de Doñana, ¿no?

- Pues no sé por dónde vinieron exactamente. Hay un señor mayor, el maestro José, que lo sabrá ya que fue el aguador de aquella excursión y yo tengo todos los archivos de todos los envíos que se hicieron porque lo guardo todo. Fueron tres envíos de ganado a pie y a caballo y después en camiones trajeron bueyes viejos y vacas viejas.



- Otro con quien usted tuvo mucha relación fue con don Fernando Cuadri...

- Mi primer contacto fue con el padre, con don Celestino. Era un hombre todo corazón. Cuando nadie tenía una escopeta para anestesiar toros, él venía con la escopeta. Además, en mi primerísima época de ganadero le recuerdo en las reuniones de la Unión. Después ya transcurrió toda mi vida con don Fernando Cuadri, que ha sido gran compañero, gran amigo y muy buen ganadero, claro. Un sabio del campo, con los errores o aciertos de cualquier ganadero pero con un conocimiento del ganado muy superior al que tenemos muchos.

- Aunque él sigue insistiendo en que se morirá sin haber entendido realmente cómo es el toro...

- Muchos nos moriremos sin haberlo entendido. Comparado con algunos sabios de ahora que parece que lo saben todo del toro, nos da la impresión a algunos de que cada vez sabemos menos. Nos llevamos tantas sorpresas que nos parece imposible que alguien sepa de verdad algo sobre el toro. Seguramente nos moriremos con esa curiosidad.

- Lo que pasa es que muchos ganaderos del siglo XXI parecen saber mucho de ese toro que yo denomino posmoderno y que es un animal que a veces da la impresión de estar excesivamente domesticado...

- Pero es que saber tanto de ese tipo de animales no es tan fácil, ¿eh? Ni siquiera de ésos. Lo que pasa es que nosotros barajamos unos comportamientos y unas variables que igual ellos no los tienen en cuenta. Por ejemplo, volviendo a la primera pregunta: poder y fuerza. Si uno tiene unos toros y los quiere lidiar en Pamplona, ¿qué hace? Organizas un tauródromo de aquí a Lucena del Puerto y pones a los toros a correr con un cronómetro. Esos toros cuando salgan al ruedo tendrán fuerza, no se caerán pero... ¿tendrán poder? No tiene por qué. Si no demuestran un comportamiento bravo, con la aspereza de la bravura, no tendrán poder. Por eso algunos ganaderos de hoy en día miran más la duración, que no muevan la cabeza al embestir... unas cosas que nosotros no consideramos.



- Yo decía a Reta que el antideslizante había matado el encierro y lo había transformado poco menos que en una romería. Él me respondía que eso estaba bien visto pero que con los corredores comentaba que dado el entrenamiento que tienen hoy los toros, deberían dar gracias a que ya no se quede rezagado ninguno porque podría hacer una escabechina.

- Sí pero aparte del antideslizante, el que uno corra los toros no sé cuántos kilómetros, a toda velocidad, con los caballos por detrás para que no se distraigan pues eso también influye en los animales a la hora de correr el encierro.

- Otra es doña Dolores Aguirre.

- Sí... De Doña Dolores quien más debería hablar de ella sería mi madre, que hoy no puede porque está con gripe. La amiga de doña Dolores era mi madre, a quien siempre decía: 'Mercedes, mis toros quizá sean más bravos y todo lo que tú quieras pero los tuyos son más guapos'. Ha sido de los últimos ganaderos verdaderamente románticos que ha habido. Una persona que tiene su dinero y lo invierte en toros sin irse a lo más cómodo... ¡Eso tiene mucho mérito! Porque los otros que hemos hablado, don Álvaro, Cuadri, yo mismo, ya llevábamos años como ganaderos pero a esta señora, de repente, le da por comprar una ganadería, con la ayuda de Pepe Luis, de Ordóñez... y en vez de irse a lo pitiminí, pues como a ella le gusta el toro de verdad entonces decide comprar esa ganadería y la moldea a su gusto. Esa misma vacada en otras manos no tendría el comportamiento que tienen hoy sus toros. Ojalá ese espíritu lo mantenga su hija, que yo creo que sí lo hará por lo que he hablado con ella.

- Además siempre se comentó que el toro de Atanasio es difícil de llevar porque como se te vaya a lo manso puedes tener muchos problemas para recuperarlo.

- Seguramente debe de ser así pero no deja de ser un toro muy interesante. Recuerdo corridas de la época de doña Dolores en Pamplona que sí, que salían mansas pero eran muy interesantes y entretenidas. Al fin y al cabo, una corrida fundamentalmente te tiene que entretener, independientemente de que luego haya más o menos bravura. Y esa ganadería entretiene mucho.

- Ella decía que su sueño era que dieran la vuelta al ruedo a un toro suyo en una plaza importante -no hablaba de indulto- y que el torero le corte las orejas pero después de haberlo pasado un poquito mal...

- (Se ríe) Claro, es que esa señora era así...

- Y de la familia Saltillo usted conoció mucho a Félix Moreno.

- Sí, pero a Moreno Ardanuy, no, ¿eh? Yo conocí a Félix Moreno de la Cova. De hecho, sus hijos Félix y Enrique fueron socios míos. Yo monté una empresa primero de espárragos y después de uvas sin pepita y mis socios fueron Félix y Enrique Moreno de la Cova, los dos hijos, junto a Lourdes Gamero-Cívico, que tenía la ganadería de Flores Tassara. No ganamos mucho dinero pero tampoco nos arruinamos. Sin embargo, a quien traté muchísimo, más que a todos estos de los que estamos hablando, fue al hermano de Félix, Alonso Moreno de la Cova. Me trataba como a un hijo. Él es el padre de los actuales ganaderos de Saltillo...

- Es el de los Urcola...

- Exacto. Yo iba a Palma del Río cuando él estaba construyendo un hotel que se llamó Monasterio de San Francisco y desde allí yo lo recogía en mi Renault 4 e íbamos juntos a sus tentaderos. Tomasito, me llamaba...

- ¿Y como persona?

- Era muy especial  pero conmigo siempre fue encantador, me trataba a cuerpo de rey. Me enseñó un montón de cosas... Alonso Moreno de la Cova, sí... (se queda pensando). Aunque es verdad que su ganadería favorita era la suya, la del hierro de la casita, ésa era la que le gustaba. Me decía: 'yo heredé lo de Saltillo y lo mantengo pero me gusta más lo de Urcola'. En sus tentaderos estaba presente yo casi más veces que el hijo ya que por aquel entonces él era rejoneador. Me acuerdo de que salía la vaca, la paraban, la ponían siete u ocho veces al caballo y decía '¡vista!' Acto seguido salía el torero, le pegaba tres o cuatro pases y volvía a decir '¡vista, ya está, déjala!, ¡siguiente vaca!' Y con la siguiente a lo mejor hacía lo mismo. Como era un hombre mayor, muy enérgico, los toreros no se atrevían a preguntarle qué pasaba. Venían a mí a decirme: 'pero ¿qué hemos hecho mal?, ¿por qué no nos deja torearlas de muleta?' Y yo iba y se lo preguntaba: 'Alonso, ¿por qué no la has visto en la muleta?' Y me respondía: 'porque no me interesaba, ya he visto si me gustaba o no'. Cuando lo tenía claro, la muleta le daba igual. Sabía mucho de esa ganadería, sabía cómo seleccionar y acertaba con las vacas. Lidiaba en aquellos años mucho en Madrid y cuando le salía un toro bueno me decía: '¿tú te acuerdas de aquella vaca en aquel tentadero con...? Me preguntaste por qué la dejé de madre sin torearla, ¿no? Pues es la madre de éste'. Era un ganadero muy sabio. En cambio, los hijos de Félix no salieron muy ganaderos. Enrique heredó lo de Saltillo, el hombre no era muy ganadero y se lo vendió a su primo, lo cual me parece muy bien porque así quedó dentro de la misma familia. El hijo de Alonso era más de Saltillo que de Urcola, eso está claro. Pero yo no he visto jamás un ganadero que tenga más en la mano una ganadería como tenía Alonso Moreno aquello de Urcola. Siempre me impresionó el conocimiento que tenía.



- Y a Victorino padre, ¿lo trató?

- Sí, claro, muy buen ganadero, con mucho conocimiento, muy simpaticón, un hombre muy listo. Yo lo he conocido incluso viniendo a la finca como veedor de la empresa de Madrid. Eran los tiempos de Berrocal con Canorea y venía y me decía: 'Tomasillo, ¿qué toros te parecen bien para Madrid?' Y recuerdo que una de las veces que vino, le dijo mi madre que no podíamos embarcarle ningún toro porque la Unión negaba el visado a la empresa ya que tenían algo pendiente de pago. Y él insistía a mi madre: 'pero señora, hombre, no sea así...' Y mi madre le respondía: 'que no, que no puede ser, que Mayalde ha dicho que no y no puede ser.' Solamente nombrando a Mayalde nos echábamos todos a temblar (sonriendo). La verdad es que en aquella época el gremio ganadero era muy bueno y en esa bondad incluyo a Victorino, por supuesto.

- Y con los Miura, ¿tuvo usted trato con Eduardo padre?

- Con Eduardo padre, mucho, igual que con los hijos. Era un caballero. Un año que mi madre se quedó sin bueyes nos mandó un camión con bueyes de los suyos. Luego mi madre ya se los pagó y terminaron muriendo aquí. (Éste que ven es Pasolargo, el jefe de la actual parada de cabestros en La Ruiza).



- Estos son los que yo sabía que usted había tratado bastante. ¿Me dejo alguno?

- Pues había un ganadero navarro que se llamaba César Moreno Erro...

- Sí, hombre, el ganadero navarro que más veces ha lidiado en Pamplona. Con un toro suyo salió en hombros Dámaso González hace cincuenta años...

- Era encantador, gente muy simpática. Él y yo siempre interveníamos en todas las votaciones de la Unión porque era el de más edad y yo el más joven. De él puedo hablar más como compañero en la Unión que como ganadero. Así seguimos hasta que hubo una votación famosa creo que ya con Juan Pedro Domecq de presidente de la Unión. Acabábamos de entrar en la Unión Europea y se votó una cosa muy delicada. Había un artículo de los estatutos según el cual nosotros no podíamos vender vacas ni toros a ganaderos que no fueran de la Unión. De hecho, lo que querían era legalizar algo que ya estaba ocurriendo. Se votó mayoritariamente a favor de legalizar eso. Si éramos doscientos ochenta, hubo doscientos cuarenta a favor y cuarenta nos mantuvimos en contra. Recuerdo que luego me llamó Borja Domecq, entonces muy jovencillo, a quien conocía de coincidir con él en tentaderos a campo abierto, antes de que tuviera lo de Jandilla. Me dijo: 'oye Tomás, que como nos conocemos, me dicen que hable contigo a ver si... hombre, a ver...' Y yo le contesté: 'Borja, soy joven pero no soy tonto. Si resulta que ahora vuestro desecho lo vendéis por todas partes, en cuanto pasen diez años yo no voy a poder vender ni un solo toro'. Y con el paso del tiempo eso es lo que más o menos ha ocurrido. Muchos nos opusimos a aquello, con Cuadri, con los Sánchez Fabrés... pero no hubo nada que hacer.

- De aquellos polvos, estos lodos...

- Ahí empezó todo y ése fue el inicio de mi divorcio con la Unión. Ya no asistí a más reuniones.

- O sea que a día de hoy usted paga la cuota y listo.

- Pago la cuota, tengo mis derechos como asociado pero no comulgo con ellos. Además lo saben y no les gusta que hable con nadie de ellos porque siempre va a ser en el mal sentido. Si usted va alguna vez a las oficinas de la Unión, verá esa famosa foto que llevaron a Bruselas con mis toros atravesando la charca, ahí la tienen, ampliada en una pared más grande que ésta. Yo siempre les he dicho: 'el día que me vaya me llevo el cuadro, ¿eh?'

- Se lo harán pagar... (acabamos la conversación entre risas los dos).


Ya que hablábamos de Urcola en la conversación, en el casco antiguo de Marbella hay un bar que tiene en la entrada un toro entero disecado. Cuando lo vimos nos acercamos rápidamente a ver el hierro y era el de la casita o, como dicen otros, el de la puya. Es un colorado, ojo de perdiz de don Alonso Moreno. Suponemos que todavía debe de seguir allí. Era muy parecido al Precioso de Madrid que evitó en el último minuto que Espartaco se vistiese con el vestido de plata que ya tenía preparado (lo contábamos aquí).

Y ya que salió al final don César Moreno, les diremos que su hija presidía en Pamplona siendo concejal de UPN. Doña María Teresa (q.e.p.d.) concedió en su día un muy discutido rabo a Jesulín. Un conocido crítico sufrió los efectos de su crónica, que tuvo la idea en mala hora de titular 'El rabo de la señora presidenta'. Anotemos que a Joaquín Vidal no le pasó nada titulando la suya de esta guisa:


Les anunciábamos en la primera parte que Tomás Prieto de la Cal no se mordía la lengua. No es que hayamos descubierto la sopa de ajo pero lo han podido comprobar una vez más si han llegado en su lectura hasta aquí. Quizá lo más preocupante de todo lo que comenta es que una persona como él, que siempre fue optimista en lo que a la fiesta de toros se refiere, esté a estas alturas bastante resignado. Rezuma un pesimismo muy parecido al que impregna tantas páginas de nuestro modesto cuadernillo. Soplan malos vientos...

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.