martes, 29 de marzo de 2022

CUATRO OREJAS, SÍ... PERO TAN SOLO SEIS PUYAZOS

O mejor cinco y medio. Ya saben que la casquería nos trae sin cuidado en nuestro modesto blog y más cuando la corrida es de toros y no de toreros. El problema es que en Jadraque se lidiaron seis de Prieto de la Cal a los que se trató en el caballo como a cualquier ganadería comercial.

Un puyazo por barba, con alguno sañudo pero otros levantando el palo oyendo las peticiones tanto del respetable como de los maestros. Avisamos de que hacemos este comentario a partir de las imágenes televisivas por lo que algún detalle nos puede haber pasado desapercibido.

Los veraguas salieron cinqueños, con poca fuerza y poca cara. Se cayeron once veces. Fueron duros para morir, no abrió ninguno la boca y no dieron facilidades porque aprendieron rápido. A pesar de ello, ninguno fue un marrajo y las tres cogidas sin consecuencias graves que hubo fueron culpa de los que las sufrieron, no de los toros. Tres murieron en el tercio y uno en los medios.


FOTO: Facebook Prieto de la Cal

Lucieron musculosos, bien rematados y bien comidos, lo decimos porque algún amigo lector nos insiste en que es pronto para juzgar el comportamiento de estos toros de primavera que llevan más de un año a medio pienso. Nuestra pregunta para él en la entrada anterior era a partir de cuándo dejará de ser pronto para valorar ese comportamiento.

Por supuesto que esperábamos mucho más del ganado. Al acabar nos preguntábamos cómo hubiera transcurrido la corrida si a estos toros, aun cuidando la suerte de varas, se los pone tres veces al caballo como sucederá en Guadalix. 

Los tres últimos eran del mismo padre, un melocotón berrendo que el ganadero quitó ya hace cuatro años y que acabó en las calles de Petrés, pulsen aquí. No queda tampoco ningún hermano de los tres lidiados.



¿Fueron bravos? Nunca lo sabremos porque con un único viaje al peto nadie puede asegurar nada. Otorgaremos el beneficio de la duda al segundo, cuya lucha en el caballo fue de bravo. Nos quedamos con las ganas de haber visto qué hacía en dos varas más. El primero empujó fijo y se enceló con el palo levantado. Tercero y cuarto tocaron música y la pelea de los dos últimos fue perfectamente olvidable. 


FOTO: Facebook Prieto de la Cal

Sólo dos demostraron esa fulgurante salida de toriles que esperamos siempre en este hierro: el primero, devuelto por romperse un pitón al rematar enfurecido, y el último. A éste le dejaron la punta de un capote y al llegar veloz al burladero corriendo al hilo de tablas, enganchó un cuerno, dobló el cuello y ahí nos tememos que terminó su pujanza y no por culpa suya.


SÁNCHEZ-VARA. Su primero era un jabonero aleonado y astillado del izquierdo. Ya hemos hablado de su único puyazo. Banderillas del maestro pero con excesivos capotazos para poner el toro donde quería. El tercer par fue de los mejores que le hemos visto nunca. Y tuvo mucho mérito dado el estado pesado del ruedo por la lluvia y el serrín.

Por el izquierdo pegaba la tarascada y por el derecho el diestro tiró de oficio para torearlo. Vio con perspicacia que tenían que ser tandas de tres y el remate porque el toro se enteraba perfectamente de la burla.



Quiso echarse la muleta a la izquierda por donde el toro rebañaba y aun con todo le arrancó seis pases cuando nadie daba ni un duro por ellos.

Se armó lejísimos del toro, no sabemos por qué. A estos toros no puedes matarlos desde tan lejos porque te ven y harán por ti. Añadan que se equivocó entrando en la suerte contraria, vean:



El resultado fue que el toro se le fue al pecho y todavía no sabemos cómo se salvó de la cornada:




Casi entera, tendida y trasera con una orejica como premio suponemos que a su voluntad de agradar.



El cuarto era muy apretado de carnes, enmorrillado, meleno, cornialto y cornicorto:



A éste sí le dosificaron los capotazos en el segundo tercio y galopó a placer mientras Vara clavaba con facilidad.



Se echó la muleta a la izquierda de inicio. Lo reseñamos porque entre sus otros dos compañeros de terna sólo dieron cinco o seis naturales en toda la tarde. El guadalajareño enseñó el muslo pero toreó tan despegado que cabían dos toros por ahí:



Nobleza y obediencia en el tal Veragüeño aunque por el derecho topaba. De nuevo se fue a Sigüenza a perfilarse, cosa que seguimos sin comprender. El toro lo vio perfectamente mientras se acercaba y con dificultad dejó un horrible mandoble que bastó.



El toro murió en los medios y con la boca cerrada, como todos sus hermanos. Nueva oreja del paisanaje, cosa que reconoció el propio diestro: 'es que la gente aquí me quiere mucho'. No hay que decir nada más.


ANDRÉS PALACIOS. Ya hemos dicho que su segundo fue el mejor, de nombre Arrempuja y no en masculino como dijeron en televisión. 



Lo picó bien Rafita Agudo, sin tapar la salida. Quizás le pegó más duro de lo necesario pero es que el toro metió perfectamente tanto la cara como los riñones apretando como nos gustaría que hicieran todas las reses de esta casa. Y aunque el piquero abría el caballo, el toro siguió empujando. Fue de las mejores peleas que recordamos en uno de Prieto de la Cal pero ahí quedó todo porque se cambió el tercio.



Los palos se clavaron a como dé lugar, en plan herradero. El toro metió bien la cara en la muleta y Palacios tiró de él demostrando siempre que es torero de derechas. Su problema fue que insistía en pegar más de cuatro pases en cada tanda y con este encaste eso no puede ser. No se fijó en Sánchez-Vara y por eso sufrió los apretones del animal.



No sabe matar, punto. Avanza con la muleta girada para taparse sin preocuparse por descubrir la muerte y encima va con el brazo por la estratosfera haciendo el arco iris. Sumen a ello que no cruza y así se harán una imagen del desaguisado. Según César Jiménez, 'ha hecho muy bien la suerte' (?). Pinchazo y media trasera ladeada. El toro murió en el tercio con la boca cerrada, insistimos porque todos lo hicieron.



El quinto parecía en televisión jabonero sucio berrendo. Era cornicorto y tenía las patitas de cristal. 



Vulgaridad total en el caballo y Palacios que decidió llevarlo con la muleta a media altura porque además de flojo, el veragua era tonto y distraído. Se permitió unas pinturerías siempre derechistas excepto los únicos tres naturales que dio en toda la tarde. 



Nuevo desastre en la suerte suprema haciendo buenas las palabras posteriores de su apoderado Rozalén: 'con Andrés siempre estamos con la m... de la espada'. Perpetró cinco pinchazos ruines hasta que el toro se marchó a amorcillarse harto de tanto alfilerazo. Tres descabellos y a casa.


LUIS GERPE. Es de Seseña pero con raíces gallegas. Antes de la epidemia se puso en huelga de hambre en Las Ventas reclamando una oportunidad:



Su primero era cornidelantero, corniapretado, bizco del izquierdo, bajito y con cuello:


FOTO: Facebook Prieto de la Cal

En el recibo capotero arrastraba el morro por la arena sin que los de televisión se dieran cuenta. Mal puesto en suerte al caballo, donde Gerpe demostró que el primer tercio le da igual.

Descubrimos a un buen banderillero, el portugués Joao Pedro Pacheco da Silva. Quiso arriesgar en el primer viaje y el toro lo arrolló:



Volvió con coraje y dejó un magnífico par. Su cara de fastidio cuando el presidente cambió el tercio sin permitirle poner el segundo hace que lo apuntemos en nuestra lista blanca al lado de su compatriota y tocayo Ferreira.

El toro era pronto y humillador pero habían cometido el error grave de darle diez capotazos para ponerle cuatro rehiletes. Gerpe no los contó como nosotros y lo quiso tratar como a un Norit al uso. El resultado fue que al cuarto pase lo desarboló. Insistió contumazmente en torear de salón, algo que era tan arriesgado como inadecuado. El toro era hijo del mismo padre que Rompedor, el que se subió a las barbas de Sánchez Vara en Tafalla, recuerden aquí. 

No obstante, el toro seguía humillando como ven en la imagen. Fue durante la faena cuando por fin César Jiménez hizo mención al particular:



Culminó el de Seseña su despropósito pegando dos manoletinas y en la segunda el toro no se lo llevó por delante porque Dios no quiso. ¿Quién aconseja a estos hombres?



Estocada desprendida y muerte del toro en el tercio, levantándose con casta tras haber doblado:



Casi no lo vimos porque los de Castilla-La Mancha no quieren enseñar nunca al puntillero y a duras penas el descabello. Enfocan al público para que no se vea. Es por el buenismo imperante a no ser que De Blas nos dé otra explicación más satisfactoria para esta sandez. Esperen, es que el torero cortó una oreja pueblerina, casi continuamos con la crónica sin decirlo. Ahí tienen la bella muerte del tal Aguardentero en el tercio. Esto y la pelea del segundo en el caballo fue lo mejor de la corrida, o sea que ya me dirán ustedes:



El último fue un melocotón cuajado y musculado. Protagonizó una salida espectacular hasta que la punta de un capote asesino hizo que enganchara el cuerno derecho en el burladero y doblara cuello y espinazo cruelmente.


FOTO: Facebook Prieto de la Cal

A partir de ahí el toro fue otro. Pareció descoordinarse, anduvo de visita por el peto y en la muleta no se tenía en pie. ¿Fue por el golpe o por su condición? Nunca lo sabremos. Gerpe volvió a ponerse pinturero con su descomunal muleta:



Como el toro no podía desplazarse, se confió y sufrió dos volteretas casi consecutivas. El tal Malhechor no hizo honor a su nombre y lo tuvo a su merced sin herirlo aparentemente:



Ambos percances fueron por su culpa, que quede claro. No tuvo ningún interés su trasteo y lo finiquitó con una media tendida sin cruzar. Nueva oreja rural quizá por las dos veces que anduvo con los pies por el aire ya que no se nos ocurre otra razón.

En conclusión, desilusión grande porque a esta ganadería siempre le exigiremos el máximo. Venimos de la decepción de los victorinos en Castellón seguida por la de los escolares en Alalpardo. Pues no para la música con los veraguas aunque si hacemos caso a un amigo lector, es pronto para analizar el juego de unos toros que vienen de un periodo difícil en cuanto a la alimentación. Sobre esto, vayan a los comentarios de la entrada anterior donde se habla de la discusión entre el pienso y la hierba, a la que pone luz el veterinario Julio Fernández, buen amigo del blog.

Esperemos que sea eso porque si no, da la impresión de que corren malos vientos para la cabaña ¿brava? Con un solo puyazo siempre nos quedará la duda.



A no ser que nos pasemos todos con armas y bagajes al bando de los taurinos y entonemos el cántico fúnebre de que la bravura está sólo en la muleta y que el caballo es un fastidio. En  nuestro modesto blog no queremos enarbolar la bandera blanca... todavía. Pero si ganaderías como las tres citadas no nos dan munición contra esos taurinos, nuestro final va a ser el mismo que el de Paulus en Stalingrado.

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.






domingo, 27 de marzo de 2022

COPA CHENEL, 2022 (1): ESCOLAR - EL RETAMAR

 PICHORRONGO TAMBIÉN SE CAMBIA DE BANDO

Decíamos en la entrada anterior que Victorino se había cambiado de bando. Pues parece ser que le ha acompañado Escolar al vestuario para el cambio de chaqueta.



Viene esto a cuenta del toro Chistoso que se lidió en segundo lugar. En nuestras notas pusimos: 'si este toro gustó a Pichorrongo, no vamos bien'. Pues cuando al final lo entrevistan dice: 'ese toro ha sido muy bueno, bravo en el caballo, además ha derribado y luego ha tenido muchos pases'. ¡Literal! ¡Ha tenido muchos pases! Si uno como don José Escolar dice eso, ¿qué va a ser de nosotros?

Los escolares fueron todos blandos, demostraron poco poder y nula fiereza, cosas que son delito de lesa casta en todo lo que lleve el apellido Albaserrada.

Los retamares parecieron engordados a última hora, fueron igualmente blandos, astillados y galopadores aunque no podían mover su excesivo tonelaje.



PALAZÓN. Echó por delante el de Escolar, blando y curiosamente acarnerado. Los pitones eran raros y el izquierdo parecía maquillado:



Nada en el caballo y nada en la muleta, ni casta, ni fuerza, ni recorrido, ni . Palazón anduvo desconfiado mientras el toro andaba de aquí para allá sin ton ni son. Observen lo que decíamos del acarneramiento:



Media desprendida apuñalando y con telonazo más ocho descabellos sin fe.



Su segundo de El Retamar era este castaño ojinegro, bocidorado, enmorrillado y aleonado. Para los de televisión era colorado bociblanco (?):



Ya ven que del toro se podían sacar varios jamones. Pedía oxígeno porque no podía con sus kilos de más, como se aprecia en la imagen de abajo. Mientras, el torero acusaba en exceso su inactividad:



El resultado fue para olvidar. Media tendida atravesada, estocada contraria y dos descabellos.


GALVÁN. Su primero fue el Chistoso del comienzo, un cárdeno tirando a clarete con mucha cara:



Empuja en el primer puyazo y derriba pero porque el caballo dobla las cuatro patas misteriosamente:



Lo ponen en suerte en el segundo: mira, tardea y se va. Lo vuelven a poner: tardea, husmea, se distrae y al final va, empujando y cobrando caído y contrario. Quita Ritter por chicuelinas y responde bien Galván, con gusto:



Excelente con los palos Andrés Revuelta, que este año, salvo error, ya no va con Juan Ortega:



El toro bajaba el morro que daba gusto. Tan es así que Galván olvidó la faena hotelera y se echó la mano a la izquierda pero no dio el paso adelante con decisión. El toro echaba la cara arriba al final del viaje aunque era de una nobleza atontolinada. Ah, y tuvo muchos pases...



Fue entonces cuando apuntamos lo de que si al ganadero le gustaba este toro es que no íbamos bien. Galván es uno que no deja nunca que los toros le punteen la tela y aquí éste se la tocó tres o cuatro veces. Pinchazo hondo delantero y estocada honda caída y atravesada perdiendo la muleta. Los vídeos que dice haber visto del as de espadas, paisano suyo, no le han servido de mucho.

Salió su segundo de El Retamar, colorado ojo de perdiz, este sí. Larga de rodillas en tablas pero héteme aquí que pierde el capote y cuando el toro se revuelve lo ve sin defensa y le pega una aparatosa voltereta:



Cayó al suelo feamente, como el pelele de Goya:



Entonces el tal Polvorilla hizo por él y le metió el pitón por la chaquetilla sin llegar a hacer carne. En un sitio idéntico, al lado del estribo, acabó sus días Granero, de quien hablaremos en breve por aquí:



El momento de fue de gran tensión porque entre la caída y el cuerno todo el mundo se temía algo muy grave:



Afortunadamente la cosa se salvó con la conmoción, el fuerte golpe en el hombro y unos rasguños en la espalda. El toro se fue a rematar a un burladero y se destrozó el pitón derecho, por lo que vio el verde:



Salió un sobrero de Albaserrada porque antes a Ritter le había salido el sobrero de Núñez. Se llamaba Postinero y era cárdeno, playero y degollado:



Nada en varas y mil capotazos en el segundo tercio que hicieron que se pusiera tonto, esperando, andando y echando la cara a las nubes. Había que llevarlo tapado y vigilar sus arreones. Galván hizo un esfuerzo que le aplaudimos y esta vez no se dejó tocar la tela:



Estuvo por encima del desaborío ejemplar de Lanzahíta aunque se puso pesado con un interminable trasteo. Entera trasera y desprendida tapando la cara como se observa en la imagen. El toro muere en los medios:



Ni por asomo pensábamos que le iban a conceder la oreja pero resulta que el alcalde ¡le dio dos! Dedujimos que es un hombre fácilmente impresionable y continuaba sobrecogido por el espectacular percance del diestro.


RITTER. Su primero de El Retamar estaba tan regordío que no se tenía en pie. Fue al corral y salió otro del mismo hierro, negro zaíno, cornicorto, astillado y también harto de pienso:



Fue curioso que cuando chocó con el peto se le doblaron las patas y, al quedarse bajo el caballazo, se medio levantó y lo tiró al suelo pero todo sin recibir apenas castigo. Cambio de tercio y excelente media verónica del maestro en el quite, lo mejor de la tarde sin duda.

El torillo demostró que era de mazapán. Hasta cuatro veces enterró los pitones en la arena buscando petróleo. Si no dio sendas volteretas fue porque embestía a paso de burra.



Ritter anduvo más reposado de lo que era habitual en él y además sin retorcerse. Pero buscar algo de emoción con aquel gato de Angora era como buscarle tres pies.

Fue un torillo para que se gustase el torero y se durmiese el espectador. Casi entera pasada y desprendida ejecutada con lentitud pero cegando al bicho y alargando el brazo para darse ventaja. Orejica del respetable, donde se apreciaban abundantes familiares del diestro o por lo menos amigos íntimos.



El último fue de Escolar, un toro astifino y apretado de carnes:



Ritter lo puso de largo en el caballo, cosa de agradecer. No obstante, no puede ser que lo pongas en el primero a veinte metros porque esto ha de ser progresivo:



En el primero se vino, empujó y se afligió. En el segundo, marronazo y se va suelto. 

En banderillas se vio que el animal era pronto y que tenía un pitón derecho de lujo. Brindó Ritter a Fundi porque había visto lo mismo que nosotros pero su gozo, en un pozo. Resultó que al quinto pase el de Escolar se derrumbó inopinadamente:



Cuando se incorporó, ya no podía ni con su alma. El diestro se puso pesadísimo porque quería una segunda oreja de sus amigos o familiares aunque el toro se había transformado en uno de Guisando:



Pinchazo escupido y entera alargando el brazo que basta. Como la retransmisión se cortó, nos quedamos con la mosca tras la oreja por la generosidad infinita del alcalde de Alalpardo y lo ruidoso de la claque que se trajo Ritter. Pues acabamos de comprobar ahora mismo que se le concedió otra orejica. Sin comentarios.



Corrida olvidable que podría haber sido inolvidable para Galán si Polvorilla lo deja en silla de ruedas o le clava el cuerno por detrás como a Fandiño. Toros blandos y vulgares, presidente dadivoso y público festivo. 

Sustituía Encabo a Palomar en los comentarios y su tono monocorde nos hizo añorar la pasión y la retranca del soriano. Además estuvo diplomático y contemporizador, mal fichaje según nuestras peculiares manías.

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.