Tenemos la obligación de recomendarles que vean este vídeo con la comparecencia de Cañaílla en el Club Taurino de Pamplona. Pasarán un rato entretenidísimo y cuando termine se quedarán con ganas de más a pesar de los problemillas de sonido, ya verán.
Su presencia era a cuenta de este libro de Txarli Lerga:
Con la excusa del mismo, 'El Espontáneo', como empezó a anunciarse de novillero, va desgranando historias de su vida torera que harán las delicias de todos ustedes.
Empieza contando sus inicios, cuando precisamente se tiró de espontáneo a los catorce años en un festival. Fue a un novillo que era de Paquirri: 'salté directamente desde la primera fila de barrera al ruedo, volando por el callejón'.
Luego lo cogerá Paco Ortega, que fue como un padre para él. Se emociona cuando recuerda que murió de un cáncer de páncreas el día que él toreaba por la tarde en Madrid. No quería hacer el paseíllo pero Rafael Ortega, que le acababa de dar la noticia por teléfono, le dijo que p'alante. Brindó al cielo la muerte de un toro del Marqués de Domecq que le pegaría una cornada muy fea. 'Es la cornada que he llevado con más orgullo en toda mi vida', dice con la voz entrecortada mientras se le saltan las lágrimas.
Habla del as de espadas, que fue siempre su maestro, y dice que 'cuando un día lo vi en bañador, uf... tenía todo el cuerpo cosido a cornadas y yo me preguntaba: pero ¿los toros hacen todo eso?'
Estaba montada su alternativa con Camino y Puerta pero se suspendió por la lluvia. 'No he llorado tanto en mi vida, ni cuando murió mi padre'. Posteriormente se la daría José Fuentes en Barcelona con diecinueve años (recuerden que al fino torero que fue Fuentes le dedicábamos esta entrada). Aquel día Márquez cortó un rabo y actuó también un novillero pequeño de estatura pero muy grande de corazón que fue cogido dos veces. Ahí lo tienen, se llamaba Dámaso González y lo mencionábamos aquí:
Volviendo a Pamplona contó lo del día en que se decidió por el apoderamiento de Pepe Luis Segura, 'El Medalla'. `Como no había móviles me avisaron para que bajase por la noche a la centralita ya que tendría una llamada. Bajé y era Manolo Molés, que me dijo que estaba con él Manolo Chopera porque me quería apoderar... imagínate, Chopera... Justo en ese momento me llaman de la otra cabina, la número 1, y le digo a mi cuñado que coja un momento el teléfono donde se iba a poner Chopera. Me llamaba Miguelito 'El Potra', que me dice que estaba ahí Pepe Luis y que me quería apoderar. No me lo pensé y acepté. Cuando volví a coger el otro teléfono tuve que decirle a Chopera que me acababa de comprometer con Segura. Me dijo: 'has hecho muy bien, Segura es tu hombre'.
La foto siguiente es de una estocada a uno de Sepúlveda en Madrid:
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| FOTO: Botán |
La anécdota es curiosa pero lo que más nos llama la atención es ver a un crítico taurino como Molés taurineando de esa manera.
Vicente Zabala le negó siempre el pan y la sal. 'A él lo que le iba eran los toreros de dinastía. Yo, que había sido albañil y repartidor de leche, no le gustaba, siempre me puso mal. Un día me invitó a comer en Málaga y vi que era una persona vacía, un hombre frío, no sé... Pero me vengué cuando lo humillé en el Wellington delante de Ordóñez, los Bienvenida y Rafael Ortega...'
No les contamos lo que hizo, ya lo escucharán. Tiene un recuerdo para el célebre toraco Estopeño de Miura: 659 kilos y por lo menos metro y medio en la cruz. 'Cuando vi una foto suya en el campo le dije a mi mujer: 'este hijop... seguro que me toca a mí...' Y me tocó pero fue muy noble. El problema es que era tan alto que yo no le veía el morrillo para matarlo...' Fue el catorce de julio de 1985, ahí lo tienen en dos fotos célebres:
De este instante que acaban de ver escribió esto Barquerito (quien por cierto ha ayudado a Lerga en la redacción del libro):
Esta foto de EFE para Toros 16 que guardábamos en nuestro archivo quizá no la hayan visto:
Y las de abajo del encierro de ese día, que hizo Mena para el Diario de Navarra, tampoco. Es de la época en que nosotros comprábamos cada día en Tarragona ese periódico para seguir la Feria del Toro. Aún los guardamos en casa:
Esto contó Vidal, quien criticó a la presidente María Soledad Elizari por otorgar la vuelta al ruedo al toro. El propio diestro mostró al final su disconformidad con ese azul (los asesores fueron Isidro Marín y Javier Lorente):
'El entusiasmo de toda la tarde por la presentación del ganado fue pálido para la que se armó cuando apareció el quinto, miurazo de miurazos, colorao, un pedazo pecho como la proa de un barco, papada inmensa que le bamboleaba entre los brazuelos, cornamentas disparatadas, anchas, vueltas y astifinas. El angelito pesaba la friolera de 659 kilos, y cuando Ruiz Miguel, que lo saludó, muy valiente y sereno, las buenas tardes le dio y todo, puso a aquel miurazo desmedido frente al picador, hasta en la peñas se hizo el silencio, los bocados de ajoarriero quedaron en suspenso por donde anduvieran en los conductos digestivos. Se temía que, del arreón, el caballo saldría catapultado a la andanada. ¿Y qué ocurrió? Pues lo contrario: el que se cayó fue el toro'.
Cada uno de los miuras acudió tres veces al caballo, no como ahora. Por cierto, el año anterior tuvo lugar una de las mejores miuradas no solamente de Pamplona sino de todos los tiempos. Seguro que algún amigo lector de Navarra la recuerda. Se llevó el premio a la mejor corrida. La mataron el propio Ruiz Miguel (oreja y vuelta), José Antonio Campuzano (saludos y dos orejas) y Mendes (saludos y oreja). El Carriquiri fue para aquel Palomero de Bohórquez que dejó escapar Emilio Muñoz.
Precisamente el maestro gaditano recuerda una tarde pamplonesa en que estaba anunciado con Antonio José Galán, quien lo convenció el día antes para correr el encierro. 'Yo no quería pero al final nos levantamos y fuimos. Cuando estábamos allí yo pensaba que íbamos a ir a la Estafeta pero Galán me dijo: 'no, hombre, no... nosotros comenzaremos a correr cuando suene el cohete y haremos sólo la parte final entrando en la plaza...' Así fue pero empezamos a escuchar gritos de '¡mariquitas, mariquitas!' y yo dije a Galán: 'Antonio, que eso va por nosotros, que nos han conocido...'
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| FOTO: Botán |
Compara su generación con los toreros de hogaño: 'en nuestra generación nos mordíamos, nos pegábamos bocaos... ahora se dan besos y se tocan el culito antes de la corrida...'
Se pone muy serio cuando le preguntan por el toro actual: 'es mucho más noble y obediente que antes, se para cuando tú le dices que se pare... Los de antes eran más violentos, no tenían ritmo ni clase, eran más salvajes que ahora... Los ganaderos han criado un toro que aburre al espectador; es que muchas veces pienso en los que han pagado una entrada y veo que aquello es un calvario... Se marchan aburridos de lo que han visto, se van vacíos, desilusionados... Antes en el tendido se pasaba más miedo que ahora, eso es una realidad; antes salías de torear con el vestido partido y lleno de sangre... hoy torean con la gomina y vuelven al hotel con la misma gomina...'
La peor alimaña de Victorino que mató fue un Pocapena en Madrid: 'yo no he visto un toro más fiero y con más mala leche que aquél... si me coge, hoy no estaría aquí hablando. Le corté una oreja, pero en cada muletazo que le pegué veía la muerte. Tengo su cabeza en casa. Yo creo que hasta el taxidermista cuando lo disecó se asustó, te lo juro...' Fue en esta corrida:
Este fue el balance del festejo. Ese quinto que Vidal reputa como bravísimo se llamó Veloso:
Toros de Victorino Martín, desiguales de presencia, que en general dieron buen juego; bravísimo el quinto, muy manso el tercero. Ruiz Miguel, único espada. Estoconazo (petición y vuelta). Estoconazo (oreja). Dos pinchazos, otro hondo, rueda de peones y descabello (aplausos y saludos). Estocada ladeada (oreja). Pinchazo y bajonazo en la suerte de recibir (petición y vuelta con protestas). Pinchazo y estocada atravesada (aplausos). Salió a hombros por la puerta grande.
Recordó también un castaño de Miura en Dax, que había estado con las vacas y en el que el mayoral confiaba mucho: 'se quitaba el palo del picador y luego hubo que cambiar el segundo tercio sin ponerle una sola banderilla, ni siquiera pudo Juan Luis (El Formidable, recuerden nuestro homenaje aquí). Manolo, el mayoral, no sabía dónde meterse después de la corrida'.
No nos despediremos sin anotar cómo toca los costados a los críticos paniaguados cuando dice: 'la crítica de entonces sí que era crítica. Si yo nazco ahora... con el toro de hoy y los críticos de hoy... que hoy no hay críticos, ¡que son amigos...!'
Durante el entretenido coloquio alguno de los presentes alabó la buena memoria del maestro pero cuidado porque a veces le falla. Lo avisábamos aquí cuando repite a menudo que toreó cinco tardes seguidas en Bilbao. Pulsen porque les sorprenderá comprobar que no fue así y que es otro torero quien ostenta ese récord (y no es Gallito).
También le falló la memoria al bueno de Paco durante una retransmisión televisiva cuando dijo que había cortado un rabo a un toro de Veragua en Tarragona, a veinte metros de donde escribimos esto. No: cortó sólo una oreja. Fue en un mano a mano con José Nelo en el debut como ganadero de Tomás Prieto de la Cal tras la muerte de su padre (sepan que Pepín Jiménez se cayó del cartel cuando vio los toros en los corrales). Lo contábamos aquí.
Parece mentira que este Ruiz Miguel de Pamplona sea el mismo que comenta las corridas en Canal Sur, ¿verdad? ¿Cuál es el Cañaílla auténtico, ese patético de las retransmisiones televisivas o el genuino de coloquios como éste? No nos cabe ninguna duda sobre la respuesta pero es que lo suyo en televisión... Bueno, dejémoslo aquí para que no nos venga mal sabor de boca ya que tras ver el vídeo quedarán encantados, igual que nosotros. Es el recuerdo que queremos tener del gran Ruiz Miguel.
Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.










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