Estamos ante dos de los tres toreros más religiosos que ha dado la tauromaquia. Los calificamos así por la cantidad de feligreses que han tenido. El otro ha sido El Gallo, claro. Seguro que si alguien hubiera tenido la peregrina idea de montar una religión o siquiera una secta bajo la advocación de cualquiera de los tres, habría encontrado sus adeptos. Rafael de Paula, que en paz descanse, estaba un escalón por debajo.
No obstante, los cuatro coincidieron en que cuando estaban mal, desataban las iras del tendido. Era porque se les notaba el miedo, que es lo peor que puede suceder con un torero en el ruedo.
Por eso desde nuestro modesto blog nos hemos referido siempre a los admiradores de Morante como feligreses. Corrochano comentaba muchas veces la inconcebible admiración que mostraban hace cien años muchos de los coetáneos de El Gallo. Ha sido exactamente la misma idolatría que los hinchas de Curro y de Morante han demostrado por ellos.
El paralelismo entre estos dos últimos que indicábamos en el titular lo enmarcaríamos en varios aspectos. A vuelapluma, podríamos apuntar: la verónica, el temple, el desprecio por la suerte de varas, el matar a paso de banderillas y el mismo desdén por los toros que no les gustaban. Cuando se daba esta última característica, subyacía en ambos un menosprecio total por quienes habían pasado por taquilla.
Pero hay además otra circunstancia curiosa que coincide en la retirada de ambos y que es la que nos ha movido a compartir con ustedes esta entrada. Pero antes comentamos esos otros paralelismos.
La verónica va a gustos. La de Morante siempre fue más barroca, con la mano de salida más alta. Era más estudiada, más pensada, o sea, menos natural. La de Curro, que en América denominaban romerina, sí fue más natural, cogiendo el capote mucho más cortito, con menos tela, con manos más bajas y, como decía él, 'sin sacudir el toro para afuera, toreando para adentro, lo cual tiene más exposición pero tú gozas más y a su vez también el público se emociona más'.
Al comparar ambas imágenes se aprecia la mano más baja de Curro y el cuello forzado de Morante:
Ya que estamos, comparemos también la media verónica, de la que hablábamos aquí. Está claro el mayor barroquismo de Morante. Observen que Curro tiene ambos pies sobre el albero mientras que José Antonio levanta el izquierdo al rematar:
La suerte de varas nunca preocupó a ninguno de los dos. Para ellos era un trámite con el cual ahormar, o machacar, el toro con el único fin de edificar su obra de arte. El artista era lo primero mientras que el toro era su instrumento, no un ente en sí mismo, de ahí su desprecio del primer tercio.
Solamente se preocupaban del picador cuando le ordenaban que matase aquellos toros que no habían movido las orejas a su gusto. Eso de que en seco un toro no les gustase era un arcano para el común de los aficionados ya que el propio Curro decía una frase que suscribiría Morante: 'yo, al toro bueno... bueno, al que a mí me parece bueno...' Si la volvemos al revés, es decir, con el toro que a ellos les parecía malo, habría que preguntarles lo mismo que aquel aficionado de Utrera sentado detrás de nosotros el día de la encerrona de Morante con Prieto de la Cal: 'pero mi arma, ¿éste tampoco?, ¿y a éste qué le has visto?' (recuerden aquellos divertidos comentarios que transcribíamos en nuestra crónica).
Hemos sufrido a picadores de Morante masacrando vilmente toros suyos a los que luego él ha pegado dos mantazos y entrado a matar a como diese lugar. Y los más talluditos recordarán aquellos puyazos asesinos que Curro ordenaba... ¡con el tercio cambiado! El escándalo solía ser monumental pero él, como si oyese llover. 'Yo no tengo miedo al público', repetía, en una afirmación que también firmaría Morante.
Con la muleta observamos bastante similitud entre ambos, siendo de nuevo Morante más barroco y Curro más natural. El empaque y el temple son parecidos. Sobre la longitud del pase sabemos que hay aficionados que censuran a Curro que lo suyo eran medios pases porque no los daba todo lo largos que debiera, con todo su recorrido completo.
No acabamos de compartir esa idea pero la dejamos indicada para que conste en acta. Es que él sostenía que el pase tenía que ser a lo que diera el brazo, sin forzarlo. Y además se quejaba de que eran quienes citaban con la muleta retrasada los que pegaban medios pases o incluso menos: 'Con la muleta retrasada se da un cuarto de pase porque se vacía cuando se empieza a rematar; eso es comenzar el principio por el final'.
La media altura de Curro que han visto también es discutida por muchos pero a nosotros nos encantaba. Morante coge el palillo escondiendo los dedos bajo la tela mientras que Curro es más académico (recuerden lo explicado aquí). La forma de embestir de ambos toros no tiene nada que ver. El de Morante es más formal, que es lo que se busca en el siglo XXI, la formalidad de los toros. ¡Hay que ver!
En los desplantes se parecen mucho, quitando aquellas originalidades de Morante con una rodilla en tierra o limpiando las lágrimas a un toro con un pañuelo emulando a Gallito (aunque Maravilla lo que hizo en su día fue escupir en el cuerno para luego limpiarlo):
En la estocada sí que hubo una gran diferencia entre los dos. Morante fue un excelente estoqueador mientras que Curro ya lo decía él mismo: 'no he matado un toro bien en mi vida, pero es que ni siquiera medio bien...' Néstor Luján, de quien deben leer ustedes su Historia del Toreo si no lo han hecho todavía (recuérdenla aquí), distinguía tres tipos de buenos matadores: el estoqueador excepcional, como Celita o Malla; el matador notable por su facilidad, como Armillita, y el matador excelente sin paliativos, como Curro Martín Vázquez. Esto lo escribía en los años cincuenta y se limitaba a los que había visto él.
Nosotros no tenemos ningún empacho en colocar a Morante en el Olimpo de los matadores excelentes:
El problema es que sólo mataba como Dios manda cuando le daba la gana y eso era pocas veces. Solía coincidir en plazas importantes cuando veía que ya tenía cortado algún trofeo. Recordamos la estocada del rabo de Sevilla o la de su corte de coleta en Madrid, ambas buenísimas:
Ordóñez decía de Romero algo que muchos morantistas firmarían para el de La Puebla: '¿qué más da cómo ha matado después de ver cómo ha toreado?' Pues, maestro, si le parece volveremos la frase al revés para aplicarla a toreros sin arte pero buenos estoqueadores. Andrés Vázquez decía que antes que torear había que saber matar. Esto lo decía aplicándolo a cualquier torero, no pensando en Damián Castaño, si nos permiten la maldad.
En uno como Curro, que era matador de toros sin saber matar, podemos llegar a entender que clavase siempre el estoque de cualquier manera. Pero en Morante no nos entra en la cabeza. ¿Cómo puede ser que supiera hacer la suerte con tan gran pureza pero lo demostrase en tan pocas ocasiones?, ¿por qué ha preferido casi siempre salirse con indecencia alargando el brazo para pegar la puñalada? Si sabía matar muy bien los toros, ¿por qué los asesinaba?
Piensen en que la estocada es la única suerte del toreo que permanece inalterada desde hace doscientos años. Y además es la única que depende en un altísimo porcentaje de la disposición del maestro. Nos referimos a que si el diestro quiere ejecutarla con verdad, es igual el toro que tenga delante. Morante nos dio poca cal y mucha arena. Insistimos en que al depender siempre del diestro el hacer bien la suerte suprema, nunca le perdonaremos tanto escaqueo. Comparen con miedo y sin miedo:

Para acabar, lo que comentábamos al principio: ¿qué tienen en común las retiradas de ambos maestros? Ustedes pensarán que la sorpresa del anuncio, ¿no? Uno de improviso en una entrevista de radio y el otro en el platillo de Las Ventas. Sí pero hay otra circunstancia que queremos remarcar y es que en ambas medió una voltereta de Morante con caída muy peligrosa.
La reciente de Madrid la recuerdan perfectamente. Toreando de capa el toro lo levanta del suelo, aterrizando de cabeza y queda sólo felizmente aturdido para lo grave que podría haber sido:
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| FOTO: Juanelo López | 
Curro estaba toreando el festival de la Algaba con sesenta y seis años. A su lado, un joven Morante con veintiuno recién cumplidos. Durante la faena de muleta, el toro engancha a Morante y lo voltea de manera muy parecida a lo que sucedió en Las Ventas:
La caída del diestro es casi la misma que en Madrid. Desde dos metros de altura cae y se golpea la cabeza doblándose el cuello:
Entonces no tenía el exceso de peso de ahora y se levantó sin problemas. Curro vio esa caída tan fea y se le quedó marcada en el cerebro. Tan es así que por la noche, cuando era entrevistado por Fernández Román, anunciaba por sorpresa su retirada de los ruedos.
Allí dijo que era para dar paso a los jóvenes pero con el tiempo reconocería que esa caída de Morante le dio que pensar. Lo que pensó fue que si le hubiera sucedido a él, con sus años y sus kilos, probablemente habría quedado inválido en una silla de ruedas.
¿Pensó algo parecido Morante durante la faena a ese último toro de su vida? Tras la segunda oreja regalada por el presidente es posible que ya no le quedase ninguna duda sobre el retiro. Quizá con el tiempo nos lo aclare, tal como hizo Curro Romero en su día.
El problema es que si la cogida fue el detonante para que escenificase su retirada, conforme transcurran los meses y se le pase el efecto de la impresión, no les extrañe que esté de vuelta el año que viene para hacer una selectiva ronda de paseíllos que le llenen bien el bolsillo. Al tiempo...
Al habernos dedicado a comentar especialmente los paralelismos entre uno y otro, no hemos resaltado una gran diferencia: Curro siempre tuvo la cabeza mucho mejor amueblada que Morante. El camero fue coherente y nunca ha vuelto a ponerse delante, ni siquiera en un simple tentadero. El cigarrero, ya veremos.
Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.












Comparar a Curro con Morante, equivale a comparar un Seat con un Audi, son del mismo grupo, (toreo artístico) pero de distinto nivel.
ResponderEliminarCurro, al utilizar el capote, lo agarraba por un sitio más cercano a la esclavina que Morante, y además, tanto el capote como la muleta que utilizaba Curro eran de la talla más pequeña, gran mérito.
Dice usted que decía Curro: “sin sacudir el toro para afuera, toreando para adentro, lo cual tiene más exposición pero tú gozas más y a su vez también el público se emociona más”. Pero del dicho al hecho va un trecho. No hay más que ver las imágenes sobre las “verónicas” a las cuales hace referencia, de donde vienen y hacia donde van los toros que están toreando Curro y Morante. Curro lo trae por afuera y lo echa hacia afuera, lo contrario que hace Morante, que lo trae por adentro y lo remata por detrás de la cadera. Igualmente sucede con las “medias”, la profundidad y recorrido de la de Morante es muy superior a la de Curro. No hay más que ver las manos que están toreando,
Dice usted: “la suerte de varas nunca preocupó a ninguno de los dos”. Ante este comentario le pregunto: ¿Desde hace muchos años a que toreros ha visto que les preocupará?
Dice usted: “el mismo desdén por los toros que no les gustaban”. El conocimiento de Morante sobre las condiciones del toro que habrán de torear, eran y son muy superiores a las de Curro, al igual que el valor. El primero decide no intentar hacer faena por conocimiento, y el segundo por intuición.
Dice usted: “Morante coge el palillo escondiendo los dedos bajo la tela mientras que Curro es más académico”. ¿Que quiere decir con más académico? Si amplia las fotografías se dará cuenta que las sujeciones de la muleta al estaquillador son distintas, en una, las dos partes superiores de la muleta van por un lado del estaquillador, y en la otra, por ambos lados. Las sujeciones son a gusto del matador. Se aprecia que Morante la está agarrando prácticamente con la punta de los dedos y Curro con los dedos y parte de la palma.
Morante es un torero de pase largo, por abajo y rematado por detrás de la cadera, Curro es de pase corto, a media altura y rematado a la altura de la cadera. Los toreos que son más similares entre sí, son los que hacia Curro y hace actualmente Pablo Aguado.
Y ya por último dice usted refiriéndose a la estocada: “Nos referimos a que si el diestro quiere ejecutarla con verdad, es igual el toro que tenga delante”. ¡Sí, y especialmente ante el que te tapa la salida! Eso no se lo cree usted ni harto de vino.
Francisco de Madrid.
Ha quedado clara su discrepancia.
EliminarUn AUDI no se puede comparar a un SEAT. Un AUDI tiene personalidad propia y el diseño es auténtico. Un SEAT, hablamos de los de antes, no de los de ahora, eran copias de AUDI. Fabricados con chasis de AUDI, componentes de AUDI...vamos, resumiendo, SEAT era el AUDI para pobres. Cuando voy de incógnito conduzco mi SEAT, cuando quiero que todos me miren, conduzco el AUDI. Creo que algo de eso hay en el artículo de Rafa.
EliminarBuenas Rafa .
ResponderEliminarEn mi opinión Curro siempre fue mucho más sincero en todo , su verónica era mejor que la de Morante sobre todo por su capotillo , mano baja y adelantando la pierna. Con la muleta tres cuartos de lo mismo , no hacía el molinillo como si aprendió Morante sobre todo en las últimas temporadas y matando pues el miedo podía más que el. En eso Morante fue infinitamente superior pero cuando le daba la gana por lo tanto fue mucho menos sincero que Curro .
De carácter uno desprendía humildad hasta en los peores momentos y el otro prepotencia al cuadrado ( aún me acuerdo de la excusa del ruedo de Madrid y su pendiente ) . Es probable que Morante tuviera en mente la retirada pero desde luego la voltereta pudo adelantar sus planes . Yo personalmente repetiría esas imágenes cada poco tiempo para que así no tuviera tentaciones de reaparecer .
Saludos
Morante da la impresión de ser buena gente en la distancia corta pero Curro todavía más.
EliminarSaludos
Buenas tardes-noches:
ResponderEliminarLlevo más de 40 años "viendo" corridas de toros en directo. No he visto nada, que ni se acerque, a lo de D. Francisco Romero. Con verle hacer el paseo, tenía la entrada más que "amortizada". Considero que es mejor-igual persona que torero. Existen personas diferentes ...
DEP. Rafael de Paula. Tuve mucha suerte de estar en el alto del 10, en la feria de Otoño del 87, con el sobrero de Benavides. Hasta la fecha, nunca he visto los tendidos de Madrid, como aquella tarde-noche. Para bien, "de locos" . Que me den locos así.
Muchas gracias y un saludo,
ZZ
Se adelanta usted a los acontecimientos porque acabo de dejar redactada una entrada en homenaje a Paula hablando de lo que sucedió precisamente aquella tarde. Dejaré pasar unos días y la publico.
EliminarSaludos
Buenas noches Rafa:
ResponderEliminarPor fin se puede hablar en un ambiente más calmado de Morante.
A este torero le he podido ver toda su carrera.
De la primera encerrona fracasada en Madrid, a su segunda que levantó después de una cogida, con un par de banderillas buenísimo.
La tarde de los quites.... etc..
Y es un torero que me ha gustado, pero no creo que sea el mejor de la historia como cantan por ahí.
Le faltaba ese pellizco que tenía Curro, Paula...
Y sobre todo, soy muy pesado, pero le faltaba estructurar las faenas.
Dar distancia, pronto y en la mano, ...
Su barroquismo, demasiado pensado para mi gusto, hacía que fueses faenas de goterones. Que a la gente le gusta.
Pero yo después de ver a Curro Vázquez, me ha devuelto lo breve y la naturalidad. Y eso Morante no lo tenía.
Era muy bueno con el capote y matando.
Espero que no me maten los morantistas.
Saludos
Ese barroquismo de lo excesivamente pensado a mí tampoco me convenció. Curro tenía más naturalidad aunque lo de faenas a goterones, si es lo que yo entiendo, se podría aplicar a ambos.
EliminarSaludos
Perdona Rafa.
EliminarNo me he expresado bien en cuanto a lo de goterones. Es como dar muchos pases a lo gordo, en volumen de pases.
Es algo que siempre, desde hace 20 años que le veo, me ha parecido y lo que no me ha gustado.
A lo mejor soy demasiado de Madrid (Que diría Joan), pero uno siente y piensa como ha aprendido.
Saludos
Se torea como se es, le escuchas hablar a Curro y ves el arte del ser, Morante esta hecho un lio.
ResponderEliminarEl Faraon cuando toreaba se olvidaba del toro, ha ocupado territorios que no han ocupado toreros mucho mas valientes que el, esa naturalidad, es suavidad, esa lentitud… unico.
Yo no soy Currista, me gustan las ganaderias duras y otro tipo de lidia, pero Curro Romero ha toreado de forma increible.
Morante no esta bien y me he algrado mucho por su retiro (momentaneo), no se puede torear medicado.
Podríamos convenir en que con el medio toro, Curro ha toreado muy bien.
EliminarY lo de torear medicado los feligreses de Morante lo han visto cómo un mérito aunque parezca increíble.
Saludos.
Don Rafael.
ResponderEliminar¡Qué arte tan grande tienen estos dos tunantes!
Saludos.