Salvo error, la última corrida de Conde de la Corte en Tafalla fue con Higares, Fundi y Cervantes. Los tres resultaron cogidos y varios caballos rodaron por el suelo. Hubiéramos preferido ver un vídeo de ese festejo que el de ayer en directo.
Teníamos la mosca tras la oreja después de ver la actitud por la mañana del toro que se dio la vuelta en el encierro haciendo el recorrido al revés en solitario. Iba como atontado y hasta los niños podrían haber corrido delante de él sin ningún peligro. En condiciones normales un toro que haga eso en un encierro monta una escabechina. Ése se dedicó al trote cochinero sin pegar ni un solo derrote.
Lo que por las tarde se confirmó fue la mansedumbre del ganado. No obstante asistimos a esa curiosa mezcla que comentábamos en el titular y que se refiere a una falta de casta acompañada de ausencia total de mala idea. Ni uno hizo un mal gesto y todos humillaron pero con poco recorrido, pegando arreones, reservándose y dando una impresión general de mansedumbre y también de falta de poder pero todo en una línea de comportamiento anodina.
Los toreros anduvieron por ahí con otra mezcla, esta vez de desmoralización por el ganado y de falta de ganas por... Pero vamos a ver: ¿qué podemos esperar de unos hombres a quienes no se les garantiza ni los mínimos? Por cierto, algunos pitones fueron reputados como sospechosos por bastantes del tendido. ¿Irá una cosa por la otra?
Dos tercios de entrada, un poco pobre siendo el día quince.
GÓMEZ DEL PILAR. Su primero es el que se había vuelto en el encierro haciendo que durase más de diez minutos. Su actitud chochona por la calle no auguraba nada bueno:
MIGUEL GIMÉNEZ. Es un torero valenciano de treinta y siete años afincado en Perú, donde se anuncia más de veinticinco veces por temporada. Su mejor tarjeta de presentación es que lo apadrina El Inclusero, que es uno que sabe de qué va esto de torear. Miren lo que afirma, que pueden recordar pulsando aquí:
"Resulta que ahora sale un chaval que está empezando y ya ha aprendido todo lo que no debe aprender nunca de las figuras, que es la pierna atrás, y la escondo cada vez más, me retuerzo más... Antes, eso de esconder la pierna era inconcebible"
Les suena, ¿a que sí? Lo saludamos antes de empezar la corrida y descubrimos con orgullo que es uno de los selectos lectores de nuestro modesto blog.
Su primero era de aspecto anovillado:
Nada en varas donde quería pero no podía con el caballazo. Giménez decidió plantarle cara en toriles pero el toro, aunque humillando bien, pegaba arreones desagradables.
Estocada baja:
El quinto era un negro listón, bien encornado en cuanto a conformación de los cuernos, que lucía el 001 en el costillar:
Monopuyazo barrenando y cambio de tercio.
Mal inicio de faena soliviantando al toro al rematar los pases por arriba. A pesar de ello resultó ser el más potable de la corrida aunque no podía disimular sus ganas de rajarse.
Giménez debe de ser votante de la ultraderecha, ya nos entendemos. Otra estocada baja y trasera pero ahora patas arriba. Oreja de pueblo:
DIEGO GARCÍA. Su primero era un burraco acapachado, bonito de lámina:
Humillaba tanto que se pegó dos volteretas. Monopuyazo español antes de que Tornay dejase llegar demasiado al toro y tuviese que aliviarse a última hora. En esos momentos el buen subalterno ignoraba que acabaría en la enfermería:
Vean cómo metía la cara aunque el viaje era menos que corto. En resumen, poca cosa:
Tres pinchazos sin ninguna fe y bajonazo:
El último era un negro listón, sin rematar, anovillado, que se tapaba por la cara y no mucho:
Impresentable monopuyazo carioco con el maestro de autista. Bien Venturita como se ve:
Y mala suerte para Tornay, derribado por el toro a favor de su querencia hacia chiqueros. En la imagen se aprecia el instante en que se rompe la clavícula derecha. Para la recuperación de un banderillero esta lesión puede resultar peor que una vulgar cornada. De hecho, mucho nos tememos que la temporada se ha terminado para él:
El toro también era reservón y de embestida brusca e incierta pero sin maldad aparente. Habría necesitado un castigo por abajo de inicio pero García quiso hacer la faena hotelera y al final, como era de prever, no sacó nada en claro antes de que se parase.
Pinchazo blandengue y entera desprendida y pasada que basta.
La corrida fue para olvidar, tal como han visto. Lo mejor fue saludar a tantos amigos tafalleses a quienes volvíamos a ver un año después. Además tuvimos la suerte de hablar con El Inclusero, ya lo comentábamos antes, lo cual fue un honor y más viendo que coincidía con nosostros en todo lo del destoreo actual. Tras el festejo mantuvimos una tertulia de más de una hora con el ganadero de Sobral. Estuvo franco y tan hablador que no podemos transcribir sin su permiso las interioridades y tejemanejes del submundo taurino que nos relató.
Solamente les diremos que menudearon palabras como sinvergüenzas, mafia, afeitado, avaladores, corridas sin pagar, cobrar antes de embarcar y un largo y sabroso etcétera. Estuvo de acuerdo con nosotros cuando le dijimos que en países más serios como Rusia, Estados Unidos o Italia, muchos de los taurinos granujas no podrían salir a la calle sin tener que ir mirando permanentemente a sus espaldas.
Saludos cordiales desde Tafalla. Rafa.
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