En Cenicientos los cebadas hicieron las delicias de los aficionados pero los toreros se quejaron. Decían que 'les faltó muleta'. En Cuéllar tuvieron muleta para dar y tomar pero no les sacaron jugo. ¿De qué se quejarán ahora?
Ustedes nos dirán que si vamos por ver los toros, ¿de qué nos quejamos nosotros? Pues de que se nos hurtó una vez más la suerte de varas realizada como Dios manda y de que las lidias fueron propias de una película de terror de serie B. No se hacen ustedes idea del desastre.
Corrida cinqueña muy interesante, con trapío de primera, con dos toros de lujo, primero y quinto, con uno de dulce pero inválido y con otro que empezó manseando y cuya deleznable lidia hizo que al final pareciera un marrajo. Nos dijeron que era la que tenían apalabrada para el año pasado de cuatreña. Llevaban una semana en los corrales, cosa muy adecuada para el posterior comportamiento de los toros en el ruedo. Los desembarcaron de noche con un foco igual que cuando se retiró Shaquille O'Neal:
Los tres toreros debutaban en esta plaza. Hubo un cuarto de entrada. Empezamos, como siempre, con los toros.
El primero fue uno excepcional. Con trapío sin necesidad de tener una cara antediliuviana. Se llamaba Carcelero. Si no llegó a ser bravo del todo, poco le faltaría:
El segundo fue este aleonado de nombre Desgreñado:
El tercero no bajaba en trapío, galopó de bravo en el caballo y humilló a conciencia:
El cuarto más que cárdeno claro diríamos que era mosqueado. Salió mansurroneando pero ya hemos dicho que padeció la peor lidia de la historia de la tauromaquia y lógicamente se resabió:
El quinto, otro toro de primera humillado en varas. Los aficionados discutíamos si el mejor de la corrida había sido éste o el primero. Para nosotros, Carcelero:
Y el sexto era corniapretado y ensillado pero con seriedad:
Nos dijeron de buena fuente que el que estaba previsto se mató y entró éste de rondón a pesar de que no se confiaba nada en él. Hombre, pues si eso es así, ¿por qué no lo dejaron de sobrero y sacaron en su lugar al cuatreño Andarín?
LAMELAS. Su primero ya hemos dicho que tenía gran trapío sin necesidad de cara exagerada. Larga de rodillas en tablas. Mal puesto en el primero pero empuja con fe a pesar de cobrar trasero. En el segundo va recto de largo sin tardear y vuelve a empujar de bravo. Pero vean con qué desvergüenza le tapa la salida con la izquierda:
Fíjense por dónde le caía la sangre al pobre bicho:
En banderillas era pronto y galopaba como un pura sangre inglés. Además Galán bregó fenomenal. Es lo suyo y no poner banderillas:
Lamelas vio lo mismo que nosotros, que el animal era el gordo de la lotería. Se puso a torear pensando que aquello iba a ser coser y cantar pero al segundo pase lo desarmó. Son las cosas de un toro bravo.
Había que bajarle la mano y hacerle repetir pero Lamelas no se la bajó y anduvo embarullado. El toro era buenísimo y el diestro lo estaba echando a perder. La mitad de los espectadores se habían echado las manos a la cabeza y no las bajaron hasta el arrastre para aplaudir al toro. Qué pena nos dio el cebadita...
Metisaca sin soltar y estocada corta, caída, pasada y atravesada. El bueno de Carcelero se tragó la sangre dando una última muestra de bravura. Sólo le faltó hablar pero menos mal que toros como éste no hablan.
El segundo era el mosqueado, más liviano pero con trapío igualmente. Le habían colocado la divisa casi en el pescuezo. La cosa comenzaba mal ya en chiqueros:
Recibió dos barrenadas de cárcel mientras cabeceaba tocando música. Era un toro mansote sin ganas de pelea pero empezaron los mil capotazos, las carreras sin cuento, los pases en falso en banderillas... Un desaguisado de consideración.
Pérez clavó bien y con riesgo pero Galán estuvo horrendo con los palos y llegó a encararse con el presidente aunque en el arrastre le pidió perdón delante de nuestra posición:
Salió Lamelas a intentar torear cuando se imponía una lidia seca y sin fisuras sobre las piernas.
El tal Glorificado se puso más bronco a cada instante y terminó dando la impresión de que era un tigre de Bengala cuando no toda la culpa era suya ni mucho menos.
Bajonazo tendido y atravesado girando la cara, como siempre, más descabello:
CRISTIAN ESCRIBANO. Lo vimos con sitio y con soltura cuando su primero lo apretó con la capa:
Correcta pelea en varas y bien El Ecijano en el segundo tercio:
Brindis a Javier Herrero, el torero local. Buen inicio por abajo tras el que se vio que el toro tenía poco fuelle pero mucha nobleza.
Vimos a Escribano muy aseado y con ganas de agradar sin pasarse de rosca dando la nota como otros.
Lo liquidó con esta rinconera hasta las uñas perdiendo la muleta. Oreja excesiva pero que no vamos a criticar.
El quinto pegó un topetazo formidable al caballo. Fue en mala hora porque el piquero se tomó cumplida venganza con una carioca infernal, recargando y haciendo tres agujeros en lugar de uno. Suponemos que lo que hizo este carnicero enloquecido equivale por lo menos a dieciocho varas de tiempos de Bombita:
Inicio de faena de rodillas:
Con susto al levantarse:
El toro era noble pero para nosotros le faltaba la pimienta del primero. Lo que decimos, fueron cebadas para los toreros:
Achuchó dos veces al diestro pero por errores suyos, no por maldad del toro, que no tenía ninguna el pobre. Escribano abusó del pico y de presentar la muleta arqueada.
Se equivoca entrando en la suerte contraria y deja esta casi entera contraria, ladeada y trasera que no tenía ninguna muerte:
Se habrán percatado de que es el único diestro de los tres que no gira la cara ni cierra los ojos al matar. ¿Ustedes creen que Varelito, Agüero o Rafael Ortega los cerraban? Mantenerlos abiertos en el instante supremo es sólo para los más valientes.
Hubiera hecho bien en volver a entrar pero quiso ir rápido con el descabello para cortar la oreja y la perdió porque necesitó nueve golpes.
No nos causó mala impresión Escribano tras su inactividad.
PACHECO. Ha estado en la finca y ha matado cuatro toros de los que iban a ir a Pamplona. Uno de ellos se quedará de semental. Ya que los ganaderos se lo han permitido, ¿por qué no lució sus toros en el caballo especialmente el primero? Pues porque es uno al cual el primer tercio le importa un pimiento, lo tenemos calado.
Buen galope de su primer enemigo, metiendo los riñones de bravo a pesar de cobrar donde ven y con la salida tapada, para variar. Queríamos una tercera entrada aunque fuera para señalar porque el tal Pelícano hubiera ido corriendo desde la otra punta pero pidió el cambió robándonos parte del precio de la entrada:
En banderillas arreó incansable y puso en aprietos a Dani Sánchez, que dejó dos banderillas de una en una, muy mal. Las puso mejor a los de Reta en Céret, ¿cómo es posible?
El toro arrastraba el morro y su embestida era encastadita. Desarmó al diestro nada más empezar pero ahí tienen cómo viajaba:
Por ambos pitones. Pero de pronto se notó poderoso y empezó a mover el testuz enganchando la tela. ¿Qué estaba pasando? Pues que Pacheco lo llevaba a media altura sin someterlo y el animal se vino arriba ganando la partida:
La estocada fue un despropósito. Lo cuadra en la suerte natural, que era la que pedía el toro. Se descuadra y lo pone ahora en la contraria. Qué poco criterio y qué ganas de tener un susto. ¿Quién aconseja a estos hombres? Como era previsible, duro gañafón del toro hacia las afueras y el diestro que, con su habilidad para alargar su ya largo brazo, le metió media tendida:
Con el tornillazo perdió la muleta y el toro hizo hilo durante veinte metros dándole un buen susto. Todo por no saber la diferencia entre suerte natural y contraria. No es el único, son la mayoría:
Al sexto lo recibió mal con la capa descomponiéndolo. Ahí empezaba ya la lidia de manera nefasta. El toro había ido correteando sin novedad por el albero pero tras golpear en el peto se cayó patas arriba (?). No sabemos qué pasó porque sólo recibió un picotazo y no en mal sitio. Pero el caso es que a partir de aquel momento, iba derrengado de los cuartos traseros. Como no hubo mucha protesta, el palco no sacó el verde.
Lo que hizo el diestro con la muleta no tuvo ningún interés dado que tenía delante al cojo Manteca, aunque Manteca sacaba mucho más peligro como recordarán los más talludos. No obstante, el tal Andante era dulce como un polvorón de La Estepa, observen:
Era más bueno que Heidi. Pacheco toreó de salón:
Entera caída sin puntilla y sin mirar el morrillo como ven. El personal se volvió medio loco pidiendo dos orejas. El presidente Costales sólo concedió la primera y, como estábamos cerca, subimos durante la vuelta al ruedo a felicitarle por su aguante y de paso decirle que para nosotros no merecía ni la primera.
Dicen que los hermanos quieren llevar en su ganadería una línea más encastada y otra más para el torero. Nosotros pensamos que lo ideal sería llevarlo todo encastado. Total, si te salen para el torero, pasa lo que sucedió en Cuéllar. Pues que tiren por la casta y salga el sol por Antequera.
Las figuras nunca se apuntarán a los cebaditas a no ser que les garantices que saldrán como cinco de estos seis. Ya que eso no puede ser y encima cabe la posibilidad de que alguno los deje con el trasero al aire, lo mejor es orientar la selección hacia la casta y se acabó. Además, esos pitones tan finos molestan a la vista de los toreros. No son agradables, como dice siempre Muñoz.
Recuerden lo que decía Pepe Moros, uno que traficaba en cueros: cuando hay toros... etc, etc.
Saludos cordiales desde Olmedo. Rafa.