sábado, 25 de febrero de 2023

CÉRET DE TOROS, 2023 (2): PEÑAJARA Y LA EXTRAÑA PAREJA

No son Cástor y Pólux o Indíbil y Mandonio. Tampoco Bartali y Coppi, ni siquiera Tato y Gordito. Nuestra extraña pareja la componen dos taurinos de pata negra: Rubio y Carreño.

Se deshojó la margarita y tras múltiples dimes y diretes Peñajara lidiará sendas corridas en Céret y Cenicientos, por este orden. Sumen una más en Teruel como aperitivo.



Vaya por delante un par de cosas. La primera es que nosotros nunca escribiremos eso de la casta Jijona cuando hablemos de esta vacada porque nos parece algo totalmente fuera de lugar (recuerden lo explicado aquí donde les recomendábamos escuchar este audio). Que quede un mínimo porcentaje de sangre jijona en la vacada creemos que no es argumento suficiente para añadir esa coletilla al nombre, a pesar de que el propietario piense que esto son opiniones de cafetería.

La segunda es que esta ganadería es, a día de hoy, una de las pocas, por no decir la única, que pone de acuerdo a tirios y troyanos. Los aficionados al toro suelen quedar contentos con su juego en el caballo y los toreristas gustan de ver cómo meten la cabeza en la muleta.



Otra cosa distinta piensan los diestros mejor remunerados, que no la quieren ver ni en pintura porque conserva un fondo de casta con el que no les interesa enfrentarse. Ya saben lo que dijo un figurón conocido de todos ustedes cuando le preguntaron por qué los de arriba preferían matar toros del monoencaste.  No habló de que gatean, ni de su embestida profunda, ni de su durabilidad en la muleta, ni de su fijeza en los engaños. Nada de eso, escuchen: es porque el toro de Domecq cuando te coge, no te hace daño. Blanco y en vasija, señores.

Sin apartarnos de esta cuestión, nos ha venido a la memoria la actitud de aquel toro de La Quinta que derribó a Serrano en Cenicientos. Cuando lo tenía a su merced a medio metro del hocico, se dedicó a husmear por allí con cara somnolienta. Ese comportamiento indica que los Conradi van por el buen camino que se han marcado y que en breve propiciará su debut maestrante.



Pero en Peñajara una cosa es la ganadería y otra su propietario. No conocemos de nada al señor Rubio pero particularmente les diremos que no le creeríamos ni cuando nos dijese la hora.

Alrededor de la camada que tenía preparada para este año han circulado abundantes rumores durante el invierno. Nos haremos eco de algunos pidiendo disculpas por anticipado ya que tiraremos la piedra y esconderemos la mano.

En primer lugar, su intención era lidiar en San Isidro pero la empresa no accedió a meterlo en la feria sino que lo relegaba a ese verano torista que van a preparar dicen que con Cuadri, Araúz de Robles y otros. El rumor es que el propietario se enfadó y se subió a la parra con una petición económica que en Madrid no estuvieron dispuestos a asumir.



No es un rumor lo que ya comentamos por aquí respecto a Céret y es que no superó el corte en la votación del sanedrín de la ADAC (lo mismo sucedió con 3Puyazos). Tampoco es un rumor la buena relación que hay entre Carreño y él pero en Céret manda el citado sanedrín y ambos quedaron compuestos y sin su novia francesa.

Los de Cenicientos le compraron una corrida porque no se olvida el buen juego que han dado toros suyos en esta plaza. Conste en acta que nosotros discutimos en su día la vuelta al ruedo que el presidente regaló al mosqueado Olivares hace dos años. Pueden recordar nuestra crónica aquí. Este fue el toro:



Pero al final se descolgaron los de la ADAC anunciando una de Peñajara como extraordinaria para el 14 de julio. El idilio entre Rubio y Carreño había tenido final feliz. Dicen los ceretanos que les han dicho que les guardan el lote que el ganadero tenía reservado para Madrid, ¿nos lo creemos? Seamos francos: ¿comprarían ustedes un coche usado a esta pareja? Pues no hay más preguntas. 

La corrida la matarán Rafaelillo, Lamelas y Cortés. Ignoramos si son los primeros diestros con quienes han contactado o ha habido otros anteriores. Una cosa está clara: si preside Cissé, Lamelas tiene ya una oreja sin bajar del autobús porque el francés afirma en público que 'Alberto c'est un garçon que j'adore...' (sic). La ganadería anunciada impone lo suyo y además en el ruedo de Céret los toros siempre parecen más grandes y suelen salir en puntas... aunque no siempre (lo que conocemos de primera mano al respecto es con la condición de no decirlo a nadie).



Comentamos esto porque han de saber ustedes que hay toreros que piden cantidades astronómicas por anunciarse en según qué plazas toristas precisamente para que no los contraten. Y hablamos de mitad para abajo en el escalafón. Luego los aficionados se preguntan y discuten acerca de por qué no están ignorando esa táctica que usan en los despachos. No obstante, los organizadores se ven obligados a guardar silencio en lugar de airear la verdad ya que arrieros somos... También aquí escondemos la mano y no podemos dar nombres aunque no es por falta de ganas, ya nos disculparán.

Los tres diestros que actuarán en Céret presentan una característica común y es que tienen la costumbre de matar sus toros en el caballo. El otro día en la Asociación el Toro dijo don Antonio que el comportamiento de sus toros en la muleta depende muchísimo de que se les pegue bien en el caballo. Pues ya le avisamos de que estos tres van a zurrar a sus toros demasiado y demasiado mal. Si el señor Rubio no lo sabía, ya lo sabe.



Por cierto, en la misma tertulia dijo una frase con la que discrepamos. Afirmó que en un toro la casta es lo que le hace ir al caballo y la bravura, lo que le hace apretar cuando está debajo. Pues con todos los respetos no estamos de acuerdo ya que para nosotros es precisamente al revés: donde dice casta pongan bravura y viceversa.

Los matadores de Cenicientos no se han hecho públicos todavía.



Dios queriendo estaremos en ambos festejos y por aquí se lo contaremos. No nos vamos sin dejar caer otra chinita pero ésta es totalmente de nuestra cosecha: intuimos que difícilmente cobrará el propietario de Peñajara sumando estas dos corridas comentadas lo que se ve que exigía por una sola en Madrid. Ya investigaremos aunque seguro que la información que nos den será a condición de nuestra omertà y eso es sagrado.

NOTA: esta semana ha muerto a los 92 años Antonio Luque Gago, el que fuera genuino decano de los toreros sevillanos. Le dedicábamos hace unos meses una entrada en forma de homenaje adelantándonos a lo que se ha publicado tras su fallecimiento. La pueden releer pulsando aquí. A ver qué les parece este par de banderillas como recuerdo:



Gaona, Gallito y Pepe Bienvenida se quitarían el sombrero, no lo duden. 

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.


domingo, 19 de febrero de 2023

LAS VERDADES DEL TOREO DE VERDAD (25): TAUROMAGIA

Los de José y Juan han tenido a bien reeditar uno de los mejores libros de toros que se han escrito nunca. No se engañen por el título o por la portada, un tanto desafortunada para nuestro gusto. Es que no encontrarán elucubraciones sobre la magia de la tauromaquia o sobre el rito mediterráneo de la lucha del hombre contra el toro. Nada de eso, insistimos en que la portada despista. Al contrario, trata cuestiones de total actualidad como comprobarán si tienen la paciencia de llegar hasta el final de esta entrada. Aquí lo tienen:



Era prácticamente imposible conseguirlo de segunda mano y en caso de localizarlo estaba a un precio astronómico. Éste cuesta 25 euros.

Un amable lector de nuestro modesto blog que es de Rosario, provincia de Santa Fe, nos preguntó una vez sobre los libros básicos que recomendaríamos a un aficionado que empezase en esto de los toros. Copiamos aquí la respuesta que le dimos y ya pueden suponer que entre esa exigente selección estaba en primer lugar el de aquel gran sabio mallorquín que fue don Guillermo Sureda Molina:


- Guillermo Sureda: Tauromagia
- Pepe Alameda: El hilo del toreo
- Gregorio Corrochano: Qué es torear
- Amós Salvador: Teoría del toreo
- Rafael Ortega: El toreo puro


Hemos echado mano de nuestro ejemplar para releerlo por enésima vez. Lo tenemos convenientemente subrayado y tan manipulado que el libro está ya desencuadernado.

Pero a pesar de que se publicó hace casi cincuenta años, su contenido sigue plenamente vigente. Para demostrarlo hemos seleccionado algunas perlas. Aquí las tienen seguidas por un pequeño comentario de nuestra cosecha:

'Es mucho más fácil calibrar la belleza de un pase o de una faena entera que su mérito estrictamente técnico. Igualmente es más fácil hablar de la estética de una verónica cualquiera que de su técnica, es decir, del modo de ejecutarla'

Sobre esto no hay más que ir a la entrada donde hace poco hablábamos de las verónicas de paso atrás. Cuántas veces insistimos por aquí en cómo ejecutar correctamente una estocada, cómo colocar las piernas, cómo coger el capote o la muleta, cómo rematar los pases... Es una batalla perdida pero es la misma que luchó, y seguramente también perdió, don Guillermo.

Ya es hora de decir de una vez por todas que lidiar y torear son una misma cosa porque quien lidia, torea y quien torea, si lo hace bien, lidia.

Nosotros nos preguntaríamos si se puede torear bien sin lidiar bien. Nos responderíamos que sí, se puede, con la condición de que el toro venga ya lidiado del campo. La selección de los ganaderos ha dado como resultado un toro que bascula entre lo boyante y lo desagradablemente pastueño. Con ese animal por supuesto que se puede torear bien sin necesidad de romperse la cabeza intentando dominarlo. Está dominado de nacimiento. 



Antonio Bienvenida me dijo una vez que templar es la capacidad que tienen algunos pocos toreros para frenar la embestida del toro: "eso es algo inefable pero existente. Cuando íbamos los hermanos a hacer algún tentadero sin invitados nos entreteníamos en cronometrar los pases quedábamos para ver si el siguiente lo podíamos dar con más lentitud sin que el toro rozase la muleta o el capote"

Recuerden esta entrada donde Esplá exponía su teoría acerca del temple relacionada con el inicio del muletazo y con coger el toro delante, cuando ya ha iniciado la humillación. Afirmaba claramente que con la muleta retrasada no se puede templar, ya lo leerán.



Hoy en día, la mayoría del público está formada por espectadores no aficionados. De ahí que se ovacionen pases efectistas, no se distingan castas, tipos, capas ni comportamiento de los toros; se ovacione al matador cuando se quita la montera para pedir el cambio de tercio después de haber dejado trabajar alevosamente al picador, se premien con orejas faenas de enfermero y se aplaudan tantas cosas que no deberían aplaudirse, como el monopuyazo, la espada de madera, la desaparición del tercio de quites, las estocadas caídas y bajas, la ausencia de rivalidad o los paseítos entre serie y serie

¡Qué les vamos a contar que ustedes no sepan! A esa antología de despropósitos protagonizados por el público achicuelinado y orejil habría que añadir el socorrido '¡no lo mates!' Pero la epidemia de la indultitis no la conoció Sureda, afortunadamente para él. Y tampoco ese papanatismo que ha llegado hasta Madrid de ovacionar la montera cuando cae boca abajo.



En la gran familia taurina lo que impera es la rutina más que la ignorancia, esto es, lo que se lleva, lo que está de moda o lo que se permite. Los profesionales suelen repetir aquello de que "esto se ha hecho siempre" y con ese camelo pretenden justificar todos los fraudes y defectos.

También hemos denunciado por aquí los ratimagos de tantos taurinos de colmillo retorcido. A los chavales que empiezan ya les llenan el cerebro con sus trapacerías y la excusa es la misma que comenta Sureda, lo de que se ha hecho siempre. Menuda cara dura.

Antonio Pérez Tabernero me decía una vez que antes, en el campo, imperaba la selección natural pero ahora no. Ahora los toros más débiles, no mueren porque cuando uno está enfermo o atrasado lo curan por medio de inyecciones, vitaminas, sobrealimentación, vacunas, etc. Por eso hoy en día los más débiles también salen a las plazas.

Es una idea llamativa de aquel gran sabio del campo charro, que como ganadero era uno más 'pero como tratante, soy el mejor' (aunque una vez cruzaron la frontera unos portugueses a quienes había engañado y que venían para darle un severo escarmiento). ¿Cuántos ganaderos actuales son más tratantes que otra cosa? Habría que incluir las fundas en la retahíla de curaciones que recita don Antonio. Con ellas, el débil todavía tiene más posibilidades de saltar al ruedo.



Ya no hay rivalidad entre los toreros. Cada uno va a su aire, sin el menor asomo de discordia o pelea profesional y sin competencia de ninguna especie. La rivalidad ha desaparecido de los ruedos barrida por las exclusivas, por el conformismo del público, por la comodidad y por la poca casta de los toreros.

Esas cuatro razones que esgrime son el cáncer no sólo de la rivalidad sino, en general, de la tauromaquia: empresarios tiburones, público conformista e indocto, maestros acomodados y, envolviéndolo todo, muy poquita casta tanto en los toreros como, añadimos nosotros, en los toros.

¿Qué les parece? Insistimos en que esto lo decía Guillermo Sureda hace casi cincuenta años y parece escrito ayer.

Hemos hecho sólo una pequeña selección de joyas pero los que aún no hayan leído el libro podrán disfrutar con lo que cuenta sobre la estocada, cargar la suerte, el monopuyazo, el toreo por la cara, la inteligencia de los toreros, las condiciones para serlo, las generaciones taurinas o la flojera de remos de los toros. Vean una parte del índice:



Es una auténtica maravilla, señores. Por cierto, en las etiquetas de la derecha encontrarán la palabra Sureda y pulsando podrán acceder a otras entradas donde hemos hablado de él.

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.


lunes, 13 de febrero de 2023

LA BRAVURA (5): TOROS DE CASTA Y TOROS CON CASTA

Esas preposiciones del titular son las que diferencian a qué nos referimos con la casta en un toro de lidia.

Hemos comentado más de una vez en nuestro modesto blog que el significado original es el que lleva la preposición de porque hace referencia a que el toro viene de un linaje escogido. La casta no sería más que la familia, o sea, los antepasados de un animal seleccionado para embestir a todo lo que se mueva.

Lo contrario a un toro de casta sería un cunero. Recuerden pulsando aquí cuando comentábamos que hubo rumores infundados de que Bailador lo era.



El problema de usar el vocablo casta con ese significado de familia o linaje es que no nos aclara nada a los aficionados porque sobre el papel todos los toros tienen su casta ya que han sido seleccionados, como decíamos, siguiendo unos determinados patrones.

En cambio, cuando incorporamos la preposición con estamos aplicando a la palabra casta un significado que va más allá del mero linaje y que se refiere al temperamento y las ganas de luchar. De ahí derivaríamos el sinónimo encastado que aplicamos al toro que demuestra casta en el ruedo.

Podríamos resumir lo dicho hasta ahora en que todos los toros de lidia son de casta pero no todos los comportamientos que desarrollan en el ruedo son con casta.



Eso nos lleva a divagar con unas preguntas que les planteamos acto seguido. Para no marear la perdiz responderemos a cada una dando nuestra opinión.

¿Puede un toro no tener fuerza pero tener casta? Sí. La imagen que transmitiría ese toro en el ruedo sería un tanto patética porque querría pero no podría. Sus ganas de lucha quedarían amortiguadas por su nula fuerza pero dejaría detalles de que habría casta, es decir, ganas de luchar, en su interior. Eso sería un consuelo para el ganadero sabiendo que es más fácil arreglar un problema de falta de fuerza que de falta de casta.

Lo que comentamos se resume en esta frase: "en los tentaderos buscamos por encima de todo la casta y, si viene acompañada de fuerza, mucho mejor". Es de Luis Cuadri.

Algunos hablan de raza en lugar de casta. Para nosotros es agua del mismo pozo aunque Álvaro Domecq lo diferenciaba. Precisaba que se había reducido la casta del toro moderno pero no su raza. Decía que al haberse reducido la casta, se había conseguido una embestida fija, suave y de largo recorrido para el torero (sic). Don Álvaro se murió sin saber que los taurinos, en su insoportable jerga, denominan hoy a eso un toro formal.

Pero, a pesar de la pérdida de casta, él mantenía que la raza seguía incólume porque la definía como la cualidad que tiene un toro de embestir hasta morir. Ya ven que hilando fino la raza sería el fondo y la casta, la forma.



En casa de los Cebada comparan el toro de lidia con el gallo de pelea y usan raza como equivalente de casta:

No hay que buscarle más vueltas. La raza es fundamental. ¿Por qué se caen los toros? Porque no tienen raza. Si la tuvieran, no se caerían o, si se cayesen, se repondrían de inmediato y seguirían embistiendo. No se rendirían. Un problema de alimentación que afecte a la fuerza lo solucionas. Se puede curar todo menos la falta de casta. La clave son generaciones de selección siempre en la misma dirección.

La pregunta que surge es: ¿qué haríamos en un tentadero cuando sale una vaca muy encastada pero con las fuerzas justitas? ¿Se queda como madre a la espera de que el semental corrija el defecto o va al matadero? ¿Esperamos a ver sus hijos con el riesgo de que se caigan? Si se caen, se supone que se levantarán gracias a la casta, que también se supone que la madre habrá transmitido, ¿o no? ¿Y si sólo ha transmitido la poca fuerza?



Al revés, ¿podría darse el caso de un toro con fuerza pero sin casta? También, aunque sería más complicado detectar si tiene casta ya que a pesar de que tuviera fuerza no acometería con el temperamento y las ganas de lucha a que nos referimos antes.

Y un toro ¿podría tener poder sin tener fuerza? Nosotros pensamos que difícilmente pero hay ganaderos discrepantes. Este caso nos viene a la memoria cuando recordamos esos toros que intentan mover los caballazos de picar metiendo los riñones pero no lo consiguen porque no tienen fuerza. Digamos que quieren demostrar poder pero no pueden luchar contra los elementos.

¿Puede tener casta un toro manso? Por supuesto, de ahí que haya aficionados que únicamente califiquen como mansos a los bueyes. Cualquier otro tipo de toro de lidia sería menos bravo, usando una terminología que sale en el Cossío pero que hoy está en desuso (vayan a las páginas 901 y 902 del primer volumen).



¿Todos los toros bravos son encastados? No necesariamente. El toro bravo que no demuestra ese temperamento y esas ganas de luchar que provocan emoción en el tendido sería lo que Corrochano hace cien años denominaba toros bravitos. Eran los que no se salían del guion del toro bravo porque de hecho embestían pero sin demostrar un especial afán de lucha. Digamos que son los que se limitan a cubrir el expediente para no dejar en mal lugar la casta de donde proceden, o sea, su familia. 

A este género de toros simplemente bravitos pertenece el 100% de los indultados. Recuerden lo que comentábamos en esta entrada.

La diferencia entre el bravo y el bravito la daba Domingo Ortega cuando afirmaba que el toro genuinamente bravo, con que tenga cuatro metros de distancia, se arrancará siempre galopando. Si lo hace andando, para él ya no sería bravo como Dios manda. 



Ese tipo de toro bravito es el que fácilmente puede caer en algo que, si no andamos errados, acuñó Álvarez Vara cuando decía que muchos toros actuales eran mansibravos.

Equivaldrían a lo que por aquí llamamos el toro posmoderno. Es un animal que pasa por el caballo de visita y luego intenta cubrir el expediente muleteril sin exigir al diestro un aumento de pulsaciones en su corazón. En otras palabras, es el animal que permite al maestro expresar lo que lleva dentro, aunque en la mayoría de ocasiones eso que lleva dentro tenga muy poco interés para el aficionado.



Como ese toro también denominado comercial no anda sobrado de casta, tarde o temprano canta la gallina. Por eso observarán ustedes que nuestras queridas figuras tienen una habilidad especial que les ha dado la experiencia para evitar que esos toros mayoritariamente comerciales que son los que piden no terminen en tablas a la segunda tanda.

Es que demuestran una tendencia clarísima hacia los adentros y eso, a nuestro modesto entender, es el cante de gallina que enseña que su casta está justita. De eso a caer en el borreguismo sólo hay un paso, como alertaba Juan Pedro Domecq usando esa misma palabra (recuerden esta entrada).

Con gran desolación tendremos que admitir que ese torito bravito, posmoderno o mansibravo es el que satisface plenamente tanto a los críticos paniaguados como a la mayoría de aficionados. La prueba la tienen pulsando aquí para comprobar que el premio a la mejor faena va para Morante ante un Norit. Los que pedimos algo más somos los que no llenamos ni una portátil. 



Los seguidores más fieles de nuestro insignificante cuadernillo habrán comprobado que en contadas ocasiones calificamos los toros que hemos visto en una corrida como descastados. Para nosotros ese adjetivo debería reducirse únicamente a dos tipos de animales: los que no embisten mostrando un comportamiento de marmolillos y los que lo hacen de manera tan ovejuna que provocan auténtica lástima en el espectador. Ambos tipos de toros no hacen honor a su linaje. Recordando el titular, podríamos decir que ni son reses con casta ni tampoco parecen de casta.

La última cuestión que planteamos en esta entrada es si es posible el círculo cuadrado de encontrar un toro bravo y encastado. No hay duda de que estaremos todos de acuerdo en que sí. Es más, para nosotros el comportamiento encastado sería ingrediente básico de la bravura ya que si no, no saldríamos de ese toro bravito de Corrochano. 



Si aderezáramos este guiso de la casta más la bravura con la fiereza, estaríamos ante el sueño eterno... no del torero sino del que está sentado tranquilamente en el tendido. Ese toro no vendría sometido del campo sino que el maestro sería el encargado de someterlo. Y nadie dude de que al ganadero quizá le pesaría porque si tuviera la varita mágica para que le salieran sus reses con bravura, casta y fiereza, iría a parar a la lista negra de por vida.

La tragedia, o la ilusión, de los aficionados al toro es que nos pasamos toda nuestra vida con el fanal de Diógenes buscando esa cuadratura del círculo.

¿Cuántos toros verdaderamente bravos y a la vez con ese temperamento y ganas de lucha que es la casta, que se transmite al tendido como una descarga eléctrica, han visto ustedes en toda su vida de aficionados? 

Se cuentan con los dedos de las manos y sobran varios, ¿a que sí?



Igual que más arriba Álvaro Domecq distinguía entre raza y casta, Ricardo Gallardo distingue entre bravura y casta. Su teoría es que el toro genuinamente bravo, cuando se siente podido, se entrega con nobleza. En cambio, dice que el toro simplemente encastado lo que hace al sentirse podido es protestar e incluso huir.

Nosotros estamos con Luis Bollaín cuando decía que la casta no era más que notar desde el tendido que el toro lleva la muerte en los cuernos como contábamos aquí. Cuando esto no se nota, la corrida se quedará en un ballet o una simple pantomima en la cual estará ausente aquella feroz y trágica belleza que reclamaba Menéndez Pelayo para la fiesta de toros.

Hemos divagado en torno a conceptos que ya tratábamos en una serie que pueden rastrear en las etiquetas de la derecha buscando la palabra bravura. Y no olviden leer también los comentarios. Por si les da pereza rastrear, pulsen en estos enlaces:

Capítulo 1.

Capítulo 2.

Capítulo 3.

Capítulo 4.

Gracias al maestro Moore por haber hecho el paseíllo junto a nosotros, mano a mano. Cualquiera de las fotos, especialmente las suyas, quedará de cine como fondo de pantalla en sus ordenadores. 

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.



lunes, 6 de febrero de 2023

VERÓNICAS DE PASO ATRÁS

Algunos de nuestros amables lectores nos han preguntado en ocasiones qué es eso de las verónicas de paso atrás. En el mano a mano de Valdemorillo tuvimos sendos ejemplos con ambos maestros. 

Observen a Urdiales. Viene el toro, le presenta el capote pero esa pierna derecha se va a ir atrás:



Abajo lo tienen. La imagen congelada es un cartel de toros pero la secuencia, que pueden seguir en este vídeo al principio, demuestra que no gana ni un centímetro de terreno al toro, que es de lo que se trataría:



Por el pitón derecho, o sea, cuando enseña su pierna derecha, son más aseadas en cuanto a colocación pero al volver al izquierdo, más de lo mismo:




Esta circunstancia se repite en muchísimos toreros y habría que hablarlo con ellos enseñándoles un vídeo. La pregunta que les haríamos es si son conscientes de la coincidencia de que escondan la pierna derecha cuando la que tienen que enseñar es la izquierda y, en cambio, se les vea más confiados cuando la que enseñan es la derecha. Podría estar relacionado con que sean diestros y no zurdos. Un experto en lateralidad y su relacion con los hemisferios cerebrales nos podría orientar. Los que hayan jugado a tenis saben a qué nos referimos. 

Sea como fuere, se trata de un alivio del que no escapa Ortega. Observen su pierna derecha que se va a ir atrás:



Al igual que el riojano, compone el cartel de toros al congelar la imagen pero no nos la da con queso porque hemos visto la secuencia:



En las verónicas se trata de ganar terreno al toro, no de llevarlo en línea. Los maestros antiguos, como Rafael Ortega, presumían de haber rematado una tanda de verónicas en la boca de riego. Así lo hizo el de San Fernando en Barcelona y dio la vuelta al ruedo antes de salir los picadores. Vayan a esta entrada para ver lo bien que lanceó Morante en Huelva mientras ganaba terreno al toro saliendo de los adentros a los medios:



Censuraremos las tres medias verónicas consecutivas que perpetra Ortega sin darse cuenta de que al toro hay que respetarlo. No es una maquinita para que tú te luzcas sino que hay que tratarlo bien. Observen su falta de respeto. La primera:



La segunda:



Y la tercera, ¡que no pare la música! Bien a su sabor quebrantó la espina dorsal del pobre animal:



Del toreo de Juan Ortega con la muleta destacar su temple, la ausencia de enfadosos retorcimientos y, sobre todo, su buena colocación. Observen que el destoreo que sufrimos habitualmente consiste en tirar atrás esa pierna derecha de la imagen cuando se vuelve el toro para citar con la cadera y ligar de forma espuria los pases:



Pues el maestro no lo hace sino que se queda bien colocado, otorgando al pase más riesgo y más hondura:



Eso es en el primer toro porque el segundo resulta ser un choto al que es mejor dejar pasar sin forzar su viaje no vaya a ser que, si se lo torea como Dios manda, se resienta en demasía y caiga muerto allí mismo. En las imágenes del vídeo a partir del 2'14'' verán que cortará una oreja pero su trasteo es de bisutería:




Esto que han visto no es digno de don Juan Ortega sino de un toreador vulgar y él lo sabe perfectamente. Pero las palmas echaban humo tanto en el tendido como al día siguiente en las gacetillas. Ante eso, ¿qué vamos a oponer?

Dijo que estaba más satisfecho de su trasteo al sexto porque la res tenía más dificultades que el ovejuno segundo. Hombre, lo que se aprecia a partir del minuto 4 es que el torillo tiene nobleza por arrobas pero menea la cabeza más de lo debido, le falta formalidad, que es lo que piden los taurinos a un toro hoy en día. 

Por otro lado, al maestro le molesta que se diga de él que 'soy buen torero pero tiene que salirme mi toro'. Pues la solución es fácil: apúntese a matar todo tipo de corridas y olvídese del sota, caballo y rey.

Hay un par de veces en que se aprecia que el maestro no insiste en rematar la tanda al intuir que el toro no responderá o lo va a despreciar. Nosotros pensamos que siempre es mejor que sea el diestro quien desprecie al toro en casos así. Recuerden lo comentado aquí a cuenta de cómo rematar una tanda.

No nos vamos sin anotar que casi tiene un disgusto seguramente por equivocar la suerte al matar. Entra en la contraria perfilándose demasiado lejos y llevando la mano demasiado alta:



No tapa la cara pero el toro ya está girando la cabeza hacia su tendencia natural:



Le pega la tarascada y lo prende aunque afortunadamente sin consecuencias:




Queda aclarado lo de las verónicas de paso atrás. Queda claro que el ingeniero es un torero a quien llevamos defendiendo en nuestro modesto blog desde cuando no toreaba nada, recuerden aquí. Queda aclarado también que, si en mala hora le da por ahí, sabe destorear como cualquiera aunque se retuerce menos. Cuando destoree habría que censurarlo con mayor acritud dado que sabe cómo hacer las cosas bien.

Lo que no queda claro es qué podrá hacer cuando no le salga su toro. Esperaremos, a ver...

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.


miércoles, 1 de febrero de 2023

FERIA DE VIC-FEZENSAC, 2023 (2): LOS TOREROS

Ha habido una gran decepción entre la afición al leer los carteles completos de la feria de Vic. Desde aquí hacemos un llamamiento a la calma. De hecho, los que peregrinan a esa plaza ¿no acuden en busca del toro?, ¿no miran únicamente las ganaderías? Pues si con las anunciadas estamos contentos, los toreros deberían pasar a segundo o tercer plano.

En la novillada, Lamothe casi se despedirá ya que dos meses después tomará la alternativa de manos de Roca en Mont de Marsan, donde nació hace veintidós años. Molina triunfó en Villaseca aunque a nosotros no nos demostró nada ante unos cebaditas de mazapán (recuerden aquí). Parejo es novillero de claro corte juliesco pero por lo menos coloca los toros medio bien en la suerte de varas, algo que se agradecerá en Vic (recuérdenlo aquí con aquella buena novillada de Mayalde).

¿Cuántos novilleros habrán declinado la invitación del club vicois para anunciarse con los barcinas? El año pasado con los de Raso fueron no menos de nueve. Además, aquí salen limpios y ya saben lo que nos comentaba Prieto de la Cal acerca de las novilladas:

'Cada vez que va uno con una novillada a un pueblo, los banderilleros u otras gentes del toro preguntan que por qué vienen en puntas. Podría entender que los espadas de arriba en el escalafón tengan poder para exigir el afeitado pero es que ya lo exigen todos. Insisto en que es una vergüenza'



Por si alguno de los tres lee estas líneas, cosa que no creemos, les transcribiremos el diálogo que sostuvimos con el mozo de espadas de otro novillero que debutaba en Vic. Coincidimos con él en el párking del hotel mientras cargaba la furgoneta:


- Buenos días, tú eres el mozo de espadas de X, ¿verdad?

- Sí

- Oye, como es la primera vez que se anuncia aquí, dile que el primer tercio es clave y se puede ganar aplausos gratis y dejar una buena imagen

- Ah, ¿sí?

- Sí, dile que ponga al toro a una distancia progresiva al caballo y la última de muy largo. Dile que lo haga con cierta teatralidad y que sea él mismo quien esté pendiente de sacarlo rápidamente del peto para no machacarlo. Este público agradecerá mucho su predisposición y no le costará nada ganárselos así.

- Ya se lo diré, seguro.

- Y que avise al picador de que no barrene.

- Muy bien, gracias 


Suponemos que se lo dijo pero no hizo ni caso, como pueden ustedes deducir. La ganadería ostentaba un hierro de los que provoca urticaria a los diestros. Pegaron a los novillos hasta en el paladar mientras nuestro novillero X demostraba un preocupante autismo.

De las corridas salvaremos la concurso, cuyo cartel se nos antoja muy correcto: Sánchez Vara como director de lidia y De Torres y Del Pilar completándolo.

Con los de Aguirre nos temíamos la presencia de Lamelas y se ha confirmado. Tiene un crédito inagotable en este coso y eso que ya han pasado diez años desde lo de Cantinillo. Para nosotros, inconcebible. A ver si Gerpe trae al buen banderillero portugués Pacheco da Silva. Y Solera ¿cuántas corridas ha toreado desde que tomó la alternativa? Aunque extendamos la pregunta al trío de actuantes ya que igual será el primer paseíllo que hagan los tres este año.



El cartel de la corrida de Ibán ha llamado la atención muy desfavorablemente a tutti quanti. Aquí también haríamos la pregunta de la novillada: ¿cuántos maestros se han negado a anunciarse cuando les han llamado para matar los ibanes? Ya nos enteraremos...

Morenito estuvo en el tendido el año pasado en aquel inolvidable festejo que no nos cansamos de recordar aquí. Observamos entonces cómo se mantenía de brazos cruzados mientras se ovacionaba al primer toro en el arrastre y en cambio aplaudía con ganas a Pinar cuando salía a saludar entre pitos. Por la tarde mató dos cebaditas y lo vimos sin sitio, queriendo pero no pudiendo. ¿Tendrá más sitio este año?, ¿cuánto ha toreado desde entonces?



Valadez es pinturero con el capote pero la suerte de varas le importa una higa. El presidente deberá leerle la cartilla antes del paseíllo. Agota los toros en banderillas y encima las clava de manera vulgar. Las faenas que le hemos visto nos han dejado fríos o directamente helados. Cortó una oreja sentimental en Madrid pedida por el todavía más sentimental público venteño, recuerden aquí.



Colombo podría rivalizar con Abebe Bikila en el segundo tercio. Además, clava los garapullos a toro pasado y como si quisiera atravesar al animal. Total, lo aplauden igual. Su toreo es tosco, siendo generosos. A la hora de matar ni lía la muleta porque entra con el delantal. Lo que suele pegar es un puñetazo con el que entierra la espada sin contemplaciones.



Quede claro que los dos americanos son muy valientes. Tanto, que muchas veces pierden por carta de más y caen en la temeridad.

Sabemos de buena tinta que alguno de nuestros selectos lectores tiene hilo directo con Wellington. Nosotros no, pero apostaríamos a que ha sentado fatal en la vacada este cartel de toreros. Seguro que ellos sí conocen la nómina de diestros que hicieron mutis cuando se les ofreció matar esta corrida.

Y el lunes de Pentecostés se celebrará el anunciado mano a mano entre Luque y Chaves con toros de Rehuelga. Ya decíamos en los comentarios a esta entrada que a esa corrida no nos quedaremos pero cualquiera de nuestros amigos lectores que asista tendrá a su disposición la sección de comentarios en la crónica de la de Ibán para escribir lo que desee.

En esa entrada que enlazábamos anotábamos tanto nombres de toreros que podrían dar un aire nuevo a Vic como nuestra propuesta de ostracismo definitivo para uno ya amortizado, Lamelas, y otro que se burló con gran desfachatez del público vicois el año pasado, Chaves (recuerden aquí con los escolares). No nos han hecho ningún caso como era de prever. Pero cuidado porque desconocemos los intríngulis y es muy posible que el club haya tenido que tragarse el rehúse de más de uno, incluso de diestros que torean poco. Es que hay más de dos que van de figurillas y, a pesar de su inactividad, no crean que están dispuestos a matar según qué. Y si acceden a anunciarse, encima van con exigencias...

En fin, como decíamos al principio, si los presidentes aleccionan bien a los diestros y éstos nos regalan una buena lidia a los toros, nos daremos con un canto en los dientes. Que luego los maestros no puedan, o no sepan, expresar lo que llevan dentro, pues qué le vamos a hacer. No descarten que incluso sea mejor que no expresen nada.

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.