No es que vayamos a enmendar la plana a don José María, a quien seguimos admirando por su magna obra y cuya casa en Tudanca visitábamos y les mostrábamos aquí. Lo que haremos será completar la información que da sobre Saleri II en la página 857 del tercer volumen de su obra.
Se refiere allí al torero alcarreño Julián Sáiz, Saleri II. Sobre el apellido decir que no es Sáinz cómo figuraba a veces en los carteles. Referente al ordinal, hay discusiones: unos dicen que debería ser el tercero, otros el cuarto, el séptimo o incluso el octavo. Él cambió su original de El Posadero por el del empresario que lo anunció de novillero en Tetuán, Juan Sal, Saleri. Seguro que entonces no se planteó si había habido otros toreros con ese apodo y por eso se puso lo de segundo. Se discute también su fecha de nacimiento pero creemos que la correcta es 1892.
Cossío recuerda la grata impresión que le dejó Saleri en una corrida en Salamanca donde alternaba con Joselito y Belmonte pero reconoce que no se acuerda ni de la fecha ni del ganado. Eso es lo que le vamos a refrescar.
Aconteció el 14 de septiembre de 1919. Los toros fueron de Carmen de Federico, muy aprovechables para hacer cosas buenas, como decía Lagartijo de los murubes. El mejor fue el tercero, cuya lidia correspondió a Saleri. Su dulce embestida hizo que los tres diestros se recreasen en quites. Luego Saleri puso cuatro pares de banderillas donde brilló uno al quiebro en el platillo. Se pasó el toro al natural entre ovaciones y lo liquidó de una buena estocada recibiendo.
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1915: estocada de Saleri a un miura en Zaragoza |
Esta era la información que faltaba en el Cossío. Les llamará la atención que nuestro protagonista alternarse con los dos monstruos. Las malas lenguas dicen que los acompañaba porque lo obligaban a pechar con los dos toros que los otros no querían. Cuando el río suena...
Hemos mirado las estadísticas y Saleri compartió cartel con ambos en 14 ocasiones. Con Gaona y José lo hizo en 13. Con Gallito y su hermano coincidió en 10. No parecen casualidades ciertamente.
Está claro que los fenómenos tampoco iban a anunciarse con un piernas. Saleri fue torero con oficio, alegría, facilidad y dominio. Sin embargo, esto iba ligado con un cierto conformismo, algo de comodidad y bastante falta de personalidad taurina. Como pueden ver, es una mezcla ideal para completar esos carteles como telonero y hacer lo que te manden.
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La última corrida de Gallito en Zaragoza, toros de Santa Coloma. A la izquierda, Saleri. |
Fue un brillante banderillero, especialmente de dentro afuera y al quiebro.
Matando, pinchaba poco y se alabaron sus estocadas recibiendo. Don Ventura decía esto:
'A Saleri II es a quién con más seguridad y limpieza he visto recibir en mi larga vida de aficionado: fue en Bilbao a uno de Parladé el 18 de agosto de 1918'
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1913 en Chinchón. Ya ven dónde está la espada |
Le dio la alternativa Vicente Pastor en 1914. El toro que le cedió se llamó Manguero, de Pérez Tabernero, y el diestro no anduvo muy lucido. De hecho, tardó más de 6 meses en volver a Madrid pero a partir de su segunda temporada empezó a acumular corridas. Esta foto es de aquella tarde aunque tiene que ser de su segundo toro porque Manguero era cárdeno:
Sus mejores años fueron 1916 1917 y 1918. Vean:
- 1916: Gallito, líder con 105 corridas, le sigue Gaona con 65 y Saleri con 47.
- 1917: Gallito toreó 103, Belmonte 93 y Saleri, de nuevo tercero, con 57.
- 1918: Gallito, líder con 80, Saleri segundo con 72 y Gaona tercero con 60.
Alternó con José nada menos que en 78 ocasiones. Sólo hay tres toreros que lo superen en paseíllos acompañando a Maravilla: Belmonte, El Gallo y Gaona. En una cosa sí supera claramente nuestro torero a Gallito: mató más corridas de Palha en una sola temporada que el Nene de Gelves en toda su carrera (sólo fueron tres mientras que Saleri mataba cuatro o cinco cada año ya que era muy amigo de la familia portuguesa).
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1912: Saleri en el salto de la garrocha. Es la plaza de Carabanchel |
Cuando la tragedia de Bailador, Julián y toda su cuadrilla se desplazaron desde Madrid a Talavera y acompañaron el cadáver de vuelta hasta la estación de Las Delicias (lo contábamos aquí). Seguro que en ese triste viaje en tren el bueno de Saleri recordaría cómo José le había hecho de peón de lujo dos años antes en Madrid ante un manso bronco de Pablo-Romero que lo llevó por la calle de la Amargura.
Ésa fue la segunda vez que peor lo pasó en una plaza de toros. La primera tuvo lugar el 11 de mayo de 1919. En el reconocimiento los veterinarios de Madrid querían echar para atrás al número 70 por falta de trapío. Era este toro astracanado de Santa Coloma:
El conde amenazó con retirar toda la corrida si no se lidiaba este animal. Se impuso su criterio y pasó a la posteridad con el nombre de Bravío. Unos dicen que tomó cinco varas y otros que siete, derribando en todas. Esta foto es de Saleri aquella tarde y quizás sea Bravío el toro pero no lo podemos confirmar:
El maestro nos reconoce que se vio totalmente superado:
'Aquel toro tenía cinco años y una hierba. El ganadero se impuso en el reconocimiento porque o pasaba o retiraba toda la corrida. Y pasó. Fue un toro excepcionalmente bravo, de una bravura encastada, de una fiereza envenenada. Se arrancaba de largo como una centella y luego se frenaba al hacer la reunión. Me olía, no me perdía de vista, me buscaba sin cesar. Lo mismo le pasó a Camará con uno de Vicente Martínez, a Lalanda con Amargoso de Albayda o a Domingo Ortega con Tapabocas... Eran tiempos duros, cuando el ganado demostraba casta, movilidad y temperamento. Había que tener alma de legionario y estar medio loco para ser torero...'
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1915: estocada a uno de Sánchez Coquilla en Barcelona |
Se mantuvo 14 años de alternativa y confesó haber ganado seis millones de pesetas de entonces, una fortuna. A pesar de que tenía fama de buen administrador quiso dedicarse a empresario en mala hora. Lo fue de toros y de teatro además de en España, en Perú y en Colombia.
Llegó a tener dinero invertido en un circo con el que viajó hasta el Japón. Para hacer publicidad se paseó por el centro de Tokio vestido de corto y con sombrero de ala ancha. Los nipones lo miraban como a un alienígena. La cuestión es que entre unas cosas y otras acabó arruinado.
Vivía en esta casa de Madrid de la calle Hortaleza. Desde aquí caminaba cada día hasta la plaza de Vistalegre donde dirigía la escuela taurina de Castilla junto a Julio Marquina:
Fue maestro entre otros de Andrés Vázquez, a quien escucharán contar maravillas del maestro. Un día de 1958 notó una opresión en el pecho al llegar a la escuela. Lo llevaron a la Casa de Socorro pero no pudieron salvarle la vida tras lo que era un ataque cardíaco. Aquí lo ven en un festival en Barcelona con sesenta años, seis antes de morir:
Ya que les escribimos a veinte metros de la plaza de toros de Tarragona diremos que Saleri concedió la alternativa aquí en 1923 a este novillero que ven matar con tan buen estilo:
Es el gaditano Pepe Amuedo. El testigo fue Camará. Por cierto, esta alternativa no consta en el Cossío, donde Amuedo figura únicamente como novillero.
Siempre quedará la duda de si tuvo mala suerte al coincidir con José y Juan. Quizás la duda sea saber dónde hubiera llegado con otra personalidad más ambiciosa. Es probable que se diese cuenta perfectamente de lo difícil que iba a ser destacar con aquellos rivales. Por eso se acomodó en lo que sabía, que era mucho y que además lo hacía fácil. No se equivocó porque esa estrategia le sirvió para ganar aquella fortuna que luego perdió.
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1914: estocada en Valencia a uno de Anastasio Martín, ¡sin estirar el brazo para pegar la puñalada! |
Y es que ya lo decía Larita, que era el más valiente de todos como pueden comprobar aquí: 'quitando a Joselito y Belmonte, los demás nos podemos llamar de tú'.
Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.