Tras aclarar en el primer capítulo la definición de bravura, nos entretendremos a base de algunas preguntas relacionadas con ésta. No son como aquéllas de la otra entrada donde nos movíamos en el campo de la suposición. Las que leerán a continuación creemos que sí tienen una respuesta clara, al menos en nuestra modesta opinión, que estamos dispuestos a discutir con ustedes en la sección de comentarios.
Intercalaremos las ilustraciones entre pregunta y respuesta para darles tiempo a que piensen qué responderían ustedes. A ver si coincidimos.
1. ¿ES LO MISMO CASTA QUE BRAVURA?
No. Digamos que la casta, o sea, el temperamento, sería el ingrediente básico de la bravura. Antonio Pérez-Tabernero decía que no hay bravura si no hay temperamento y que el toro más bravo era el que embestía más violentamente. Curiosamente fue él quien en los tentaderos empezó a dar la misma importancia a la muleta que al caballo. Ya saben que por aquel entonces, si no se cumplía en varas ibas al matadero. Recuerden a Parladé tras la octava vara a una vaca suya: 'ahora empezaremos a verla...'
Felipe Sassone era el mejor amigo de Gallito como contábamos aquí. Decía que la casta era una promesa de bravura nunca una certeza. La casta otorga al toro la categoría de no ser tonto, de que va a dar problemas al diestro.
Salcedo decía que si al toro se le va rebajando la casta es imposible que cada vez sea más bravo. Justo es ésa la mula ciega que nos quieren vender los ganaderos comerciales hoy en día: con la casta bajo mínimos, nos aseguran que tenemos el toro más bravo que nunca. Ya no salta ninguno al callejón, añaden siempre.
Lo de raza se puso de moda en los años sesenta como sinónimo de casta. Desde entonces se repite hasta hoy. Tras la lidia de un toro, decir que no ha tenido raza es lo mismo que decir que ha sido descastado.
Aunque Álvaro Domecq decía que la raza era simplemente la cualidad de un toro de embestir hasta morir. Sostenía que en la selección era verdad que se había eliminado gran parte de casta pero los toros seguían teniendo mucha raza porque embestían incansables a la muleta, 'con ese espectáculo de suave y largo recorrido, con el hocico sobre la arena y fijeza total que permite faenas largas y bellas de gran plasticidad'. Quizás se le olvidó añadir faenas aburridas, insulsas y monótonamente repetitivas.
Para él, la casta podía ser buena o mala, concepto que han ido repitiendo los taurinos hasta la hartura. Afirmaba que la casta transmitía movilidad pero también falta de entrega (sic) por resultar revoltosos durante la faena, lo cual provocaba que no fuesen profundos en la muleta (sic de nuevo).
2. ¿TODOS LOS TOROS BRAVOS SON FIEROS?
Un miura arrolla al portugués José Julio en Sevilla (1965) Ha muerto cuatro días después de publicar esta entrada. Descanse en paz. |
No. La fiereza sería un exceso de temperamento razón por la cual no es identificable la bravura con la fiereza. Algunos mantienen que la fiereza se da sólo en el ataque de un animal para comer. Por consiguiente, en el toro no habría tal. La prueba sería que en cuanto el toro nota que el enemigo está vencido, ceja en su acometida.
Nosotros no hilamos tan fino y al citado exceso de temperamento lo denominamos fiereza, condición que puede aparecer incluso en un toro menos bravo que salga huyendo del caballo al hierro.
3. ¿PODEMOS CALIFICAR COMO BRAVO UN TORO QUE DURANTE SU LIDIA SE RAJA Y SE VA A TABLAS?
No. Recordemos que Luis Uriarte se inventó ese oxímoron de la bravura mansa para aplicársela a según qué toros modernos (hablamos de principios de los años cincuenta). Es la teoría de Justo Hernández cuando dice que en el momento en que un toro bravo ve que no puede más, se transforma en manso. No vemos eso nada claro. Para ese tipo de toro habría que inventar otro vocablo que no fuese el de bravura entendido como bravura genuina, no bravura con adjetivos para intentar darnos gato por liebre.
4. ¿ES BRAVO UN TORO QUE APRIETA PARA ADENTRO EN LUGAR DE PARA AFUERA?
No. Hoy en día vemos toros que o por el castigo recibido o por tener la casta justita, aprietan hacia donde piensan que gozan de más protección. En ganaderías comerciales se aprecia que las figuras tienen que esforzarse en mantener el toro en la muleta porque a la mínima que puede se escapa a la madera. Pues respetaremos todas las opiniones pero el toro que hace eso está claudicando en su hipotética bravura.
5. ¿PUEDE HABER TOROS BRAVOS EN GANADERÍAS COMERCIALES?
Hombre, sí en caso de aplicarles el adjetivo de bravura comercial. El problema de estas ganaderías es que han caído en lo que antiguamente se llamaba el pasa torito. Dicho de otro modo, si nos inventamos otra categoría situada en un escalón inferior a la que llamaríamos bravura comercial o bravura dulce este tipo de toros sí será bravo.
Piensen ustedes en las veces que han oído o leído lo de que el diestro se acopló muy bien con el toro. Si estuviéramos ante un toro realmente bravo con su buena dosis de casta, ¿verdad que nunca utilizaríamos el verbo acoplarse?
Daniel Ruiz era diáfano al asegurar que el caballo en la tauromaquia actual es un trámite. Ese pensamiento lo comparten todos los ganaderos comerciales. Por eso estaríamos ante otra bravura, la bravura posmoderna, y si seguimos con los adjetivos es señal de que no vamos bien. Sería aquélla en que el maestro segrega saliva de gusto al torear en lugar de tener la boca seca de tanto tragársela. La bravura con casta y la bravura con miel son dos mundos completamente diferentes.
Fernández Salcedo |
Salcedo contaba la anécdota sucedida cuando Himmler vino a España y lo llevaron a la corrida que contábamos aquí. Sólo hubo tres toros por el diluvio. Se anunciaban Lalanda, Pepe Luis como confirmante y Gallito, el sobrino. Varios teutones del cortejo del Reichsführer dijeron al acabar que la corrida les había gustado pero 'es una pena que los toros estén tan amaestrados, sería más interesante si fuesen más salvajes'.
6. ¿EXISTE LA BRAVURA TOTAL?
Dicho de otro modo, ¿podríamos encontrar siempre un momento de flaqueza en el toro más bravo? Pues no deberíamos. Un ganadero de la cuerda de nuestros selectos lectores nos decía: 'es que el 10 en bravura es casi imposible'. Nos lo comentaba cuando le indicábamos que un toro suyo premiado había salido suelto de la tercera vara.
Aun a riesgo de que piensen que orinamos fuera de tiesto, en nuestra opinión un ejemplo de flaqueza o claudicación de la bravura sería la nobleza.
7. ¿TODOS LOS TOROS BRAVOS TIENEN QUE SER NOBLES?
No, en nuestra modesta opinión. Siempre que entendamos por nobleza esa obediencia que raya muchas veces en la tontera. Al toro bravo digamos que hay que ganarle los pases, hay que vencerlo toreando. El toro noble, aunque tenga su bravura, no exige tanto. Corrochano se refería en sus crónicas a ese tipo de toro bravo pero muy noble como bravito.
Clarito insistía en que la nobleza, cuando rayaba en la bondad, estaba ya viviendo vecina de la mansedumbre. Es lo mismo que comentaba Juan Pedro Domecq y Díez cuando afirmaba esto:
'Lo que es comercial hoy puede degenerar en franca mansedumbre en la siguiente generación ya sea por falta de fiereza o por exceso de borreguismo'
O sea, por exceso de nobleza, o de bondad, o de sumisión, o de colaboración, lo que ustedes quieran. Recuerden que lo hablábamos en esta entrada.
Podremos estar de acuerdo en que la nobleza es un complemento a la bravura pero no un ingrediente fundamental como sí lo es la casta.
8. ¿SE PUEDE HABLAR DE BRAVURA EN LOS FESTEJOS POPULARES?
Puçol, 2017. Toro de Victoriano del Río |
No. Diremos que un toro ha dado buen juego pero no que ha sido bravo porque no sufre la obligación de sobreponerse a un castigo o a una adversidad.
Precisamente los animales que se exhiben en las calles suelen dar mejor juego cuando tienen un componente de menos bravos que los hace reservarse.
9. ¿SE PUEDE DEDUCIR LA BRAVURA DE UN TORO A PARTIR DE SUS HECHURAS?
No. Cuando sale un toro bueno, los taurinos presumen siempre de que con esas hechuras no podía fallar. Pues a nuestro entender, las hechuras fallan como una escopeta de feria. Podríamos poner muchos ejemplos pero recordaremos únicamente esa sardina brocha que acaban de ver. Era de Hermanas Azcona y se lidió en Tafalla en 2014. Las hechuras no podían ser menos prometedoras, ¿no creen?
Pues nada más saltar al ruedo vimos que se arrancaba a todo lo que se movía, aunque fuese la punta de un capote empujado con el pie. Cuando se enfrentó al caballazo de turno, lo volteó y aún se fue por tercera vez contra el peto con el tercio cambiado sin que mediara provocación del piquero. Luego siguió embistiendo en los demás tercios de manera incansable, sin escarbar ni una vez y sin hacer el más mínimo amago de rajarse o apretar para adentro:
Como la entrada nos está quedando demasiado larga y no queremos aburrirles, cortamos aquí el interrogatorio. Quedan pendientes otras preguntas que continuaremos en una próxima entrega.
Por lo menos hemos terminado con el buen sabor de boca de haber recordado aquel novillete tan bravo de las hermanas Azcona. Lo mató Francisco Expósito y le cortó una oreja que pudieron ser dos si no se equivoca entrando a matar en la suerte contraria, ¡a quién se le ocurre!
De lo más bravo que hemos visto en una plaza, señores, recuerden la entrada. Aquella crónica la titulábamos '¿que prefieren, bravura o trapío?' Aquí cada uno de ustedes tendrá su respuesta. La nuestra está clarísima.
Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.