domingo, 10 de septiembre de 2023

FERIA DE PERALTA, 2023 (3). BARCIAL: EL MEXICANO QUIERE SER TORERO

El titular va dedicado a esa perla que ha encontrado en el océano Tomás Campuzano. Es el mexicano Bruno Aloi a quien descubríamos el otro día en la novillada de Baltasar Ibán en Villaseca. Confirmó en Peralta las bondades de su toreo pero lo emborronó todo especialmente con el descabello porque si no,  corta una oreja en cada toro y sale a hombros.



La novillada de Barcial decepcionó a propios y extraños. Esperábamos seis cidrones como el de Guadalix y no salió ninguno. En el caballo, poca cosa excepto el bonito batacazo del tercero. En la muleta hubo dos que parecieron juampedros ya que arrastraban el morro por la arena de forma llamativa. Ese tercero que dio la caída fue boyante en el último tercio y resultó ser el mejor.



Las lidias fueron entre malas y nefastas y eso, en este encaste, es un delito muy grave ya que estos toros se resabian enseguida. Mención especial merece la incompetente cuadrilla que trajo Fernández de la Puebla a los que tuvo que salir a ayudar David Adalid en el quinto toro, ¡y no se les cayó la cara de vergüenza! Nos vimos obligados a increparlos desde el tendido cuando se retiraban.




Media entrada con un pequeño aguacero a la muerte del primero. Observen que seguimos el festejo desde la localidad de pie que hay detrás del callejón. Igual que en los campos de fútbol ingleses antiguos:



GÓMEZ VALENZUELA. El primero era un negro bragado, meano, axiblanco, calzado de pies, colín y con esa cara penosa que ven:



Nadie entendió lo de esos pitones:



No hizo nada en el caballo y soseó en el segundo tercio, donde bregó Adalid con solvencia:



La sosez siguió en la muleta donde el novillero demostró ser militante acérrimo de la ultraderecha:



Estocada muy tendida, desprendida y muy trasera más tres descabellos:



Su segundo era un berrendo en negro, lucero y coletero, que metía la cabeza de lujo nada más salir y así siguió hasta que murió:




Empujó con la cara alta sin que el picador pudiese meter las cuerdas pero el maestro pidió el cambio y fue otro novillo que nos dejó con las ganas de ver su prestación en el caballo.

Adalid puso dos pares. Se alivió en el primero como pueden ver, aunque lo aplaudieron igual:



Pero fue mejor el segundo, tras el que el novillo lo enganchó con ese cuerno derecho y tuvo un buen susto:




La cosa se saldó con un corte en la frente. El patasblancas era un juampedro que seguía arrastrando el morro por la arena desarrollando nobleza por arrobas:



Cuando pedíamos al diestro que se arrimase nos debió de oír y pegó este pase que puede utilizar su apoderado como postal:



Luego siguió demostrando su ultraderechismo porque solo dio tres mantazos con la mano izquierda. Al entrar a matar dejó dos estocadas ejecutadas a un tiempo y perdiendo en ambas la muleta:



FERNÁNDEZ DE LA PUEBLADeambuló toda la tarde con el miedo que le metió en el cuerpo su impresentable cuadrilla en ambos toros.

Su primero era un negro lucero, pialbo, rebarbo, rabicorto y nevado:



Manseó a gusto en el caballo, donde recibió una lanzada contraria levantándole el palo más dos pinchazos de los que huyó. Tras eso se coló por el pitón izquierdo a un subalterno y a partir de ahí cundió el pánico. Al final vimos un total de cinco capotes por el suelo y dos muletas.



Tenía el viaje cortito y pegaba la tarascada por su poca fuerza aunque no nos pareció que tuviera ninguna maldad.



Por el izquierdo no quiso ni verlo seguramente asustado por los turistas de su cuadrilla. Luego demostró que no sabe matar, quedándose siempre en la cara. Dio cinco pinchazos y una tendida contraria milagrosa al estirar el brazo, con el novillo muriendo en los medios. En la imagen se aprecia que no tiene ninguna intención de cruzar:



Su segundo era este falso jirón:



Primero se quedó mirando la pecera un buen rato a tres metros y después cobró dos veces en el lomo yendo siempre con la cara alta.



Hubo una lidia nefasta que transmitió al novillero el miedo que estaban pasando los subalternos. Afortunadamente para él, el toro se le paró y así tuvo excusa porque no veíamos nada clara su predisposición. Nueva demostración de su inoperancia con la espada pegando un pinchazo, una tendida trasera alargando el brazo y otra entera trasera más arriba pero siempre escupiéndose. No nos demostró nada Fernández.




BRUNO ALOI. Su primero era un negro entrepelado, lucero, calzado de atrás, rebarbo y nevado:



Lo recibió muy bien con el capote, olvidándose del hierro y mostrándose muy suelto, nada que ver con sus dos colegas:



Empujó de bravo en el caballo y se apuntó un buen batacazo:




La sorpresa fue que el maestro pidió el cambio, cosa que no le perdonamos. La presidencia lo concedió para pasar a otra lidia desastrosa en el segundo tercio. Mirábamos de reojo a Aloi y estaba desesperado con lo que veía.

Una banderilla le había caído en el costillar y el toro en la tercera tanda se paró, lo cual fue una lástima porque el mexicano había confirmado esas buenas maneras que tiene:



Y las buenas maneras del novillo ya las ven, por ambos pitones:


Dio un sainete al matar con dos pinchazos buenos, una estocada corta, otro pinchazo sin soltar, una baja y diez descabellos pinchando más cerca del morrillo que de la cerviz. Parece mentira que Campuzano no le avise al respecto.



El sexto era un negro berrendo, pialbo y lucero:



Empujó en el caballo pero se rindió pronto y a pesar del poco castigo se paró en la muleta. Este encaste suele tener los pases contados en el último tercio pero con la condición de haberse dejado la vida antes en el peto. No fue el caso ni de éste ni de algunos hermanos.

Cuando el toro no embiste tiene que embestir el torero y eso es lo que hizo el mexicano, poniendo ganas y embistiendo él:



Terminó con esta entera arriba, pasada, atravesada y que asomaba pegando el telonazo. Para su desgracia tuvo que descabellar y ya decíamos que no tiene ni idea porque clava cuatro dedos por encima del sitio. Esta vez fueron cinco golpes.




Cuando uno se apunta a ver lo de Barcial espera que se dejen el alma en el caballo y después que humillen más o menos en la muleta pero siempre con una sensación de inquietud o incertidumbre. Como no hubo nada de esto, esa decepción a que nos referíamos en el primer párrafo es la que cundió entre los aficionados.

Saludos cordiales desde Tafalla. Rafa.




miércoles, 6 de septiembre de 2023

FERIA DE VILLASECA DE LA SAGRA, 2023. IBÁN: CUELLOS DE MIURA

Ya conocen aquella leyenda de que la familia Miura ponía la comida de los toros en ramas altas de los árboles para que estirasen el cuello. Por eso se decía que lo tenían tan largo. Los ibanes de Villaseca no lo tuvieron largo pero sí muy móvil y eso les sirvió para hacerse respetar y poner en aprietos a los tres novilleros.

Las reses estuvieron muy bien presentadas, en puntas, y tuvieron un comportamiento correcto en el caballo aunque se los picó fatal, para variar. En la muleta dieron mucho que hacer ya que fueron lo que los taurinos en su ridículo lenguaje denominan muy informales.



Siempre nos quedará la duda de si esas embestidas descompuestas fueron producto del maltrato que sufrieron por la delictiva banda del castoreño, que continúa campando a sus anchas. Por otro lado, creemos que los novilleros estuvieron a la altura en cuanto a valor y ganas. Menos en cuanto a exhibir recursos para dominar a animales tan díscolos pero la verdad es que no fue nada fácil. 



SERGIO RODRÍGUEZ. Su primero era un colorado ojo de perdiz, albardado, cornidelantero y con buen trapío:



Se enceló en el caballo con el palo levantado tras recibir un horrendo puyazo contrario y caído. Galopa en el segundo donde le señalan.

Buena disposición de los novilleros, con Chicharro quitando de frente por detrás y Rodríguez respondiendo, como debe ser, aunque un poco embarullado.

Rey se alivió en sus dos pares pero no se lo tendremos en cuenta porque el toro se le vino encima cortándole.

El buen tranco del tal Desagradecido hacía albergar esperanzas. Rodríguez se echó de rodillas pero tuvo que levantarse porque el toro venía con gasolina. Ya de pie no mantuvo la muleta firme para encauzar la embestida del novillo y éste se fue poniendo tonto por momentos. Si a eso añaden que era un poco pegajoso deducirán que el resultado no fue nada lucido, con desarme incluido.



Dos pinchazos muy malos sin cruzar, y tirando la muleta en el primero, más esta entera trasera y caída patas arriba.



Su segundo era negro zaíno y también cornidelantero. Lanzada asesina que cayó donde ustedes ven y a pesar de la cual el toro empujó sin querer huir de ese infierno:



El presidente no hizo caso de la solicitud de cambio del diestro y eso permitió que viésemos cómo el toro acudió al caballo desde muy lejos aunque no bien colocado ya que no paraba de hacer hilo. La pelea fue mala porque se repuchó y salió suelto.



Chicharro tuvo que encoger tres veces la tripa en cuatro lances de frente por detrás, donde arriesgó más de lo reglamentario. El toro seguía corriendo de aquí para allá, muy desordenado y aquerenciado. Muy bien Rubén Sánchez pareando al sesgo por la citada querencia:



El tal Arbolario alquiló un piso en tablas y concedía los pases a regañadientes. Además era gazapón y muy desaborío. La voluntad de Rodríguez se estrelló contra él. 



El de Ibán demostró que era un malaje cuando el diestro entró en la lógica suerte contraria. Con muy mala idea se le fue al pecho a traición de manera inesperada:



Pinchazo posterior y descabello con el toro amorcillado.


ALEJANDRO CHICHARRO. Su primero era un Camarito burraco y muy lustroso de piel:



Lanzada trasera criminal de la que el toro se va suelto con toda lógica. En la segunda entrada vuelve a galopar pero se repite el desastre aunque en otro agujero diferente. Aloi quitó de frente al costado y casi tiene un susto:



Tras este buen par de Tito arriesgando Chicharro tuvo que vérselas ante un novillo que repetía pero que no quería nada por alto, como toda la novillada.



Ante animales así los diestros deberían proscribir los pases de pecho y rematar las tandas siempre con trincherazos. No lo hizo así el de Miraflores y el novillo iba soltando la cabeza a su aire.

Chicharro asentó bien los pies pero no consiguió domeñar a su enemigo. Dejó una rinconera ejecutada con valentía, dejándose ver con gran lentitud pero pegando el telonazo, como pueden comprobar por la horizontalidad del palillo. Cinco descabellos y listo:



Se fue a porta gayola a recibir al quinto, que era un colorado lucero, gordo y muy bonito:




Malísimo el picador que al marrar utilizó la puya para apoyarse en ella como si fuese un bastón ya que con su sobrepeso se iba a ir al suelo. Dos veces le pasó lo mismo, con pelea vulgar del de Ibán, yéndose suelto.



El novillo transitó un tanto bronco por el segundo tercio pero Chicharro se puso a torear al natural sin probaturas y con bastante riesgo. El animal pareció quedar sorprendido por la decisión del madrileño y dio la impresión de que comenzaba a tragar aunque ciñéndose mucho.



No obstante, tras la tercera tanda el lucerito notó que no iba toreado y se le quiso subir a las barbas escarbando y pegando unos gañafones feos. Como era previsible, le levantó los pies del suelo y el pobre cayó en muy mala posición.



No se arredró a pesar del formidable golpe y volvió con mucha decisión a la cara del toro. Le pegó otra buena estocada por la lentitud con que la ejecutó y además cayó arriba. A ver si nos dicen ustedes el nombre de otro diestro con o sin alternativa que a día de hoy entre a matar con la lentitud del mirafloreño. Ni Roca. Por lo menos si lee estas líneas que vea que alguien apreció el valor que eso supone: 



Bella muerte del toro y oreja que no nos molesta en absoluto aunque la segunda sobraba:




BRUNO ALOI. El de Ciudad de México iba vestido con los colores de la divisa de la ganadería: seda rosa y corbata verde. Su primero era un negro zaíno, acapachado de cuernos, un poco ensillado y fino de cabos:



Se fue al picador nada más verlo y empujó bien pero con el costillar. Es de agradecer que Aloi lo pusiese largo aunque el toro se viniera al paso para recibir una barrenada fuera de lugar y encima con la salida tapada.

El animal se dolió de las banderillas, que cayeron de cualquier manera. El mexica pegó una chicharrina hierática, sin encoger el trasero como suele verse tantas veces. Tuvo dos buenos detalles: uno fue echarse la muleta a la izquierda de inicio y el otro, pasarse el toro muy cerca del fajín. Además, enseñó el muslo, que es algo a lo que no estamos acostumbrados ni siquiera en los del escalafón superior, que lo esconden con descaro:



Quiso correr la mano con gusto pero el toro era luterano y se esforzaba por deslucir los pases. Terminó arrodillado para calentar al personal antes de equivocarse entrando en la suerte contraria. Consiguió alargar el brazo para dejar una estocada muy defectuosa por tendida y en el lomo, perdiendo la muleta. Vean que pega el mismo saltito que Castella:



El último era un castaño ojinegro, listón y corniapretado. No era colorado como aseguraron en televisión:



Se fue al caballo a su aire recibiendo la lanzada en el lomo de rigor y con el monosabio pasándose de listo por detrás:



En el segundo empujó con seriedad pero con la cara un poco alta y el de la banda del castoreño se quedó bien a gusto dándole al túrmix.

Aloi hizo un quite muy vistoso combinando tafalleras con caleserinas y rematando de rodillas.

Fue el único ejemplar que sacó la lengua pero movía el cuello con el mismo desorden que sus hermanos. Aunque habíamos visto en su primer novillo que es un torero fino decidió empezar de rodillas en plan bullidor.

Ya de pie se estiró, mostrándose muy relajado, amanoletado, aunque no nos gustó que se recostase sobre los riñones enseñando la barriga en plan Ureña. Bah, no nos hagan caso porque es una más de nuestras manías.



Y volvió a enseñar el muslo, que conste en acta. Nos causó buena impresión. El tal Sartenero se rajó exactamente igual que el Santanero que cogió a Román en Madrid (recuerden nuestro homenaje aquí). El mexicano hizo lo mismo que el valenciano, entrar a matar en la suerte contraria pero tuvo más fortuna porque dejó una entera trasera y caída sin que el toro hiciera por él:



Bien el presidente al no conceder una oreja minoritaria.

Encabo dijo al final que en la novillada había habido de todo pero que habían sido interesantes a pesar de que algunos habían soltado más la cara. Según su parecer, la segunda parte del festejo fue más dulce. Ignoramos si la dulzura de Encabo equivale a la de la hiel. Mucho nos tememos que de seguir en activo y no estar en nómina del Cortijo Wellington, si le toca lidiar unos animales como éstos no hubiera sido tan benévolo en su juicio.

Los tres novilleros mostraron sendos estilos muy diferentes pero todos con buena disposición, mucho valor y ganas de triunfar. Los más exigentes dirán que varios de los novillos se fueron sin torear y que prácticamente todos se les subieron a las barbas. Sí, puede ser, pero les contestaremos que nos hubiera gustado ver a toreros de alternativa frente a estos animales, a ver qué hacían. Ya veríamos si mucho más que estos chavales.

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.





lunes, 4 de septiembre de 2023

ESAÚ, EL INDULTADOR DE GUARDIA

Esaú se fue para Utrera a ver si enviaba al campo a alguno de Fuente Ymbro. Sonó la flauta y el tal Embriagado se fue para casa.



El toro era uno negro zaíno de 557 kilos, un poco ensillado, acarnerado, cornialto y cornilevantado:



Con esos pitones que ven:



Aquí tienen otro plano:



Lo mejor que hizo el maestro a nuestro gusto fue la demostración de valentía que supuso irse a porta gayola:



Al caballo acudió sólo una vez en la que tardeó pero luego se arrancó con un bonito galope y llegó a romanear por unos instantes:



Observen que el puyazo no cayó trasero y eso es novedad. Pero la mano izquierda del piquero delata que es de la banda del castoreño porque empieza a cerrar al toro metiéndolo en la trampa infernal:



Le tapa la salida en una carioca de una vuelta como pueden comprobar en la imagen siguiente mientras el peón de Esaú montará el paripé de engañar al personal haciendo como que lo quiere sacar sin sacarlo. Lo de siempre:



Ha sido un primer tercio de pena porque no hemos podido comprobar nada. Recuerden que Victorino el abuelo decía que al primer puyazo va una vaca mansa. Añadan que le han tapado la salida y que no hubo tres entradas, con lo cual el caballo se ha convertido en un lamentable trámite ¡y estamos ante un toro indultado! Pulsen aquí a partir del 26'36''.

Tienen que saber que Gallardo iba por Pamplona después de su última corrida diciendo que el caballo no tiene importancia, con lo cual está clarísimo que todo esto que decimos le importa una higa.

En banderillas no obedece los capotes a la primera pero luego persigue a los banderilleros.

Sale Esaú, que empieza con una chicharrina para comprobar que el toro es pronto, muy obediente y con buen tranco:



A partir de ahí sobreviene un diluvio de destoreo marca de la casa. Por la derecha:



Y por la izquierda:



Toreo hacia atrás, citando con la cadera, retorciéndose como un sacacorchos, picando y por momentos arrastrando la muleta de manera juliesca:



¿Saben cuántos pases dio? ¡Setenta y dos! Y, en nuestra maniática opinión, ni uno bueno. Fue toreo estajanovista, como el minero que baja a picar piedra a una mina siberiana. Pensamos que el torete habría merecido mejor suerte.

Como hemos seguido la lidia completa sin sonido, nos guiamos por las imágenes para ver que ni de broma nos parece que haya gran entusiasmo en el tendido con lo que están viendo. 

Esaú sigue inasequible al desaliento haciendo monerías tales como arrucinas, besitos en el testuz y un arrimón final donde el toro acredita su condición terneril cuando acaricia la taleguilla del maestro como diciendo: '¿lo he hecho bien, verdad? ¡No me mates, por favor!' Ahí lo tienen:



Al duque de Veragua, a Juan Miura o a Esteban Hernández les caería la cara de vergüenza si un toro suyo acariciase al matador de esa manera tan somnolienta en lugar de levantarlo del suelo.

Por si fuera poco, el torito se traga un tíovivo que suma cincuenta y tres pases. Pero ¿quién es ése del fondo? Si no es un profesional no puede pisar el ruedo:



Pues parece que es Gallardo. Todo vale, ¿o qué? Suponemos que a estas horas le habrá llegado la multa correspondiente. La diligencia que tuvo el presidente en sacar el naranja esperemos que la haya tenido en cumplir el reglamento y proponerlo para sanción. Él no se lo salta al enseñar el pañuelico en plaza de tercera porque se cambió el inicial redactado para poner en el artículo 60 que se puede conceder en cualquier plaza permanente, lo cual vale también para el Guineo de Sanlúcar. Pero sí se lo salta al ignorar lo que dice del excelente comportamiento especialmente en la suerte de varas:



También debe haber sanción para el diestro por no simular la muerte con una banderilla como es preceptivo:



Pero esto es Jauja. Aquí, todo el mundo es bueno y los animalistas se van dando cuenta de que no somos unos asesinos sino que, si por nosotros fuese, indultaríamos cada tarde.

¿Qué condiciones cumplió el tal Embriagado para irse de rositas? Sólo una, la típica del indulto posmoderno que a la vez da risa y pena: se tragó más de cincuenta pases, concretamente los setenta y dos citados. No escarbó y sólo se arrodilló una vez pero...

Por la alegría con que galopó al caballo y el empuje que protagonizó a pesar de ser vilmente carioqueado, fue una lástima no haberlo lucido dosificando el castigo. Hubiéramos visto tres entradas y después, con cuatro tandas bien dadas y tres ayudados por alto, nos habríamos dado con un canto en los dientes.

En Utrera no tuvimos nada de eso sino un torito de duracel con Aleksei Stajanov pegando pases y el ganadero saltando al ruedo para llevarse de la oreja su ternera a la finca. A ver dónde se anuncia Esaú para asistir al próximo indulto. Lo van a hacer hijo adoptivo de la Protectora de Animales.

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.