El que fuera aficionado más insigne de Colmenar se hubiera quedado de piedra viendo la repugnante aplicación del monopuyazo español que se perpetró durante toda la tarde en su ciudad natal.
Pensábamos que en esta tierra, donde se criaron los temibles toros colmenareños, habría un mínimo de decencia y de interés por el primer tercio pero esto es ya una batalla perdida en cualquier sitio de España.
Después de lo que ustedes ya conocen de la prevista corrida de Cuadri, se solucionó la cosa con un desafío entre Peñajara y San Martín. Lo de llamarlo desafío es una estupidez que habrá que eliminar de los carteles porque en teoría implicaría una competición en la suerte de varas y, como eso nunca se da, no tiene sentido anunciar así estas corridas de dos ganaderías.
De los tres de Peñajara dos fueron perfectamente olvidables mientras que el tercero, el de la foto anterior, sacó un cierto genio, suficiente para hacer naufragar a Ángel Sánchez, quien dio la impresión toda la tarde de ser un alma en pena. Nos sorprendió la tranquilidad de Rubio ya que no se movió en ningún momento del burladero del callejón.
Los de San Martín podrían haber hablado con Cicerón en el latín más clásico porque sacaron muy malas ideas. Los seguidores habituales saben que nos cuesta mucho utilizar por aquí la palabra descastados pero quizá sería aplicable a estos tres santacolomas.
Conste que entre una ternera bobalicona y un toro problemático siempre preferiremos a este último. De hecho, es posible que estos tres nos salvasen la tarde con su aviesa actitud y los apuros que hicieron pasar a los diestros.
Apenas hubo un tercio de entrada, con la sombra a 40 euros.
MIGUEL DE PABLO. El colmenareño se presentó con un terno muy bonito, purísima y azabache con el chalequillo en oro. Su primero era de Peñajara, un castaño salpicado bocidorado, bizco del derecho, un poco escurrido y en puntas:
Lo recibió con verónicas de paso atrás antes de que el toro se diera media vuelta y huyera cuando lo pusieron en suerte al caballo. Se fue al reserva para recibir el monopuyazo español en la puerta de toriles, el primero de la tarde:
Rus clavó de sobaquillo y Herrera mucho mejor como ven:
En la muleta el toro era probón y un poco pegajoso pero estaba siempre pendiente de la tela:
De Pablo se colocó siempre bien y lo vimos con soltura, como si torease cada día. Estocada trasera hasta el pomo pegando el telonazo con la inevitable oreja del paisanaje:
Su segundo era un negro entrepelado, enmorrillado, nevado, gordo y veleto de San Martín al que recibió con dos largas en tablas.
El tal Taconero no sabía que Sangüesa lo estaba esperando para echarle el caballo encima y machacarlo con vileza y sin piedad. La sangre le caía al pobre por detrás del brazuelo:
Las banderillas no se clavaban, no por defecto de fábrica sino por las excesivas precauciones de los peones:
Como siempre decimos, son tan buenos que saben cuándo aliviarse y cuándo no. Observen la diferencia entre el primer par de Vicente Herrera y el que puso después al sesgo:
Está claro, ¿no? Nadie esperaba que el toro sacase malas pulgas pero lo hizo y empezó a repartir tarascadas como defensa ante su poca fuerza.
Seguimos todo el trasteo mirando por el objetivo de la cámara a pesar de la incomodidad que supone porque nos temíamos que en cualquier momento iba a levantar los pies del suelo al maestro. Afortunadamente no fue así y la cosa terminó con dos pinchazos y media tendida y trasera pegando siempre el telonazo.
BORJA JIMÉNEZ. Debutaba en Colmenar. Su primero fue un negro salpicado y ojalado de Peñajara que cumplía seis años en diciembre pero que tenía cara de niño y por ello se escucharon protestas aisladas desde el 5 alto:
Monopuyazo consistente primero en una barrenada infecta y después en la asquerosa batidora, todo penoso. Salvo error fue Borrero quien puso un gran segundo par después.
El toro era soso por paradete y topón. Jiménez estuvo quieto ahí, arrancando pases con voluntad hasta terminar poniéndose un poquito pesado:
Mató de esta estocada trasera un pelín contraria y sin puntilla:
Su segundo se llamaba Taurino y no hizo honor al nombre porque sacó ideas de marrajo. Era un negro entrepelado, bragado, meano de San Martín, con dos agujas:
Jiménez le hizo un gran recibo con la capa encelándolo sin contemplaciones hasta rematar en la boca de riego porque el toro se quería reír de él. Lo mejor de la tarde.
Se vino de lejos al relance y partió la vara del piquero pero como se quedó al lado de la barrera bajo el caballo sin empujar, le dieron otro palo desde el callejón al de la banda del castoreño y sin vergüenza le pinchó a placer, convirtiéndose en un vulgar picador de carne.
El tal Taurino era guasón, mirón, recortante, distraído y gazapón, o sea, una auténtica prenda. Como Domingo Ortega está muerto y Manili retirado, nadie puede hoy con un toro así. Jiménez no hizo nada. Observen la actitud del toro ignorando al maestro:
Tuvo suerte de cazarlo con una entera trasera y encima fue duro para morir:
ÁNGEL SÁNCHEZ. Nos cuesta recordar a un torero que anduviese tan a merced de sus enemigos. Su primero era de Peñajara, un colorado ojo de perdiz, listón, anteado y axiblanco, de 473 kilos:
Todos sabemos que a Sánchez el primer tercio le importa un pimiento y lo demostró una vez más dejando al toro de cualquier manera. No peleó y salió suelto.
Luego vimos una excelente brega de Moli y dos buenos pares de Rey, como es habitual en él:
Moli había enseñado que el pitón bueno era el derecho y que por el izquierdo el toro rebañaba. Pero Sánchez salió con la faena del hotel, sin imponerse y el tal Adivinanza se le subió a las barbas de inicio poniéndose cada vez más violento:
Anduvo a la deriva, totalmente desarbolado y acabó arrojando el estoque de mentira con violencia al callejón, suponemos que enfadado consigo mismo por su ineficacia.
Cuando estaba perfilado el toro se le arrancó, como hacen siempre los que han ganado la batalla. Sablazo en el lomo y nosotros tocamos palmas al de Peñajara en el arrastre más que nada para fastidiar al maestro.
El sexto era de San Martín, un negro bragado, axiblanco que salió a cien por hora pero debió de lesionarse en la carrera porque al poco empezó a rodar por el suelo y fue al corral:
La parada de cabestros era preciosa, como no podía ser menos en esta tierra:
Salió el sobrero, también de San Martín. Era este berrendo en cárdeno, careto, coletero corniabierto y astifino:
Monopuyazo español, el sexto de la tarde para variar, y posterior canguis en banderillas.
Sánchez vino a Colmenar mal dormido o mal despierto ya que no sabía dónde meterse. Le crecieron alas en los pies mientras el berrendo se preguntaba qué hacía aquel hombre deambulando por delante de él. El madrileño no quiso ni verlo.
Le pegó esta entera caída con degüello y suponemos que se fue a casa muy preocupado por su paupérrima actuación. Tuvo suerte al retirarse porque los abundantes pitos con que se lo despedía quedaron silenciados por una mascletà que prendieron en el tendido.
No perdimos la tarde porque esas malas ideas que sacaron los de San Martín nos hicieron evitar la siesta. En cambio lo de Rubio ya han visto que fue poca cosa.
¿Hubiera sido una tarde memorable en caso de haberse lidiado los de Cuadri? Nunca lo sabremos.
Saludos cordiales desde Madrid. Rafa.
Bonjour Rafa, que s'est-il passé avec les cuadri ? Merci Miguel de Francia.salutations.
ResponderEliminarSalvo que alguien me rectifique viajaron ocho y tres fueron considerados flacos por los veterinarios. Después hubo un desencajonamiento donde no se terminaron de hacer las cosas adecuadamente y se echaron a perder cuatro más.
EliminarSaludos
Buenos días, Rafa
ResponderEliminarSoy lector habitual del blog pero apenas suelo participar en los comentarios.
Como leo habitualmente los comentarios y sé que hay mucha gente en contacto directo con ganaderos que participan quería preguntarte a ti (o a cualquier otro lector del blog) qué habéis oído de la EHE (Enfermedad Hemorrágica Epizoótica), cómo está afectando y demás. Soy de Salamanca y está siendo una masacre en muchas explotaciones (en el manso al menos, que es lo que veo de cerca). Además afecta sobremanera a los toros, enfosándose muchísimos y con bastantes bajas.
No puedo darle detalles concretos al respecto porque no tengo toda la información pero sí es verdad lo que usted dice acerca del problema. La primera vez que me lo mencionaron fue en la finca de Raso de Portillo.
EliminarSaludos
Gracias por la respuesta, Rafa.
EliminarEstoy investigando algo más y sí tengo alguna cosa clara lo pondría no aquí sino en la entrada que esté en ese momento publicada porque sí vuelvo aquí atrás no lo leerá nadie
EliminarVa más información en los comentarios de la siguiente entrada
EliminarEnhorabuena, Rafa, por la fidedigna crónica de ayer tarde en Colmenar. Allí estuvimos nosotros también, de haberlo sabido hubiésemos hecho por acercarnos a saludar. Para la próxima ya.
ResponderEliminarSólo una consulta, acerca de una duda que nos rondó toda la corrida: nos parecieron más astifinos los toros de San Martín, con mucho veneno en la punta. Nos gecrrin más dudas los de Peñajara... no sé si nos podrías compartir tu opinión.
Lo dicho, un placer volver a leerte.
Un abrazo.
Lástima no haber coincidido aunque sí coincidamos en lo que se vio sobre el ruedo.
EliminarRespecto a los pitones el único que podría albergar dudas es el colorado de Peñajara pero remató con saña dos veces en sendos burladeros y no se astilló lo más mínimo, con lo cual esas posibles dudas para mí quedan totalmente disipadas. Los seis toros que se lidiaron estuvieron en puntas, algo raro de ver hoy en día.
Saludos y el placer es mío de verle por aquí.
Buenos días, Rafa. Gracias por la precisión quirúrgica en la respuesta. Queda claro el comentario. Esperamos poder coincidir pronto, y así poder saludarnos.
EliminarUna vez más, gracias por la prontitud y síntesis en las respuestas.
Un abrazo grande.
ÓScar
Buenas Rafa .
ResponderEliminarEn tu búsqueda del TORO veo que te está tocando tragarte bastantes sapos pero lo peor de todo con diferencia es lo del mono puyazo asqueroso que se ha instaurado en todas partes .
Saludos
Y espere porque falta la corrida de Cuéllar... lo digo por los sapos de que habla. Sume uno más y bien gordo. Saludos.
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