En nuestra reciente visita a La Ruiza estuvimos departiendo con el ganadero. Dado que nos consta que a los desocupados lectores de nuestro modesto blog les resultan siempre muy interesantes sus opiniones, transcribimos a continuación la charla y así se hacen a la idea de que estaban allí con nosotros.
Ilustraremos la entrada con fotos de las reses que viajarán a Francia, empezando por este toro, que es el apartado para la concurso de Vic-Fezensac, y siguiendo por los novillos:
- A 3Puyazos va a ir a sacarse la espina, ¿no?
- Claramente. Es que quedé muy mal en la primera edición y ahora quiero quedar bien.
- Además estamos ante una feria que será toda sin fundas...
- Entera sin fundas, así es. Eso es algo maravilloso para mí, un paraíso. Y además van a colocar los toros al caballo. Son dos cosas que distinguen la feria de 3Puyazos de todo lo demás... como cuando yo empezaba. Ibas a Francia con toros que el ganadero certificaba limpios...
- Y se ponía así siempre en el cartel...
- Se ponía así, efectivamente. Y además se colocaban los toros al caballo, no digo en todos los sitios pero en Vic, en Céret, en Parentis, en Saint-Sever... El torero de turno sabía que el toro tenía que ir tres veces. Las comisiones hablaban con ellos antes de empezar, como usted sabe, y el presidente no concedía el cambio de tercio antes del tercer puyazo. En Parentis hace veinticinco años recuerdo que algún diestro se rebelaba porque no sabía a lo que iba allí. Pero el presidente avisaba de que no se le iba a dar el cambio de tercio antes de tiempo, a no ser que aquello fuese un desastre porque no veías nada, porque el toro no iba o porque estaba visto.
- En 3Puyazos estará contento de lidiar con Cuadri.
- Cuadri son igual de amigos que Reta, lo que pasa es que me hubiera gustado un desafio entre nosotros y Reta. Primero porque se hubiera visto algo original y segundo porque Miguel habría lidiado tres toros. Pero la verdad es que también voy feliz con Cuadri. Y le voy a decir una cosa: la ganadería de Cuadri siempre me ha dado suerte cuando hemos coincidido en alguna concurso. Sí, me hace mucha ilusión porque es una familia ganadera con una ganadería estupenda.
- ¿Cómo se presenta la próxima temporada?
- En Vic se lidiará el toro de la concurso y la novillada. Después quedarían cuatro novilladas y media. Confirmada es la de Carbonero y posiblemente irá otra a Pedrajas. Puede ser que volviéramos a Calasparra y hay otra plaza francesa para poder lidiar tres novillos que sería Beaucaire. De toros, además del de Vic, los tres de 3Puyazos y la corrida de Palos, que es más justa de trapío, quedarían por lidiar, de los toros más serios de la camada, una corrida y media o dos y ésas no están todavía apalabradas. Ha habido interés de Riaza, de Cenicientos... pero aún no hay nada.
Éstos de abajo son dos de los toros que se lidiarán en Palos. El jabonero es cinqueño y el castaño es ojinegro y bocidorado, con esa tonalidad del castaño antiguo en Veragua, diferente del de otros encastes:
Y éste es el segundo toro apartado para la concurso de Vic por si acaso:
- Si ven los amigos de Castellón y Valencia las fotos de la camada que hemos ido enseñando por aquí, ¿qué les dice usted?
- El año que viene tengo pocos toros y son casi todos de sementales que me interesa mucho ver en la plaza. Otra cosa es que haya alguna pequeña desgracia con algún pitón o con algún ojo... Tengo mucha demanda de las calles, me han llamado muchísimo pero en 2026 va a ser especialmente difícil. Este año las novilladas han salido razonablemente bien y por eso tenemos mucho interés en ver cómo salen de toros.
- ¿En cuántas vacas de vientre está ahora?
- En unas doscientas, de las que paren en torno a ciento cincuenta o ciento sesenta.
- Y sigue tentándolas con tres años...
- Sí y sin arreglar. Creo que se ven mejor, teóricamente hay menos probabilidades de equivocarse. Los toreros al principio tienen prevenciones y más al verlas en puntas pero cuando embisten, quedan muy satisfechos, mucho más que si fuesen eralas.
- ¿Es verdad que Pauloba indultó un toro suyo en un pueblo de Sevilla?
- Sí, así es, en Constantina, en 1997. Y le voy a decir más: sólo me han indultado dos animales en mi vida, un toro y un novillo. Aquel toro de Constantina tomó tres puyazos y tuve que hacerle en la finca catorce curas para salvarlo, ¡catorce curas! Le habían partido la escápula. Anecdóticamente lo picó Juan Francisco Peña que entonces era el picador de mi casa. El toro estuvo más muerto que vivo. Era negro, mire esta foto, haciéndole una nueva cura mucho tiempo después:
- ¿Y en Constantina le pegaron tres puyazos?
- Sí... porque era un toro... Es que ese año lidié una corrida en Sevilla que fue la de 'seis para seis', que todo el mundo recuerda por Franco Cardeño y la cogida con la cara partida. En cambio yo la recuerdo porque El Niño del Tentadero mató mi toro que se llevó después todos los premios. Hubo otro toro aquel día que se partió la punta de un pitón y era mi favorito. Se lidió en Constantina con esa punta partida y fue el indultado.
Esa corrida de seis para seis fue el 8 de abril de 1997: cinco toros de Prieto de la Cal (tres negros, uno tostado y uno jabonero) más otro de Barral para Franco Cardeño, José Antonio Muñoz, Manolo Corona, El Niño del Tentadero, José Luis Peralta y Juan Antonio Cobos. La grave cogida de Cardeño fue lanceando a porta gayola al primero, tuvieron que operarlo siete veces y le dieron 222 puntos de sutura en la cara.
- ¿Y el novillo indultado?
- Se lidió en San Clemente y lo picó el padre de Antoñito Peralta. Le dieron tres puyazos, el último viniéndose desde la otra punta de la plaza. Lo toreó un chico que desapareció, se llamaba Miguel Ángel Aroca El Maripinar, de Cieza. Pero en nuestra ganadería no somos partidarios de los indultos, tan sólo lo somos para casos muy excepcionales.
- Me han dicho desde Castellón que en Burriana hubo un toro que volvió a la finca...
- Sí, se llamaba Felino, un toro albahío muy bonito. Retornó y se echó a las vacas pero no me dio bien. Ha sido el único toro de calles que ha vuelto. Rafael me dijo que había sido muy bueno, que se podría probar como semental... Nos lo trajimos pero gracias a Dios no le eché muchas vacas porque no solamente no me dio bien él sino que después, las pocas hijas suyas que dejé, tres o cuatro, tampoco dieron bien a pesar de que en la tienta habían sido buenas. Tuve que ser radical con el pobre Felino, le quité la reata entera.
- Le acusaron este año de no tener corazón por no haber alterado el orden de lidia en la concurso de Vic para que Juan de Castilla cogiese la avioneta para torear en Madrid sin tanto agobio. ¿Qué tiene que decir? ¿No tiene cargo de conciencia por eso?
- (Sonriendo) No, no. No porque... vamos a ver: las ganaderías bravas, como la Tauromaquia en sí, tienen que tener tradiciones sagradas. Siempre se dijo que el honor del ganadero estaba en la divisa, su honor era el honor de la divisa. Si quedabas mal, te daba más vergüenza por la divisa, que es la historia de la ganadería, que por otra cosa. Una ganadería tiene tres cosas fundamentales: hierro, divisa y antigüedad. Para mi gusto lo más importante sería la antigüedad, que es sagrada. Y eso se ve en las corridas concurso en plazas serias. Hoy entre España y Francia no es que haya muchas así pero me parece que un ganadero nunca debe cambiar su antigüedad, es sagrada, insisto. Así se lo dije aquel día, primero a la comisión de Vic, luego a Sánchez-Vara, director de lidia, y por último al propio interesado, Juan de Castilla. Me dijeron que por supuesto que lo iban a respetar. Si me piden cualquier otra cosa, no hay problema pero la antigüedad, no. Tan sólo cambié la antigüedad una vez, en Parentis en 2019, y eso no sé si lo deberíamos dejar por escrito porque fui un poco gitanete...
- Permitió que Raso de Portillo saltase al ruedo antes que usted a cambio de que los Gamazo dejaran que su mayoral Juanan Agudo picase su toro...
- (Riendo), Eso es. Pero ojo porque aquello no era un concurso de ganaderías sino una novillada extraordinaria por el centésimo aniversario que cumplía la plaza. Se planteó como un desafío entre las ganaderías que habían triunfado en esa plaza, no era ni siquiera una concurso. Creo que si hubiera sido una concurso de verdad no hubiera hecho ese cambio. Yo no pretendo hacer mal a nadie, al contrario. Castilla ha venido un montón de veces a tentar y nos llevamos muy bien. Pero es que si el club de Vic me llega a decir que se cambiaba el orden, no lidio, no voy. Iba detrás de Saltillo y Palha, iba tercero en el orden de lidia y esa era mi antigüedad.
- En la corrida de Añover, ¿se podría haber hecho algo para evitar la suspensión?
- Eso fue fallo un poco de todos incluido yo. El presidente ve que un toro que sale con mucha fuerza parece que se acalambra de repente. Aunque le protesten debe tener un cierto criterio. Aquel presidente presidía por primera vez una corrida de toros, ni siquiera había presidido nunca un festejo menor. Si te protestan tienes que saber estar un poco porque él sabía que el sobrero no tenía que haber sido tal sino que estaba previsto para las calles al día siguiente. Él estaba al corriente y, si aguanta, se vio que al devolverlo no se caía, incluso galopó hasta chiqueros... El sobrero había dado muchos problemas en el desembarque y no tenía nada que ver en cuanto a trapío... Tendría que haberme negado a que fuese el sobrero porque era para las calles. Cuando llegamos allí insistieron en que fuese el sobrero y yo dije que sí, por eso también tengo parte de culpa, está claro.
- Recuerdo aquellas novilladas antiguas donde se anunciaba 'desecho de tienta y defectuosos', ¿cómo funciona hoy lo del desecho de tienta?
- Si al animal no se le ha echado capote y no ha aprendido, aunque haya ido al caballo, se puede lidiar.
- Entonces será muy probable que cuando vaya al caballo en la plaza se repuche, ¿no?
- Seguro. Por eso se decía lo de 'desecho de tienta'. Nosotros hacemos aquí tentaderos a campo abierto de erales y no aprenden tanto porque procuramos que cuando lleguen al peto, el caballo se vaya al galope enseguida. No se queda ahí pero ves cómo mete la cara y su actitud empujando. Había también el 'desecho de cerrado', que era el que tenía un pitón mogoncito, el del ojo a la virulé... por eso así los toreros aprendían a vérselas con reses difíciles.
- Un lector del blog me decía que estaba mirando fotos que hice aquí hace diez años y nota sus toros como con más caja y con más cara.
- No hay nada deliberado. Va dependiendo de los sementales. La foto de la ganadería varía cada año según los sementales que se vaya echando. Si nos fuéramos treinta años atrás quizá entonces sí tendrían más volumen que ahora porque en aquella época se lidiaba mucho en Madrid. En la época de Chopera eran más grandes que los de ahora, eran del estilo del toro que va a ir a Vic (éste de abajo que volvemos a ver).
- Sobre el tema del afeitado, en el cual usted siempre es muy beligerante, hablaba el otro día con un aficionado metido dentro del taurineo y me decía que la sanción debería recaer en el torero, no en el ganadero. Comparaba con una multa de tráfico, que le cae al conductor y no al propietario del coche. Decía que si se multase a los toreros, habría menos toreros y menos festejos pero se acabaría con el serrucho.
- Y dice que ese hombre está metido en este jaleo, ¿verdad? Claro, es que lo que propone es una solución para que haya menos afeitado... Lo que pasa es que moralmente quien ha consentido todo, quien debería velar por el animal hasta que se lidie, no es el torero sino el ganadero. Él es el que traga. Si queremos sancionar al torero, lo cual a día de hoy es un brindis al sol, seguramente acabaremos antes con el afeitado que si sancionamos al ganadero, seguro. El torero que esté forrado, cuando vea que le tocan el bolsillo se irá a casa diciendo que si no torea toros arreglados, no torea. Ese señor lo dice correctamente con el objetivo de acabar con el afeitado: sanción al torero. Pero, hombre, la responsabilidad en este asunto la tiene quien cuida el ganado.
- Yo le decía algo muy parecido a lo que comenta usted, que el ganadero en el fondo es el responsable de sus toros pero él me aseguraba que actualmente el ganadero no pinta nada, que es el último mono.
- ¡Totalmente! Pero yo sancionaría a los dos (riendo). Lo siento, aunque parezca enemigo de los ganaderos. Lo que dice ese hombre tiene toda la razón pero ojo, teniendo en cuenta que la multa debiera ser proporcional a lo que cobre el diestro ese día por torear. Aunque insisto en que al ganadero algo le tiene que caer porque si no, se va de rositas y eso no puede ser.
- Había un gran subalterno ya fallecido que decía: 'con un toro bravo y con poder, no hay quien pueda, desengáñate, ni Domingo Ortega ni nadie; cuando sale un toro así, no hay quien pueda con él'. ¿Qué le parece?
- (Sonriendo). Hombre, que no se pueda con él... está claro que es mucho más difícil poder con él, lo que pasa es que ese animal es precisamente el que nos gusta a nosotros. La base de esto son las corridas de toros, no de toreros, y si el toro sale con poder y encima bravo pues eso debería ser el no va más. Y luego que el torero se las apañe...
- Ya... pero toros así, ¿cuántos vemos en nuestra vida? Se cuentan con los dedos de las manos... ¡o de una mano!
- Sí, toros que te llenen, donde veas poder, fuerza, bravura... que puedas decir: ¡qué maravilla lo que he visto!, muy pocos. Pero para que salga ese toro estamos los ganaderos.
- Estará de acuerdo conmigo en que vemos en el ruedo falta de oficio.
- Y de afición. El oficio se puede adquirir toreando pero generalmente coincide que los profesionales que tienen más oficio son los que tienen más afición: son los que les gustan los toros, las ganaderías, el campo... Los banderilleros antiguos conocían las ganaderías porque tenían afición y a base de años de profesión llegaban a tener oficio. Hoy en día tienen menos oficio porque hay muy pocos buenos profesionales. Es que al final la referencia es el animal. Actualmente el toro es siempre el mismo y en cuanto te sacan del guion no sabes qué hacer. Antiguamente esas novilladas de desecho de tienta, aquel toro que le faltaba un ojo... Si eras capaz de lidiar ese animal, luego te podían echar cualquier cosa. Hoy hemos convertido el toro en algo tan perfecto que siempre sale el mismo, está estandarizado...
- Habla usted del animal pero el duque de Veragua, el que le gusta, el ministro, decía esto del torero, a ver qué le parece: 'la figura legendaria del lidiador se va desvaneciendo porque la profesión se industrializa y se hace más asequible a un mayor número de individuos, con lo cual las exigencias de los toreros crecen y terminan consiguiendo el abaratamiento de la mercancía'.
- Parece que lo haya dicho ahora mismo. Es perfecto.
- Y lo que discutíamos el otro día en el blog sobre si torear es lo mismo que lidiar, ¿como lo ve?
- (Pensando) Lidiar sería saber colocar el toro al caballo, conocer sus querencias, las distancias, los terrenos, dar los pases adecuados... y torear debería conllevar intrínsecamente lidiar. Es lo mismo y quizás no lo sea. También depende del concepto que tenga uno de lo que es torear. Para mí el ideal de un torero es que sepa lidiar un toro desde que salta al ruedo. Son términos parecidos pero no lo son porque torear no es ponerse bonito, ése no lidia. Lo que pasa es que el torero actualmente no necesita lidiar mucho por lo que decíamos antes. El animal que sale hoy en día necesita más unos cuidados que una lidia para que así aguante un montón de pases, y así me pongo guapo... Eso para mí no es lidiar aunque sea la lidia actual.
- Digamos que con el toro comercial del siglo XXI se puede torear bien sin necesidad de lidiar.
- Sí, sí, yo diría eso. A quien le gusta la lidia del toro no le convence el toreo actual. Por eso recuerdo que cuando nos entrevistaron una vez a mi madre y a mí, sacaron como titular que nosotros no nos sentíamos identificados con la tauromaquia del siglo XXI.
- Con un lector decíamos en los comentarios que la lidia era cocinar y el toreo comer lo que has cocinado pero hoy viene el plato tan precocinado que sólo hay que calentarlo.
- Perfecto, eso es perfecto... pero no sólo en la lidia sino en muchas otras cosas de la sociedad actual.
- Por último, ¿qué hacemos con la suerte de varas? ¿Ve alguna solución o qué?
- (Se queda pensando). Es muy difícil. Ante todo, lo que no podemos hacer es consultar al gremio, eso no. Sería bueno cambiar algunos útiles, como los de Julio Fernández y su puya, y que eso se impusiese por ley para no masacrar el toro rápidamente. Pero también habría que cambiar los caballos... y los maestros porque si el maestro, con la puya buena, el caballo bueno y el picador bueno, ordena al picador que se cargue al toro, no adelantamos nada. La clave es la voluntad de querer hacer bien la suerte... Mire, le voy a dar una solución relacionada con lo que hablábamos antes: que los picadores los contrate el ganadero. (Sonriendo) Eso lo dijo Folque una vez en una concurso en Zaragoza, aquélla de Farolero, y casi lo matan. Dijo: 'a mi toro lo pica mi picador'. Yo, por ejemplo, no elegiría a X, ni a Y (dice dos nombres que censuramos), buscaría los que considero mejores.
- Yo veo en los picadores falta de valor. A quien está pie a tierra un cierto valor se le supone pero a quien va montado en el acorazado no tiene por qué.
- Antiguamente a los picadores se les firmaba que habían actuado en veinticinco tentaderos y además empezaban por picar novilladas. Encima tienen que montar bien a caballo y eso no lo veo. Y, efectivamente, se ven tan seguros subidos en semejante mole... Y ese vicio de tapar la salida por sistema a todos los toros... saben que no hay toro que pueda con ellos.
- Pero saber montar a caballo con según qué caballos de según qué cuadras, que no se mueven, o que están resabiados, o que no obedecen...
- Sí, también. Habría que quitar muchas cuadras de caballos y muchos picadores. Si es que la clave es que los ganaderos no pintamos nada, estamos sólo para las cuestiones burocráticas y para reír las gracias a toreros y apoderados y ser serviles con toda esta gente. Hablábamos una vez de Aleas, que bajaba a la cuadra y conocía todos los caballos que picaban en Madrid. Nosotros no vemos los caballos ni podemos elegirlos... somos el último eslabón. Y estoy seguro de que a los ganaderos denominados comerciales también les interesaría una suerte de varas bien hecha pero no ponen ningún interés. A ver, ¿en qué reunión de la Unión de Criadores se ha tratado el tema de la suerte de varas? En ninguna durante los últimos cuarenta años. Las asociaciones de matadores, banderilleros y picadores mandan más que nosotros, sin duda alguna. Si no se paga a un ganadero una corrida, no pasa nada. Como no se pague a un mozo de espadas, se lía una buena...
- Siempre terminamos en plan pesimista...
- Es que usted termina preguntándome por la suerte de varas... así, ¿cómo quiere que acabemos? ¡Siempre hablamos de la suerte de varas y no solucionamos nada!
- Hombre, le pregunto por lo que más preocupa a los cuatro aficionados que leen este modesto blog... Pero a veces, cuando pienso en los de 3Puyazos, los de Céret, Vic... quiero creer que quizá haya una lucecita al final del túnel.
- Y gracias a que hay eso, que por lo menos es algo. Al menos ponen el toro al caballo tres veces, que ya es algo. Por eso precisamente para 3Puyazos tengo mucho interés en que las familias de los que se lidien hayan ido muy bien al caballo.
- Última pregunta: está claro que el ganadero tiene el 100% de responsabilidad en cuanto a presentación del ganado pero ¿qué porcentaje le atribuiría usted en cuanto a responsabilidad en el comportamiento de sus toros sobre el ruedo?
- Buena pregunta... Vamos a ver: el ganadero en principio es el máximo responsable del rendimiento de su toro porque la selección la ha hecho él. Lo que no hace es controlar la vida del toro después del transporte en sus últimos días o sus últimas horas. Eso, según estudios veterinarios que lo confirman, es muy importante: que esté tranquilo, que beba... Y a veces el toro gasta mucha energía en el transporte y en los corrales y salta al ruedo muy agotado. El mayoral ya intentará que el toro esté tranquilo pero aunque sea un fenómeno, como al toro le dé por gastar mucha energía, eso es difícil de controlar. Se ponen nerviosos, se pegan, rematan por todas partes y se gastan mucho. El ganadero puede haber hecho todo bien y en cambio, en esas últimas horas o días se hace todo mal. Lo que el toro lleve dentro lo lleva, eso sí. Como me decía usted cuando hablábamos antes, la casta la lleva y esa casta debe ser responsabilidad también al 100% del ganadero porque con ella el toro se puede sobreponer a otras circunstancias adversas. Pero el que la desarrolle correctamente sobre la arena... ahí puede haber hasta un 25% de su comportamiento que el ganadero no controla. Luego se habla de la meteorología o también de las lunas, como decía siempre Fernando Cuadri. Sin embargo, eso ya me parece excesivo porque entrarían unas incógnitas de hasta un 10% más del comportamiento donde nadie tendría posibilidad de influir. Pero insisto en la importancia de esos últimos momentos de vida del toro desde el transporte. En caso de que la empresa haya dejado elegir al ganadero las reses, como será este año en la concurso de Vic o lo de 3Puyazos, ahí sí que el porcentaje de éxito o fracaso es mucho más atribuible a él. De ahí mi disgusto en 3Puyazos el primer año porque el fracaso fue atribuible sólo a mí y en eso no hay vuelta de hoja. Me dejaron elegir los toros y estuvieron muy tranquilos en la venta del Batán, por eso su comportamiento lo atribuí a falta de casta. E insisto en que la casta sí es responsabilidad exclusiva de la selección que ha hecho el ganadero pese a los fracasos que pueda haber y que yo he tenido en numerosas ocasiones.
- Isaías aumentaba hasta un 40% ese porcentaje del comportamiento del toro en la plaza que queda fuera del alcance del ganadero. Por cierto, hablando de Isaías ya vio que murió Pepe, su mayoral...
- Sí, lo vi, qué pena. Él amparaba a Isaías cuando acosábamos en Valdevacas. Era un muy buen jinete y un hombre que sabía muchísimo del campo. Tenía aquella sabiduría de la gente antigua del campo...
- Isaías contaba que vinieron unos veterinarios a certificar las vacas preñadas y Pepe empezó a decir cuáles estaban y cuáles no mirándolas de lejos. Los veterinarios se reían... pero sólo al principio porque luego resultó que de cincuenta falló únicamente en tres.
- No me extraña. Esa sabiduría de la gente de campo se ha ido perdiendo. Yo intento mantener lo que recuerdo que me contaban pero se acabará perdiendo. Pepe era uno de ésos, además siempre se pasaba un rato fenomenal con él hablando de toros...
Con el recuerdo al mayoral de los tulios cerramos la conversación con Tomás Prieto de la Cal que esperamos les haya ilustrado y, sobre todo, entretenido, que de eso se trata en nuestro cuadernillo.
Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.
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