"Cuando de pronto los toros no te embestían después de haber puesto en ellos todo tu cariño y tu dinero, me llevaba la impresión de que había engañado al público y al empresario. Ese disgusto, esa amargura y esa sensación de haber engañado a alguien es algo tremendo. Si fallaba y ese fallo era en Madrid, me daba por pensar que no sabía nada de esto"
FOTO: Josemi |
Nos metemos en nuestra máquina del tiempo para recordar esta ganadería histórica. Ya saben que estuvo más de cien años en manos de la misma familia. Todo empezó con el abuelo de José Antonio, Esteban Hernández Martínez. La verdad es que de lo que hubo antes de 1969 no quedó nada entre la guerra primero y el matadero después. No obstante, haremos un recordatorio de los inicios cuando el viejo Hernández compró a Arroyo reses de Mazpule procedentes de Raso de Portillo.
Aquello no le acabó de convencer y añadió más de setecientos animales del conde de la Patilla comprándoselos a su viuda en 1893 (de esa ganadería había sido el famoso 'Tornillito'). Conservó la divisa blanca, roja y celeste y el hierro de la hache, que no tiene nada que ver con la inicial de su apellido sino que era un bocado procedente de los hermanos Pedro y Juan Zapata.
Precisamente la antigüedad de 1882 de la ganadería vendría de lo del conde. Pero aquí hay algo que falla porque el conde de la Patilla lidió por primera vez a su nombre en Madrid el 8 de julio de 1883 con Gordito, Currito y Fernando El Gallo. Y Don Esteban con el suyo el 1 de abril de 1894, cuando Guerrita mató este gran 'Segoviano'.
Atención al balance de la corrida, que se lidió con divisa azul y verde (?):
Digamos que Gabriel, el padre de José Antonio, cambió más adelante el hierro y la divisa, que pasó a ser blanquiverde durante muchos años. Vean el árbol de José de la Cal donde se aprecia cómo varió aquel hierro:
En 1974, la familia retornaría al original y a la divisa tricolor. Por cierto, al califa Guerrita le gustó lo de Hernández y en esta carta al empresario de Murcia exigía que si querían que torease, los toros tenían que ser 'andaluces o del duque de Veragua o de Esteban Hernández, caso de que sean de Colmenar':
Ya ven que las exigencias de las figuras no son de hoy. El fundador de la ganadería murió en 1913 a causa de una caída del caballo mientras hacía labores de campo:
Su viuda, doña Luisa Pla Pané, se casó en segundas nupcias con Agustín Mascarell Jiménez, ¿les suena? Recuerden a Gallito en Talavera: '¡que llamen a Mascarell!' Don Esteban siempre estuvo considerado entre los más grandes:
Ése último que queda cortado es, como han adivinado perfectamente, don Manuel García-Aleas. En 1889 se celebraron unas corridas en la plaza del Bois de Boulogne de París y alguno de los toros fue de Hernández:
Cinco años después en Madrid, 'Caminero', colorado y astifino, lucha contra un león. Se acaban los billetes y la reventa multiplica hasta por siete los precios. Hubo una avalancha cuando abrieron las puertas y más de doscientas personas entraron gratis hasta que la Guardia Civil empezó a repartir sablazos y palos, llevándose varios detenidos.
Doce minutos duró el espectáculo, que no la lucha, porque a las primeras de cambio el gato, de nombre Regadé, vio que aquél no era su día y que hubiera hecho bien en no salir nunca de su Gambia natal:
Siete años antes de morir, don Esteban tuvo la inmensa satisfacción de ver lidiar esta exitosa corrida suya en Madrid. Las pintas llaman la atención: un ensabanado, uno negro, dos sardos, un colorado y ese 'Cigarrito' de la izquierda, castaño salpicado:
La prensa fue unánime en agradecer a Hernández tanto la presentación como el juego de sus toros. Esto decía Don Jacinto:
Y esto, Sol y Sombra:
Dice la revista que los toros fueron 'martirizados' por maestros y cuadrillas. Ya ven que la prensa era inflexible y durísima con los de a pie, nada que ver con la crítica domesticada de hoy en día. Ahí tienen a Antonio de Dios, 'Conejito', frente al gran 'Cigarrito':
El Liberal también destaca el comportamiento de ese tercero:
Los seis tomaron 34 varas, dieron 14 caídas y mataron 8 caballos, casi triples figuras como ven. Ahí tienen a 'Cigarrito' romaneando:
Dos años después tomaba la alternativa el padre de Manolete de manos de Machaquito. El testigo fue Cocherito y el toro, 'Yegüerizo', de don Esteban. Es raro que repitiese la ganadería con la que se había presentado de novillero en Madrid con un notable fiasco en 1903. La cabeza del segundo toro de la alternativa, el cinqueño 'Botillero', adornó siempre la casa de la familia en Córdoba. No sabemos si el pequeño Manuel cogería miedo al verla allí colgada porque, salvo que alguien nos rectifique, el cuarto califa no mató ningún toro de esta ganadería en toda su carrera.
Con 17 años recién cumplidos lidió Gallito novillos de Esteban Hernández en Madrid pero eso lo dejamos para la serie que estamos dedicando al maestro.
En1928 un toro de Hernández retiró de los ruedos a Martín Agüero. Se llevó una cornada en el muslo y un puntazo en el pie que le mermó irreparablemente sus facultades. Ya saben que fue uno de los mejores estoqueadores de todos los tiempos:
No obstante, como decíamos, nada de todo este ganado tiene que ver con los de Hernández Pla que hemos conocido en los tiempos modernos. A la muerte de don Esteban, doña Luisa Pla compra casi toda su ganadería a Encinas en 1932 para suavizar la casta de lo que tenía. Se anunciarán como Esteban Hernández, antes Encinas. Corren tiempos en que todos quieren torear como Belmonte y con el toro de antes no puede ser. El propio Hernández Tabernilla lo explica:
"Con motivo de la suavización que se produjo en el toreo en la época de Belmonte, mi abuela, mi padre y mis tíos se vieron obligados a suavizar unos toros que eran muy duros y para ello compraron gran parte de su ganadería a Pepe Encinas"
Pero llega la guerra y la finca El Soto se encuentra en pleno frente de Madrid. Tras la batalla del Jarama, la ganadería prácticamente desaparece y la familia empezará casi de cero a partir de 1945. Nos referimos a los hijos de Esteban y Luisa: José María, Venancia, Esteban y Gabriel Hernández Pla. Para ello eligen reses del duque de Pinohermoso (suponemos que de lo que compró a Bernardo Escudero procedente de Albaserrada porque aparte tenía otros animales de Vicente Martínez). Añaden posteriormente vacas de Samuel Flores. Cañabate los animaba en 1948 a seguir la senda de su padre:
En 1951 este toro suyo corneó en el muslo derecho a Victoriano de la Serna en el primer pase ayudado por alto. Como era el primer toro de un mano a mano, Vicente Barrera tuvo que matar los seis:
A la muerte de José María, en 1955, se divide la ganadería entre los hermanos. A nosotros nos interesará la parte de Gabriel y sus hijos, que quitarán todo lo anterior. No nos extraña porque el propio Pinohermoso se enfadó tras una corrida suya en Badajoz en 1948, suspendió posteriores festejos que tenía contratados y rehízo su ganadería enviando al matadero una gran parte.
Nos despedimos con un novillero que en 1957 torea un animal de esta vacada. Es un delantal aunque ahora que está de moda ese lance para no quebrantar a los toros y de paso no arriesgar tanto las piernas, nos dicen los críticos paniaguados que son 'verónicas a pies juntos' (?):
Se trata de Curro Romero con veinticuatro años en Málaga. Tras la muerte de Gabriel, los hijos quitarán todo para comprar 90 vacas y dos sementales a Joaquín Buendía en 1969.
FOTO: Juan Pelegrín |
Hemos empezado con José Antonio Hernández pero el protagonismo se lo ha llevado su abuelo, uno de los grandes como dejábamos claro más arriba. En el próximo capítulo cederemos la palabra al nieto para que nos hable de las tientas, de la suerte de varas, de los cruces en la ganadería, de su opinión sobre el peculiar público de Las Ventas, sobre los veterinarios, etc. Todo de mucho interés, ya verán.
Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.
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