Y uno de Solís pero ninguno de los tres fue la ternera a que nos tienen acostumbrados en esa casa. Para nosotros Juan Pedro fue el triunfador de la tarde ya que Castella no pudo con el colorado, de Justo tampoco con su primero a pesar de la atenuante del aire y Adrián estuvo por debajo del sexto, que fue el de Solís. Además, bien presentados los tres.
Tanto Juan Pedro hijo como Daniel Ruiz tenían clarísimo el toro que querían y lo consiguieron. Sostenían que el caballo está para dulcificar y la muleta, para que el maestro saboree el dulce y construya una faena expresando lo que lleva dentro.
Recuerden aquí cuando lamentábamos la muerte de Ruiz y poníamos aquella pregunta suya recurrente:
Yo no es que diga que el caballo está de adorno pero...¡Vamos a ver! Si le pegas tres puyazos a un toro, ya no irá a la muleta y entonces ¿qué hacemos? ¡La gente no va!'
Y en boca de Juan Pedro Domecq Solís ponemos lo que él buscaba, que era por encima de todo la toreabilidad. Según él había que bajar la casta dado que ella es el temperamento y un toro con temperamento es difícil de torear:
Yo busco movilidad, bravura, nobleza y ritmo, todo lo cual equivale a toreabilidad'
Pues en esta Beneficencia saltó la sorpresa y no hubo ese borreguismo en el que se cae con el toro comercial o domesticado, como avisaba Juan Pedro Domecq y Díez:
Dicho lo cual, conforme transcurría la tarde lamentábamos que el cartel no hubiera estado integrado por el trío del arte, esto es, Morante, Ortega y Aguado. ¿Qué hubieran hecho con estos toros incluido el de Victoriano? Pues es probable que hubiesen acallado a los que los criticamos por enfrentarse habitualmente a terneras.
Se guardó un minuto de silencio en memoria de Fandiño del cual pueden recordar nuestro homenaje pulsando aquí.
CASTELLA. Su primero era de Daniel Ruiz, cornalón y astifino, feo por colín. Venía bien picadito del campo:
Como era previsible, nada en el caballo sumando la voltereta que se pegó al salir.
Castella hizo un quite por saltilleras y en la tercera el toro dudó y se lo llevó por delante. De milagro no sufrió una cornada en la pierna derecha porque le pinchó en la taleguilla pero el pitón no penetró (?). La verdad es que a los tres diestros se les veía con los muslos bien recauchutados:
Él fue quien empezó a cambiar por la espalda desde los medios cosa que le costó una muy grave cornada en Cali con perforación de pulmón. Pero es valiente sin supersticiones, como Antonio Bienvenida, y ha seguido realizando esta suerte, que tiene mucho valor. El inconveniente es que a base de haberla visto ya tantas veces no se le reconoce:
FOTO: Agencia EFE |
El toro era un norit al que el francés toreó a cincuenta pulsaciones. En televisión hablaban de profundidad e intensidad mientras a nosotros nos entraba un profundo e intenso sueño. Estocada corta horrorosa por trasera, caída y saltando. Después dejó esta entera trasera y también caída.
Su segundo era de Juan Pedro, un colorado ojo de perdiz, albardado, ligeramente carifosco y astracanado, bien encornado:
Huye al hierro en el primero, en el segundo no le aprietan y le levantan y en el tercero le dan al túrmix. Ya ven que en varas hubo poco menos que un simulacro por eso el toro se vino arriba en el último tercio.
Chacón puso un par regular y otro a toro clarísimamente pasado pero lo hicieron saludar por ser vos quien sois. Brindó Castella a Fandiño y su preocupación iba a ser intentar fijar al toro en la muleta ya que se distraía con el vuelo de una mosca.
Le hizo un buen inicio donde el toro repetía con cierta codicia y consiguió centrarlo en la muleta. Sin quitarsela de la cara le recetó a continuación un tiovivo. Cuidado porque muchas ganaderías toristas se darían con un canto en los dientes si un toro suyo embistiese con las ganas que ponía éste de Juan Pedro.
Pero Castella se dedicó a pegar pases sin piedad. El toro merecía que hubiesen tenido mejor consideración con él y terminó protestando. Menos mal que los toros no hablan, ¿verdad maestro?
Aviso con retraso antes de coger el estoque. Estocada arriba un poco pasada, cruzando bien pero tapando la cara. El de Juan Pedro murió en la segunda raya.
DE JUSTO. Su primero era de Juan Pedro, un toro negro listón, chorreado en morcillo, aleonado, cornalón y tocadito arriba. Lo recibió de rodillas en tablas:
Primer puyazo yendo como un rayo pero peleando de más a menos y claudicando al salir. En el segundo vuelve a acudir de lejos al galope pero ya no pelea. Fue una lástima no haberlo puesto de muy lejos una tercera vez sólo para señalar porque se hubiera ganado una ovación. Es probable que hubiera cantado la gallina pero nunca lo sabremos, qué pena.
En la muleta era un toro cortijero, o sea, de los que lleva un cortijo en cada oreja. La embestida era noble pero no de borrego sino pronta, galopando y queriendo coger la tela. El único problema para embarcarlo era el aire.
Fue una lástima ese viento para De Justo ya que no pudo aprovechar la lotería que le había tocado, aunque tal como torea últimamente no nos penó demasiado. Estocada contraria con derrame y patas arriba:
Su segundo era un burraco listón de Victoriano del Río, zancudo, con poca presencia a pesar de los 580 kilos, que se tapaba por delante. Para nosotros no era un falso jirón ya que lo que tenía más bien parecía un lunar:
Lo puso largo y el toro galopó empujando de bravo mientras Bernal le tapaba la salida. Agradecimos que en el segundo lo colocase a treinta metros para que el toro se arrancase de nuevo con alegría y cobrase primero trasero y después contrario ya que se llevó un total de cuatro agujeros diferentes. Además, con voltereta de propina a la salida. Era otro toro para haberlo lucido en tres entradas dosificando el castigo. Si está lidiando Álvaro de la Calle, lo vemos tres veces.
Las banderillas cayeron a cuál peor. Después de haber visto cómo el toro anterior se le había escapado, aquí se puso a torear sin probaturas ya que el de Victoriano se venía con ganas. La verdad es que al extremeño le habían tocado dos toros de puerta grande.
Al De Justo con hambre este toro no se le va pero al actual se le fue ya que se dedicó simplemente a acompañar la embestida, sin mando y sin asumir riesgos. El toro lo notó igual que nosotros, se le insolentó y terminó demostrándole que no había podido con él.
Pinchazo hondo muy bien ejecutado, y espadazo trasero un poco cruzado y tapando la cara más descabello. Parece mentira pinchar primero tan bien y acto seguido hundir la espada tan mal. Pero el personal prefiere que desaparezca el acero en la carne del toro de cualquier manera.
ADRIÁN. Su primero era de Daniel Ruiz, un toro negro cornilevantado, de presencia anovillada y muy protestado por su trapío de salida:
Solo faltó que se fuese al suelo tras el caballo para que la zaragata en el tendido arreciase. Quedó claro que Adrián prefería torear este animalillo que arriesgarse con el sobrero ya que le echó el capote por tres veces a la andanada para calmar a los verdosos. Menuda ambición demostró sabiendo que ante esta piltrafa jamás iba a rascar nada en esta plaza. Y eso que estaba en la corrida de Beneficencia, donde ni en sueños imaginaba hace tres meses que haría el paseíllo.
Mención aparte merece el presidente, que olvidó la ley máxima del palco que es defender al aficionado. Recuerden aquí nuestro homenaje en la muerte de don Luis Espada, quien desde el cielo debió de avergonzarse viendo cómo ha degenerado el palco madrileño.
Con la gresca ya tumultuaria Adrián ahora quiso dar la nota poniéndose de rodillas para cambiar por la espalda y el toro lo empitonó sin consecuencias dada su invalidez tanto física como de casta.
Y luego se lamentaba con gestos al ver que el toro seguía derrumbándose. Entonces ¿por qué echabas antes el capote a las nubes, Fernandito? Ello no le impidió poner esas muecas tan insoportables con que adereza sus faenas. Muy mal, encima tuvo la desfachatez de castigarnos con una lluvia de pases insufrible.
Estocada trasera, tendida y con telonazo más descabello. Observen que antes de arrancar ya lleva el palillo casi horizontal y el brazo encogido. Por fin se finiquitaron nuestra tortura y nuestra indignación compartidas entre el palco y el diestro.
El sexto era de Juan Pedro y ostentaba la encornadura que gusta a los maestros, con perfil pero cerrando arriba. Era negro listón y apretado de carnes:
Lo pone largo en el primero y va sin dudar pero recibe una criminal lanzada en el lomo aunque no le aprietan. En el segundo tardea y escarba porque el pobre se temía lo que sucedió y es que el piquero le clavó casi en la penca del rabo.
El animal se dolió de los palos que le clavó muy bien Prieto. Brindó a Abellán. Chicharrinas en el platillo y naturales sin probaturas porque el toro era de una nobleza evidente. No era el más listo pero tampoco era tonto como un patatero. Otro Juan Pedro de oreja, y van tres.
Ya ven que en lo del pico parece que tiene bula en esta plaza. Y eso que bregaba con un toro bondadoso, que pedía muleta plana y bien presentada, sin alivios... y sin retorcimientos de sacacorchos:
Luego Adrián ya empezó con el tíovivo y con el roquismo sin que faltasen sus mohínes, los movimientos de cadera y el sacar la barriga de forma antinatural:
El toreo es por encima de todo naturalidad y Adrián no la conoce. ¿Le contará alguien lo que explicábamos aquí? Estocada trasera por llevar la mano alta y desprendida, con telonazo monumental pero hasta la tela, que es lo que interesa a todo el mundo.
La primera oreja era insoslayable pero la segunda nosotros no la hubiéramos concedido ni aunque nos emplumen. Por supuesto que tal como está ese palco madrileño cayeron la casquería y la puerta grande. Dicen que las salidas a hombros en Madrid de una y una se olvidan, que las que valen son las de dos. Pues a nosotros ya se nos ha olvidado la de Adrián de ayer:
¿Qué diría a estas horas la parroquia torista si a alguno de sus ganaderos fetiche le salen tres toros como los de ayer de Juan Pedro? La pelea en el caballo de dos de ellos fue olvidable pero el primero de De Justo mereció haber sido lucido. No recordamos en todo San Isidro otro toro que haya ido con tanta celeridad al caballo y desde tan lejos.
En la muleta cualquiera de los tres estuvo a la altura de los tan alabados de Santiago Domecq. A nosotros nos gustaron más los dos primeros que el sexto, todo lo contrario que a cualquier taurino o aficionado posmoderno. Y el de Victoriano no desentonó.
Sucede que nosotros no somos anti Domecq por sistema. Sin embargo, en casa de Juan Pedro, somos de Díez más que de Solís. Bastante más.
Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.
Buenas Rafa y los lectores de este selecto blog.
ResponderEliminarA mi particularmente el que más me gustó, en conjunto, fue el de Victoriano. Se arrancó de lejos en la dos puyazos, empleándose y metiendo riñones en el primero. En banderillas y en el último tercio se arrancaba con alegria. La embestida no era tan clara. Aun así era de series cortas, y de reventar Madrid con 20 muletazos.
Los de Juan Pedro en la muleta, muy buenos. De haberlos lucido en el caballo hubieran dado hasta juego, pero ya no interesa. La lidia completa ha desaparecido, y parece que a la gente no le importa.
Sobre los diestros; de nuevo por debajo del ganado. Especialmente preocupante es lo de De Justo. El Emilio de antes del percance del Domingo de Ramos, hubiese salido ayer por la Puerta Grande sin problema, y toreando. Castella, valiente (como siempre) pero sin llevar toreado a ninguno de sus toros ni alargando los muletazos. Me gustó en los adornos y en los pases de pecho. Adrián estuvo casi a la altura en el sexto. Demasiado encimista y equivocándose en el planteamiento. El toro tenía un pitón izquierdo con un cortijo colgando de él. Una oreja, y gracias.
Ayer de nuevo, y ha sido la tónica general esta feria, mala colocación de maestros y peones en el tercio de banderillas, que podrían haber causado más de un susto grave por no estar en el sitio cuando hay que hacer el quite. Increíble ovación a Chacón y al picador del toro de Victoriano ¿? No daba crédito desde mi localidad.
Saludos desde Madrid,
Rulan
De acuerdo en todo especialmente en esas inconcebibles ovaciones que cita al final. La mala colocación es algo que se aprecia más en directo que no por televisión por eso le agradezco el apunte.
EliminarSí se vio en la retransmisión que durante el follón con las protestas del tercer toro la mayoría del público estaba girada hacia el tendido en lugar de seguir lo que sucedía en el ruedo (?).
Me gustaría saber lo que dice hoy Emilio de Justo en la intimidad sobre la lotería que le tocó ayer y que era de salida a hombros en la corrida más importante del año. Se apreciaban gestos de molestia o dolor en su cara pero eso no quita para que estando ahí delante arriesgues y torees como hacía él antes.
Castilla y Adrián por debajo de sus segundos toros. Especialmente este último a mí no me dijo nada a pesar del triunfo.
Saludos
Y si, coincido 100% con lo que comentas de Adrián en su primero. Con el público en contra y una manifiesta invalidez/falta de fuerzas… ¿Que sentido tiene no querer el cambio, y menos aún ponerte a hacer “faena”? Desplantes incluidos… En Madrid, en Beneficencia… ¿Por aquiescencia y no querer ponerte en contra de la Empresa? Pues, no le encuentro otra explicación.
ResponderEliminarSaludos desde Madrid,
Rulan
Vaya... lo de la empresa no lo había pensado pero realmente es la única explicación a su lamentable actitud. Y el sobrero era de El Cortijillo, no de Reta.
EliminarDurante la lidia del tercer toro, todos girados, pues había una pelea a puñetazo limpio en el tendido bajo del 8… Ya estaba tardando que esto sucediera, visto el nivel etílico y de tensión que se respira en la plaza últimamente.
ResponderEliminarSaludos,
Rulan
Lo que decía Ortega de que para ver como está España solo hay que ver cómo está una plaza de toros cada vez se cumple más.
Eliminar
ResponderEliminarBuenas tardes, Don Rafael y la compaña:
Ayer comentaba que ver torear al francés su bonancible y muy desorejable lote era similar a visionar una película de Keaton o Chaplin, pareciera que alguien hubiera acelerado la velocidad de la cámara a 30 fotogramas por segundo.
De Justo está para cortar la temporada y recuperarse físicamente para volver a torear como él sabe y ahora no puede. Le cuesta horrores jugar los brazos y llevar las telas hasta el final, esta temporada debe ser de cielo por poderse vestir de luces de nuevo, pero de infierno por el resultado y lo que debe estar pasando de dolores.
De Adrián... ¿Cómo c... ha salido por la puerta grande 2 veces toreando así? Yo vi 5 toros desorejables, sólo su primero no me lo pareció, pero es que el sexto era para meterle fuego a Madrid y que la gente saliera toreando por la calle, pero se le fue sin torear y encima con segunda oreja de plaza portátil.
Muy bueno el ganado, a pesar de que el revuelto de saldo ganadero, vergonzoso para una corrida de la Beneficencia en Madrid, hacía presagiar otra cosa.
Saludos a usted y a los selectos lectores del blog.
P.S. Ah, y el del palco para que hubiera salido Florito con los bueyes y se lo llevase al corral. Al final va a resultar que el nefando usía hispalense no es tan malo, o los madrileños lo van a hacer bueno...
Es malo y los de Madrid lo hacen bueno, eso no lo dude usted.
EliminarEstamos de acuerdo en todo especialmente en lo de Adrián, que parece nos lo quieren vender como el nuevo Belmonte y a mí me causa la misma impresión que a usted.
Tal como estaba el ambiente en el tendido según nos cuenta aquí arriba el amigo Rulan, si el Presidente no concede esa segunda oreja de risa tiene que salir protegido por los antidisturbios.
Me queda la duda de si el Juan Pedro actual tiene la ganadería tan controlada que es capaz de enviar a unos sitios borregos impresentables y a otros tres toros notables como estos de Madrid.
Saludos
Me alegro por Fernando Adrian. Para mi posiblemente sean de los mejores naturales que se han dado en toda la feria. Dos series suyas del último toro valen por todas las de la feria. Quedándose quieto siin dudar en ningún momento,llevando por abajo despacio y hasta atrás todos los muletazos.Quizas la estcada no era la más perfecta del mundo pero en conjunto merecedor claramente de las dos orejas.Ayer se vieron infinidad de muletazos a toros buenos pero ninguno dijo nada salvo los de Adrián al sexto.Cierto que el primer toro por trapío estaba por debajo de lo exigible en esta plaza pero por la escasez de fuerza comprendo que dudará el presidente porque a la salida del caballo era flojo pero si se devuelve por flojo tenían que haber devuelto al 50 por ciento de los toros que han salido en feria.Todos levantan los capotes a la salida del caballo no solo ayer. Lo que también paso es que el toro en vez de recuperarse un poco y mantenerse fue a menos y a toro pasado si debió de ser devuelto .
ResponderEliminarEse toro era algo más que flojo. Un torero con ambición arrastra el capote por el suelo para que en la Corrida de Beneficencia, con televisión y con el rey le saquen otro en condiciones. Adrián prefirió claramente torear un animal mermado, como prefieren el 99% de los toreros.
EliminarFíjese usted en que cuando algún toro es devuelto y entrevistan al maestro en el callejón, absolutamente todos se lamentan por las buenas maneras que apuntaba el toro retirado. Ni uno dice que estaba bien devuelto. Se les ve claramente el plumero.
Respecto a los naturales a mí no me impresionaron tanto como a usted. El problema es que si me pide que los compare con otros de la feria no me acuerdo de ninguno.
Saludos