domingo, 19 de marzo de 2017

VICTORINO EN ARNEDO: 'PILAR, ECHA UN POCO DE PICANTE AL GUISO'

                              ¡POR FAVOR!

La primera, en la frente. Monumental decepción con los victorinos en Arnedo. Si llega a echar esta corrida en Madrid, el ganadero se oye las impertinencias de más de uno, con toda la razón. Tuvo suerte de la buena educación y el aguante del público de Arnedo porque la corrida salió blanda, sin poder, descastada, 'desaboría' y con una alarmante tendencia a tablas. Por no tener, no tuvo ni peligro.

Fueron doce veces al caballo, donde se dejaron pegar sin más, un trámite. Los diestros se equivocaron porque, excepto el quinto, vinieron todos picados del campo. Como los tres toreros deben de ser madridistas, al ver la divisa azulgrana, ordenaron absurdamente que se les pegase a base de bien:



En la muleta, una colección de toros suavones, sin temperamento y sin emoción. El tuerto en país de ciegos fue el sexto, sin ser nada del otro mundo, que conste. Si en varas les hubiesen dado un par de picotazos, quizá ahora estaríamos hablando de victorinos sensacionales para el torero desde el punto de vista 'taurino', ya me entienden. La corrida, eso sí, estuvo bien rematada. Estos fueron los seis toros. No salió el sobrero, que era de Hermanos Garzón y que figuraba como nacido en noviembre de 2011 (?). El primero, con culata, con trapío y con fijeza pero blandengue:



El segundo, otro muy blando, dulce hasta empalagar y con tres alevosos intentos de rajarse yéndose a tablas. Ése es el peligro de seleccionar para el torero, recuerden lo que decíamos aquí:




También con ganas de tablas el tercero, tan pastueño como desangelado:



El cuarto fue el más bonito a nuestro gusto. Díaz cambió el turno porque era su primero. Arrastró el morro por el suelo pero demostró menos poder y menos categoría que nosotros haciéndole esta foto tan penosa (disculpen ustedes):



El quinto fue el de más trapío, el único que en varas dio un poco la cara. Luego fue distraído y gazapón:



Y el sexto, como decíamos, fue el tuerto en país de ciegos. Obedecía al extraño nombre de 'Melcochuro'. Vino picado de Las Tiesas y embistió con son, que no con casta, no se confundan. Era más badanudo de lo habitual en la casa, observen:



La opinión del ganadero la pueden leer aquí, no hay duda de que vimos corridas diferentes. Había tres cinqueños y tres cuatreños y les aseguramos que nadie percibió ninguna diferencia. Victorino había anunciado que venían tres con muy buena nota (?) Para que no nos acusen de catastrofistas, destacaremos una cosa de la corrida: el sexto toro murió en los medios.

Muy mal Tauroemoción al no entregar programas de mano. Y aún queda peor cuando recordamos los lujosos documentos que se reparten en esta misma plaza para la feria de novilladas. 

Algún despistado se preguntará a qué viene el titular. Resulta que Pilar Martín Canto es la nieta de Victorino, esta chica que ven aquí tomando notas junto a su padre:



Estuvo este invierno en Trigueros dando una conferencia y dijo lo siguiente:

"A mi padre le gustan los animales más redondos y más completos en líneas generales. A mí me gustan con más picante, que pidan toreros que les puedan". 

Por eso le pedimos que tome las riendas y eche más picante a este guiso cárdeno que está tomando una deriva preocupante. Ella tiene la ventaja de que no se pone delante de las utreras en los tentaderos como su padre. Es archisabido que, cuando el ganadero se pone a torear, el perjudicado será siempre el aficionado a toros (a no ser que seas Pepe Luis Vázquez Garcés y luego te pase como a él, que tus toros no te los quieran ver ni en pintura).

CURRO DÍAZ. Si no lo ha sacado antes, creemos que estrenaba uno de los dos vestidos que ha elegido este invierno su madre para él. Sigue siendo un desastre en el primer tercio, le da todo igual. Su primero salió picado, nos recordó a 'Dalia' en Beneficencia. Díaz pudo estirarse a gusto:



Perfecto toda la tarde su peón Óscar Castellanos, tanto en la brega como en las banderillas:



Su primero tenía fijeza pero, si le bajaba la mano, se iba al suelo. Encima, cortaba el viaje por su poca fuerza. Lo único de valor, un par de naturales. Por lo demás, bastante pico:



A su segundo, el picador le perpetró una carioca indignante pero en la muleta tenía la embestida que quiere Victorino, fíjense en la foto: el morro por el suelo y la pezuña claudicante por la propia entrega del animal y su poco poder. 



Para nosotros, no tuvo ningún valor lo que hizo Díaz ante este 'Portezolano'. Lo mató de entera tendida tapándole la cara como acostumbra. Para que comprueben su vergonzoso alivio donde imita a El Juli, comparen esta foto con la siguiente. Aquí, Díaz girando la muñeca y dejando ciego al toro con su telonazo:



Aquí, el anciano Ortega Cano, en un festival este invierno. Él si que podría aliviarse por su edad, sus años de cárcel, su cargo de conciencia y su nefasto hijo. Pues no, no gira el estaquillador como hacen estos 'maestros' actuales, ventajistas a más no poder:



UREÑA. Le vimos cosas buenas como poner bien los toros en suerte en el caballo, conocer los terrenos y no ir tan apresurado como solía. También le vimos otras malas como dar un sainete al cuadrar el toro por no aprovechar cuando le pedía la muerte, alargar las faenas indebidamente y matar fatal, ahí no progresa.

Hizo un aseado quite por delantales al toro de Díaz:



Y a su primero le pegó inmisericordemente en el caballo cuando de salida se veía que tenía la fuerza justa. Y encima sale Varea y le pega dos medias en su quite, ésta fue la primera:



Yo soy Ureña y la cosa acaba como entre El Cordobés y Camino en Aranjuez, recuerden la pelea aquí, o, por lo menos, le digo 'oye, Varea, en tu toro voy a salir yo a pegarle no dos sino tres medias y unas cuantas navarras para tocarle las orejas'. Nada. No tienen sangre ni para eso.

Muy bien al sacarlo al platillo porque el toro se quería rajar escandalosamente con esa peligrosa tendencia a tablas que está sacando lo de Victorino (como hace tiempo que demuestra lo de Adolfo). Aquí lo tienen, de perfil, tirando del toro en redondo:



Hoy en día todos los toreros se ven desnudos en cuanto no tienen la ayuda del estoque. Como nos lo temíamos, apuntamos las tandas al natural que vimos: una de Díaz, tres de Ureña y tres de Varea. Combinando el estoque y las descomunales muletas que usan, se les ve más confiados:



Dos pinchazos hondos y media pasada y atravesada. El toro se salió con la suya y murió en toriles. 

En su segundo, Ureña se puso insoportable porfiando cuando el toro no valía nada. Lo brindó al público de forma que debería considerarse humillante para el respetable. Dos pinchazos y media atravesada entrando mal, como siempre, con el brazo arriba y a capón. Va a perder un montón de trofeos porque sigue sin saber matar:



VAREA. Aprendió de Ureña que había que sacar los toros a los medios porque se iban a tablas. Dio distancia y corrió la mano con cierto gusto en la única tanda por naturales a su primero. Pero la embestida del toro era sosa y desangelada, ahí lo tienen, al paso:



Pinchazo y estocada fulminante pero porque era ¡contraria y baja! Menos mal que cuatro aficionados nos pusimos a silbar rápidamente porque si no, le piden la oreja.

Al sexto le dio esta buena media verónica, de lo mejor que vimos en toda la soporífera tarde:



El toro embistió con son en las tres primeras tandas, el público se calentó, Varea se cruzó, puso ganas y cortó una oreja tras una rinconera. 



Como les decíamos antes, el toro murió en los medios, cosa tan agradable como infrecuente de ver (en varas, una primera en que se deja y una segunda en que se marchó suelto):



Aparte de los riojanos, vimos aficionados de Navarra, Valencia, Castellón, Cataluña, Aragón y Francia (concretamente de Bayona). Todos salimos decepcionados diga lo que diga Victorino en su web. 

Mira, Pilar, a la salida nos vino a buscar un joven y serio aficionado navarro. Su pregunta fue:

'Oye, Rafa, ¿en qué se diferencian éstos que hemos visto de los de Cuvillo?'

¿Qué debíamos responderle? Otro amigo nos decía durante la lidia que parecían saltillos mexicanos. Por eso te animo desde aquí a que busques cuanto antes una buena ración de picante. Pon lo que quieras: pimienta, tabasco, chile o pólvora. Pero intenta que los albaserradas salgan a tu gusto ya que, según dices, se acerca al nuestro.

Pilar, si tus victorinos nos aburren ¿qué va a ser de nosotros?

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.


Esta es la entrada a la plaza de tientas de 'Las Tiesas'. En homenaje a la nieta, la Virgen del Pilar con la divisa en el manto y cuatro arcángeles.


miércoles, 15 de marzo de 2017

LAS VERDADES DEL TOREO DE VERDAD (10): CAÑABATE

SU OPINIÓN SOBRE LAS FUNDAS Y SOBRE EL TORO COMERCIAL

Antes de irnos a Arnedo a ver qué pasa con los victorinos, hemos localizado un reportaje que hizo en el campo Díaz-Cañabate cuando asistió al enfundado de un toro. 


Toro de Jacinto Ortega. En 'Los Monasterios' nunca ha habido fundas

El reportaje tiene una pequeña trampa que les desvelamos al final. Empieza así:



El bueno de Cañabate sufre lo suyo viendo la impotencia del pobre animal. Tiene un recuerdo para los antitaurinos, lean:



Se fija en la mirada del toro, cosa inhabitual por cuanto en el enfundado se le acostumbran a tapar la cara como observamos en esta fotografía:



Nos transmite lo que sigue:


Cañabate no soporta por más tiempo ver a este bello animal prisionero de tan ignominiosa manera y se aleja para airearse:



Las fundas empezaron hace diez años. Parece que fue una idea del mayoral de Fuente Ymbro, recuerden aquí. Las cuentas no les salen ¿verdad? Si se comenzó a enfundar allá por 2005 y Cañabate murió en 1980...


En Barcial no hay fundas que valgan

Efectivamente, el reportaje que les hemos presentado lo publicó el ABC el 16 de febrero de 1969. No corresponde al enfundado de un toro sino a su afeitado. Pero la esencia de la humillación al toro y su manoseo exasperante es la misma ¿no creen?

Pero atención porque el 12 de mayo de 1968, el 'Caña' hizo una crónica a la corrida de san Isidro donde actuaron Antoñete, Mondeño y El Cordobés. Los toros fueron de Herederos de Carlos Núñez y de Eusebia Galache, tres y tres. La tituló 'Los toros comerciales'. Aquí ya no hay trampa ni cartón. Lo que comenta don Antonio va a misa cincuenta años después. Observen:





Tiene también su recuerdo a los que van al campo de parte de los toreros a ver qué ejemplares se traen bajo el brazo para que los 'maestros' puedan 'expresar lo que llevan dentro'. Lean esto y díganme si no es de palpitante actualidad:




El final de su crónica es éste. Cambien ustedes la rana por el fuera de cacho o las posturitas o el ponerse de perfil o el citar con la cadera y lo que escribe Cañabate vale para hoy mismo:



Ya ven que iniciamos la temporada con el mismo pesimismo con que la terminábamos hace cinco meses ¿Ustedes creen que la corrida de Arnedo nos levantará el ánimo? ¡Ay!

¿Acabaremos como Cañabate?



Etcétera. 

¡Parece recién llegado de Illescas tras ver a Manzanares indultando su ternera!

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.


Toro de Victorino Martín, hubo fundas pero se quitaron en buena hora

sábado, 11 de marzo de 2017

LAS VERDADES DEL TOREO DE VERDAD (9): CAÑABATE

  SUS OPINIONES SOBRE EL PÚBLICO DE TOROS

Poco antes de morir, el bueno de Cañabate reconocía que había perdido miserablemente el tiempo en sus quince años haciendo crítica taurina. Decía literalmente 'no siento absolutamente ninguna satisfacción por haberla ejercido y no la echo nada de menos'. 

Para quien esto firma, Cañabate pertenece a la trimurti de los grandes críticos del siglo XX. Los otros dos serían Corrochano y Navalón. Añadan si quieren a Vidal y nos sale un póquer de ases. Nuestras razones son dos: escribían bien y siempre aprendías algo leyéndolos. Ésas son las dos claves de una buena crítica taurina. Por supuesto que tenían sus manías, como cualquier aficionado, pero eso no merma un ápice la consideración que nos merecen.

Con los críticos actuales, no se aprende nada y respecto a la forma de escribir se han contagiado del vicio de twitter: frases cortas, muchas veces sin verbo y unidas por puntos. Aquí tienen un ejemplo cogido a vuelapluma del que no les anotamos el autor:

'Plenitud de Perera. Firmeza, seguridad y quietud. Soberbia faena. Obra grande. Se llegó a pedir el indulto para el toro, que embistió con humillación y transmisión. La emoción en cada una de sus acometidas'.

Su lectura se hace insufrible aunque, si se paran a pensar, así escribe cualquiera. Aquel cuarteto de grandes críticos echaba sus reprimendas al público de toros en la línea de lo que decía Fernández Salcedo:

'La crítica ha perdido totalmente su misión orientadora del público, la de contrariarle sus gustos, que es la principal aunque la menos grata. Ahora son muchos los aficionados que ya no leen las reseñas, lo cual hace treinta años era inconcebible, y es porque echan de menos ese tono serio de reprimenda paternal'

Esto lo escribía en 1943. Volviendo a Cañabate, hemos entresacado algunas de sus opiniones sobre el público de toros que iremos apuntando al lado de imágenes de sus cuatro toreros favoritos, por orden cronológico. Éste fue el primero en una foto curiosa porque parece más alto de lo que era:



Es Belmonte en 1916 adornándose en un remate a un toro brocho. Ahí va la primera perla de Cañabate:

'El público es el responsable de casi todo cuanto sucede en el ruedo. Mediatizado por la propaganda o por una crítica excesivamente benevolente e inexperta (...) ha dejado de exigir lo que siempre se había tenido por toreo auténtico'

Él siempre recalcaba que el público había cambiado a peor. Cañabate nació en 1897, ténganlo en cuenta cuando dice que

'el público de mi primera juventud era cruel; el de mi madurez era duro y a partir de los años cuarenta, bondadoso y connivente'

¿Qué diría del público actual?


Belmonte haciendo un quite al picador Cañamero en Madrid. Es el 4 de mayo de 1917 y el toro, de Santa Coloma

Cree que la causa es el desconocimiento:

'El público se ha hecho más pasivo y mansurrón, como el toro mismo (...) Quizá es así porque es más consciente de lo difícil que resulta entender de toros pero indudablemente también porque entiende menos'

Cañabate se veía obligado a tragarse cien corridas al año por su labor en ABC. Decía que llegaba a la feria del Pilar completamente agotado. Éste es su segundo torero tomando la alternativa:



Se la da Gitanillo de Triana en Barcelona el 8 de marzo de 1931. Va de blanco y oro y se llama Domingo Ortega. El toro fue este 'Valenciano' de Juliana Calvo (lo de Albaserrada que se quedó Victorino). Le pegó esta estocada:



La labor de la crítica era fundamental para Cañabate:

'Pues sí, señores, hay que decirlo todo y no engañar a la afición. Hay que enseñar al público lo difícil del auténtico toreo. Una voz que clamara en el desierto apenas tendría eficacia pero muchas voces aunadas en una verdadera campaña podrían obtenerla'

Un amigo discrepó abiertamente con nosotros en este blog cuando nos mostramos totalmente en contra del indulto a 'Cobradiezmos'. Nos dijo que éramos unos inconformistas y nos recomendaba que cambiáramos de afición. De momento, no le hemos hecho caso. Pero es cierto que muchos aficionados entienden que a los toros hay que ir 'a pasarlo bien'. Lean lo que dice Cañabate:

'La inmensa mayoría de gente que va a los toros, como al cine o a cualquier otro espectáculo, va a divertirse, a pasarlo bien. Y las actitudes frívolas están reñidas con el auténtico toreo tradicional y la seriedad de la fiesta'

Esto lo comenta en una crítica del 1 de agosto de 1965. Fue una corrida en Madrid de Zaballos que, como curiosidad, dio una media de 490,6 kilos:



De ahí a valorar la calidad de una corrida por la cantidad de casquería repartida, va un paso. Sigue el crítico del ABC:

'Este tipo de público está más predispuesto a la mojiganga que a sufrir durante muchos momentos una lidia clásica exigente porque, además, ha pagado un buen dinero por ese espectáculo'

Al hilo de esto, escribía lo que sigue en crónica del 3 de septiembre de 1963:



Su tercer torero fue Pepe Luis, a quien vemos con veintitrés años junto a su madre, doña Concha Garcés:



Se casó con 'El Chico de san Bernardo' y Pepe Luis fue el mayor de sus siete hijos: Rafael, Manolo, Consuelo, Antonio, Juanito y Carmelita. Aquí abajo tienen el homenaje de Pepe Luis a Gallito en el inicio de un kikirikí. Es la plaza de Manzanares en 1944, toro de Albaserrada:



Volviendo al 'Caña', notaba una cierta reticencia del público a lo que decía el crítico, observen:

'Nuestro público es cada vez más permeable a lo que le diga la publicidad y menos conformista con lo que le diga el crítico. Esta es la paradoja: el público de toros es hoy mucho menos dócil y dúctil que antaño, tanto porque se interesa menos por lo auténtico de los toros como porque, de todas formas, opina más. Tarea difícil la del crítico'

Hombre, tarea difícil la del crítico serio que no vive del cuento ni cobra de los toreros. Si vive de esto, el crítico se une a la publicidad y nos hace creer que estamos en el mejor de los mundos y que 'hoy se torea mejor que nunca' ¿Cuántas veces oiremos esto durante la temporada que se avecina?

Y éste es el cuarto torero de Cañabate viendo rodar un condeso en San Sebastián (1968):



Ya lo han identificado: Antonio Ordóñez. Ese mismo año cortó tres orejas y un rabo en la plaza de Murcia. La siguiente foto es de esa tarde frente a un murube de Bohórquez:



Insiste Cañabate en las dos características del público actual:

'A partir de 1939 y hasta nuestros días, el público de toros va progresivamente creciendo tanto en bondad como en ignorancia. Apenas entiende ni exige lo verdaderamente arriesgado y meritorio del arte de torear'

Él asistió a los inicios de la programación sistemática de corridas por televisión. Lo juzga una ocasión perdida porque piensa exactamente lo mismo que nosotros, lean:

'La televisión ha venido a ser un tamiz de la emoción que se debería vivir en la plaza como en ningún otro sitio. La pantalla se ha convertido en una galería para el toreo bonito, un testimonio de la monotonía en que ha caído la fiesta (...) El toreo televisado ha venido a ser un producto más de consumo barato, a no ser que intervenga una auténtica labor crítica en el mismo medio. Ésta es su gran responsabilidad que no siempre ha cumplido como debiera'


Domingo Ortega lanceando. Cañabate tenía treinta y tres años cuando se hizo esta foto (deducimos que es Barcelona)

¿Qué quieren que digamos de todo lo apuntado por don Antonio? Pues que lleva razón de principio a fin. Lo único que se puede añadir es que esto lo escribió en los años setenta y que actualmente la situación ha ido a peor, como no podía ser menos con tanta mercantilización y tantos intereses espurios alrededor de las corridas.

Nos despedimos copiando una reflexión de Díaz-Cañabate esta vez sobre la fiesta de toros en general, a ver qué les parece. Decirles que esto se lo comentaba a Joaquín Vidal en julio de 1979, más que nada para que vean que está de palpitante actualidad a pesar de los cuarenta años transcurridos:

'A mí no me aburre ni me aburrió nunca la fiesta de toros; por el contrario, me apasiona. Lo que en cambio me aburría soberanamente es esa fiesta que nos impusieron los apoderados y los empresarios después de la guerra, y sobre todo en los años sesenta. Le quitaron el instinto al toro, con lo que el espectáculo perdió emoción; los toreros no tenían personalidad y redujeron su técnica a los dos pases, con lo cual el toreo carecía de variedad y belleza'. 

'Yo había conocido la etapa anterior, la de los grandes maestros, con el toro íntegro y de casta, y, por tanto, no me podía gustar lo que vino después. Así que vamos a precisar: soy un enamorado de la fiesta de los toros; no de este sucedáneo'. 

Amén.

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.

domingo, 5 de marzo de 2017

LA MEDIA VERÓNICA

Probablemente es lo más brillante desde el punto de vista estético que se puede ver en una plaza de toros. Además, en ese lance se da una situación única, porque el diestro y el toro fundidos forman una unidad. El otro momento en que se produce esa fusión es en la estocada. Digamos que la media es la unión en círculo (burla) y la estocada es la unión en línea recta (muerte). En ambas reuniones encontramos la esencia de la Tauromaquia.

Fue un trianero quien elevó este recorte a la categoría de arte. Aquí lo tienen en la plaza de las Arenas en mayo de 1916. El toro es de Pérez de la Concha:



En esta entrada anterior ya vieron algunas medias que comentábamos al hilo de las de Morante. Ahora nos recrearemos con medias verónicas de antes de la guerra. Sepan nuestros lectores extranjeros que para los españoles la guerra es la civil, o sea que las imágenes que veremos son todas anteriores a 1936. Por ejemplo, ésta de Chicuelo en 1920 donde pueden observar que no abrocha el capote en los riñones sino en el costado:



Eso lo decía Andrés Vázquez, que había que 'abrochar' la media en los riñones. También decía que el capote tenía que volar sin arrugas, como en ésta que parece dibujada con tiralíneas:



Es Marcial Lalanda. Aquí abajo lo vemos en otra de 1930 donde el capote no vuela tan fino pero las piernas rivalizarían con las de una estatua de la Grecia clásica:



Marcial remataba muchas veces rodilla en tierra, vean esta foto de 1929. Se trata de uno de los lances más arriesgados que pueda dar un torero:



Decimos eso porque de por sí la media verónica normal es muy peligrosa ya que el torero no tiene escapatoria en caso de que el toro le haga un extraño. De rodillas, ese riesgo se multiplica.

Aquí tienen a Manolet Granero enroscándose un toraco de Concha y Sierra el día de su alternativa en Sevilla (1920):



Se la dio este hombre de abajo de quien es difícil encontrar retratos realizando medias verónicas. Fíjense en lo curioso del recinto:


Es un campo de fútbol en la playa del Mar del Plata en Buenos Aires. Don Rafael Gómez 'El Gallo' toreó allí en 1932. Al año siguiente, Pagés se comprometió a construir una portátil cerca de ese lugar. También llegaron a programarse un par de corridas en el Monumental de River.

Ya saben ustedes que a Lalanda se le hizo la vida imposible porque se le acusó de no haber estado atento al quite de Granero cuando lo mató 'Pocapena' el 7 de mayo de 1922. Quizá no recuerden que el tercero de aquel cartel fue este niño prodigio. Ahí lo tienen con quince años en 1916:


Parece Antoñete ¿no creen? Es Juan Luis de la Rosa, nada que ver con el almeriense del mismo nombre. El cartel fue éste:


Era el director de lidia pero no vio la cogida porque en el momento de la tragedia estaba en la enfermería. De la Rosa nació en 1901, Granero en 1902 y Marcial en 1903. Había causado sensación el día de su presentación como novillero en Madrid. Corrochano dijo que era una suma de Belmonte y Gallito, lean:


Al final de su crónica, mandaba un aviso a los otros dos:


Pero de la Rosa se cayó. Sólo tenía la cabeza en el toro al cincuenta por ciento. El otro cincuenta lo ocupaban las mujeres y así es difícil esta profesión. Acabó muerto durante la guerra civil en Barcelona precisamente por un lío de faldas con un comisario republicano. De la Rosa tenía el estoque pero el comisario tenía las balas.

A de la Rosa le dio la alternativa Belmonte. A este otro niño prodigio de aquellos años se la dio Joselito:


Es Pacorro en 1917 con veinte años. Aquí sí que abrocha el capote en los riñones. Se pone de puntillas dando una gracilidad especial a su media. Nada que ver con esta otra de gran sobriedad:


Es Antonio Marín 'Pastoret' en 1917. Pertenece al trío de matadores que en su juventud fueron pastores de cabras. Los otros dos son Curro Romero y Nicanor Villalta. 'Pastoret' se mató diez años después cuando volcó en Salamanca su Bugatti descapotable:


Curro no entra en nuestras fotos porque en 1936 tenía tres años. Sí lo hace Nicanor Villalta. Aquí lo tienen en 1930 contemplando desde su altura cómo deja seco al toro con su media:


La media supone un grave quebranto para el toro. Rafael Ortega decía que

'si das bien la media y te vas por el costillar, quebrantas y dominas al toro; se puede romper un toro sólo con el capote. Yo podría haber entrado a matar alguno tras una media verónica'.

Por eso nosotros no soportamos a los diestros que perpetran tres medias seguidas a un toro. Nos duele casi físicamente el ver cómo crujen los huesos del pobre animal.

Lo decía también el hijo de este hombre:




Es Belmonte en 1917 en Madrid. La frase de Juanito Belmonte Campoy es ésta:


'mi padre quebrantaba los toros, los desbarataba, no resistían el destroncamiento de su estilo'.

Ordóñez se retiró sin cumplir su máxima ilusión: hacer una faena con el capote en lugar de con la muleta. Él decía que el toreo de capote era 'como las tapitas que se toma uno antes del almuerzo y que casi valora más que el propio almuerzo'. Se nos ocurre aplicarlo a la tarde del bueno de 'Cobradiezmos'. Para nosotros, lo mejor de ese toro en toda la tarde fue la media verónica que le dio Morenito de Aranda en su quite (recuerden aquí).

Es curioso que a los toreros se les pita o se les grita con la muleta pero difícilmente con el capote. Ordóñez se enfadaba y decía que 'ya se vería cómo los toreros se aplicaban más con el capote si se les chillase'. A éste de abajo le chillaron bastante menos que a su yerno:


Es Antonio Márquez en 1929. En esa foto se hace buena la frase de 'Corinto y oro' cuando decía que en la media verónica 'hombre y bestia forman un solo cuerpo'. Contaba Márquez que de novillero el empresario Retana, de Madrid, le dijo que le pondría en una novillada 'pero nocturna porque tú eres demasiado rubio para ser torero'. Por cierto, siempre que podía alababa a Juan Luis de la Rosa:

'Tenía una flexibilidad de cintura enorme y lo hacía todo con un gusto y una elegancia...¡qué barbaridad de torero!'

Antes de seguir arrimamos el ascua a nuestra sardina. Los lectores habituales saben de nuestra afición al ciclismo. Pues en eso coincidimos con el crítico 'Corinto y oro', que acabó cambiando su firma por la de 'un abonado de ayer' pero nunca dejó de ir en bicicleta. Ahí lo tienen en 1915:


Joselito depuró su media inspirándose en Belmonte. Es Barcelona en 1915:


Se le ha arrugado demasiado el capote, parece un poco apresurada. Para que no nos acusen de belmontistas, cosa que no nos molestaría en absoluto, vean esta otra del año siguiente que le sale bastante mejor:


Este valenciano de abajo dibuja una media con gracia sevillana. Es Vicente Barrera:


Hasta ahora, hemos visto siempre el torso más bien recto. Este mexicano lo empieza a torcer. Es Jesús Solórzano 'el rey del temple' y, a veces, 'del miedo':


Se ve que va a ser una media porque es un lance que se ejecuta con el dorso de la mano, como las navarras. Andrés Vázquez afirmaba que en una media verónica como Dios manda, cabeza, cuello, cuerpo y la pierna que no carga el peso tenían que formar una línea perfectamente recta. Éste de abajo es del pequeño de los Freg, Salvador, y también se retuerce un poco:


La media, como todo el toreo, tiene que ser natural y no, como insistía el de Villalpando, 'un latigazo'.

Vamos con dos toledanos. Aquí tienen una de Domingo Dominguín en 1920. No se puede hacer con más seriedad, como si la cosa no fuera con él:


Y aquí abajo el de Borox once años después cuando ya se bajaban mucho las manos con el capote. Observen que abrocha debajo de la cadera:


Seguro que alguno de ustedes se estaba incomodando pensando que terminaríamos sin algún ejemplo más de Belmonte. No se preocupen, lo dejábamos para el final. Aquí tienen una caricatura de una media que dio en Sevilla en 1915:


Corresponde a ésta, que nos recuerda a Morante en alguno de sus remates:


Unos meses después era la corrida del Montepío en Madrid con toros de Concha y Sierra. Esta foto de una media a un toro cinchado y calcetero aquella tarde fue coloreada y mostrada en portada de La Lidia:



Decía 'el pasmo' que en ese instante 'me sentía unido al toro, fundido con él, como si se plegase a mi cuerpo y a mi capote'. Se comenta que tendría acromegalia, una enfermedad relacionada con la hormona del crecimiento que haría que sus brazos fueran demasiado largos. Lean esto:


Precisamente otro de los signos de la acromegalia es el desarrollo excesivo de la mandíbula. 


Volvemos al ruedo para que lo vean por el pitón derecho:


Esta media de abajo es un homenaje a Joselito porque la foto corresponde a la primera tarde que apareció en Madrid tras la muerte de José. Todo el mundo notó que no era el mismo Belmonte de siempre:


Se hizo eco la prensa:


Y hasta aquí hemos llegado con este pequeño comentario sobre la media verónica, el lance por antonomasia de la reunión con el toro. Sólo volverán a reunirse tan estrechamente el matador con su rival en el momento de la estocada. 

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa

NOTA: nos planteábamos incluir algún torero actual realizando una media verónica bonita. Les dejamos con el único que nos apetece añadir al lado de esta pléyade de maestros. Es en Céret, toros de Felipe Bartolomé. La primera, a 'Relámpago', negro entrepelado:


La segunda, a 'Cartuchero', cárdeno ojalado. Nos hacen el favor de fijarse en que el capote no está almidonado ni acartonado como los actuales. Vuela suelto y flexible y es de un tamaño normal, no como los que utilizan los Manzanares y compañía. 

Creemos que Frascuelo no desentona en absoluto con lo que les hemos enseñado en nuestra entrada (más información pulsando aquí):