Tras la suspensión de la saltillada el cielo amaneció despejado en Céret y se celebró la novillada con tres cuartos de entrada. Había expectación por ver al joven Mario Vilau, de quien un aficionado andaluz había dicho que encontrar hoy día un torero catalán era lo mismo que encontrarse con un marciano. Pues al final el marciano no salió de Céret en platillo volante sino en hombros. Además vean que lo llevan entre dos, como a Morante, aunque aquí no es por el tonelaje:
Los animales de Quintas eran una incógnita. Nosotros recordábamos un toro suyo de una concurso en Vic que no nos gustó nada. Los novillos ceretanos anduvieron en la misma tónica: bien presentados y astifinos, galopando al caballo pero con peleas nulas en el peto. En la muleta, todos sosos excepto el sobrero, que fue el tuerto en país de ciegos, curiosamente el único que enseñó la lengua.
Hubo dos cogidas pero no por maldad de los animales. Y anotemos que asistimos a siete portagayolas. ¿Habían visto ustedes tantas alguna vez? No olviden que es la máxima demostración del valor de un torero. Recuerden lo que decíamos aquí.
CALZADA. El presidente que el año pasado le negó la oreja con el de Barcial estaba de asesor. Se fue a porta gayola marcando lo que sería la línea de toda la mañana:
Su primero era para muchos ensabanado pero para nosotros, un salpicado muy claro, botinero y bocinegro:
Fíjense en que debajo de la piel se le transparentan las manchas negras del salpicón, que son tan tenues que no llegan a sobresalir por encima de la epidermis:
Buen galope al caballo pero pelea vulgar sin apretarlo. Es verdad que no lo apretaron pero al pobre lo ametrallaron, observen:
En el segundo tercio empezó a escarbar, a dolerse y a reservarse. Fue curioso ver que se le coló por el pitón izquierdo de inicio pero no hizo caso y empezó a torear al natural:
Enseñó siempre el muslo pero le sobró pico y también teatrillo al cruzarse moviendo las caderas en plan Rufo. Estocada caída, con derrame y con bella muerte del de Quintas:
El cuarto era un negro berrendo, aparejado, alunarado y carifosco:
También hubo porta gayola pero de frente por detrás, no arrodillado:
El problema fue que luego no se centró con el toro y se dedicó a seguir dándole más versiones de la misma suerte en el platillo mientras el animal correteaba de aquí para allá. Lo volvió medio loco. En el galleo al caballo lo volteó y lo noqueó:
Pelea totalmente olvidable en el caballo mientras Calzada intentaba reponerse. Vimos este buen par de Salvador, salvo error:
Brindó a Castaño pero nada pudo hacer ante una embestida sucia y desaboría aunque sin ser ningún marrajo.
Tres pinchazos escupidos y media trasera y caída. Trasladado a la clínica de Céret, le hicieron un escáner que en principio no reveló ninguna lesión.
CIRUGEDA. Su primero era un negro salpicado, coliblanco y cornidelantero, al que recibió de rodillas:
Ya en tablas prosiguió con verónicas de rodillas muy meritorias, en plan Lalanda:
Nada de nada en varas antes de que Adalid nos deleitase con una gran variedad de pares. El primero, medio bueno:
El segundo, infame pasándose de listo:
Y el tercero, de sobaquillo:
El novillete era pan sin sal. En el haber de Cirugeda, que no le tocó la muleta y en el debe, el torear muy despegado aprovechando su larguísimo brazo. Adalid dio la matraca desde el callejón, qué pesadez:
Se equivoca entrando en la suerte contraria y el toro lo corta pero deja media delantera precisamente gracias a ese brazo tan largo que comentábamos:
El quinto era un berrendo en negro, botinero, alunarado y ligeramente bizco del izquierdo:
Otra porta gayola:
Cuatro agujeros diferentes le hizo el comandante del regimiento acorazado número 1 de Equigarce. Por lo menos no apretó. A ninguno de los novillos se le pegó con saña, ya lo van viendo.
Buen par de Fernández, salvo error, el mejor de la mañana:
El novillo fue a refugiarse en chiqueros y el diestro tuvo la peregrina idea de echarse de rodillas en el platillo cuando estaba claro que el toro jamás se iba a arrancar. Hubo de pasar el trago de tener que acercarse hasta su terreno atravesando de hinojos media plaza. ¿Quién los aconseja?
Al poco quedó claro que el animal no valía ni para carne. Pinchazo, otro arriba y estocada caída más descabello.
VILAU. Vino acompañado por una nutrida representación de seguidores. Se fue a porta gayola para no ser menos:
Su primero era negro berrendo, aparejado, alunarado, carifosco y blandito de remos:
Simulacro en dos entradas. Entendimos el brindis al respetable como un agradecimiento por haberlo contratado ya que el animalillo no merecía tal honor ni el público tal humillación.
Vilau corrió la mano con gusto y evitó que el de Quintas se derrumbase pero duró dos tandas:
Bernadinas embarulladas y estocada perpendicular arriba, saliendo prendido sin consecuencias por tirarse a por todas y sin alargar el brazo para pegar la puñalada. A pesar de la buena estocada la oreja concedida es barata siendo Céret.
Se fue a porta gayola también en el sexto, un negro tan aparejado como derrengado que vio el verde. Esto sí que parece un genuino lance de la mariposa. El toro se le fue al otro lado y tuvo que improvisar con acierto:
Salió el sobrero, más viejo y más gordo que el resto del encierro pero con menos cara. Era negro, salpicado y rebarbo:
¿Han contado las fotos? Ésta fue la séptima porta gayola del festejo, todo un récord:
Juanma Sangüesa puso la única vara buena de toda la mañana, un panorama desolador, para que luego digan de Francia. ¡Si es que los piqueros son los mismos! No fue ésta sino la tercera:
Tras el brindis a la ADAC saltó la sorpresa porque el novillo sacó gas. Se enroscaba casi toreándose sólo y Vilau lo aprovechó siendo consciente de que con la orejica que le habían regalado en el primero podría abrir la puerta grande:
El animal sólo duró tres tandas pero vimos un natural bueno a toro ya aplomado. Va y comete el grave error de perfilarse en la suerte contraria. ¿Por qué nadie lo avisó? Como se tiró recto, el novillo tendió hacia su terreno natural y lo prendió. Lo veíamos venir y estuvimos atentos con la cámara. Abajo se ve cómo el cuerno lo engancha antes de voltearlo:
Menos mal que en el suelo lo buscó pero no lo encontró aunque terminó con una cornada de cinco centímetros de la que fue atendido en el hospital de Perpiñán:
Dejó esa estocada perpendicular un poquitín desprendida que bastó. Esta oreja no la discutiremos.
No desentonó nada Vilau acartelado junto a dos que han toreado muchísimo más que él. En la tertulia el presidente de la ADAC agradeció el esfuerzo hecho por el novillero para llegar bien preparado a esta cita. No dejó pasar la ocasión para decir que eso tenía un gran mérito en una tierra como Cataluña donde la libertad taurina está en entredicho (la taurina y alguna otra, añadiremos nosotros).
Nos alegramos por un chaval que tiene una grandísima afición sin que en su familia haya ningún antecedente taurino. Es curioso que le gusta la plaza tanto como el festejo popular y sabe más de encastes que muchas de nuestras queridas figuras. Podemos decir con honor que uno de nuestros selectos lectores le embistió durante años con el carretón. Otro le dedicó este bonito artículo.
Ha cumplido un sueño y se ha asegurado volver a Céret el año que viene. No tendrá ningún eco su hazaña en Cataluña pero los aficionados catalanes que estamos resistiendo por aquí contra viento y marea nos damos con un canto en los dientes.
Saludos cordiales desde Céret. Rafa.
Para la devolución del importe de la entrada de Saltillo pueden enviar ustedes un mail a esta dirección con la entrada fotografiada o escaneada y los datos completos del IBAN de su cuenta:
ResponderEliminaradac@ceret-de-toros.com