jueves, 4 de septiembre de 2025

FERIA DE VILLASECA DE LA SAGRA, 2025 (1). SALTILLO: SUDANDO TINTA

Con Saltillo nunca sabes si te va a salir una cosa bobalicona y somnolienta o avisada y peligrosa. Veníamos de aquel sexto toro excelente en Madrid que dejó escapar Cristóbal Reyes. Después, la sardinada atontada de Vic-Fezensac. Luego se suspendió la corrida de Céret y aquí la novillada de Villaseca pidió los papeles.



Novillos bien presentados, en puntas con las dudas del quinto, cuajados, mansos los seis (o menos bravos), duros para morir, listos y todos con ideas, en su mayoría malas. Fueron reses de las de antes, con el personal absolutamente pendiente de las lidias tanto dentro como fuera del redondel. Nadie sesteó porque los protagonistas fueron los toros. A dos los calificaremos como indiscutiblemente descastados: cuarto y sexto. Los otros, ¿fueron descastados? Hombre, la falta de raza brilló bastante pero el calificativo de descastados es tan grave que los selectos lectores de nuestro modesto blog saben que lo usamos poquísimas veces.

Por supuesto que discrepamos con César Jiménez, que calificó la novillada como 'infumable' y pegó el puyacito al ganadero con lo de 'es difícil creer en que se pueda criar toros con más sentido'.




MIGUEL SERRANO.Su primero era un cárdeno claro, facado, gordo y bizco del izquierdo.



Galope con ganas de pelea en el caballo pero cobrando mal, muy caído, tras lo que se puso tonto y gazapón. Caminaba atravesado y fue sembrando el canguis.

Se veía que en el izquierdo llevaba una gillette. Serrano empezó a tratarlo como si fuese el típico norit comercial mientras el novillo tragaba a regañadientes y desparramaba la vista.



Victoria del de Saltillo que en ningún momento cedió. Pinchazo escupido a capón total y media en las agujas perdiendo muleta, que el animal, con la boca cerrada y la cara por el cielo, no acusó. 



A novillo resabiadísimo volvió a entrar, pinchando a paso de banderillas y dejando luego una entera tirando la muleta y huyendo. Se amorcilla, seis descabellos y tres avisos. La desolación del chaval contrastaba con la desvergüenza de algunos matadores de alternativa a quienes da igual que les echen un toro al corral (Morante, Talavante, Roca, Robleño...).

El cuarto era un cárdeno oscuro, ojalado y bocigris, si nos permiten el neologismo que acabamos de inventar. Lo desarmó de inicio:



Se deja pegar una buena paliza, que era a estas alturas de festejo la consigna de los piqueros.

En el segundo tercio topaba y esperaba. Quiso Serrano borrar el fiasco del anterior pero volvió a ponerse a torear sin doblarse por bajo y así no puede ser porque esto no era otro norit. ¿Quién los aconseja? Observen ese hocico gris tan peculiar:



El animal siguió topando, mirando de reojo, sin demostrar ganas de pelea, en suma, un descastado con avaricia. Buena voluntad del diestro pero poco petróleo. Pinchazo malo, corta cruzada que ven abajo y bajonazo perdiendo avíos pero muy ovacionado (?).




MARISCAL RUIZ. Su primero era un cárdeno, salpicado y listón, con poca cara pero cuajado:



Empuje de bravo recibiendo dos agujeros por el precio de uno y la barrenada que no falte. En el segundo lo pinchó cerca de la penca del rabo.

El novillo blandeaba y era sosito. Mariscal se puso pinturero en plan desmayado y sufrió un susto al no querer rectificar el terreno.



Lo mejor fue que tuvo aplomo y no le hizo mella lo sucedido en el primer novillo. Además no se retuerce pero se alargó demasiado y luego no podía cuadrar. Estocada caída sin telonazo pero a capón.



El quinto era un cárdeno careto, jirón y calzado de pies. Hechuras de toro aunque con los pitones raros:



Nefasta carioca de Antoñito Muñoz en el lomo. Menos mal que en el segundo dosificó.

El novillo era pronto y metía bien la cabeza al principio de la embestida. Mariscal, favorecido claramente por el sorteo, quiso gustarse pero enganchó más de la cuenta y no llevó el animal toreado. La pierna, siempre atrás como se ve, incluso en el primer pase:



Dos pinchazos y media pasada, todo a capón, con la mano por encima de la cabeza en lugar de llevarla pegada al pecho. ¿Por qué Campuzano no le dice nada?




OSORNIO. Su primero era un cárdeno, bragado corrido, nevado y estrellado:



Se le fue al pecho ignorando la capa y en el suelo hizo por él sin consecuencias:



Asquerosa carioca clavando ahí donde ven, mientras Jiménez decía ¡gran puyazo, muy buen puyazo! (sic).



De Blas, que es el mejor locutor de toros de la actualidad, sin verborrea vana ni protagonismo estúpido como otros, vio lo mismo que nosotros pero se quedó callado. Como creemos que es lector de nuestro blog, desde aquí le animamos a que plante cara al maestro cuando engañe a los televidentes de forma tan indignante.

El animal era un cazarratilla, pegando arreones, mirando más allá del diestro, distrayéndose, repuchándose en el segundo... Con el tercio cambiado siguió el piquero zurrando trasero y la autoridad tomó cartas. Esta imagen de abajo querríamos verla cada tarde. Si fue a iniciativa del presidente Basco, vaya desde aquí nuestra felicitación ¡y que no pare la música en lo que queda de feria!



Hizo hilo en banderillas, con Iván García sudando en la brega, pero el otro García puso este magnífico par, de gran profesionalidad. Lo mejor de la tarde:



Sin castigarlo, el de Toluca se puso a torear pero el novillo iba a su aire y lo chuleó. Cortó por lo sano. Pinchazo en el lomo, otro caído, otro que escupe y por fin lo caza con esta entera atravesada que lo fulmina:



El último era un cárdeno ordinario, aldiblanco corrido, caribello, rabicano y calcetero de atrás:



Al relance huye al hierro. En el segundo empuja con la salida tapada. En el tercero, carioca de Melgar barrenando con mala fe. En banderillas empezó a regatear, a desobedecer y a mirar. Bien Iván García.

Continuó en la muleta con su actitud ausente, encima embestía al paso y no por asfixiado sino por desganado o, mejor dicho, por descastado.




Nada que hacer. Sablazo en el lomo tapando la cara, perdiendo la muleta, con saltito y perfilándose en Consuegra, como sigue haciendo sin que nadie lo rectifique:




¿ Estos son los saltillos que queremos? Hombre, comparados con aquellos toros chirles y mal presentados de Vic, sin duda. Pero sin irnos a los extremos les diremos que lo que echamos en falta en Villaseca fue que alguno de los diestros consiguiese meter en cintura a los más díscolos. ¿Lo hubiera conseguido este hombre que estaba en el tendido?




No lo sabremos pero está claro que si todas las corridas fuesen como ésta sólo quedarían satisfechos algunos de los amigos lectores del blog... ¡y no todos! La otra opción es que los diestros tengan delante toros que les permitan expresar lo que llevan dentro, que es lo que gustaría a César Jiménez. Pero eso a nosotros nos aburre porque no nos interesa lo que lleva dentro el noventa por ciento del escalafón.

Puestos a escoger, preferimos esto pero no les negaremos que si la ganadería fuese nuestra nos volveríamos un poco preopupados a Lora del Río.

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.



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