Por cierto, decía Salcedo en 1982 que las caídas de los toros podrían deberse a la excesiva estrechez de los cajones, la velocidad de los camiones de transporte, el poco descanso en los corrales, la falta de ejercicio del toro en el campo, la poca superficie de las fincas, la mala alimentación...o los puyazos traseros. Terminaba asegurando que seguirían cayéndose los toros hasta 2025. Ya hemos comprobado que no es así con lo que se deduce que la clave de aquellas caídas fue la selección que hicieron los ganaderos buscando el animal claudicante.
Actualmente nos quejamos del monoencaste, de la bobaliconería, de la falta de casta... Pero es que quizás hemos olvidado aquellos infaustos años ochenta y noventa en que de seis toros se caían los seis en una misma corrida ¿recuerdan?
Es curioso leer cómo Salcedo se lamenta de que 'hoy en día el primer tercio se salda con un terrible puyazo único y dos picotazos simulados' Bueno, eso sería en los años ochenta porque ahora se salda con un monopuyazo y a otra cosa.
Un pablorromero en Corella romaneando a pesar del infame picador |
Ilustra el artículo con este dibujo que ven a continuación. Lo hizo Arturo Sanabria Vega, aficionado y veterinario del Colegio de Badajoz. Fue autor de un texto titulado 'Consideraciones sobre la suerte de varas' que no hemos podido encontrar. Si su hijo Arturo, también veterinario, lee estas líneas, a ver si nos puede indicar dónde conseguirlo. Lo que sí sabemos es que su padre dio conferencias al respecto en las que defendía su teoría acerca de dónde hay que picar. Vean el esquema:
El morrillo también se denomina cerviguillo porque deriva de cerviz. Su explicación es ésta que plasmaba el ABC de Sevilla cuando Sanabria fue a dar una conferencia allí en 1975:
Hay otros autores que alertan sobre el peligro de descomponer al toro si se le pica donde dice el veterinario pacense. Por ejemplo, lean lo que comenta Antonio Fernández Heredia (escribe en 1904, cuando la puya era de limoncillo sin tope). Afirma que picar delantero
En una cosa coinciden los dos: la garrocha debería usarse para detener. Aquí tienen el comentario de Sanabria al respecto:
Y aquí el de Fernández Heredia. Recordemos que cuando escribe, el caballo no llevaba peto:
Cuando no había peto, se consideraba mérito del picador que el caballo fuese herido de la cincha para atrás porque eso quería decir que había intentado abrirlo para librarlo de la cornada sin dejar que enganchara.
Volviendo a Sanabria, planteaba controlar la duración de los puyazos con las multas consiguientes. Nos viene de nuevo la idea de un buen aficionado amigo nuestro que consistiría en dotar al presidente de un silbato. Cuando lo hiciera sonar, habría que sacar el caballo del peto y, si no se obedece, multa al canto por cada segundo de dilación.
Un urcola de Galache en Sangüesa aún mete los riñones a pesar de sufrir ese puyazo ultrajante |
Las otras reformas que proponía Sanabria son las habituales:
Junto a su compañero de Colegio Veterinario, Ángel Robles Doblado, se fueron a tres corridas con el cronómetro. Su conclusión la vemos en este recuadro que adjuntamos:
Antonio Fernández Heredia también presenta un dibujo esquemático en su tratado taurómaco. Aquí lo tienen. Él dice que hay que picar donde indica el rectángulo punteado. No obstante, creemos que se le ha ido un poco la mano en el punteo porque en el texto dice que no hay que irse nunca más atrás de la segunda vértebra dorsal, marcada con el número 2. Si seguimos esta indicación, nos circunscribimos de nuevo al morrillo, igual que Sanabria en el dibujo anterior:
Escribe en 1904 y ya censura que los picadores dejen que los toros 'enganchen' la cabalgadura para castigar a placer (Guerrita ordenaba a sus picadores: '¡déjalo que enganche!'). Sucedía entonces, como ahora, que el picador era un asalariado del maestro y a éste lo único que le interesaba entonces, igual que hoy, era 'apurar de remos y facultades el cornúpeto'. O sea, machacar el toro a como dé lugar. Aquí tienen su explicación:
Está escrito hace ciento trece años, insistimos, pero aún hay más:
Antiguamente se podía saber dónde se encontraban los picadores después de una corrida por el olor a linimento. Las cosas ya iban cambiando:
Algunos sostienen que picar en el morrillo no se puede porque la puya no se agarra allí cuando el toro se viene al caballo. Nos parecen excusas de mal pagador. Observen la foto y díganme si no habría posibilidad de agarrarse en el morrillo de éste de Dolores Aguirre:
Es que además estamos hartos de ver picadores que marran y que cuando clavan a placer con el toro encelado debajo del estribo ¡lo hacen en el lomo! Eso no es torpeza sino ser malvado con avaricia. Se lo hicieron en Céret a este toro de Escolar:
Y los picadores de la tarde de Rehuelga en san Isidro dieron un recital de clavar vergonzosamente trasero toda la tarde. Fue un escándalo tolerado con excesiva resignación por el bondadoso público madrileño (recuerden aquí):
La teoría ya la sabemos todos: si el toro tiene tendencia a echar la cara arriba, se pica delantero y si es al revés, un poco más atrás pero siempre sin rebasar esa segunda vértebra cervical que nos indicaba Heredia en su dibujo. Este novillo de Prieto de la Cal fue picado adecuadamente en ese sitio en Andorra, no hay queja:
Podría darse el caso de que se descompusiera la cabeza de un toro por haberlo picado muy delantero pero lo que no puede ser es que cada tarde se pique trasero o directamente en el lomo. Nosotros estamos de acuerdo con lo que se explicaba en el célebre artículo de los señores Barona y Cuesta que pueden leer completo pulsando aquí:
No son los únicos. Los veterinarios de la Unión, Villalón y Fernández Sanz, tienen un exhaustivo estudio sobre las lesiones en la suerte de varas para concluir lo mismo (pulsen aquí):
Algunos amigos del blog nos aseguran que hay picadores buenos... En algún sitio los habrá, pero nosotros tenemos la mala suerte de toparnos siempre con los malos. La prueba es que no nos ha costado nada encontrar en nuestro archivo fotos de puyazos asesinos como los que han ido viendo o como éste a uno de Ibán en Vic:
O este otro en la misma corrida:
A ver qué les parece éste a uno de Dolores Aguirre ¡en Céret!
En cambio, no tenemos ni una foto de un puyazo delantero. Todos los picadores desprecian 'ese almohadón del morrillo a pesar de que por su presencia y situación parece que induce a clavar allí la pica', como decía el citado Salcedo en su artículo. Lo único que les podemos enseñar es un dibujo, el que veían en la entrada anterior, que corresponde a una corrida madrileña en abril de 1928. Con él nos despedimos.
Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.