De las corridas que se celebraban ayer quizá la menos interesante era ésta que les vamos a comentar, con Alcurrucén en Madridejos. Teóricamente lo mejor estaba en Madrid pero los motivos laborales y económicos no nos permiten ir y venir por ahí ya que no vivimos de esto. No obstante, los que quieran una versión independiente y sin tapujos de lo acontecido en Las Ventas, bajen a la sección de comentarios porque intervendrán amigos del blog que estuvieron presentes.
Volviendo a Madridejos, no hagan caso de las siete orejas porque eso no tiene ningún valor. Tampoco hagan caso de las caritas que presentaron los toritos de Lozano. En un festejo que duró más de dos horas y media sólo hubo cuatro cosas destacables, cuatro cosas buenas de verdad. Son pocas para tanto rato pero si quieren saber cuáles fueron no tendrán más remedio que leer la crónica que sigue a continuación.
Estos toritos de Alcurrucén salieron mansos en varas, con la duda de quinto y sexto. En la muleta no dieron problemas, todos muy obedientes excepto ese quinto, el único un poco respondón. Las encornaduras, manifiestamente mejorables, con más de dos sospechosos de pitones como podrán comprobar. Los de la televisión manchega sí enseñan primeros planos de las puntas (cuando hay puntas), no como los de Onetoro, que se van al plano general para evitar enseñar boliches y poner en un brete a esos comentaristas que tanto hablan de integridad.
MORENITO DE ARANDA. Siempre lo esperamos con interés porque sabe torear. Precisamente por eso solemos ser duros con él cuando nos la da con queso, como hizo en esta ocasión. Su primero fue este negro mate, chorreado en morcillo, listón, astracanado, bajo de agujas y corniapretado:
Era muy flojo de salida y en dos picotazos entró y se marchó. Moreno no tenía ni para empezar con él por obediente, dócil y distraidillo. No hacía falta poner esa cara como si se estuviera enfrentando al minotauro:
Su toreo fue indigno de él dada su extremada vulgaridad. Estocada arriba pero ladeada más descabello y primera orejica:
Su segundo era colorado oscuro, bragado, listón, calzado de pies, astracanado y estrellado (no lucero como sostenían equivocadamente los dos televisivos). Venía bien picado del campo:
Inexistente primer tercio y luego el torillo que se dedicó a pasar por ahí. De nuevo vimos a Morenito retorciéndose, premioso y toreando como uno del montón, una lástima.
Lo primero bueno de esas cuatro cosas que resaltábamos al comienzo fue su estocada. Se tiró con gran fe, cosa inhabitual en él, y dejó una estocada desprendida y tendida hasta el gavilán aunque perdiendo la muleta por un pisotón. La segunda cosa buena de la tarde fue la muerte del toro ya que estaba amorcillado y de repente empezó a caminar hasta salir a morir a la segunda raya. Dos orejicas más.
LORENZO. Su primero era un negro, bragado y meano, casi brocho como ven, pero de mucho trapío según César Jiménez. Ustedes mismos:
Lo pinchan en el espinazo y huye como alma que lleva el diablo. Cambio de tercio. Pues a pesar de ese simulacro resultó ser un toro de paja, perfecto para practicar toreo de salón dada su bobería. Lorenzo destoréo muy a gusto, fuera de cacho y picando. No les engañamos:
En cambio, los televisivos se deshacían en alabanzas, parecía que estaban viendo a Belmonte en la del Montepío. Estocada con telonazo, que se va baja y atravesada (para De Blas, una gran estocada...) más descabello. Bien el presidente negando la segunda oreja aunque incoherente con lo que haría después:
El quinto era negro listón y con pitones de Canarias:
Estábamos por cortar de una vez la retransmisión cuando el toro nos deparó un empuje monumental, llevándose veinte metros al caballo y eso que tenía la salida tapada, ¡bravo! Ésta fue la tercera situación memorable de la tarde, nos queda una:
En la segunda entrada se repuchó. Luego retrocedía, husmeaba, se reservaba y de pronto arreaba. Lorenzo ahí no pudo destorear porque lo hubiese levantado del suelo pero su faena no despegó:
Media trasera y dos orejicas más, ya hemos perdido la cuenta:
JORGE MOLINA. Tomó la alternativa con este salinero, facado, bociblanco, listón y lavado de pies. Observen la carita que exhibía porque para César Jiménez estaba muy bien conformado de pitones:
Tres veces fue al caballo para huir al hierro en las tres. En la primera lo pincharon en el costillar, cerca de los ijares. Aunque estaba entero tenía la gasolina justa. Molina estuvo aseado, quieto y sin dejar que le puntease la tela. Dos tandas de naturales resultaron académicas en el mal sentido:
Pinchazo claramente bajo (arriba dijo De Blas), otro traserísimo perdiendo la muleta (arriba dijo ahora Jiménez) y tendida trasera perdiendo de nuevo los avíos.
Qué manía tienen estos dos con darnos gato por liebre cuando lo estamos viendo. Los toros son las únicas retransmisiones donde los comentaristas se empeñan en engañar absurdamente al telespectador.
El sexto era un negro azabache, terciado, bragado, aleonado, degollado y cornialto:
Y entonces llegamos al cuarto momento brillante de la corrida. El picador Sánchez inició la carioca nuestra de cada día pero cuando llevaba 180º, el de Alcurrucén metió los riñones, romaneó y derribó a caballo y caballero. ¡Cómo nos alegramos del batacazo! Ojalá pasase eso en cada carioca que perpetran los de la banda del castoreño, otro gallo cantaría...
Se orientó en banderillas y después llevaba la cara por las nubes, como ven abajo. Molina anduvo un poco hotelero en el fondo y pegando pases en la forma:
En la imagen se confirma lo que decíamos de que el animal era terciado, siendo generosos. Tendida muy trasera y cruzada saliéndose con descaro y, a pesar de ello, dos orejillas más para acabar de poner la tienda del casquero en el mercado:
Vimos una de los festejos más triunfalistas del año, casi tanto como la corrida de Béjar, donde hubo también siete orejas más un azul. Naranja, creemos que no. Estos presidentes la gozan con los despojos porque su deseo es hacer feliz a la gente. La integridad de los pitones y el cumplimiento del reglamento, especialmente en la concesión de la segunda oreja, se los pasan por el forro.
¿Qué les han parecido las cuatro cosas que hemos destacado de la corrida? ¡Las cuatro únicas en casi tres horas de festejo! Si no lo vieron, pueden acudir al vídeo y buscar directamente esos cuatro instantes. Liquidarán la corrida en cuatro minutos y podrán dedicar su valioso tiempo a otros menesteres.
Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.