Con tanto toreo hueco y tanto indulto de chichinabo estos días, han pasado desapercibidas las piernas de Morante a la verónica en Huelva. Vale más el oro de ese medio minuto de toreo que el oropel de las cansinas salidas a hombros que estamos sufriendo este verano.
Antes de seguir, les diremos que lo que tiene delante es un caracol de Juan Pedro, faltaría más. Es una maquinita de embestir, una ternera muy formal en todo momento. A veces da la impresión de que pregunte a Morante 'maestro, lo estoy haciendo bien, ¿verdad?' Hecha esta importante salvedad, vayamos con el buen toreo.
Pulsen aquí para ver lo que iremos comentando. Esta verónica que ven en el 0'11'' es la primera en cuanto se hace con el toro:
Decía Corrochano que pocas cosas hay tan interesantes en una corrida como fijarse en las piernas del torero. Ahí creemos nosotros que reside una de las claves del toreo puro. Fíjense en la raya de picadores. En la foto anterior, la pierna izquierda de Morante aún no la ha pisado. Cuando el toro se vuelve, la derecha ya está encima:
En la siguiente ya la ha superado, siempre saliéndose SIN ECHAR LA PIERNA INTERNA ATRÁS para componer la figura sino ganando terreno al toro a ley:
El toreo falso sería que en la siguiente, ésta de abajo casi en la segunda raya, el torero echara atrás la pierna izquierda. En la foto engañaría pero no sería toreo hondo de verdad. Morante no hace eso sino que es la derecha la que avanza:
Ahí da salida al toro sin quebrantarlo porque ya ha visto que es una babosa:
De vuelta, estamos ya en los medios y nuevamente su pierna izquierda es la que se ha adelantado, con torería y con verdad:
Remata con esta media en el 0'22'':
Para diferenciar el toreo auténtico del falso de pierna atrás, el propio Morante nos da un ejemplo. Vayan al 1'03'' y vean esta verónica de manos altas. Ahí no ha ganado terreno sino que ha echado atrás tramposamente su pierna derecha para componer la figura. En la foto engaña pero en el vídeo canta la gallina:
De lo que vendrá después destacaremos un galleo por chicuelinas llevado con gran naturalidad, sin retorcerse ni forzar la figura:
En banderillas pone este buen segundo par, cuadrando en la cara y sin saltar:
Los peones deberían estar tapados cuando clava el maestro pero aquí no lo están y le salvan cuando se confía en la barrera y no es capaz de saltar en el momento en que el toro hace por él:
Luego pone un último par al quiebro muy bien realizado, no hay queja:
Pero en la muleta ¿qué? A partir del 2'14'', nada de nada, destoreo perfilero aprovechando el viaje del toro. Es que Morante es un caradura. Sabe hacer las cosas bien pero sólo cuando quiere. Habia veroniqueado como Dios manda pero luego se vende a un destoreo lamentable e indigno de él. Ahí lo tienen ubicado fuera de cacho:
Y aquí, al natural, colocándose tan penosamente como Perera, El Juli, Manzanares, Castella o cualquiera de nuestras queridas figuritas. La diferencia es que no se retuerce grotescamente ni arrastra la muleta.
Lo único bueno, la forma correcta de coger la muleta. Lo demás, perfectamente olvidable mientras el ternero brocho va perdiendo fuelle:
No les aburrimos más porque nuestra indignación aumenta conforme vemos el tiovivo que monta después, volviendo loco al toro, que no ve otra cosa que una tela roja mientras él gira alrededor de manera absurda:
¿Se dan cuenta de lo que decíamos al principio sobre las piernas del torero? Excelente su colocación con el capote y censurable con la muleta. Y él lo sabe perfectamente, ¿verdad, maestro?
Algo bueno sí le hemos visto en esta faena de cuarenta pases: un molinete, ¡pásmense ustedes! Es un pase que nosotros prohibiríamos. Gozó de gran predicamento cuando Belmonte lo prodigaba como remate. Era una novedad ver cómo se encogía enroscándose la muleta en la cadera. Hoy se ha convertido en un triste mantazo que debería ser castigado con varios meses de cárcel taurina. Pues en Morante adquiere aquí una delicadeza digna de mejor causa. vayan al 3'23'' a comprobarlo:
Afortunadamente, Morante es un buen estoqueador, también cuando quiere, claro. En Huelva quiso. Se perfila bien aunque un poco fuera de la suerte pero sin estirar el brazo para darse ventaja:
No tapa la cara del toro ni cuartea como suele hacer otras veces cuando entra con miedo y poca vergüenza a partes iguales:
La estocada cae arriba aunque un pelín pasada:
Entre aquellas verónicas ganando terreno, ese galleo tan natural, las banderillas bien clavadas y esta estocada ¿por qué no quiso completar su actuación y torear con la muleta como él sabe que hay que hacerlo? Los morantistas me dirán que fue porque no quería que el choto se le rompiese a las primeras de cambio si lo torea con hondura. Puede ser pero ¿desde cuándo los morantistas se fijan en si lo que tiene delante es un choto o un toro de verdad?
Para ver al de La Puebla con un toro de verdad hay que retroceder cinco años con el victorino 'Matemáticas', pulsen aquí a partir del 4'30'' aunque pueden ver antes cómo permite que lo asesinen en varas.
En medio de tanto toreo de hojalata, Morante nos ha deleitado en Huelva con unas verónicas de plata de ley. Lo curioso es que colocar las piernas de esa manera e ir ganando terreno al toro está al alcance de cualquiera (el temple y la cadencia es otro cantar). ¿Por qué los demás no lo hacen como debieran? Tendrían que enviar a todos los toreros al campo de fútbol de Curro (recuerden aquí).
Rafael Ortega veroniqueó así una vez en Barcelona. El toro había destrozado un burladero de salida. El maestro lo fue sacando por verónicas, siempre adelante, sin echar la pierna atrás, y lo dejó clavado en la boca de riego. Le tocaron la música y lo obligaron a dar la vuelta al ruedo antes de salir los picadores. Era 1954 y el toro, de Samuel Flores. Ortega decía: 'lo dominé totalmente con esos doce lances, lo podría haber entrado a matar en la boca de riego'.
Con el mundanal bullicio que arman los medios taurinos vendiéndonos humo con su servilismo, esas verónicas de Morante han sido de un silencio que nos ha entrado por los ojos, como decía Juan Ramón.
Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.
Por eso, junto a José Tomás, torea cuando el quiere, cobra lo que el quiere y se torea los animales que le eligen,porque después de esos dos toreros, está Ponce, quizás Talavante y como decía el clásico : después "naide".
ResponderEliminarPara mí, Roca Rey.
Lo preocupante, es que el relevo generacional apenas existe y si existe,ya se preocupan de taponarlos,no poniéndolos en carteles relevantes y no dándoles corridas para que no maduren su tauromaquia. Y en un periodo de crisis tan largo, la gente prefiere gastar su dinero en donde ponen delicatessen una vez al año y no en un restaurante de menú del día.
Está bien la última comparación. Todas esas salidas a hombros repetitivas y vanas que vemos cada día en los portales comerciales son menú del día o directamente rancho. Las verónicas de Morante han sido una tapita de angulas (de ésas que llevan por ahí a 200 kms por hora en furgonetas de extrangis a Rumanía para los chinos).
ResponderEliminarSaludos.
Tres ideas y una conclusión:
ResponderEliminar1. La verónica mentirosa saliendo para fuera con el pasito atrás es más vieja que la pana. Finito era un practicante habitual (que quieren me crié taurinamente en Barcelona).
2. Yo prohibiría todos los pases acabados en -ete. Molinete, martinete...tan del gusto de algunas plazas como Pamplona (me gusta provocar).
3. El toreo de Morante ha sufrido una transformación producto de su evolución como torero y de la influencia de dos figuras: Joselito (el verdadero) y Pepe Luis (hijo). Actualmente torea mucho menos encajado y forzado que antes. Mas natural, desde arriba y buscando el movimiento acompasado y no la postura forzada en el encaje y quietud más belmontina. Hay un cambio de manos en la México (en movimiento) hace un par de años que es el paradigma de ese nuevo estilo. El libro de Bergamín sobre Joselito es clave en esa evolución.
Conclusión: Probablemente no ha nacido y tardará mucho en nacer un torero con la intuición, el gusto, la torería y el talento de Morante. Es una lástima que un torero con esas cualidades para marcar una época en el toreo se vaya a quedar en una mala imitación de Curro Romero. Una verdadera pena achacable a su desordenada cabeza y malas compañías.
Ale, ahi queda eso.
Saludos y si queréis discutimos todo esto en Tafalla con un buen patxarán.
Sobre las malas compañías algún lector de La Puebla podría ilustrarnos. Sobre su desordenada cabeza, nadie tiene duda, ni siquiera él.
EliminarSobre la prohibición, de acuerdo, y también en lo de las habituales y penosas verónicas del paso atrás. Deberían ser la excepción y son la norma.
Discutimos lo que sea pero sería más adecuado sin alcohol de por medio...
Saludos.
Además yo prohibiría todos los pases acabados en inas (lopecinas, arrucinas, reolinas, manoletinas, etc). Y de paso eliminar tambien los arrimones y desplantes con toros preagonicos, por respeto a la agonía. No se que iba a hacer Roca Rey.
EliminarY sí, Morante es una patética copia del Faraón de Camas. Acaso por haberlo querido él así.
Saludos cordiales desde Pamplona
Mala copia tampoco, con todos los respetos para Curro, que las pocas veces que le daba por torear y cuando lo hacía era difícil de superar, yo creo que Morante tiene más valor y es más regular.
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