viernes, 20 de septiembre de 2024

LA LETRA, CON MULTAS ENTRA

Los amigos de la Asociación El Toro de Madrid tuvieron a bien enviar una carta sobre buenas prácticas en la suerte de varas. Los destinatarios fueron la empresa de Madrid, Abellán, Equigarce y los más importantes: las dos asociaciones de profesionales taurinos. Ellos deberían ser la clave para que todo cambiase pero no caerá esa breva y la carta quedará en un brindis al sol.



De lo que se pide en esa carta, que pueden leer completa aquí, va a misa todo o casi todo. Empieza hablando de la degeneración de la suerte de varas, de la desidia de los profesionales, de la vulneración constante del reglamento y de la anuencia de la autoridad. ¿Se imaginan ustedes cualquier otro espectáculo donde una parte del mismo fuese un auténtico desastre como es el caso que nos ocupa? Sus clientes denunciarían la estafa y los medios especializados pondrían el grito en el cielo. 

Fíjense aquí abajo en el que puede ser uno de los puyazos más repugnantes del año. Lo sufre un novillo de María Cascón en Navalcarnero. ¡Una carioca de cuatro vueltas! Las tres primeras recargando y barrenando y la cuarta dándole al túrmix. Es de lo más asqueroso que hemos visto esta temporada, que ya es decir...



¿Qué puede hacer Carolina Fraile frente a esta ignominia? No obstante, los ganaderos llevan en el pecado la penitencia porque callan para que los taurinos no los pongan en la lista negra. El primero que debería levantar la voz sería Bañuelos como presidente de la Unión pero es un triste cero a la izquierda. Y el segundo, Victorino Martín, como presidente de la Fundación que lleva el nombre del animal al que humillan y masacran cada tarde esta pandilla no de profesionales sino de sinvergüenzas. Pero Martín va a lo suyo y en este tema ni está ni se le espera.

Volviendo al documento de la Asociación,  empiezan hablando de colocar bien el toro en suerte y dar el pecho del caballo. La pregunta es si en las escuelas taurinas enseñan a los chavales a colocar el toro bien en suerte al caballo. Y lo de dar el pecho, ¿para qué? Es más cómodo atravesarlo aprovechando la desmesurada superioridad del piquero contra el toro. La norma que debería regir es la de pica como si el caballo no tuviera peto pero de eso se ríen a carcajadas estos caballistas, que, en general y salvo alguna muy honrada excepción, son gente vil y sin oficio. Cuando no había peto estaban muy mal vistos los picadores a los cuales el toro hería su cabalgadura del estribo para atrás. Hoy, con la carioca criminal y la mano izquierda asesina, les da igual ocho que ochenta.



En segundo lugar hacen una reflexión para el aficionado con el fin de que se fije no solamente en que el toro pueda acudir de largo sino en la pelea que haga en el peto y en si sale suelto. No obstante, desde el momento en que el 95% de los picadores le tapan la salida, es muy difícil calibrar la bravura del animal cuando lo han atrapado a traición ahí debajo.

En tercer lugar hablan de tirar el palo, que es lo que antiguamente se hacía para detener. Asimismo insisten en no herir trasero pero eso es una batalla perdida por lo que contábamos aquí. Y acerca del daño que se hace al toro picándolo en el espinazo, recuerden esta otra entrada. Entre los toreros circula la idea de que picando trasero el toro se para y lo que no quieren de ninguna manera es que el animal se mueva. El movimiento es una parte fundamental de la casta. Como el fondo de casta no es el mismo en unas ganaderías que en otras, ya pueden suponer que picar atrás de manera asesina, que siempre es algo premeditado, se acentúa dependiendo del hierro.

Precisamente hablando de puyazos traseros, hemos ido a nuestro archivo para recuperar las fotos que hicimos en la corrida concurso de hace cinco años en Las Ventas y que pueden recordar aquí. Observen cómo y dónde se picó a los seis toros:








No estuvimos en la de la semana pasada pero seguro que podríamos presentarles un reportaje similar.

Hablan después en la carta de no barrenar, de no darle al túrmix, de dosificar el castigo y de rectificar los puyazos mal colocados. Ojo con esto último porque cuando rectifican ¡todavía clavan más trasero! Nosotros no somos partidarios de la rectificación, lo mismo que el público francés, que muestra siempre su disconformidad cuando el piquero hace dos agujeros. Lo correcto sería que el maestro acudiese raudo a sacar el toro de allí y volviese a poner en suerte. Pero habrá que esperar a que las ranas críen pelo antes de ver eso.

Y llegamos a la clave, lo único que se puede hacer, en nuestra opinión, para que esta gente entienda que no pueden seguir así: las multas. Por eso hemos puesto ese titular a la entrada. Se trataría simplemente de aplicar a rajatabla el artículo 74.4 del reglamento nacional:

QUEDA PROHIBIDO BARRENAR, TAPAR LA SALIDA DE LA RES, GIRAR ALREDEDOR DE LA MISMA, INSISTIR O MANTENER EL CASTIGO INCORRECTAMENTE APLICADO. SI EL ASTADO DESHACE LA REUNIÓN, QUEDA PROHIBIDO TERMINANTEMENTE CONSUMAR OTRO PUYAZO INMEDIATAMENTE. LOS LIDIADORES DEBERÁN DE MODO INMEDIATO SACAR LA RES AL TERRENO PARA, EN SU CASO, SITUARLA NUEVAMENTE EN SUERTE MIENTRAS EL PICADOR DEBERÁ ECHAR ATRÁS EL CABALLO ANTES DE VOLVER A SITUARSE. DE IGUAL MODO ACTUARAN LOS LIDIADORES CUANDO LA EJECUCION DE LA SUERTE SEA INCORRECTA O SE PROLONGUE EN EXCESO.



Según lo leído, cada tarde podrían proponerse para sanción a no menos de cuatro o cinco picadores y/o a los diestros correspondientes. Si se hiciese esto, los profesionales se darían cuenta de que venir a torear a Madrid supondría salir cada tarde con el bolsillo afectado. ¿Boicotearían la plaza negándose a torear? Que lo hagan, a ver quién puede más. Seguramente acabarían no yendo todos a una y los que finalmente viniesen se esforzarían en hacer las cosas medio bien.

Hablan más adelante de que se tapen todos los actuantes excepto dos: el diestro cuyo toro se lidia y un peón. Los espectadores venteños están hartos de ver cómo los profesionales se mueven, patean los capotes o hablan entre ellos distrayendo siempre al toro recién puesto en suerte. ¿Se creen que no lo vemos? Estamos convencidos de que lo hacen para que al distraerse, el toro no acuda, la suerte se dilate y el público se canse.



El texto de la Asociación critica también la actitud de los monolistos, en la misma línea que denunciábamos nosotros aquí. El reglamento debiera ser más explícito en su artículo 74.8 dados los abusos que vemos permanentemente y que pueden recordar en las imágenes del enlace anterior. Especifica simplemente que los monosabios serán auxiliares del picador y podrán ir provistos de una vara, nada más.

Sugieren en la carta que por lo menos en estas corridas teóricamente toristas del mes de septiembre los toros entren tres veces al caballo. Sería la manera de obligar a los profesionales a olvidar el monopuyazo español. Lamentablemente, en los festejos celebrados no hemos visto nada de esto sino más de lo mismo.

Dicen también que se pese públicamente los caballos y que estén bien domados. Recordamos cuando en un patio de caballos uno de los Cedillo nos insistía en que sus animales estaban muy bien domados y que el problema era que los picadores no sabían montar. Le propusimos que por ejemplo antes de San Isidro hiciesen una demostración gratuita en el ruedo de Las Ventas para que los aficionados calibrasen la buena doma de sus caballos. Por supuesto que fue como si oyese llover. 

Luego resulta que salió El Bene en la feria de 3Puyazos y cuando todos esperábamos que nos deleitase con una exhibición de doma de su propio caballo, se atornilló al ruedo y no se movió ni siquiera para dejar en buen lugar a sus propios animales (y ridiculizar a la vez a todos los que nos quejamos).



En el último párrafo de la carta llega nuestra principal discrepancia. Hablan los amigos de El Toro de que se cumpla el reglamento cuando dice esto en el artículo 73.2:

EL PICADOR CUIDARÁ DE QUE EL CABALLO LLEVE TAPADO SÓLO SU OJO DERECHO Y DE QUE NO SE ADELANTE NINGÚN LIDIADOR MÁS ALLÁ DEL ESTRIBO IZQUIERDO.

¡No! Es mejor dejar las cosas tal como están porque si se obliga a destapar un ojo, esta gente ruin y desalmada volverá a perpetrar los abusos antiguos. Nos referimos a meter sal o ceniza en el ojo libre del pobre caballo o directamente pegarle un puñetazo para desgraciarle el globo ocular e impedirle la visión. Es lo que se hizo toda la vida.



Alabamos la buena voluntad de la Asociación El Toro por la redacción de esta carta pero es dar coces contra el aguijón. Aunque si a ellos no les hacen caso, imaginen el que harán a lo que digamos en nuestro modesto blog. La prueba de que ni a la empresa ni a los profesionales les interesa nada de todo esto es que el tercio de varas en estas corridas presuntamente toristas de septiembre ha sido el mismo desastre de siempre. Fíjense en que en el festejo estrella que era la concurso sólo acudieron al caballo tres veces dos toros. Y en los resúmenes en vídeo, que elaboró la propia jefatura de prensa de la empresa y no Onetoro, las imágenes del primer tercio no aparecen. Total, ¿qué más da?  Lo único que hacen es freírnos a muletazos que en el 95% de los casos son banderazos. El resto lo ignoran.

Hablábamos hace poco con un amigo que trabajó durante muchos años en Las Ventas en la cuadra de El Pimpi y cuando le enumerábamos todos los abusos que cometían los implicados en la suerte de varas asentía. Al terminar nuestro speech afirmando que los toros es donde más golfos hay por metro cuadrado, incluso más que en la política, nos decía: en eso no tengo más remedio que darte la razón.

Ya ven que, en general, la carta nos parece perfecta con las pequeñas salvedades apuntadas. Pero dejar todo esto en manos de Abellán, de la empresa y de los profesionales es sembrar en la arena. Lo mejor sería dirigirse a los presidentes y pedirles únicamente que apliquen el reglamento. Si lo hicieran estrictamente, proponiendo para sanción cada tarde a muchos de los actuantes, es posible que algo cambiase. Y en ningún caso se les podría acusar de abuso de poder ya que se limitarían a cumplir el reglamento, cosa que ahora no hacen.



Don Félix Campos Carranza presidía en Madrid y rara era la tarde que no se saldaba con un mínimo de cuatro o cinco propuestas para sanción. Ah, y por supuesto que la reincidencia debería llevar aparejada la inhabilitación por varios meses o por el resto de la temporada. Si se hiciera así, muchos picadores de la pasada feria de San Isidro no hubieran vuelto a picar hasta octubre o hasta el año que viene. ¿No creen ustedes que si nos ponemos serios este personal espabilaría?

Dicen que con dulzura y amor se enseña mejor pero para los profesionales taurinos esto no sirve. Es preferible aplicar lo de que la letra, con sangre entra.

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.

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