Aunque fulminó a su primero con una entera sin puntilla, nos dejó con la duda tras verlo matar en su primer compromiso del año en Villaseca de La Sagra.
Fue en el festejo benéfico para el cáncer infantil. El alcalde aseguró que todos los actuantes lo hicieron desinteresadamente y que tenía mucho mérito porque además los toros estaban en puntas. Hombre, el primero no lo parecía, ¿eh?
Ojo, no se equivoquen. La imagen anterior no es de una plaza de tercera como la de La Sagra sino de una de primera: Valencia en la corrida de ayer. Bah, todo el mundo sabe que entre las plazas de primera ésa es la más desprestigiada con gran diferencia.
La corrida era de seis ganaderías pero se cayó Mayalde y hubo que pedir a la granja Lozano otro toro.
ROBLEÑO. Su primero era un toro negro zaíno, gordo, rabilargo, con poco cuello, de Alcurrucén. Además era blando y venía picado del campo, una filfa.
Con estos pitones:
Trote cochinero muy cargante del animalico y dos varas insulsas yéndose. Robleño salió con su ridículo estoque de bambú, que creíamos que había jubilado, y capeó el molesto calamocheo del toro en medio de una notable sosería.
Pinchazo, otro que escupe y estocada corta, tendida, más dos descabellos.
El cuarto era de Rehuelga, negro azabache, bragado, cornilevantado, terciado y alto de agujas:
Tres varas a cuál más trasera de De Pedro, además barrenando. El torillo quedó para el tinte. Se paraba, probaba, cambiaba el viaje y se distraía, siempre al paso. Robleño sacó el poco petróleo que había, poniéndose pesadito. Dos pinchazos malos con la mano por la estratosfera como ven, otro hondo escupido y se echa.
CASTAÑO. Su primero era de Alcurrucén, negro mate, listón, silleto y cornialto:
Dos varas inanes, lidia aterciopelada de Sánchez y apuros de Sierra.
El toro se desplazaba con protestas pero Castaño las acalló, especialmente al natural.
Teníamos una gran curiosidad por ver si habían desaparecido este invierno todos sus problemas con la espada. Acierta armándose en la natural y se perfila muy lejos pero caza al toro a capón, dejando una entera caída sin puntilla. Oreja. Eso que hemos puesto de que lo cazó es lo que nos deja con las dudas:
El quinto era de Pallarés, cárdeno oscuro, bragado, carifosco, listón y ojalado:
Majada pequeño nos indignó en el primero con esta carioca en el lomo. Señaló bien en el segundo y eso hizo que se marchase entre inconcebibles ovaciones a pesar de haber hecho este estropicio al pobre toro:
Nos da la impresión de que estos picadores jovencitos y de figura fina como el citado o Sandoval pequeño gozan del favor de la afición sin fijarse en nada más.
El toro estaba loco por la madera pero se venía con alegría. Castaño le dio aire y anduvo firme y suelto, dando la impresión de estar bien mentalizado para lo que tiene por delante:
Vuelve a acertar en la natural, algo hemos ganado, pero la estocada queda en una media tendida por dejar la mano suelta aunque con la atenuante de que el toro no tragó. Observen las piernas porque no tuvo intención de cruzar:
Descabello, oreja baratita y demencial azul del presidente Basco al toro. ¿Quién lo pidió? Hasta los festivos comentaristas televisivos se extrañaron, con eso está dicho todo.
MOLINA. Su primero era de Ana Romero, cárdeno claro, rabicorto, veleto y un poco apretado, que salió acalambrado de atrás.
Derribó casi sin querer. Acudió tres veces pero con poco castigo.
El torito quería pero no podía ya que sus patas eran de alabastro. Ningún interés. Media caída, trasera y atravesada que basta. Aquí estuvo bien el presidente sin conceder casquería.
El último era de El Montecillo, el que más esperábamos, sí, el de Domecq: colorado ojo de perdiz, badanudo, bien encornado y bien rematado.
Para nuestro gusto fue el de más trapío de la corrida, sin necesidad de exhibir cuernos antediluvianos:
Por fin vimos un buen puyazo. Fue Cristian Romero y no era fácil, con el toro viniéndose al relance como un tren y metiendo luego los riñones. Ninguno empujó con la fe de este juampedro:
En banderillas el toro estaba atento a todo y saltaba antes de arrancarse. Molina empezó embarullado y luego adoleció de mando en la muñeca.
Tuvo suerte de que el toro fuera perdiendo gas porque en ningún momento se sintió toreado. Por supuesto que para los televisivos la culpa era del toro, al que criticaban su falta de entrega y el llevar la cara a media altura. Es lo que nos espera: los diestros nunca tendrán la culpa de nada porque hay que comer en el mismo pesebre.
Lo mejor que hizo en toda la tarde fue esta estocada contraria tirándose bien pero perdiendo la muleta. Oreja, con petición que no parecía mayoritaria:
Como decíamos al comienzo, nos quedamos con la duda de si Castaño ha aprendido a matar o no. A ver qué hace en Madrid con los de Adolfo. En Villaseca pensamos que en ese primero que liquidó sin puntilla la flauta había sonado por casualidad. Esa mano derecha suelta, esa izquierda que no termina de mandar, esos pasos inseguros hacia el toro... Ojalá nos equivoquemos.
Estuvo bien De Blas recomendando a los espectadores que acudieran a ver Tardes de Soledad. Por lo que dijo dio la impresión de haber entendido perfectamente que la película no va sobre el toreo, cosa que los taurinos no han comprendido. Ellos querían ver verónicas y naturales... ¡Qué le vamos a hacer!
Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.
Alguien puede explicar cómo no se llevó una cornada Roca ayer en Valencia con el pitonazo en el muslo del quinto toro???
ResponderEliminarHe esperado a ver si alguien le sacaba de dudas porque yo no he visto ni la corrida ni imágenes de ese incidente. Saludos
EliminarTe voy a decir quiénes fueron los que pidieron la vuelta al toro porque encima los tenía a mi izquierda: los señores que venían con Garrigues y Julio Martínez, los de El Toril. Ese grupito fueron, y como estaban cerca del presidente pues les hizo caso.
ResponderEliminarUn saludo
¿Los que van de defensores purísimos de la fiesta? No lo puedo creer. Pensaba que la demencial decisión había sido cosa sólo del presidente... Tela marinera. ¿Tendrán relación con la ganadería de Pallarés? Porque vaya usted a saber...
EliminarSaludos
No sé qué prefiero, que no tengan ni puta idea o que lo hagan por interés/amistad con el ganadero.
EliminarA Castaño chico le va a dar igual matar que no matar.
ResponderEliminarLe va a dar igual cortar 12 orejas y 6 rabos a los Dolores Aguirre, le va a dar igual.
Hay toreros que hagan Lo que hagan, no van a subir peldaño ninguno y otros que con las piernas cortadas, los van a subir la escaleras de la película de Rocky.
Su hermano Javier, mucho mejor torero que Damian y de mayor calidad humana, maro 6 Miuras en Nimes y no sucedió nada…
Y Javier ha sido el torero más honrado de todos los que ha habido.
Supongo que estará usted de acuerdo conmigo en que va a tener más marketing Marco Pérez este año que los dos hermanos Castaño juntando sus dos carreras como toreros.
EliminarSaludos