miércoles, 24 de febrero de 2021

LA BRAVURA (4): "HOY, LA BRAVURA ES UN DELITO"

La frase del titular no es nuestra sino de un torero del cual tenemos pendiente hablar por aquí, Luis Fuentes Bejarano. Cuando el maestro decía 'hoy' se refería a 1962, que es cuando hizo esas declaraciones.  Ya saben que los aficionados tenemos un poco endiosado ese toro de hace cincuenta años del que nos repiten que aguantaba muchas varas, que era más fiero que el de ahora y que, aun teniendo mucho menos trapío, no era tan tonto como el actual. Como todavía no habíamos nacido, vemos las imágenes del NO-DO y qué quieren que les digamos...


Novillo de Raso de Portillo en Vic

Pues ya ven que Bejarano no lo entendía así. O, dicho de otro modo, ¿qué diría si viera el medio-toro domesticado con el que se enfrentan en el siglo XXI nuestras queridas figuras?



Doña Lucía Bosé se metió una vez en una conversación masculina de toros e hizo callar a todos cuando dijo:

'Los ganaderos buscan el toro que no sea ni bravo ni manso, el que esté a medio camino'



Seguro que ese comentario se lo había escuchado a Luis Miguel en casa. Pero es que el propio Bejarano decía que tenían mérito los ganaderos... 

'...con los equilibrios que tienen que hacer para sostener esa media bravura y esa media mansedumbre que han conseguido'

Ese torito ni bravo ni manso es el prototipo de animal perfecto para el triunfo del torero sin que sufra quebraderos de cabeza. Los grandes triunfos de Curro fueron frente a toros así, ni chicha ni limoná.

En 1965, el veterinario y buen aficionado Pablo Paños Martí soltaba otra de las verdades del barquero:

'Si no se cambia la selección vigente en las ganaderías, estamos abocados al mono-toro en veinte años'


Los Maños en Vic

Lo clavó, ¿no les parece? Han pasado cincuenta y seis años desde esa afirmación y el mono-toro es lo que sufrimos tarde tras tarde mientras lo alaban los críticos sobrecogedores y aduladores.

El humorista Tono contaba el chascarrillo de los dos aficionados que se encuentran por la calle en Madrid:

- ¿Fuiste a la corrida de ayer?

- No, ya la había visto

¿Cuántas veces hemos visto la misma corrida sobre todo si se anuncian las figuras? Los seguidores de este modesto blog hemos asistido a ese tipo de festejos triunfalistas como quien mira una pecera. Al día siguiente lees los panegíricos de los que viven del cuento y tienes la sensación de ser un marciano.



Decíamos en el segundo capítulo de nuestra serie sobre la bravura que la casta es un ingrediente fundamental. Pero está claro que Juan Pedro Domecq y Díez llevaba razón cuando afirmaba esto: 

'La fiereza, la casta, que es lo que da a la embestida una sensación de riesgo, es algo contrario a la toreabilidad'

La frase la firmarían absolutamente todos los ganaderos del toro manejable. Si luego les preguntas en qué consiste la dichosa toreabilidad, te dicen que 'en nobleza y temple', es decir, borreguismo.

¿Dónde queda entonces la bravura? Es que si desarrollamos el silogismo, dado que casta y fiereza son básicas en la bravura y con ellas no hay toreabilidad, la bravura resulta opuesta a esa condición pastueña del toro para que el artista se rompa por dentro y abra su alma. Ya disculparán ustedes la cursilería pero la conclusión de los taurinos está clara: eliminemos la bravura o, por lo menos, cambiemos su definición para adaptarla al tipo de comportamiento borreguil que buscan los toreros.


Hoyo de la Gitana en Vic

Uno de los principales apóstoles de este arrinconamiento de la bravura y de su sustitución por la toreabilidad es el propietario de Garcigrande. Para él, la embestida no debe ser 'aborrascada' o 'amontonada'. Hay que embestir bien, empujar la muleta con educación, con formalidad, así favorecemos que el torero se acople y construya.

En eso radica el futuro de la Tauromaquia según decía Morante en la entrada anterior. La bravura, en este panorama de la búsqueda de la estética y de la comodidad, molesta, no es bienvenida, enturbia el espectáculo, hay que aparcarla. La bravura es un delito que se debe perseguir.

Nos dirán algunos que hoy lo que se quiere es que el toro embista mucho rato y 'con mucha clase' porque así será más toreable. Ya... y también más tonto, como decía el llorado Pereira Palha. Para él ese toro tan noble y tan toreable...

'...es un animal un poco burro porque no comprende dónde está el enemigo, ya no tiene ferocidad, no tiene voluntad de atacar.'

Recuerden que decía esta frase aquí, en el 9'32''.


Un juampedro husmeando en Castellón sin comprender
dónde está el enemigo

El toro bravo difícilmente permite equivocaciones del maestro. Lo dejaba claro otro ganadero a la antigua usanza, el viejo Isaías Vázquez:

'El toro actual permite que te equivoques varias veces sin consecuencias. En cierta medida, permite el relax del torero, con lo cual se pierde emoción y el público se aburre con el espectáculo y con el toro. Si no hay emoción en el ruedo, aquí sobramos todos"

Dicen los taurinos que el toro bravo tiene que tener entrega y calidad. Lo de la calidad no sabemos muy bien en qué consiste. La entrega la aceptaremos cuando veamos un toro poderoso, encastado y, además, bravo que es dominado por el diestro y entonces traga. A ese tragar lo llamábamos claudicar en su bravura. De pequeños vimos tragar a un marrajo de Murteira Grave en Bilbao porque el maestro no dudó, lo acobardó y lo domeñó. Era Francisco Ruiz Miguel.

El drama es ver un torillo ya entregado de salida independientemente del trapío que exhibe. Eso da pena y nos parece un baldón para su estirpe. Y si su estirpe es su linaje, su reata o, lo que es lo mismo, su casta, ese animal será descastado, lo diga Agamenón o su porquero.

Históricamente, ¿sucedió que los ganaderos adaptaron el toro a la nueva forma de torear? No es esa la opinión del señor Paños, citado más arriba. Lean:



Puede ser perfectamente que el torero se adaptara a ese toro descastado que no inspira tragedia ('la casta es sentir que el toro lleva la muerte en los pitones', recuerden aquí). Pero es indudable que a partir de entonces los ganaderos entraron en el juego y digamos que se adaptaron con rapidez a lo que Justo Hernández denomina... 

'...torear al toro disfrutándolo, no simplemente viéndolo pasar sino moldeando su embestida. Para ello no me importa que sea bravo ni que sea noble ni... Yo no tengo el parámetro de cómo debe ser un toro, ¿quién lo tiene?'

Para dar voz a todas las posturas, sigamos con la teoría que el de Garcigrande explicaba a Viard:

'Los toros se caían porque se había buscado demasiada clase. Entonces los ganaderos decidieron dar fiereza al toro y se cargaron todas las ganaderías. La fiereza implica que el toro embista amontonado y con esa embestida no se puede disfrutar toreando. Si el toro embiste con todo, no da tiempo a construir nada'

En la última frase tenemos el paradigma de la época taurina que nos ha tocado vivir. El toro 'tiene que venir despacio y fijo'. Es el tipo de toro que, como decía Corrochano, divierte al torero sin que el animal se dé cuenta de que a quien debe divertir es al público.  

Estas reflexiones se las hizo Justo Hernández a El Juli 'y a partir de entonces empezó a escucharme'. Pulsen aquí para ver la entrada que le dedicábamos cuando murió su padre. 

Suele ocurrir que el torero empieza escuchando al ganadero pero es éste último quien acaba haciendo lo que dice el torero, se llame José o se llame Julián. Y ya se lo decía el duque de Veragua a Cúchares, ¿desde cuando hacen las guitarras los que las tocan?


Sea como fuere, salvo honradísimas excepciones, los ganaderos han aceptado que la bravura como la entendemos nosotros es un delito y han decantado la selección hacia esa toreabilidad melosa que les asegura vender sus reses o, por lo menos, que los toreros no los metan en la lista negra.

Empezábamos con una frase de Bejarano y terminamos con otra suya de principios de los setenta:

'Antes los toros tenían casta y fuerza, ahora en los tentaderos sólo valen las becerras tontas'

Cuando a Joe Frazier le hablaban del Alzheimer de Alí, decía:

'Es que Dios toma nota de todo lo malo que haces en la vida y esas cosas malas vuelven cuando eres mayor a morderte el culo'

No sabemos si los responsables de tanta toreabilidad, tanta clase, tanto descuelgue, tanta calidad y tanta monserga recibirán los mordiscos que merecen. Ahí entran los ganaderos acomodadizos, las figuritas comodonas, los empresarios trincones y los críticos paniaguados. Si Dios ha tomado nota de lo dura que tienen la cara, todos ellos deberían vigilar sus traseros.

Pero no se preocupen, al final los mordiscos seguro que serán para los que pasamos por taquilla y nos seguimos negando a comulgar con ruedas de molino.

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.


miércoles, 17 de febrero de 2021

MORANTE DE LA PUEBLA CONTRA ORTEGA Y GASSET

Al de La Puebla le gustará el titular ya que es muy aficionado al boxeo. Los púgiles en cuestión nos proponen la senda por la que debería discurrir el futuro de las corridas de toros. ¿Cuál de los dos ganará aunque sea a los puntos?

La reflexión de Morante es ésta:

'El toreo sin arte difícilmente se puede defender. La sociedad camina hacia una mentalidad en la que yo no veo continuidad ni defensa del toreo si no es como algo artístico, por eso quiero representar lo que el toreo ha sido y será: un arte'



La reflexión de Ortega y Gasset, esta otra:

'El día en que en el toreo se pierda la épica y sea todo estética, la Fiesta tendrá sus días contados'



A Luis Francisco Esplá le recordamos dos ideas contradictorias al respecto. Hace años decía que el futuro de los toros era asimilarlo a algo como la ópera, haciendo hincapié en lo estético. Últimamente le hemos escuchado que todo lo que pretenda maquillar la dureza del espectáculo 'atenta contra su propia esencia y quedaría herido de muerte'.



En el toreo se ha dulcificado casi todo. Hagamos un repaso. 

La crítica es versallesca, nada que ver con los palos que pegaban los revisteros hace más de cien años. Los últimos en repartir fueron los ya desaparecidos Navalón y Vidal. Desde entonces vivimos en el mejor de los mundos taurómacos como leas a los que viven de esto. Los comentaristas televisivos son empalagosos. Recuerden aquí aquella memorable novillada de Monteviejo en Villaseca de la Sagra. Estuvo plena de épica mientras César Jiménez comentaba:

'Si el toro no pasa, no se puede hacer el toreo. Lo de esta novillada no es agradable de ver aunque haya aficionados que discrepen'



Los públicos ya no se encrespan como en tiempos pasados, lo veíamos en la entrada anterior. La competencia entre los diestros ha desaparecido, se besan como si fuesen de la familia. 

Incluso ahora en Madrid obligan a saludar a un torero a quien le han sonado los tres avisos. Como lo oyen, recuérdenlo aquí

Históricamente, en el ruedo el peto evitó el espectáculo penoso de una suerte de varas repugnante. En el campo, los ganaderos fueron seleccionando el toro para el arte y no para el dominio. Y por supuesto que los empresarios saben que el dinero está en la figurita con el torito que se trae bajo el brazo para así sentirse y expresar lo que lleva dentro. No hay futuro organizando corridas concurso como la de Madrid, que atrajo a no más de 6.500 espectadores, o desafíos como los de septiembre, donde incluso había menos (recuerden aquí).

Pero la reflexión de Ortega la apoyan los aficionados chapados a la antigua, entre ellos muchos franceses y la mayoría de los selectos lectores de nuestro modesto blog. La pena es que entre todos no llenamos una portátil.



Hace 100 años se empezó a llamar estilistas a los toreros que hoy denominamos artistas. Clarito se refería a El Gallo como 'ese estilista que ha estilizado el miedo'. Quería decir 'ese artista que ha hecho del miedo un arte'. Después de Rafael, marcarán el camino de la estética Belmonte y Chicuelo. Sinónimo de estilista era también afiligranado. Por definición, el diestro estilista era un esclavo de la estética.



La pregunta que dejamos sin respuesta es si el torero artista es siempre más medroso. Ese tipo de torero necesita su toro mientras que para el torero con oficio cualquiera es válido. Si no tiene delante el toro que se adapte a su arte, al artista le crecen alas en los pies.

Belmonte entraría dentro de la escogida categoría de estilistas con valor. Pensemos en que Morante quizá haya sido el torero artista con más valor de los últimos 40 años, excepción hecha del temerario José Tomás. Y como estoqueador, el de La Puebla ha sido el mejor entre los artistas, sin quizá, aunque sólo cuando quiere.



El camino del arte en la tauromaquia fue siempre el del torero corto y emocional mientras que el dominio y la lidia quedaban para el torero largo y cerebral.

La solución de futuro que propone Morante parece intentar convertir en políticamente correcto un espectáculo o rito que por definición es muy incorrecto en estos tiempos buenistas que nos ha tocado vivir. La pregunta que nos hacemos es si vale la pena esforzarse en cambiarlo para adaptarlo a la sensibilidad posmoderna, tan fácil de herir aunque sólo con lo que deciden nuestros gobernantes. Probablemente sería mejor su desaparición en lugar de vulnerar su esencia. No obstante, antes podríamos hacer un breve intento por volver a su primitiva razón de ser aunque ello suponga el cachetazo definitivo (recuerden esta entrada).

El porvenir de las corridas ¿pasará por la estética o por la épica? Si volvemos a las dos propuestas de nuestros púgiles, la de Morante será la corrida del velcro y el fandango (recuerden aquí aquella patética tarde de Talavante). Por contra, la de Ortega y Gasset será la corrida clandestina. 

A la primera dejarán entrar a los menores y se retransmitirá en horario infantil. A la salida de la segunda, la policía habrá rodeado la plaza y procederá a practicar detenciones entre los asistentes.

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa. 




viernes, 12 de febrero de 2021

LA BRAVURA (3): SEIS PREGUNTAS MÁS

En el segundo capítulo dedicado a la bravura que pueden recordar aquí nos quedaron en el tintero algunas preguntas que planteamos a continuación. Seguiremos la numeración que dejábamos interrumpida.


10 ¿ES LO MISMO BRAVURA QUE PODER?



Por supuesto que no. Un toro menos bravo o directamente un manso de carreta podría llegar a demostrar un gran poder combinándolo con sus huídas. En una entrada anterior hablábamos del Cucharero de Lagartijo. Recibió diez varas y mató cinco caballos pero salía huyendo tras pegar la cornada, que siempre era certera. En la crónica advertían de que no se confundiese el poder con la bravura, vean:



Ligado con esto preguntaríamos si es posible un toro bravo sin poder. Pues creemos que no. A pesar de que el poder sea un componente de la bravura, en nuestra opinión es un componente imprescindible, igual que la casta.


11. ¿AGUANTAR MUCHOS MULETAZOS ES UN SÍNTOMA DE TORO BRAVO?



'Mientras más bravo sea un toro, más muletazos tiene'. Ese era el axioma de don Juan Pedro Domecq y Díez. Pero como a los Domecq se les cita a veces para lo que interesa, recordaremos que él afirmaba que la bravura del toro se debía mirar también en la suerte de varas. Insistía en que había que buscar el conjunto, no como muchos ganaderos comerciales de la actualidad, que sólo se fijan en la primera parte de su afirmación. Justo Hernández sostiene que con el gran nivel alcanzado en la selección del toro 'es innecesario medir la bravura con el caballo'

Nosotros discrepamos abiertamente con lo de que la bravura está en la muleta. Aceptaremos que el toro sufre también quebranto al humillar y que al seguir el engaño debe demostrar mucha motivación, si aceptamos esta palabra.

Pero decir que ésa es la clave de la bravura es hacer el caldo gordo a los ganaderos del toro manejable porque en la muleta, por mucho que se esfuerce y mucha dopamina que tenga, no siente el castigo de la puya ni el desgaste de empujar...con la desesperación añadida de enfrentarse a monstruos acorazados que superan con creces los 700 kilos. ¿Puede perder bravura el toro al sentirse claramente vencido por ese muro infranqueable? Es muy difícil de confirmar pero no nos extrañaría. 


12. ¿INFLUYE LA ALIMENTACIÓN EN LA BRAVURA? 



A ustedes les parecerá absurda la pregunta porque la respuesta lógica sería que no. No entraremos en aspectos de la alimentación moderna del toro que llevan veterinarios expertos en nutrición como pueden leer en los comentarios al primer capítulo. Pero si resucitasen aficionados de la época de Bombita sostendrían sin duda que la alimentación con pienso daba más fuerza al toro pero le reducía la bravura y lo convertía progresivamente en un cebón de matadero

Ese era un pensamiento muy extendido por aquel entonces. Fernando Villalón decía que los toros se hacían bravos comiendo la hierba reseca de la marisma, que sabía a mojama por las crecidas del Guadalquivir. En la época de Bombita y Machaquito, el menú era la hierba, las habas, el garbanzo negro y las algarrobas.


13. ¿EXISTE ACTUALMENTE EL TORO MANSO COMO TAL? 



No, por eso algún amigo lector nos afea esa denominación diciendo que habría que usar la del Cossío, esto es, 'menos bravo'

Esperen, ahora que recordamos, nos quedábamos con la duda de este Opaco de Las Ramblas:


En San Isidro de 2018 el presidente Gómez Martín lo devolvió al corral y todo el mundo lo criticó porque hubo unanimidad en considerar que había devuelto al corral un manso. Él se justificó diciendo que enseñó el verde al toro 'por mostrar una conducta anómala no apta para la lidia'. Añadió unas excusas un tanto peregrinas que no repetimos aquí porque las transcribíamos en esta entrada donde se las discutíamos sin ambages.


14. ¿INFLUYE LA PINTA DEL TORO EN SU BRAVURA?

 


No, a pesar de que Gallito dijera aquello de que 'lo negro es lo más bravo' por su interés en potenciar la sangre de Murube. No era el único. Recuerden que Lagartijo ya hablaba muy bien de los murubes porque eran 'unos toros muy dóciles con los que se puede hacer cosas buenas'. 

De hecho, hubo una época en que lo colorado se reputaba como lo que daba más problemas a los toreros por su acometividad. ¿Sería una reminiscencia de los quebraderos de cabeza que daba la sangre navarra? Es cierto que cuando vino Arruza a España trajo su manía de no querer lidiar toros colorados y cundió el ejemplo. Por eso a partir de esos años, muy brava tenía que ser la vaca colorada para que se la dejase como madre en muchas ganaderías. 


15. UN TORO REALMENTE BRAVO ¿TIENE QUE IR INEVITABLEMENTE A MÁS A PESAR DEL CASTIGO O LA ADVERSIDAD? 



En nuestra opinión, con que no vaya a menos o haga amago de dudar o de mostrarse vencido, es suficiente. Lo de que se crezca y vaya siempre a más es un desiderátum difícil de ver, la verdad. 

¿Recuerdan ustedes las veces que Cobradiezmos dudó, o sea, escarbó? Nosotros, sí: ¡trece! No fue un toro auténticamente bravo ni de broma. Lo analizábamos aquí y defenderemos nuestra opinión a pie o a caballo, no rectificamos ni una coma.


16. ¿SON IMPRESCINDIBLES TRES ENTRADAS AL CABALLO PARA CALIBRAR LA BRAVURA?


'Monerías', de Adolfo Martín, un toro bravo, ¿el último que le ha salido? Fue en 2014.

Sí. Lo hemos repetido en nuestro modesto blog hasta la saciedad pero es como ladrar a la luna. Victorino Andrés decía que al primer puyazo iba una vaca mansa, en el segundo el toro ya veía que no daban caramelos y a partir del tercero es cuando su pelea debía demostrar su bravura. Recuerden lo que contábamos aquí.

Nosotros siempre lo hemos entendido así y a estas alturas no vamos a cambiar. Por eso negamos la calificación de bravos a toros que sólo acudieron dos veces, como Bastonito o Cobradiezmos, por citar dos famosos. El primero quizá fue fiero y el segundo, boyante pero nos negamos en redondo a afirmar que fueron bravos.

Otro de la misma cuerda era don Celestino Cuadri. Lo contábamos aquí:

"Las tres varas son imprescindibles para ver el toro bravo porque es la tercera la que de verdad mide la bravura. Hace falta tres varas caiga quien caiga, aunque el que se caiga sea el toro. Que los espadas, sabiendo esto, acomoden su acción y la de su picador a la fuerza del toro que han de matar después"

Por eso habrá que adecuar el tercio de varas con el fin de que se pueda observar cómo se porta el toro en tres entradas. Nuestra solución la planteábamos aquí intentando dejar contentos a todos: convertir los puyazos en muletazos para asegurar tres entradas que castiguen al toro como quiere el diestro y que también contenten al aficionado al primer tercio.

El problema es que el picador tendría que trabajar más y el maestro o sus peones también, estando pendientes de preocuparse por sacar al toro del peto. Ahora se hacen los autistas, fíjense en que muchísimas veces ni miran cómo está metiendo la cabeza el toro en el peto. Tienen una falta de afición insoportable. Y mientras tanto, el carnicero a caballo hace picadillo al pobre animal con el monopuyazo asesino español.



Seguiremos hablando de la bravura en otras entradas. De momento tienen estas dieciséis preguntas para entretenerse pensando en si llevamos algo de razón con nuestras respuestas.

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.

sábado, 6 de febrero de 2021

DE LOS GATOS MUERTOS AL PAPEL HIGIÉNICO

No cabe duda de que el pueblo español se ha civilizado. Como decía Ortega, es imprescindible conocer la historia de la Tauromaquia para entender la de España. Si nos fijamos en los objetos que se lanzaban a los ruedos para mostrar descontento, veremos que el camino civilizador ha sido recorrido por los españoles con resultado óptimo.

De hecho, la última vez que vimos lanzamiento de almohadillas fue con motivo de la fallida encerrona del pobre Fandiño (recuerden aquí nuestro comentario). Cayeron algunas, no muchas, aunque de ésas de Las Ventas que son verdaderos proyectiles.


FOTO: Javier Arroyo

A mediados de los cincuenta se puso de moda en Madrid arrojarlas como muestra de contento. Duró poco porque se criticó mucho. Vean a Gregorio Sánchez la primera vez que salió por la Puerta Grande de Madrid. Es la corrida de la Prensa de 1956. Las almohadillas son de alborozo, no de enfado:



A principios de los setenta la moda varió hacia los rollos de papel higiénico pero esta vez como descontento. Llovían especialmente contra el Faraón aunque también contra Paula. Salvo error, una de las primeras veces que se vieron fue en esta corrida de El Puerto en el verano de 1968:



Cuatro orejas y dos rabos para Manolo, dos orejas y rabo para Diego y dos broncas para Curro por matar a su primero de cinco pinchazos y dos medias a paso de banderillas y a su segundo de un alevoso bajonazo con degüello.


Protestas contra Curro en El Puerto, esta vez en 1975
(Alcalde, dos orejas; Paquirri, una y Curro, dos broncas)

En su querida Sevilla también cayeron rollos más de una vez. Curro se lo tomaba con aquella retranca suya diciendo que:

'Bien mirado, tiene mérito que cuando yo toreo haya uno que salga de su casa con los rollos de papel higiénico mientras su mujer lo mira preocupada. Luego recorre Sevilla en transporte público con todo ese papel, aguantando también las miradas de los demás hasta que llega a la plaza... Y si estoy bien, tiene que volver a atravesar Sevilla con el papel. No hay duda de que eso tiene mucho mérito'.

Más mérito tendrán los que salgan de casa con un orinal, como le tiraron en Las Ventas con ocasión de aquel petardo histórico en el mano a mano con Paula. 


FOTO: ABC

Fue en mayo de 1975 con toros de Fermín Bohórquez:



Pero cien años atrás, los adversarios de Cara-Ancha lo esperaban con material arrojadizo bastante más desagradable.

Al bueno de José Sánchez del Campo, Cara-Ancha, lo quisieron encumbrar como rival de Lagartijo, que era siete años mayor. En la corrida sevillana donde se enfrentaron el campeón contra el aspirante, el califa le pasó la mano por la cara y Cara tuvo que doblar la rodilla. Fue en mayo de 1879. A plaza llena se lidiaron murubes de la viuda que mataron veintiún caballos. Dicen que el califa estuvo superior en quites y fulminante con la espada.



Como el enemigo de mi enemigo es mi amigo, los frascuelistas hicieron causa común con él contra Rafael. A pesar de que Lagartijo le había confirmado la alternativa en 1875, siempre hubo entre los dos un pique que a punto estuvo de llegar a las manos con ocasión de un quite. Fue en Málaga en 1882.

Tras un batacazo, acudió Cara-Ancha presto al quite pero éste correspondía a Lagartijo. Llegó el de Córdoba y se encaró con el de Algeciras oyéndose palabras gruesas. Apareció Perico, el hermano de Cara, quien sujetó a Rafael. Cuando ya se iba a escapar alguna bofetada que hubiera caído en la mejilla de Lagartijo, se interpuso Juan Molina, que pegó cuatro gritos:

'A ver, ¡ustedes! ¡Dejarse de pamplinas!'

Y como niños a quien riñe el maestro, ambos cogieron los capotes y se disolvieron. Luego celebrarían una cena de hermandad que se desarrolló en clima de cordialidad pero siempre quedó una brasa de resquemor en ambos corazones.



Los partidarios de Fernando, El Gallo, también sentían especial animadversión por Cara-Ancha y fueron quienes se presentaron en Sevilla con cencerros. Lo del ruido era habitual porque Lagartijo también tenía que tragar con los campanilleros, frascuelistas maleducados que hacían sonar la percusión durante los trasteos del califa que no eran de su agrado.

Pero aquel día, además de los cencerros y abundantes latas, llevaban un arsenal de gatos, ratas y murciélagos muertos. Todo con intención de montar el número lanzándolos al ruedo en caso de fiasco del diestro. No hubo tal. Cara-Ancha salió airoso a pesar de que hizo el paseíllo muy preocupado porque era consciente de la inmunda y gitanesca trama, como la calificaron sus partidarios. 



Al acabar hubo algunos palos en los aledaños entre partidarios y detractores del maestro pero los gamberros se volvieron a casa con la percusión y los cadáveres. No llevaban conejos muertos porque ésos iban a la cazuela pero no descarten que algunos de los gatos acabasen también en la olla. Aquí en España se han ingerido millones de gatos. Recuerden esta entrada cuando el mayoral histórico de Llen, nacido en 1932, contaba aquello de que:

'Se metía en la sartén cualquier cosa que se moviera: erizos, zorros, gatos, lagartos, ginetas... Se retorcían al freírlos como si estuvieran vivos.'

A pesar de la rivalidad entre los partidarios de El Gallo y los de Cara-Ancha, el otro hermano de éste, Manolo, fue banderillero de ambos. Probablemente ambos maestros ya habían coincidido antes como peones con Bocanegra y Gordito. Además El Gallo lo fue en ocasiones del propio Cara-Ancha. Hablando de banderillas, pulsen aquí para leer esta historia de nuestro protagonista con una banderilla.



Cara-Ancha había empezado como peón de Chicorro, Bocanegra y Gordito. Las cornadas le hicieron bastante daño por culpa de lo fornido de su cuerpo, como ven en las fotos. La primera la recibió en el perineo con diecisiete años en una capea en Sanlúcar y casi lo manda al otro barrio. Tiene una calle dedicada en Aznalcázar, otras en Sevilla y Málaga más ésta de abajo en su Algeciras natal:



Le dio la alternativa Manuel Domínguez, se mantuvo durante veinte años y le hizo un pasodoble Luis Aruedo. Al hilo de la polémica hace cuatro entradas con el peso de Cucharero, el bueno de Pepe reconocía haber matado toros que pesaron 450 kilos en canal. Esto quiere decir unos 780 kilos en vivo. 

Ya retirado fue alcalde de Aznalcázar, donde vivía en su finca de Las Nieves. Curiosamente su mujer se llamaba Mari Nieves. Ahí lo tienen a caballo por la marisma:



Antonio Machado tiene un poema donde retrata a un hombre del siglo XIX que empieza con una referencia al maestro:


'Este hombre del casino provinciano
que vio a Carancha recibir un día,
tiene mustia la tez, el pelo cano,
ojos velados por melancolía'


Y es que Cara quiso especializarse en la suerte de recibir, que había caído en desuso durante la rivalidad entre Lagartijo y Frascuelo.



Aquí lo cuenta:



Él confesaba que no veía la muerte recibiendo porque en cuanto se perfilaba, se arrancaba sin querer al volapié. Hasta que un día de 1881 se encontró frente a un toro de Aleas de nombre Calceto y lo fulminó en la suerte de recibir tras pinchar en la primera entrada:



Fíjense en cómo la prensa destaca con mayúsculas lo inusual de ejecutar esa suerte en aquel tiempo:




Esta lámina de abajo ilustra su cogida en Sevilla en 1891. El toro es Mariposo, de Anastasio Martín. Lo corneó en la tripa pero tras caer herido, se levantó, volvió a entrar y dejó media ¡contraria! Se retiró por su propio pie a la enfermería. Allí le diagnosticaron una cornada de veinte centímetros en el vientre que le hizo plantearse su retirada. Tenía cuarenta y tres años:



Ese comportamiento un tanto soez del lanzamiento de animales muertos ya ha quedado proscrito. Ciento cuarenta años han pasado y ya no se arrojan ni almohadillas. La gran rivalidad de los toreros, que les hacía no mirarse a la cara en el patio antes del paseíllo, ha devenido en besuquearse al llegar. Sólo falta que se den palmaditas en el trasero como algunos deportistas. 

Por eso decíamos que el camino civilizador del pueblo español ya discurre dócilmente por los cauces buenistas que impone la sociedad actual. ¿Cómo nos veremos dentro de otros cien años? ¿Cómo serán entonces las corridas?

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.

lunes, 1 de febrero de 2021

EL MIURA 'TIZNAOLLA' SIGUE DANDO GUERRA

Recuerden esta entrada donde hablábamos de la posibilidad de que el miura Tiznaolla hubiera sido afeitado en los corrales de Las Ventas. Es lo que se deducía de la sentencia donde el juez exoneraba de responsabilidad a los ganaderos de este hierro:



La razón de la investigación era que el presidente Gómez Martín vio

'que presentaban las astas un aspecto bastante anormal, el escobillado era llamativo; lo vi, se lo comenté al veterinario que tenía a mi lado y le pareció significativo'

En aquella entrada anterior ya discrepábamos con el presidente por su clarísima confusión entre escobillado y astillado. Para nosotros lo del toro era lo segundo:



La resolución judicial dejaba claro que como por la mañana dio su visto bueno en el sorteo al animal, no había lugar a acusar al ganadero de manipular un toro que hacía unas horas se consideraba apto para la lidia.

Concluíamos en aquella ocasión que el presidente quedaba en muy mal lugar y que se abría la puerta a exonerar de sanción por afeitado a cualquier diestro, apoderado o ganadero si en el sorteo los toros habían sido aceptados por la autoridad. Y eso aunque por la tarde, al primer derrote en tablas o en el peto, convirtieran sus astas en alcachofas.


FOTO: Jesús Diges para EFE

Como era previsible, la Asociación Nacional de Presidentes de Plazas de Toros dedujo lo mismo que nosotros e hizo público un comunicado donde, por cierto, equivocaban el nombre del toro y lo llamaban Tiznaollas:

"Los presidentes, delegados gubernativos, veterinarios y asesores taurinos que se agrupan en la Asociación Nacional de Presidentes de Plazas de Toros de España (ANPTE), han solicitado de urgencia varios análisis de expertos, sobre la sentencia del juzgado nº 4 de lo Contencioso- Administrativo de Madrid, que dejó sin efecto la sanción de 6.000 € impuesta a la ganadería de Miura, tras los análisis del laboratorio homologado, que verificaron la manipulación fraudulenta de los cuernos del toro Tiznaollas (sic) lidiado en la plaza de las Ventas de Madrid en 2018 (...) De este debate, ANPTE asegura que antes de que acabe el año 2020, saldrá un manifiesto de conclusiones que darán a conocer a las distintas administraciones públicas y los sectores implicados, además de un protocolo de recomendaciones de actuación que harán llegar a todos los equipos presidenciales que pudieran estar afectados"

Todo esto ya lo sabían ustedes pero queremos hacernos eco de la entrevista que los illescanos de Clarines y Timbales han hecho al responsable de formación de los presidentes, Antonio Jesús Ortega. La pueden escuchar pulsando aquí y yendo donde pone 'La Autoridad nos intenta defender' (son treinta minutos, desde el 10'10'' hasta el 39'39''). Les destacaremos lo principal.

La sentencia viene a decir, según Ortega, esto: 

'Puede haber un vacío jurídico en la vigilancia y el celo que hay que tener tanto en los reconocimientos de las reses como en la custodia de las reses en las dependencias de la plaza'



Por eso han querido elaborar un protocolo para no pillarse los dedos con sentencias como la comentada. Se recomienda a todas las comunidades autónomas una serie de medidas a adoptar para preservar los derechos de los aficionados. Hay más de mil presidentes con los correspondientes veterinarios que son destinatarios de estas indicaciones, las cuales vemos con gran escepticismo.

Se habla de instalar cámaras para vigilar los corrales, de afinar en el reconocimiento y, si hay unanimidad en los responsables respecto a posible manipulación, no autorizar la lidia de la res. Ya, eso es muy fácil de decir pero si se desembarcan seis toros de los cuales tres son sospechosos, ¿qué se puede hacer en un pueblo en fiestas para evitar la suspensión del festejo? Mucho nos tememos que tragar, que es lo que se viene haciendo hasta ahora en todos los sitios donde se lidian animales arreglados, que son la mayoría.



Si no hay unanimidad, se lidiaría el animal pero haciendo constar la duda surgida en el reconocimiento. Ya, también eso es muy bonito pero la sentencia madrileña dejaba claro que si salta al ruedo es porque ha habido placet, o sea, que no ha lugar a sancionar a ningún elemento externo a la plaza.

Insiste el señor Ortega en que haya más análisis post mortem, identificando las astas de los toros sin dar lugar a dudas y animando a todos los equipos presidenciales a enviarlas al laboratorio. Sí, señor Ortega, pero habría que ver cuántos presidentes están dispuestos a perder horas tras el festejo con la burocracia que todo esto implica, como nos ha comentado personalmente un presidente de los serios. Llevan todo el día liados sin cobrar un euro ¿y encima tienen que quedarse al terminar? La prueba es la cantidad de astas analizadas al final de cada temporada. Reconoce en la entrevista que en 2019 se enviaron seis pares de pitones a analizar, ¿qué les parece la burla? ¿Cuántos presidentes hicieron su trabajo de forma negligente? Pues está claro que la gran mayoría, dada la cantidad de plátanos que salen por toriles.

Recuerda en la entrevista el análisis microscópico de la parte maciza con la benévola proporción que debería ser 1/5 pero se decidió que fuera 1/6 y que luego pasó al 1/7. Además, la línea medular del pitón debería coincidir con la transversal. Miren, les aseguramos que cualquier taxidermista a simple vista y sin necesidad de meterse en un laboratorio puede confirmar en el mismo desolladero si un pitón se ha tocado o no. 


Pone de manifiesto que la custodia del ganado una vez llegado a la plaza corresponde tanto a la autoridad como al ganadero pero mucho nos tememos que la sentencia carga la responsabilidad en la primera y no en el segundo. No podemos dejar por escrito las abracadabrantes historias que nos han contado DE PRIMERA MANO sobre manipulaciones en corrales de plazas de máxima categoría y en corridas de feria. Es que da la impresión de que estamos en la Arcadia feliz cuando nos movemos en el mundo de los taurinos, o sea, el lugar donde más golfos hay por metro cuadrado.

El señor Ortega propone como remedio que la autoridad avise al ganadero de que ponga los elementos necesarios para la custodia de sus reses si no quiere incurrir en la infracción grave del artículo 15.a de la Ley 10/1991 de administración de los espectáculos taurinos:



Los artículos 5 y 6 son los que hablan del embarque y el reconocimiento. Lejos quedan los tiempos en que el mayoral dormía en la plaza para vigilar sus toros.

Le gustaría en toda España un sistema aleatorio de examen de pitones como el que ya funciona en el País Vasco, única comunidad donde se hace. En Francia hay mucha más seriedad al respecto, como pueden ustedes suponer. Da el dato de que desde 2014 en Francia la longitud media de los pitones ha crecido cerca de un centímetro cada año y eso lo achaca a que allí ha mejorado la presentación por el interés en perseguir la manipulación. 

Hace un llamamiento a los alcaldes para proteger los derechos de los espectadores pero todos sabemos quiénes son los alcaldes o concejales que presiden corridas. Muchos de ellos lo más redondo que han visto en su vida es un edificio. Da todas las facilidades para que se pongan en contacto con la Asociación a través de esta web:



Termina la entrevista haciéndose eco de la sentencia del caso Cayetano, cuando en Ronda se encaró con el presidente diciendo que si no veía y que si era la segunda vez que le negaba un rabo. El abogado Moeckel consiguió eliminar una multa de 500 euros tras la propuesta de sanción que hizo el presidente de la corrida. Esa multa que puso la Junta de Andalucía ha quedado sin efecto porque se interpreta que no ha habido ningún acto de desobediencia a la autoridad.



El señor Ortega sostiene en la entrevista que han molestado mucho en su Asociación las declaraciones del abogado Moeckel (también defensor de los Miura en lo del afeitado). Las tienen aquí y se resumen en esto que apuntamos: 

'Yo dije que había personas que se creen reinas por un día pero no me refería a nadie en concreto, el que se dé por aludido es su problema (...) Hay que acabar con los presidentes que se creen los dueños del cortijo. En unos momentos de tanta crítica a los toros, los presidentes tendrían que cumplir la ley... pero a favor, no en contra, o sea, cuando haya dudas, ir a favor de la fiesta. Además, en una corrida como la goyesca de Ronda, que es un día precioso, una corrida de vitola, con entradas caras, en una plaza preciosa, donde todos colaboran... pues si todo el mundo se lo está pasando bien, no vamos a ponernos en que la espada se ha ido un poco a la derecha, que la gente va a los toros a disfrutar, hombre (...) Trece mil personas ven un trofeo y el presidente no lo ve, ¿qué pasa ahí?' 

El señor Moeckel tiene claro que lo que ha molestado es que Cayetano haya mostrado el orgullo de reclamar por esos 500 euros 'cuando le ha costado más el collar que el perro'. Luego ha salido el presidente diciendo que está de acuerdo en que le hayan quitado la multa porque la verdad es que él no veía desobediencia. Pero oiga, bien habrá habido un desacato, ¿no?, o un menosprecio a la autoridad...¡algo! Si no hay nada punible, ¿qué es lo que vio?, ¿por qué propuso para sanción al diestro? Un despropósito total, ¿no les parece?



En resumen, y volviendo a Tiznaolla, que era la base de esta entrada, apreciamos demasiado voluntarismo y una buena dosis de ingenuidad en el representante de la Asociación de Presidentes. Hablen cartas y callen barbas porque todo lo que propone va a quedar en agua de borrajas salvo que un terremoto de seriedad e integridad sacuda el corrupto mundo de los toros. Como eso no va a suceder, seguiremos viendo cómo se sigue humillando al aficionado tras haberse dejado su buen dinero en taquilla. No olviden la vieja copla:

EL TOREO ES UNA FAMILIA:
EL ESPADA ES EL PADRE,
LOS HIJOS, LA CUADRILLA,
Y EL APODERAO, LA MADRE.

EL EMPRESARIO ES LA SUEGRA.
EL MOZO DE ESPADAS, EL TÍO,
Y QUE NADIE LO DUDE:
EL AFICIONAO ES EL PRIMO. 

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.