Sánchez Vara perdió un triunfo importante por los aceros (foto Isabelle Dupin - Aplausos.com) |
Aquello de que a los toros hay que ir a divertirse es una falsedad. A los toros hay que ir dispuesto a sufrir; provisto de lupa para comprobar la casta y la fortaleza de las reses, la integridad de sus astas, el discurrir de la lidia, el mérito de los lidiadores, la calidad de los lances, el respeto a los cánones, el correcto estado de la cuestión (JOAQUIN VIDAL, El País, 8 de febrero 1999).
CORRIDA DEL CONDE DE LA MAZA
( NO ES LO MISMO TOREAR QUE CORTAR OREJAS )
Sin tener ningún toro de bandera, la corrida del Conde de la Maza dio en conjunto un juego más que aceptable, destacando el cuarto y el quinto, del que se pidió, sin conseguirlo, la vuelta al ruedo. Todos fueron aplaudidos en el arrastre, a pesar de que algunos estuvieron algo faltos de fuerza. De presentación, no muy igualados, y muy mal de pitones, dicen por habérselos destrozado al desembarcar en los corrales. Cuarto y quinto entraron tres veces de lejos al caballo, dos veces los otros.
Eugenio de Mora vino a cobrar sin ninguna vergüenza. Tras su oreja de Madrid, le importa un pepino quedar bien en un pueblo de Francia, asi lo dio a entender claramente:
La actitud de Eugenio de Mora |
En el toro que abría plaza, de 490 kilos, algo flojo, cumplió con el trámite y lo despachó con una entera en el rincón, escuchando palmas. El cuarto toro era otra cosa, el más grande de la corrida, un castaño oscuro de 550 kilos que imponía mucho y tenía muchos pies. Por eso mandó al del penco masacrarlo sin contemplación alguna. El asalariado montado cumplió las órdenes a rajatabla, con tres varas traseras y asesinas, rematadas con cariocas totalmente innecesarias, que levantaron la indignación del respetable. El segundo tercio fue una capea con lanzamiento de dardos, no clavando pares, y en la muleta, tras unos doblones de tanteo, decidió quitarse de encima el bulto con una media estocada en el costillar del toro, y que arda Troya. No creo que lo vuelvan a llamar.
Sánchez Vara recibió por verónicas el segundo, de 525 kilos, lo puso al caballo galleando por chicuelinas y clavó banderillas con solvencia, destacando un tercer par al violín con bastante peligro. Brindó el toro al público y lo muleteó con buenas tandas por ambos pitones. El toro tenía trasmisión, y lo mató de un pichazo y una entera baja. El toro cayó en los medios, con la boca cerrada. Ovación para toro y torero. Al quinto toro, un negro de 530 kilos, lo recibió con largas de rodillas y posteriores verónicas. Acudió de largo al caballo por tres veces, tomando dos primeras varas, algo traseras, y en la última entrada se arrancó desde la puerta de toriles escuchando música entre el clamor de la asistencia. El picador lo paró con el regatón.
Raúl Ramírez saltó al toro con la garrocha (foto Isabelle Dupin - Aplausos.com) |
Foto http://www.vingtpasses.com/ |
Brindó el toro a Marco Leal, torero de Arles y ahora banderillero, que estaba en el callejón.
La faena de Sanchéz Vara fue un compendio de buen toreo, puro, clásico, con gusto y temple, con la mayoría de tandas por naturales, a un toro que tenía muchas y muy buenas embestidas. Cargando la suerte como mandan los cánones. Tenía un importante triunfo en las manos, y se dispuso a matar recibiendo en los medios, citando demasiado lejos.
Pero, lamentablemente, pinchó, y escuchó el primer aviso. A partir de ese momento, se fue todo al traste. Dio un verdadero mitin de pinchazos, hasta siete, y finalmente consiguió clavar una estocada baja tras otro aviso. Una verdadera lástima. Mientras el público aplaudía el arrastre del buen toro, y algunos pedían su vuelta póstuma, el pobre torero saludaba la ovación cariñosa del público, que le animó a darse una vuelta que creo le supo muy amarga.
Natural de Sánchez Vara a Limpisodero, del Conde de la Maza (foto Isabelle Dupin - Aplausos.com) |
Miguel Ángel Delgado es un torerito moderno, producto de escuela taurina (hace años fue el ganador de un conocido concurso de becerristas televisado desde Andalucía). Tiene un padre banderillero que le dirige, vestido de luces, desde el callejón. Ganas no le faltan, pero su toreo es perfilero, periférico, efectista y superficial. Viene con la faena hecha y pensada de antemano. Su espejo es Castella, el jefe de cuadrilla de su padre y, como Castella, empieza la faena con un pase cambiado en los medios, lo pida o no el toro, da lo mismo.
En su primer toro el animal, come dicen los taurinos, "colaboró" y secundó el guion establecido. Era todo tan previsible, que en cierto momento de la faena le dije a mi vecino de localidad : "Ahora vienen las manoletinas", y en 3, 2, 1.... estaban servidas las manoletinas. Bueno, todo eso caló en parte del público, sobre todo en las marujas enternecidas por el torerito pinturero. Con suerte, el toro cayó rodado en el acto por una estocada trasera a capón, y eso desató una saca y posterior flameo de moqueros con el clamor suficiente para cortar una oreja muy barata.
En su segundo, último toro del festejo, no le fueron tan bien las cosas. El toro cojeó por el mal estado del ruedo y, quizás por eso, se negaba a colaborar. El torerito intentó un arrimón, alargando inútilmente la faena, y se puso pesado. Entró finalmente a matar y dio un pinchazo, luego otro en que el estoque se quedó clavado de milagro, por lo cual Delgado fue directamente a por el verduguillo, y tras varios desafortunados intentos, pasaportó al de negro, escuchando un aviso y una sonora bronca por parte de los mismos y mismas que antes le habían pedido la oreja. No obstante, los titulares de las crónicas de la tarde han sido copados por la oreja cortada por Miguel Ángel Delgado. El buen toreo de Sánchez Vara queda sin embargo en el recuerdo de los aficionados.
Resumen vídeo de la corrida en Feria TV, con los comentarios en directo del padre de Delgado.
CORRIDA DE COMPETENCIA
(EN EL CAMPO BRAVO DE FRANCIA HAY DE TODO, COMO EN BOTICA).
Que tiemblen los fabricantes de toros de Núñez del Cuvillo, Garcigrande, Daniel Ruiz, Zalduendo, y la casa madre (que los parió) del medio toro moderno, J.P. Domecq. En Francia hay quien ha conseguido llevar la juampedritis a niveles que ya quisieran ellos. Si se entera José Tomás, se pide seis para su próxima encerrona en Nimes. Hablamos de la ganadería de los Herederos de Aimé Gallon, que se sacó de la manga un ejemplar que es el sueño húmedo de todo buen taurino, aquél del bajatú, del bieeen, del jarte y curtura, del indulto como fín último de la Fiesta y de todas las lacras que infectan el sufrido Planeta de los Toros.
Morenito de Aranda y Desestierto de Gallon (foto Isabelle Dupin - Aplausos.com) |
El toro de Gallon que abrió el festejo, es cierto, fue tres veces al caballo de largo. Pero las puyas a penas le rozaron, antes de salir suelto y perder las manos. Luego, un capotazo un poco más brusco lo mandó al suelo otra vez. En banderillas, el presidente (en uno de sus no pocos desaciertos de la tarde) dio por acabado el tercio con dos pares, cuestión de no cansar demasiado al pobre animalito. En muleta, no obstante alguna que otra caidita, el toro sacó un fondo de nobleza perruna y un celo a cámara lenta en el trapo, que permitió a Morenito de Aranda estar a gusto, como dicen ahora, y hartarse de pegar pases, en una faena que parecía no terminar nunca. En otro contexto, en plazas menos serias como la de Sevilla, ese toro estaría sin duda abocado al indulto, pero al bueno de Morenito, que salió escaldado de lo que le pasó aquí el año pasado, ni se le ocurrió mentar la bicha, y mató de una estocada trasera pero efectiva que le valió una oreja pedida sin mayoría. Un toro perfecto para el toreo moderno, pero ni por asomo iría yo a una corrida de seis como este, sin peligro alguno, tonto a más no poder, y con la misma trasmisión que un pepino.
Leo con asombro en las páginas taurinas de la red que el premio al mejor toro de la feria ha sido otorgado al toro Desestierto, de la ganadería Aimé Gallon e Hijos. No me lo puedo creer. En principio pensé que ponían "premio al mejor toro: DESIERTO", y hasta allí, lo veía razonable. Luego me entero de que el premio, de cuyo jurado ignoro la composición, se llama " Prix Souvenir Aimé Gallon", que se puede tranquilamente traducir como "Premio Juan Palomo" (yo me lo guiso y yo me lo como).
Imperuoso, de François André, romaneando en la segunda vara (foto Isabelle Dupin - Aplausos.com) |
Al extremo opuesto, el toro de François André hizo honor a su sangre Cobaleda (injertada en una base de Infante de la Camara via Pouly) y nos proporcionó una pelea dantesca en el caballo, tumbando al del aleluya al primero encuentro, acudiendo de lejos y con saña a dos citas más con el penco, levantándolo, y peleando de bravo. Por segunda vez en la Feria, y con más razón, tocó la musica en el primer tercio, entre los aplausos de los aficionados.
El toro pedía a gritos una cuarta vara, pero el inefable presidente tuvo a bien cambiar el tercio, dejando el toro crudo y con toda su mala uva en las manos del pobre Tomasito, que con su escaso oficio, pasó un mal trago, sin por eso perder la dignidad. El toro pedía el carnet, y ya vimos que el presidente no lo tenía. El torero acababa de renovarlo hace poco, y de tocarle el toro a un diestro más curtido, se hablaría hoy de una faena épica. Casta, tirando a genio, pero casta de verdad. Emoción y peligro. Como debe ser. En el sector del público donde me encontraba, entre los amigos de La Muleta de Arles, éramos unos cuantos aficionados de los cavernícolas recalcitrantes, la mar de contentos de ver el espectáculo proporcionado por semejante fiera (cuando con el Gallon eso era un concurso de bostezos). Gran toro, que me temo poco le va a servir al dueño de la vacada, el Sr. Lautier, para salir de la lista negra en que los taurinos al uso han puesto desde hace años esta ganadería.
Morenito de Aranda con Bonito, de Valverde (foto Isabelle Dupin - Aplausos.com) |
El toro de Valverde salió mejor de lo que se esperaba, acostumbrados a ver en los últimos años cómo los toros del Cura salían aplomados y con la casta de un buey de carreta. Encima, era lucero y bragado, como se esperaba uno de lo de F. André, que en cambio era totalmente negro (del rabo blanco que decia el sorteo, ni rastro). El Valverde, tomó tres varas de aúpa, y en muleta tuvo su aquél, tanto como para permitir a Morenito de Aranda cortar otra oreja, de más fuste, y salir a hombros por la puerta grande.
Bonita estampa el toro de Concha y Sierra, que Mehdi Savalli recibió con largas afaroladas de rodillas.
Buen par de Savalli (foto Isabelle Dupin - Aplausos.com) |
El vazqueño recibió tres buenas varas de largo, más una cuarta de cerca, de la cual salió suelto, que ya está bien.
En banderillas, Savalli se lució, agotando las fuerzas del toro, que en muleta, tras desarmar el torero, se rajó y vino a menos. Lo pasaportó de un pinchazo, una estocada corta y una delantera. Silencio, bajo una fuerte lluvia que había empezado a caer.
En su primer toro, Savalli se la había visto con un ejemplar de Alain Tardieu, bastante manejable y no muy sobrado de fuerzas, que despachó con una buena estocada entera, escuchando palmas.
El último toro, de Blohorn, era un especimen gordo y feo, con unos pitones muy sospechosos, que tomó dos varas regulares, y fue bastante soso en el trascurso de la lidia. Thomas Joubert, que todavía no se había repuesto del susto de su anterior toro, lo mató de un pinchazo, en que resbaló en la cara del toro por el suelo ya muy mojado (se salvó gracias al quite de un capote) y de una estocada entera.
La fuerte lluvia ya era un incordio importante, y por eso los asistentes nos largamos raudos al caer el último toro de la Feria. Tampoco a nadie se le pasaba por la cabeza pedir trofeos.
Vídeo resumen de la corrida en Feria TV.
Tauro