miércoles, 29 de noviembre de 2023

¿25 CABALLOS MUERTOS?

¿En una sola corrida? ¿Seguro? De eso presumía uno de los matadores que se anunció, el señor Vicente, que es como llamaban al Niño de la Blusa sus vecinos de Embajadores. Se dice que fueron toros de cinco años cumplidos aunque la realidad es que sólo hubo dos de esa edad (alguno repite hoy que llegaron a tener siete años). Llevaban mucho tiempo en la dehesa que tenía alquilada en San Fernando del Jarama el empresario de Madrid, don Pedro Niembro, muy cerca de las reses del duque de Tovar. El problema para la empresa era que estábamos en septiembre y pasaban los meses sin que nadie quisiera matarlos.



El Ruedo se hacía eco de ello recordando cuarenta y cinco años después lo que había acontecido en la 13ª de abono de 1905 en Madrid e insistía en lo de los veinticinco jacos. Aquel 10 de septiembre de ese 1905 se lidiaron toros de don Luis Patricio, de Coruche (Portugal). Vean a uno de esa vacada enviando al piquero de cabeza. Es Sevilla en 1910:



El ganadero luso había debutado en Madrid con una novillada en marzo de 1903 para Calerito, que se llevó una cornada en el pecho que casi lo mata, Mazzantinito, tres avisos en su segundo, y Agualimpia. La lista de cornadas que pegaron estos toros es extensa, no sólo a diestros sino también a operarios como cuando uno de sus toros mató al carpintero de la plaza de Cartagena (en aquella corrida de 1907 también estaba Vicente Pastor). En 1908 en Zaragoza se suspendió la novillada de Coruche en el cuarto por estar cogidos todos los diestros.

Este coruche que ven abajo partió el esternón con ese gañafón a Moreno de Alcalá en Sevilla en 1910. Esa cornada es muy parecida a la peor sufrida por Rafael El Gallo, que fue en Algeciras, en los pitones del toro Cumbrero, de Moreno de Santamaría:



El hierro era éste que ven abajo, con las iniciales del ganadero. La divisa, celeste y blanca:



Rápidamente adquirieron fama de temibles. Cañabate hablaba de un Niño de La Alberca que presumía de que 'esos de Palha son corderitos...maté yo uno de Coruche...' Recuerden que Gallito y Belmonte rehuían los palhas como un gato escaldado el agua fría. Quedaban para que los matase el torero más valiente de todos los tiempos, a quien le daba igual ocho que ochenta, recuérdenlo aquí. Y sobre la ganadería de Palha, pulsen aquí.

Por cierto, tenemos que investigar lo que sucedió en Almagro, donde se dice que los palhas mataron seis caballos... ¡con el peto ya instaurado!

En las crónicas que hemos rastreado sobre los coruches se repiten calificativos como toros tenebrosos, el coco de nuestras figuras, fatídicos toros, temidos toros, de respeto, de imponente presentación, hermosas reses, duros y secos, de enorme poder...

Los criaba don Luis Patricio Correias Gómez en ese término de Coruche, un poco antes de llegar al estuario del Tajo viniendo de Elvas. Por allí también pastaban los toros del vizconde de Coruche y de las señoritas ganaderas Guillermina Roza da Veiga y María Monteiro Gómez. Era fama que los de don Luis estaban medio asilvestrados, un poco como el antiguo ganado de la tierra en la zona de Portillo. Eran muy grandes de caja y eso hacía que a primera vista ya fuesen temidos por los diestros. No obstante, hay muchos revisteros de principios de siglo que hablan de que salían bravos y con poder pero toreables, sin otro problema que superar el miedo. Como los maestros no conseguían esto último, las deficientes lidias hacían que muchas veces pareciesen peores de lo que eran.

Éste de aquí es Mazzantinito en 1904, todavía de novillero ante un coruche:



El sobrino de Luis Patricio fue Alberto Cunhal Patricio, que hizo tábula rasa de todo aquello y cambió encaste, divisa y hierro, quizá para olvidar aquella dinámica terrorífica de lo de don Luis. Lo de Cunhal en los años sesenta era de lo portugués más torerista mientras que las ganaderías realmente duras eran Coimbra y Ribeiro Telles. Ahí tienen a Alberto en un tentadero lanceando una jirona que se le queda debajo:



Observen a Pacomio Peribáñez paseado por la atmósfera por un coruche en 1908. Tras la costalada, sin consecuencias más allá del golpe, tuvo que matar cinco por ingreso en la enfermería de sus dos colegas:



Aquella tarde de 1905 que nos ocupa se anunciaron tres toreros desesperados ya que no había otros que quisieran enfrentarse a aquellos seis morlacos. Fueron Manuel Lara Jerezano, de morado y oro; Vicente Pastor, de verde y oro y José Pascual Valenciano, de marrón y oro. Observen que la corrida empezaba a las cuatro y media y duraría dos horas y treinta y cinco minutos, terminando de noche. ¡Y hablamos de faenas de diez pases como máximo!



Jerezano fue otro torero de matadero. Dio la alternativa a Gaona tres años después. Lo mató un toro en Veracruz en 1912 de una cornada en el abdomen parecida a la de Gallito.



Pastor atravesaba un mal momento por aquellas fechas, de ahí que se tuviese que apuntar a semejante festejo quizá contra su voluntad. Subía siempre los escalones de dos en dos para fortalecer las piernas.



Hacían este chiste sobre su presencia ante esos toros:



Valenciano confirmó en este festejo la alternativa de manos del Jerezano. Fue torero valiente pero muy tosco.



Los toros fueron estos que reseñamos:

1º. Surraya, negro listón, bragado y meano, grande como una catedral.
2º. Zambuyo o Zambullo, negro bragado, gigantesco y abundante de pitones.
3º. Desertor, cárdeno claro, enorme, de precioso tipo.
4º. Cabezudo, berrendo en negro, capirote y botinero, tremebundo, corniveleto, una basílica con pitones.
5º. Almendreiro, berrendo en cárdeno y lucero, largo y de gran alzada.
6º. Alperino, berrendo en cárdeno, de gran alzada y bien puesto.

El quinto saltó al ruedo cuando se acababa de ir el sol y el sexto se lidió a ciegas en noche cerrada. La corrida empezaba como decíamos antes a las cuatro y media y se suspendía a las siete y cinco. 

Al primero lo lidió Valenciano como confirmante. Se llevó 7 puyazos, con 3 caídas y 3 caballos muertos. En la segunda entrada a matar dejó una contraria hasta la tela pero resultó prendido y pasó a la enfermería por su propio pie. De allí no saldrá. Ahí tienen la ceremonia:


El segundo tomó 10 varas, dio 6 caídas y mató 6 caballos. Pastor lo liquidó de una corta, otra honda y una entera en la cruz. Ése es el maestro con el toro:



Estos fueron dos  de los tres caballos muertos por el tal Zambuyo:


El tercero se fue a los picadores antes de tomar el capote y cobró dos varas de inicio. En total fueron 9 por 2 caídas y 2 sardinas muertas. Jerezano pasó un quinario, con cuatro desarmes tras sendos gañafones del toro. Lo mató de tres pinchazos, un metisaca y una entera atravesada, con visibles muestras de agotamiento.

Es curioso que en la crónica de El Toreo anotan que el cuarto salió natural y no contrario hacia donde esperaban los caballos. Este Cabezudo fue calificado como de bandera y propuesto para indulto en comentarios a la corrida días después. Tomó 8 varas por 5 caídas y 5 cadáveres. Llevábamos 16 caballos muertos, con gran sentimiento de los de la cuadra de caballos (sic), cuyo representante se llamaba Jarete, a quien hay que enviar un recadito de atención por presentar caballuchos inadmisibles (sic también). Jerezano fue arrollado y pisoteado tras pinchar. Lo retiraron a la enfermería como ven. Allí se quedará:


Salió don Vicente y lo mató de dos pinchazos y estocada caída. 
Pascual Millán, en Sol y Sombra, decía que si los tendidos hubieran tenido aficionados entendidos como en los tiempos de Lagartijo y Frascuelo, ese Cabezudo vuelve a la dehesa a padrear.

El quinto también salió natural cuando se estaba haciendo de noche como decíamos antes. Se llevó 5 varas por una caída. Pastor lo mató de corta, pinchazo, con un tornillazo del toro que hace que sufra un corte en la mano, y entera sin puntilla.

Salía el sexto a las siete menos cuarto, tan de noche que apenas se divisaban los bultos (sic). Tomó 4 varas, dio 3 caídas y el presidente Juan Díaz ordenó finiquitar el festejo porque no se veía ni para jurar. El público dedujo que salían los mansos a llevarse el toro por el concierto de cencerros.

Sólo entonces cedió el Niño de la Blusa en su pundonor aceptando entrar en la enfermería a mirarse ese corte en la mano. ¿Han sumado bien? Los caballos muertos no pasaron de 16, muy lejos de los 25 que se sigue repitiendo hasta hoy. 

O las copitas de Veterano menudearon entre algunos revisteros o es incomprensible tanta diferencia. El propio Pastor repetiría durante años lo de los veinticinco. No obstante, el bueno de Vicente es el más disculpable. En nuestros días, uno como Cañaílla aún tiene la imaginación más desbocada (dice que salió en hombros de la plaza de Tarragona tras cortar un rabo a un veragua cuando se fue a pie tras matar tres con una simple oreja).


En Sol y Sombra hablan de 38 varas cuando fueron 43. Pero es que éstos apuntan 19 caballos muertos. Se acercan a los 16 pero también se les va la romana. La única duda es si algún revistero se quedó siendo ya de noche en la plaza para ver si fueron apuntillados jacos malheridos hasta llegar a la cifra de los 25.

Queda claro que no hay que fiarse de los lugares comunes que se repiten secularmente entre los aficionados. Pasan de unas generaciones a otras sin pararse a comprobar si fue para tanto. Recordábamos que algo parecido sucedió con el célebre Catalán de Miura, recuerden aquí

Con el número de varas pasa lo mismo y lo comprobábamos a cuenta del debut de los pablorromeros en Madrid, pulsen aquí. En aquella corrida de 1888 para Lagartijo, Hermosilla y Guerrita, la disparidad llega a sostener en un sitio que el tercero tomó 10 varas, dio 4 caídas y mató 3 caballos mientras que en otro afirman que fueron 7 varas, 2 caídas y 2 caballos muertos.

Y lo mismo acontece con el célebre indulto al navarro Murciélago, que fue cosa de Lagartijo para regalárselo a Miura... ¡con toda la plaza en contra! Sucedió en 1879 y hubo lanzamiento de botellas al ruedo como protesta. Lo contábamos aquí.

Uno esperaría que sumar caballos muertos no debería ser tan complicado como contar las varas cuando éstas pasan de treinta y te puedes despistar. Pero por lo visto parece que los revisteros antiguos no se aclaraban. La verdad es que la historia de los 25 caballos nos recuerda el final de El hombre que mató a Liberty Valance con lo de 'print the legend'


Pero hay algo en lo que estaremos de acuerdo los aficionados de ahora con los revisteros de hace cien años y no hay discusión que valga. Nos referimos a la queja que copiamos a cuenta de aquellos toros portugueses que no habían querido ver ni en pintura toreros de más postín que los tres comentados. El crítico de Sol y Sombra decía esto:

'Los aficionados tendrían que reclamar más coruches a la empresa de Madrid para que anunciase con ellos a las empingorotadas figuras. Y si alguna de ellas se negare a matarlos, que lo diga públicamente el empresario en los periódicos. Que se acabe de una vez tanta farsa y tantas complacencias estúpidas y a ver si vemos por una vez unas migajas de virilidad'

¿Verdad que eso no ha cambiado?

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.

21 comentarios:

  1. Gracias Rafa por esta evocación del pasado. Habría hoy protestas violentas contra el indulto, Inconcebible ! Saludos Alain

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    1. Al contrario. Todo el mundo vuelve a casa encantado de decir que ha visto algo "histórico".

      Saludos y gracias a usted

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  2. Buenas Rafa .

    Si en aquel entonces hubiera habido un Rafa en la plaza , hoy día tendríamos la información al dedillo . La verdad es que no he conocido nunca a nadie que tenga la habilidad en una misma corrida de ver el festejo , fotografiar , apuntar en las notas ………. Saludos

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    1. Hay veces en que espero que algún amigo del blog no se incomode cuando coincidimos antes de una corrida y al acceder al tendido le digo que prefiero verla solo. Precisamente es para estar pendiente de todo porque si quieres atender al amigo, no puede ser.

      No obstante, en aquellos tiempos tendría mucho trabajo para anotar las varas -los picotazos, más bien- junto a las caídas y los caballos muertos. Si añadimos que habría otros que morirían tras la corrida en el patio, imagínese. Contar los pases de las faenas sí sería más llevadero...

      Saludos.

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  3. Buenas Rafa,

    Artículo muy interesante.

    Te copio la crónica de este mismo festejo del libro "Anales de la plaza de toros de Madrid (1901-1934) Tomo II Volumen tercero" de Victor Pérez López, reeditado por la UBT en 2006. En esta crónica apuntan 36 puyazos, 22 caídas y 17 caballos muertos:

    Corrida de toros extraordinaria, domingo 10 de septiembre:
    Cinco toros de D. Luis Patricio, de Coruche (Portugal), con divisa celeste y blanca; para Manuel Lara, Jerezano; Vicente Pastor y José Pascual, Valenciano, que confirmó alternativa.
    Los toros, grandes y con impresionantes encornaduras, el sexto toro fue devuelto a los corrales por falta de luz. En varas (36-22-17) fueron duros y de poder. Aprendieron rápido en el segundo tercio. Aplomados y con tendencia a coger al final.
    Jerezano mató al tercero con muchas precauciones, un aviso. En el cuarto fue arrollado y pisoteado al entrar a matar y no pudo continuar la lidia.
    Vicente Pastor, en el segundo, empezó con precauciones para remetar su labor de una gran estocada, ovación. Despachó el cuarto con prontitud. En el quinto sufrió una herida en un brazo, a pesar de ello mató de una buena estocada, ovación.
    Valenciano, en el primero, estuvo valiente y mató, embraguetándose, de buena estocada saliendo el toro muerto por un lado y el matador con una herida en el abdomen que no revistió mucha gravedad, pero le impedió continuar la lidia. Ovación.
    Picaron Paje, Cerrajas, Algeteño, Juan Jiménez, Varillas, Pagán y Chato.
    Banderillearon Pajalarga, Berenguer, Aranguito,Torerito,Pepín de Valencia, Mellaito y Mejia.
    Los toros estaban en los prados de San Fernando de Henares desde hacía un año sin que nadie se prestara a estoquearlos.
    La tarde, calurosa y la entrada, buena.

    Un saludo,
    Ricardo Frías Alonso

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    1. Pues muchas gracias porque esa crónica no la tenía controlada. Veo que en esencia coincide con lo descrito por mí. Nos queda la misma duda en cuanto a caballos muertos y a las varas.

      Saludos.

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  4. Buenas tardes Rafa:

    Gracias por su crónica del tiempo. Hay que tener en cuenta que en esa época no tenían penicilina. Eso engrandece todo lo que hicieran.

    Saludos

    Frascuelista

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    1. Totalmente, aquello era de auténticos héroes igual que los que se tiraban a la arena en los pueblos. Una cornada en aquellos tiempos eran tres o cuatro meses de curas. La misma herida hoy estaría liquidada con mucho menos riesgo en tres semanas.

      Saludos.

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  5. Magnífica entrada, todavía no soy consciente de lo fácil que se lee, y lo difícil que es recopilar toda esa información. Esta, como muchas otras que recuerdo...

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    1. Cuesta un rato buscarla pero en la propia búsqueda se aprenden otras cosas aparte de lo tratado aquí. Y me alegro de que la lectura no le resulte fatigosa, muchas gracias.

      Saludos

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  6. Gracias por el enlace y referencia a Larita (junio, 2018) -- ¡estupenda entrada! Típica de Vd.: excelente investigación y estudio de sobre, y por si fuera poco, especialmente ilustrada con fotos añejas, no fáciles de conseguir o producir aquí.

    En cuanto a esta otra gran nota sobre caballos "anti-petianos", seguro que más de algún varilarguero actual se ha de justificar con boba sonrisa al ver la 1era imagen que colocó Vd. arriba, donde la puya ha picado excesiva y escandalosamente atrás; MUY atrás. De hecho, en línea perpendicular al bálano.

    Es de ver (supongo) que la desmedida falla de esa colocación de vara es por el susto y el salto del jamelgo, es decir, un puyazo accidental, no intencional. Vaya, una excepción y no una costumbre como ocurre hoy día.

    Gracias maestro. // Atte., Torotino

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    1. Pues igual no ha sido una excepción el picar mal aunque hace cien años tenía una cierta justificación. Cuando hoy el toro te da dos pasitos desde la segunda raya y le clavan adrede en el dorso o cuando rectifican trasero, ahí sí que no tienen perdón de Dios.

      Saludos

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  7. Rafa a ti k te gusta, puedes hacer un estudio sobre colocación de los puyazos hace 100 años o más. Estaría muy sesgado porque se fundamentaría en fotos y vídeos; pero con la documentación gráfica existente k supongo k es mucha pudiera dar una idea de muestra estadística. Con ello veríamos cómo se hacía antes del peto , una vez instaurado y actualmente, pudiendo concluir si siempre se ha hecho igual de mal o hemos ido a peor. No cabe duda k el peto a priori facilita mucho el poder hacerlo mejor, cosa k salta a la luz no es la realidad actual.

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    1. La regla ha sido picar mal siempre, total, todo es toro. Hace 113 años ya eran frecuentes las lamentaciones por picar trasero. Recuerde esta entrada donde hablábamos de ello:

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    2. http://toreoenredhondo.blogspot.com/2017/11/a-vueltas-con-los-puyazos-traseros.html?m=1

      Saludos

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  8. ¿Has visto la que se ha liado con Juan Ortega que ha cancelado su boda horas antes de celebrarse? ¿Crees que le afectará para la próxima temporada? ¿Habrá tenido algo que ver la grave cornada en Latacunga?

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    1. Ni idea. Me he enterado porque un amigo del blog me mandó la noticia. Saludos

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    2. He venido a ver si sabían ustedes algo de lo de Juan Ortega pero veo que estamos todos igual. Espero que no le afecte en la próxima temporada en la que se debe consolidar después de haber hecho una temporada con detalles y faenas de mucha calidad. Hay que proteger a este tipo de toreros ¿hay algún novillero que tenga un estilo o concepto parecido al suyo?
      Un saludo

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    3. Sí, Álvaro Burdiel. Saludos.

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  9. ¿En que año se dejó de matar a los caballos? ¿Fue a partir de ese momento cuando cambió el comportamiento del toro de lidia? ¿Cuál fue la década clave en la que evolucionó el comportamiento del toro a lo que conocemos hoy en día?

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    1. Aquí lo encontrará:

      https://toreoenredhondo.blogspot.com/2023/12/los-picadores-tambien-se-quejaron-del.html?m=1

      Saludos

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