lunes, 14 de octubre de 2019

12 DE OCTUBRE EN MADRID: CON CABALLERO SE REPITE SU HISTORIA DE SANGRE Y RABIA

La sangre fue la suya pero la rabia, la nuestra. La cornada y el dolor fueron para él,  la amargura y el desencanto,  para nosotros. Volvió a repetir su error de san Isidro y se llevó otra cornada grave. De nuevo fue culpa suya, lo cual no quiere decir que no lo lamentemos (a pesar de que pulula por aquí algún degenerado que piensa que deseamos que corneen a los toreros). Podríamos copiar lo que decíamos en nuestro blog el pasado 21 de mayo (recuerden aquí):

"Fue un error suyo porque entró de manera suicida. Deseamos que se recupere rápidamente pero sufrirá bastante por su inconsciencia ¿o su valor? Dejémoslo en temeridad, que es una cosa que en un torero no perdonamos porque eso está al alcance de cualquiera y la valentía auténtica, no. Por eso decíamos en esta entrada que Caballero no ha leído a Montaigne, para quien la temeridad está más cerca de la locura que de la inteligencia".

Nos fuimos a Madrid no porque tuviéramos muchas esperanzas en la corrida de Valdefresno sino porque se había anunciado buen tiempo en la sierra para ir en bici. Matamos dos pájaros de un tiro: hicimos deporte por la zona preciosa de Rascafría y nos acercamos hasta Las Ventas para llevarnos tres sorpresas. La primera fue con los dos tercios de entrada que hubo. La segunda consistió en ver al flamante director gerente del Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid sin corbata por el callejón. Nos extrañó verle tan incorrectamente vestido para el cargo que ocupa pero es que fue a sentarse en medio del sector más protestante del tendido siete. ¿Lo localizan?



Al poco rato hizo mutis y desapareció de esa posición no sabemos por qué. Y la tercera sorpresa no fue tal sino que consistió en la confirmación de que la plaza de Madrid es el Palacio del Sentimentalismo, como tendremos ocasión de ir comentando con ustedes si nos siguen hasta el final.

El ganado estuvo bien presentado independientemente de que alguno fuese más feo como el primero o más hermoso como el burraco cuarto. Tuvimos el placer al final de la corrida de conocer al maestro Andrew Moore y le solicitamos que nos hiciera llegar una foto de cada uno de los ejemplares. Accedió con gentileza típicamente inglesa y son las que verán con su firma. Para abrir boca, aquí tienen al que hizo quinto, con más leña que el Santísima Trinidad en la batalla de Trafalgar:



Cumplieron sin más en el caballo siendo fatalmente picados como es habitual. Tuvieron tranco en banderillas y se prestaron al lucimiento en la muleta porque colaboraron bastante más de lo que esperábamos. No sacaron mucha casta pero hubieran servido para hacer algo más de lo que llevaron a cabo los diestros. 

Los pesos dieron una media de 535 kilos, la menor de las últimas corridas lidiadas por esta vacada en Madrid. Recordemos que en mayo fueron 564. No hemos querido ver ningún vídeo de la corrida ni tampoco hemos leído nada como es nuestra costumbre (sólo hemos buscado el parte médico, lógicamente). Lo que hemos escrito es a partir únicamente de nuestras notas e impresiones en la plaza.

EUGENIO DE MORA. Su primero era un toraco astracanado, cornalón y feo por acochinado, sin cuello y basto de pezuñas. En la foto de Moore no se aprecia porque se la hizo por su lado bueno:



Pero en la nuestra se confirma esa mala impresión global:



Desidia del maestro en el primer tercio, como es norma en él. Primer puyazo donde ven ustedes aunque por lo menos sin tapar la salida:



Luego se fue al reserva y Cañas, en lugar de quitarlo dándole un capotazo hacia su izquierda va y lo da hacia la derecha dejando al animal en el peto, ¡qué desastre! Las dos varas cayeron en el lomo y el toro se iba al suelo cada dos por tres provocando protestas. Encima, se distraía a la salida de cada pase, observen:



Muleta a media altura con De Mora luchando para que se quedase en la tela. El problema es que abusó del pico sin ninguna vergüenza al ver que ni una sola vez se oyó el grito de '¡picooo!' con el que hubieran crucificado a cualquier otro, vean:



Ignoramos por qué este diestro tiene bula en Madrid. En la suerte suprema se alivió considerablemente al alargar el brazo intentando clavar antes del embroque para salirse de la suerte. Ese alivio que le criticamos le salió perfecto, como se aprecia:



Dejó esa honda, atravesada por salirse y también caída, siempre con el brazo elástico.

Su segundo era este burraco veleto, una pintura a pesar de ser también basto de pezuñas, cosa propia del encaste por otro lado:



Puso muy mal al toro en el caballo y dejó que Rodríguez le pegase una paliza. Ya hemos dicho que es un diestro al que el primer tercio le importa muy poco por no decir absolutamente nada. El toro se presentó en la muleta con tanta franqueza como sosería. Iba igual por ambos pitones y ello sirvió para que De Mora nos diese otro recital de pico sin que nadie dijera ni mu. Primero por la derecha:



Y después por la izquierda:



En su descargo diremos que, como ven en las fotos, enseñó el muslo a pesar de que luego se arrimaba poco. Repitió la misma estocada que en su primero en cuanto a colocación y alivios. El toro tuvo una muerte tan bella como su lámina:



Mató el que hubiera sido segundo de Caballero. Observen que era un pavo astracanado y 'leñoso':



Fue sorprendente que se jalearan unas verónicas dando en todas un descarado paso atrás. En la faena siguió presentando mal la muleta sin ninguna protesta, insistimos porque a otros se les mira con lupa y eso no nos parece justo:



Pegó pases sin piedad y enfadó al personal cuando dio un sainete al matar: tres pinchazos saliéndose, estocada corta y tendida que escupe, dos pinchazos más, estocada honda atravesada en el lomo tirando la muleta y dos descabellos.




CABALLERO. Los del siete lo obligaron a salir a saludar en recuerdo de la dura cornada del 21 de mayo pasado. El único toro que mató fue éste, protestado porque en la tablilla se leía el número 505. ¿A ustedes les parece que le falta trapío para Madrid? A nosotros, tampoco:



Renqueaba del pie izquierdo de salida pero se sobrepuso durante la lidia. El bueno de Gonzalo no es supersticioso y quizás debería serlo. Lo decimos porque se presentó con el mismo terno que cuando sufrió aquella fea cornada en san Isidro, comparen el del 21 de mayo y el del 12 de octubre:




Muy bien Raúl Ruiz con los palos, ahí tienen sus dos pares:




Hizo el mismo inicio de faena que en san Isidro, el celeste imperio rematado con este natural:



La historia se iba repitiendo excepto en el toro porque éste de Valdefresno era mucho menos malaje que el de El Pilar en san Isidro. Había brindado al doctor García sin sospechar que volvería a estar en sus manos diez minutos después. 

El toro tenía de bueno que era pronto pero de malo, que no embestía sino que pasaba por allí. Caballero puso voluntad pero la sosería del oponente echaba por tierra sus deseos: 



También abusó del pico sin escuchar ninguna queja:



Optó por el arrimón y algún circular de espaldas, que es un pase que nosotros prohibiríamos:



Se perfiló equivocándose al ponerse en la suerte contraria donde el toro iba a hacer por él. No obstante, el problema no fue ese error sino el entrar a cámara lenta sin intención de salir por el costillar. Se quedó en la cara, más que en la cara, en el cuerno, igual que en san Isidro:



Comparen ambas ocasiones, con el de El Pilar y con el de Valdefresno:




Entonces fueron 25 cms afectándole el fémur y el nervio ciático y esta vez, dos trayectorias de 30 y 25, la segunda de las cuales seccionó la femoral. Observen que el maestro ha recibido ya la puñalada pero no ha soltado la empuñadura de la espada, que quedó enterrada y mató al toro:



Terroríficos ambos partes que deberían hacerle reflexionar porque en los dos casos fue culpa suya. El toro está criado para embestir y cornear pero el diestro tiene que estar preparado para salvar esa contingencia. Caballero se tira encima del toro cuando mata y así no puede seguir. Mientras se lo llevaban en volandas, el toro doblaba con esa estocada atravesada y caída que llevaba. El sentimentalismo de la plaza provocó la concesión de la oreja que la cuadrilla llevó a la enfermería.



COLOMBO. Su primero era el único corniapretado pero muy astifino:



Sufrió una lidia horrorosa durante el primer tercio con más de mil capotazos para terminar poniéndolo mal en suerte y luego recibiendo esta lanzada asesina de Martos, salvo error:



¿Han visto cómo le tapa la salida? De vergüenza. El diestro cogió los palos y se oyó algún pito (?). Puso este primer par tras el que fue silbado por muchos (?). Se alivia un poquillo pero no es para tanto:



Puso luego este segundo cuadrando en la cara y sin saltar aunque se le va un poco caído. Los pitos arreciaban (?):



El tercero fue por el izquierdo en el platillo, bastante correcto:



Pues los pitos ya rozaban la bronca por parte de los más 'exigentes'. ¿Saben ustedes qué estaba sucediendo? Pues que en la cuadrilla del venezolano venía Fernando Sánchez y preferían ver a éste que al maestro. Ni más, ni menos.

El toro había mostrado un tranco destacable en el segundo tercio y parecía olvidada su flojera inicial. Brindó a la enfermería donde en esos momentos estaban operando a Caballero. El detalle provocó una ovación de gala porque estamos en la plaza más sentimental del mundo. Tuvo la buena idea de aprovechar el mencionado tranco para citarlo de lejos:



Pero nuestro gozo cayó al pozo cuando vimos su alevosa forma de destorear por ambos pitones:




A pesar de eso que ven, las ovaciones menudeaban. También en el tendido del siete hubo su polémica cuando se oyó el típico -y en esta ocasión adecuado- '¡se va sin torear!' y uno de la zona baja se giró para encararse gritando '¡Cómo que sin torear! Pero ¿qué es lo que queréis? ¿Eh?'. La sangre no llegó al río y menos cuando Colombo enterró la espada volcándose y dejándola un poco desprendida:



Oreja con petición mayoritaria pero producto del sentimentalismo más sentimental.

El quinto era aquél que veíamos al principio y que recordamos aquí. Era acarnerado, cornalón y de poco cuello:



Manseó en varas tras las cuales se recrudecieron las protestas cuando el diestro volvió a coger los palos. ¿Qué era eso de no ver banderillear a don Fernando? Por cierto, el banderillero patilludo llevaba un capote donde en la vuelta ponía Diego Sánchez. 

Puso este primer par tras el que fue de nuevo pitado (?). Vamos a ver, ¿ustedes creen que este par es para ser silbado? Hemos dejado la foto en blanco y negro porque podría ser Pepe Bienvenida, ¡y con los dos pies en el suelo!



En el tercer par se fue a los medios para citar al toro con los palos en una mano y hacerle un recorte. Se lió y el toro lo vio y lo levantó por el aire:



Luego lo buscó sin encontrarlo:



Pero al girarse le pateó la cabeza con los cuartos traseros. Con las pezuñas un toro te puede arrancar una oreja, algún corredor de encierros sabe de qué estamos hablando:



Se levantó totalmente groggy y cayó al suelo:



Fue atendido en el callejón pero quiso volver a salir aunque visiblemente conmocionado y cojeando porque parecía herido en el muslo. La ovación fue atronadora y los oles eran ensordecedores ya en la primera tanda. Como ven, sentimentalismo a flor de piel. Pero su valentía o su inconsciencia no escondían que el destoreo era evidente:



Siguió un arrimón también jaleado:



El venezolano veía entreabierta la puerta grande y más cuando aumentó la locura con unas bernadinas atropelladas:



Se perfiló para matar en la suerte natural a pesar de que el toro había manseado clarísimamente. Pero es que encima tiró la muleta:



Y observen que no se echó sobre el testuz ¡sino sobre el pitón derecho del toro! Como si llevara la muleta... Es indudable que en ese momento le daba igual entregar su vida ahí mismo porque el despropósito fue atroz:



Pinchó tras salir milagrosamente indemne. A la segunda, ya con muleta, dejó una entera delantera arriba perdiendo la muleta y saliendo perseguido hasta la boca de riego:



Allí el toro se paró en seco porque estaba herido de muerte y rodó sin puntilla:



Se desbordaron los sentimientos y la petición era totalmente mayoritaria pero el presidente Magán incumplió el reglamento y negó el trofeo para evitar que saliese por la puerta grande. No comprendemos de ninguna de las maneras que los sectores más exigentes aplaudieran después a un presidente que se había pasado el reglamento por salva sea la parte.

Señores, si la primera oreja es potestad del público y éste la pide claramente como fue el caso, hay que concederla pese a quien pese. Esos mismos que aplaudían a Magán no podrán criticar a otro presidente cuando se salte el reglamento al revés y conceda una oreja con petición minoritaria, ¿no les parece? Aunque sólo sea por coherencia...

Vuelta al ruedo triunfal de Colombo con gestos negativos en bastantes sectores del tendido que son los que ovacionaron indebidamente al palco acto seguido.

Así acabó la temporada de corridas en Madrid. Se repitió la triste historia de Caballero, se repitió el sentimentalismo de esta plaza y se repitieron las lanzadas traseras de los montados. Por último, pero no menos importante, se repitió la incoherencia y el doble rasero de los más irreductibles (en los aplausos a Magán lo primero y en lo de las críticas al pico lo segundo). Y también la injusticia de este sector al silbar las banderillas de Colombo sin más razón aparente que la que ya hemos apuntado.

Que la historia trágica de la lidia y muerte de toros también se repita dejando un reguero de sangre humana es el riesgo que asumen los intervinientes en este rito, espectáculo o fiesta, como ustedes prefieran. Pero debe reconocerse que ese reguero sangriento ha sido especialmente duro con Caballero, de la Viña y Perera, todo en el intervalo de unas pocas horas.

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.





5 comentarios:

  1. Parece que estamos en la generación de los matadores que no saben matar. Parece que en las escuelas sólo enseñan a enseñar el pico y a esconder la pierna.

    Desde luego lo que no les enseñan es la importancia del primer tercio. Y por supuesto, a los que había que mandar a la escuela es a los picadores. O si no, a la nevera, como a los árbitros.

    Un saludo desde Bilbao

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    1. Yo estoy totalmente fuera del mundillo pero me consta que más de un amigo lector tiene relación con algunos de los que dan clases en las escuelas taurinas. Lo que me cuentan al respecto se puede calificar en general de desolador.

      La manera de entrar a matar de Caballero no es muy diferente de la de Ureña aunque por ahí lo alaben. La clave es que, de momento, Ureña ha tenido más suerte porque ha salido prendido muchas veces e incluso volteado como en Bilbao pero no llevándose las puñaladas que ha sufrido Caballero. Insisto: de momento.

      Saludos.

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  2. Sobre la suerte de matar recibiendo he visto dos entradas en este blog:la de2017 sobre la mejor estocada referida a J.Bautista donde se cita a Sánchez de Neira y otra de 2017 sobre las Verdades del Toreo de Amós Salvador con cita del mismo sobre la suerte de recibir.
    En las dos, su opinión de que matar recibiendo es la suerte más dificil del toteo y su justificación.
    Mi pregunta: hay algún texto donde se afirme lo dicho por usted.
    Y en todo caso si pudiese ampliar el tema se lo agradecería.
    Aprovecho para darle la enhorabuena por su blog, estoy aprendiendo lo que no se enseña en ningún sitio.
    Un saludo.
    Paco B.

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    1. Pues muy agradecido, me alegro. Sobre que la estocada es la suerte más difícil y que, dentro de ella, la de recibir es la más complicada no es que lo diga yo sino que lo reconoce todo el mundo, tanto tratadistas como profesionales.

      Otro que lo comentaba era Rafael Ortega en 'El toreo puro', por ejemplo. En el blog habrá visto a la derecha en las etiquetas que hay una que pone 'estocada'. Allí puede entretenerse porque he comprobado que hay hasta 79 entradas donde hemos hablado con detalle de aspectos relacionados con ella.

      Pero como hablamos de recibir, le enlazo a ésta donde López Simón dio la mejor estocada de su vida y lo hizo recibiendo en Madrid:

      https://toreoenredhondo.blogspot.com/2015/10/lopez-simon-en-madrid-feria-de-otono.html

      Saludos.

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  3. Disiento en que en las escuelas taurina no se enseña a matar como mandan los cánones, yo estoy en la de Guadalajara, con el maestro Ángel Puerta y hasta los adultos entramo a matar y se hace como debe hacerse. Y las banderillas lo mismo, como no hagas bien la suerte, el otro maestro Curro de la Rosa, te pega una "cornada" con el carretón, cosa difernte es que los chavales ven muchas corridas y muchos toros tanto in-situ como en la tele y no son gilipollas y ven como la máxima figura del toreo en los últimos 20 años, que es Enrique Ponce, jamás mata a la primera , que El Juli mata a capón etc.., entonces para que se van arriesgar la cornada, si la suerte suprema ya no da orejas como antaño.

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