domingo, 2 de mayo de 2021

LA QUINTA: NOVILLADA SIN CABALLOS EN ESQUIVIAS

Con los números en la mano, novillada triunfal: orejas a porrillo, vuelta al ruedo a una de las reses, comentaristas televisivos encantados de la vida, público feliz, presidente dadivoso y mayoral satisfecho. Ya pueden suponer que nosotros nos mantenemos al margen de toda esta euforia y, como siempre, lo intentaremos razonar.

La clave de nuestra discrepancia se resume en lo que dijo César Jiménez en un momento de la retransmisión:

'A mí me gusta ver torear bien y que el toro embista bien pero si no puede ser, al menos que haya emoción'



Pues a nosotros nos gusta por encima de todo que haya emoción. Si después se torea bien, la miel en la sopa. Pero eso de torear bien... ¿qué es torear bien? ¿Lo que vemos hoy en día cuando triunfan nuestras queridas figuras? ¿Seguro que eso es torear bien?

La emoción la puso el primero de la tarde, el que ven en la imagen anterior. Fue el único que hizo honor al conde de Santa Coloma de Queralt. Demostró poder, casta, ideas, pimienta y fuerza. Los otros cinco no tuvieron nada de todo esto. Ese es nuestro resumen y he ahí la razón de nuestra disconformidad con el triunfalismo imperante.

RAÚL PUEBLA. Su primer novillo hubiera dejado con el trasero al aire a la mayoría de toreros del escalafón incluidas algunas figuras.



Es este animal que hemos alabado, el único entrepelado del lote. Se llamaba Cocherito:



Sufrió una lidia muy deficiente. Daniel Pérez le hizo un quite como si estuviera ante un torillo de Domecq al uso. Lógicamente el de La Quinta se sintió ofendido, le comió el terreno y acabó desairándolo. El novillo era un felino que además de mirar se revolvía y pegaba la tarascada. 



A Puebla le faltó mano firme igual que le habría faltado a muchos toreros de alternativa. Pero se mantuvo tranquilo y con agilidad y fortaleza de piernas, que no es poco estando ahí delante. Pinchazo entrando con lentitud y estocada caída. El novillo tuvo una bella muerte en los medios:



Su segundo se llamaba Bombero. Resultó ser un animalico noble y repetidor, más por el derecho que por el izquierdo. Puebla nos da la impresión de tener buen concepto, se le nota en las ganas de rematar bien los pases. Además llamó la atención que anduvo más confiado al natural que con la derecha.  



Mal con la estocada, entra despacio pero no tiene puntería. Se vio cuando pinchó muy bajo y después dejó un contumaz bajonazo. A pesar de estos sartenazos le regalaron una oreja.

DANIEL PÉREZ. Puso banderillas y estuvo bullidor aunque un tanto gesticulante. Claro, ve a sus maestros banderilleros y hace lo mismo.



El novillo era muy pronto y fijo pero con poquita fuerza. Eso hacía que no acabase el viaje y se quedase debajo. Nos dio la impresión de que Pérez está acostumbrado al monoencaste y por ello sus posturas hubieran dado el pego con un animal bodeguero pero no con éste de Santa Coloma. 



Alargó el brazo para dejar una atravesada que hizo guardia y otra media pasada con descabello.

Aunque era novillada sin picadores, el quinto vino bien picado del campo. Daniel Pérez volvió a poner banderillas clavando con facilidad y también con violencia (recuerden lo que comentábamos aquí). El novillete quería pero no podía ya que apenas se mantenía en pie. Pérez  nos recordó a cuando nuestras queridas figuras sacan petróleo de toros que no son tales. Ya sabemos que esto que acabamos de decir se puede interpretar como un elogio para el novillero en los tiempos que corren. Atravesada con el brazo elástico que vuelve a hacer guardia, tres pinchazos y entera que asoma nuevamente.



NACHO TORREJÓN. Era su segunda novillada. 



Corre las manos con gusto y temple al lancear. 



El novillo en banderillas recortaba el viaje, se dolía y se pasaba de listo. Luego en la muleta no era pronto y demostró tener las patitas de cristal. 



Torrejón lo trató con mimo y sin tener que tragar nada de saliva porque el tal Orejilla demostró muy poco de la casta del Conde.  No obstante, para César Jiménez fue un 'muy buen novillo, bravo, el mejor de los tres hasta ahora'. Con eso queda claro que su concepto del toreo es diametralmente opuesto al que defiende nuestro modesto blog. Lo mató con un espantoso metisaca en la paletilla y una entera, tendida y trasera, con derrame. Dos orejas muy bondadosas.

El último iba un poco rebrincado, como si renquease de los cuartos traseros. Tomás López puso los dos mejores pares de la tarde (además es él quién lleva al novillero). 



En la muleta era otro que también tenía las patas de alabastro y Torrejón lo intentó llevar a media altura para no hundirlo. Como el animalillo era bastante tontuelo, la cosa quedó lucidita e hizo las delicias de los aficionados que no forman parte de nuestros selectos lectores. 



Entera pasada y tendida mal ejecutada. El presidente echó todos los trapos al viento: dos orejas para el chaval, vuelta al ruedo para el de La Quinta y otra para el mayoral que lo crió.

Los comentaristas dijeron que los novillos habían ido de menos a más. Para nosotros fue al revés ya que pasamos de la casta del primer novillo al descastamiento, el poco poder y las fuerzas justas del resto. Ellos sostenían que había habido cinco novillos buenos de seis, o sea, todos menos el primero. Para nosotros hubo uno de seis, que fue precisamente el que a ellos no les gustó.



Martín de Blas estuvo muy correcto en la locución, como siempre. Respecto al comentarista técnico, César Jiménez tiene un concepto diferente del nuestro en lo que debería ser el toreo. Qué le vamos a hacer, no nos vamos a enfadar por ello. Pero desespera un poco que los que siguen las corridas televisadas tengan la mala suerte de que dos matadores como Muñoz y Jiménez defiendan a capa y espada ese toro obediente y colaborador, el que 'humilla con toreabilidad profunda', en lamentable frase de Victoriano del Río. Se deshacen de placer con el toro enclasado, máxima cursilada de los taurinos actuales que repiten unos y otros con total desfachatez. En definitiva, nos quieren colar ese animal borreguil, el único con el que, según ellos, se puede hacer el toreo bueno y estar muy a gusto. 

A ver quién les lleva la contraria.

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.



6 comentarios:

  1. Buenas Rafa. Me da la impresión de que los veedores de las figuras saben mucho sobre lo que se cuece en las ganaderías. Sólo esto explica que este año algunas figuras se apunten a torear los toros de la Quinta, además disfrazándolo de gesta. Da pena ver como están acabando con la casta dentro de Santa Coloma.

    Saludos

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    1. Lo de Santa Coloma está todo bajo mínimos. Me apunté a ver esta novillada precisamente porque era sin caballos. Pensé que los de La Quinta sacarían algo de chispa. Pero ya ve, el gozo al pozo.

      La última corrida que lidió en Madrid fue muy desorejable, recuerde:

      http://toreoenredhondo.blogspot.com/2019/05/feria-de-san-isidro-2019-1-la-quinta.html

      Pero está clara la deriva que ha emprendido la familia ya desde hace mucho tiempo, similar a la de Adolfo Martín. Lejos queda aquella época hace veinte años en que sólo lidiaban novilladas y salían todas interesantísimas. Va convirtiéndose desde hace años en ganado comercial. Lo único que nos queda es que de vez en cuando salga alguno en forma de salto atrás como el tal 'Cocherito'.

      Eso sí, los medios paniaguados y los comentaristas técnicos, encantados de que esa ganadería 'embista bien'. Qué pena.

      Saludos.

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  2. Vuelvo a decir lo de siempre. Todo lo de Buendía va con el freno de mano echado y tiene las patas de cristal. (Salvo a Saltillo, que tiene mucho de Buendía, y los Maños, donde hay sorpresas) Luego lo de Buendía tienes cosas buenas nobleza templada y buen cartel. Recuerdo de la Quinta el último San Isidro donde lidió una alabada corrida de toros y una novillada que a mi me gustó pero seguro que a los ganaderos no.

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    1. Pero a pesar de eso lo de Buendía podría tener un poco de chispa. Es que ni eso...

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  3. Buenos días Rafa,

    Yo estuve presenciando la novillada aquel día y coincido en su análisis.

    La semana siguiente lidió nuestro amigo Álvaro otra novillada esta vez Con picadores en Leganés, masacrada en varas, un pelín mejor que la Sin.

    Es ese tipo de ganaderías que me hacen desplazarme a verlas, cómo hoy por ejemplo iré a ver una corrida de Mariano de León en Casarrubios.

    Es la primera vez que le escribo en una entrada en el blog, le felicito por la calidad de los análisis taurinos que hace.

    Un saludo.

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    1. Si es amigo de la familia, sabrá de primera mano que buscan algo que colabore con el torero más que el plantearle problemas. Yo echo de menos más picante en esa ganadería.

      Me alegro de que le guste el blog y espero que no sea la última vez que nos hablamos por aquí.

      Saludos.

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