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domingo, 2 de abril de 2023

COPA CHENEL, 2023 (5): FLOR DE JARA - GUERRERO Y CARPINTERO

CASTIGO CHENEL

Si usted, amigo leyente, no vio ayer la corrida, reciba nuestra más efusiva felicitación ya que acertó de pleno. Si hoy tiene cosas mejor que hacer, olvide la crónica que viene a continuación y dedíquese a aprovechar mejor el tiempo porque nosotros lo perdimos miserablemente tragándonos un festejo que nos dejó molida el alma.

Lo poco que hemos visto de Guerrero y Carpintero ha humillado y ha empujado en el caballo, lo cual no es poco en los tiempos que corren. Los dos que se lidiaron quedaron simplemente en una aurea mediocritas pero pasaron la mano por la cara a los de Cancela. 



Lo último que hemos visto de Flor de Jara nos ha decepcionado amargamente. Estos cuatro que murieron en la Chenel fueron más de lo mismo y no dejaron en buen lugar el pabellón de la ganadería, que sigue en horas bajísimas. Es lo que tiene quedarse en tierra de nadie a la hora de seleccionar. 




MARIO PALACIOS. Ya sabrán que además de torero es agricultor. Su primero era de Flor de Jara, un cárdeno muy claro. Lo recibió a porta gayola:




Carioca vergonzosa y trasera de Israel de Pedro, que dejó al torete para el tinte. Ya ven cómo se deja pegar sin más, ¿qué va a hacer el pobre atrapado en esa trampa mortal?



Mora fue arrollado sin consecuencias en banderillas y Palacios se encontró con un santacoloma pensativo y mirón pero sin aparente malicia. Anduvo premioso y un tanto dubitativo:



Aburrimiento total durante el cual nos volvió a llamar la atención el extraño pliegue de su vestido por debajo del glúteo:



Como se puso pesadísimo en una faena interminable, nos deleitó con un sainete a la hora de cuadrar. Estocada casi entera, tendida, trasera, con telonazo, estirando el brazo como ven y perdiendo la muleta, ¿quién da más?



La del callejón le dijo que era el primer animal de Santa Coloma que mataba y él indicó que no. Efectivamente, nosotros vimos cómo estuvo a punto de sonarle el tercer aviso con un novillo de Raso llamado Quitapenas en una novillada que suspendió Fernando Sánchez, lo pueden recordar aquí.

Su segundo era un colorado ojo de perdiz de Guerrero y Carpintero muy bien armado y en puntas:



Volvió a irse Palacios a porta gayola, lo cual tiene un mérito que no suele reconocerse como explicábamos en esta entrada. Pegó dos largas más de rodillas en tablas. Emborronó esa buena disposición despreciando la suerte de varas y dejando el toro paralelo a las tablas, ¡muy mal!



El bicho tenía cierto geniecillo y había que llevarlo con mano firme. Como Palacios no la tuvo el toro se fue haciendo el amo pero seremos generosos y dejaremos la cosa en tablas. Observen cómo embestía al final de la faena:



En una última tanda que ya sobraba el toro lo paseó por la atmósfera y después se dedicó a buscar al muñeco ya que había aprendido idiomas. Le dejó una herida en el gemelo aunque se retiró por su propio pie.

Estocada trasera y perpendicular, por llevar la mano alta y hacer el arco iris, tirando alevosamente la muleta para irse corriendo a tablas de forma poco airosa. Descabello y orejilla de todo a cien con los mulilleros montando su patético número habitual sin que el presidente les dijera nada:




DANIEL MENÉS. Nació en El Batán, entre los toros, como quien dice. Su primero era de Flor de Jara, un cardeno ordinario, gacho, listón, ojalado, carinevado, bragado, meano corrido y axiblanco:



Desarmó a Menés en el segundo lance y empezó a quedarse debajo del capote. Puyazo contrario y bajo tapando la salida y barrenando a gusto, con Menés demostrando un preocupante autismo. Señor Cancela: el picador hizo con su toro lo mismo que usted pide que hagan los picadores con los toros de los toreros que apodera, o sea que ahora no se lamente.

Pareó muy bien Rey, que saludó como cada tarde:



El toro parecía interesante en la muleta porque se mostraba codicioso al principio pero mucho nos temíamos que el picador lo había dejado para echar migas al gato. Hasta Encabo dijo que el pobre estaba sangrando mucho pero sin explicar el criminal motivo. Como era de prever, en la tercera tanda entregó la cuchara y se paró. Observen que se está muriendo probablemente gracias a la sangría deleznable del piquero:



¿Habría entendido Menés la lección? No, como se vio en su segundo. Cuatro pinchazos malísimos por entrar sin fe, sin cruzar y sin mirar al morrillo, más un sablazo perpendicular que basta. Nunca ha sabido matar, sigue igual que cuando era novillero y así no puede ser.

Su segundo era de Guerrero y Carpintero, negro, chorreando en morcillo, muy serio y badanudo:



También éste desarmó a Menés con el capote antes de que su picador le echase el caballo encima para pegarle una buena paliza. Por si acaso, el diestro quiso que terminaran de matarle el toro en el peto y lo puso una segunda vez a la que se sumaron mil capotazos malos y una voltereta que se pegó. La lidia era para llorar, un verdadero homenaje a los antitaurinos.

A pesar del desaguisado el toro medio repitió aunque protestando un poco con toda justicia. Menés se dedicó a picar piedra de manera insoportable. Y citando de esta guisa:



Lo que se nos hacía interminable terminó con el previsible suplicio: dos pinchazos malos, una corta casi en el costillar, un pinchazo hondo y trasero, otro que escupe y dos descabellos. Entró siempre con el telonazo, ahí lo tienen. Debería replantearse su profesión. 




MANUEL PERERA. Tuvo a Padilla de apoderado y acabaron como el rosario de la aurora. Los de Telemadrid no hicieron ni mención a esto. Que sepamos, ahora va por su cuenta, igual que Menés. Su primero era de Guerrero y Carpintero, negro mulato, bien encornado, astifino y Choricillo de nombre. Pareció lesionarse con los lances de recibo y fue al corral. Una lástima porque había metido la cabeza de lujo en el percal, sobre todo por el izquierdo:



Hubiéramos preferido un sobrero de la misma ganadería, que debería ser lo lógico. Pues tuvimos que conformarnos con el que figuraba como primero, de Flor de Jara, cosa que no entendimos cuando en corrales había otro de Guerrero. Era un cárdeno ordinario, cornigacho, bragado, meano, axiblanco y listón:



Cancela se encontró con la horma de su zapato porque el picador era Félix Majada, uno de los sospechosos habituales. Le dio una buena zurra trasera tapando la salida. No me negarán que su apariencia ya es siniestra. Encima al pobre caballo lo maltratan liándole las orejas con cinta aislante. Por lo menos Bonijol introduce unos tapones de gomaespuma y evita esto que ven:



Faltó mando en la muñeca de Perera y el torete no se le subió a las barbas porque iba en reserva. Con nuestra paranoia volvimos a ver pliegues extraños en su vestido:



Los televisivos estaban encantados con Perera mientras nosotros dormíamos a pierna suelta. Despertamos para ver dos pinchazos deficientes por no cruzar y un bajonazo sin contemplaciones, con el toro muriendo en el tercio.

Mató dos de Flor de Jara. Este sexto era negro entrepelado y alto de agujas:



Simulacro en varas viéndose de inicio que el torillo de Cancela no valía una perra gorda. A pesar de ello, Perera tuvo la desfachatez de brindarlo al público. Este diestro es de los que aplica la faena hotelera a todos los toros. En este caso tuvo que irse a tablas, donde el de Cancela había alquilado un piso. Ya ven qué ganas de pelea tenía:



La tortura se alargó inmisericordemente. Solo nos fijábamos en los pliegues del vestido. 



Pinchazo bajo y entera trasera, tendida y desprendida. Increíble orejica suponemos que pedida por el respetable gracias a su inmensa alegría al ver que aquel tormento de corrida por fin se acababa.

El festejo confirmó las dos características básicas de la Copa Chenel, que son: desprecio absoluto por la suerte de varas, con exhibición carnicera cada tarde, y pesadez de los diestros alargando faenas sin venir a cuento y sin mostrar ninguna piedad con el sufrido espectador.

Fueron dos horas y cuarenta minutos de tortura que no nos dejaron absolutamente nada para el recuerdo. Un auténtico castigo agravado además por un cantaor en el tendido que no paró de dar la tabarra en cada toro. Cuando acabó todo, estábamos indignados y hartos pero por fin fuimos felices.

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.