miércoles, 7 de diciembre de 2016

LAS VERDADES DEL TOREO DE VERDAD (7): ANTONIO BOYERO

LAS VERDADES DE UN MAYORAL

Continuamos nuestra serie que iniciábamos aquí y cuyos capítulos pueden ir buscando a la derecha en el archivo del blog. En este caso, quien nos ocupa es el que fue mayoral histórico en Llen y Fuenterroble, don Antonio Boyero, verdadero sabio del campo charro. Si no andamos errados, falleció hace menos de un año. Había nacido en 1932, en la finca de Terrones, y 'el convite se celebró debajo de una encina'.

Hemos pasado un rato delicioso leyendo la autobiografía que dictó a Nino Rodríguez. Este es el libro publicado aquí:



Entresacamos algunas perlas para ustedes y así se hacen una idea. Ilustraremos la entrada con algunas fotos relacionadas con las ganaderías donde pasó la mayor parte de su vida. 

Fíjense en lo que dice sobre lo que aquí denunciamos tantas veces, los toros 'comerciales':

"Todas estas cosas dependen del ganadero, si lo que quiere es una ganadería encastada manteniendo la raza o busca toros más manejables, lo que ahora se llama 'comerciales'. Con los años, las ganaderías degeneran, además de que se seleccionan en función de los toreros. No hay ningún ganadero que busque un toro bravo de verdad porque a ver quién lo mata. Con que entren bien a la muleta, vale".

Sobre el afeitado recuerda a 'El Cordobés':

"Vicente Charro nunca se dejó mangonear. Entonces, lo del 'Cordobés' ya se afeitaba todo pero el Charro no 'arreglaba' nada. En aquella época el único que mandaba en la fiesta era Teodoro Matilla, el abuelo de los actuales".

Hablando de toros dice una cosa que no sabíamos y es que Lisardo tuvo al principio un hato de patasblancas. Se los compró a Francisco Gómez, de Guijuelo, quien los había adquirido a la familia Tabernero de Paz. Por cierto, comenta esto sobre esos patasblancas de los que hablábamos nosotros aquí:

"Los toros patasblancas que se llevó Alicio Tabernero de Paz a Villanueva de Cañedo salían muy buenos, en cambio, ahora ya no, por un problema de consanguinidad".



Un vega-villar de Jesús Tabernero, uno de los hijos de don Alicio. Como ven, impecable de trapío

Dice esto sobre el indulto:

"Puede salir un toro bravísimo, incluso de indulto en una plaza, pero si la reata no es buena, lo fácil es que ese toro no lo echen a cubrir vacas. A Fernando Domecq, en una corrida que toreó Talavante en Zafra, le indultaron un toro y el ganadero, en el callejón, dijo que aquel animal no iba a cubrir".

Creemos que aquí le falla la memoria porque ese toro no llegó a indultarse aunque hubo una fuerte petición. Talavante le cortó el rabo, es éste de aquí abajo:


FOTO: Arjona

No termina de ser partidario de los cruces en las ganaderías:

"El primer cruce es extraordinario, el segundo ya es peor y el tercero, malo del todo a no ser que sea del mismo origen. Una cosa es cruzar y otra refrescar. Refrescar la sangre no suele dar ningún problema, al contrario, generalmente es para mejor. Pero los cruces son raros los que salen bien".

Sobre el aburrimiento de cada tarde viendo lo mismo, no está lejos de lo que pensamos nosotros, vean:

"Ahora buscan un toro grande y cornalón para que vaya a plazas como Madrid pero es un error. Lo que hay que buscar es que a estas plazas puedan ir toros de todos los encastes y cada uno en su tipo. Cada vez se impone más lo de Domecq y esto hace que la lidia sea muy parecida siempre al no cambiar los encastes y los comportamientos".

Dentro de poco estrenarán en Canal Plus un reportaje con 'El Lobo', quien se precia de haber hecho la luna con miles de toros en España (pulsen aquí). En nuestro libro se cuenta que una vez se repuchó cuando el marqués de Báyamo en Fuenterroble accedió a que torease un par de vacas ('tráele dos cuatreñas´). Cuando las vio, 'El Lobo' dijo esto según Boyero (a ver si lo cuenta en el documental):

"Llegó El Lobo con un compañero, vio las vacas tan astifinas en el corral y nos dijo: 'por mi parte podéis darles puerta, yo no las toreo'. El marqués le preguntó: 'y eso, ¿por qué?' Y El Lobo respondió 'porque son muy grandes'. Nos dio las gracias muy educadamente y se marchó".

Los amantes de los caballos como quien esto firma también disfrutarán con lo que cuenta Boyero de los trabajos ecuestres en el campo, del acoso y derribo y de cómo picar los toros. Habla del carácter de los caballos como si fueran personas. Lean con atención esto sobre cómo picar bien porque vuelve a confirmar lo que poníamos en esta entrada:

"Para picar bien hay que llamar el toro a la paletilla del caballo, casi de frente, y, cuando va llegando, en el embroque, girar un poco la montura para evitar que el toro te coja por delante y te derribe. Pero hay que girar cuando llega el toro al caballo, no cuando se arranca. No como ahora, que se cita el toro al estribo para picarlo. También hay que sacar bien la vara hacia adelante para coger al toro y no dejar que dé un topetazo en el peto sino traerlo ya picado al caballo".


Tentando en Fuenterroble

O sea, lo que les decíamos en la citada entrada: dar el pecho del caballo y detenerlo con la vara. Y eso de que el toro te coja por delante es lo que hacen muchos de Garcigrande hoy en día, de ahí que dijéramos que resultan muy molestos para los picadores.

Sobre las fundas, nuevamente nos reafirma en lo que decíamos hace casi dos años aquí, cuando las puso Victorino:

"El mueco es muy cómodo pero hace que el toro vaya perdiendo la raza. Cada vez que metes un toro en el mueco, el animal se ve vencido y eso lo va acusando, se va haciendo más dócil, más manso en definitiva. Se da por vencido. Con las fundas han de andar mucho por el mueco y eso lo tienen que acusar. Las fundas van en contra de lo que debe ser un toro bravo".

Tiene un recuerdo para nuestros amigos de Tafalla cuando se refiere a la confirmación de alternativa de Saturio Torón en Madrid porque lo hizo con reses de Luis Bernaldo de Quirós que luego se anunciarían como Marqués de Báyamo y que antes fueron del Duque de Tovar (Arribas Hermanos). Este es Saturio en una foto de aquella tarde del 12 de abril de 1931:



Esos toros debían de ser trilita porque eran un cruce de Santa Coloma con Pablo Romero. Torón estuvo muy bien con su primero aunque con el sexto no tuvo nada que hacer por manso y descastado:



El marqués de Báyamo fue quizás el más célebre garrochista del campo charro. Tiene una estatua en Ciudad Rodrigo:



Boyero trabajó para él muchos años de mayoral en Fuenterroble. Aquí tienen al marqués derribando en esa finca. Aquel día de invierno de 1961 Boyero hizo de amparador del hijo del vizconde de Garci-grande:



Por cierto, el vizconde fue, según Boyero 'el garrochista más poderoso que he visto en mi vida'. Es el de la izquierda de esta foto de abajo montando a 'Tabú':



Nos avisa Boyero de que, como saben ustedes, Domingo Hernández es quien tiene ahora el hierro del vizconde aunque hierra los toros con la corona abajo 'porque nosotros no somos vizcondes', dice

Antes estuvo en la finca de Llen con don Vicente Charro, una leyenda en Salamanca. Es otro que había tenido patasblancas de Encinas, comprados a Juan Cobaleda como les contábamos en esta entrada. Los vendió poco después y compró reses de Contreras. Este es Chamaco con uno de los de Contreras en Barcelona (1965):



Aquel día el banderillero 'Michelín', de Paco Camino, sufrió una terrorífica cornada en la safena cuando tropezó con su propio capote. Chamaco metió el puño en la herida para evitar que se desangrase antes de llegar a la enfermería. Estuvieron a punto de cortarle la pierna en la misma plaza. Este fue el momento:



El hierro del marqués en Fuenterroble era ése que ven ahí arriba este día de tentadero de 1961:



No es otro que el del dragón rojo de Mahjong:



Salvo que lo haya vendido, hoy es propiedad de Enrique Martín Arranz aunque ahora hierra los ejemplares de La Reina con el 4:



Aquí se ve al propio ganadero conduciendo unas vacas al tentadero en Fuenterroble:



Disfrutarán ustedes cuando sigan sus explicaciones sobre la trashumancia, las peleas de los toros, los 'ajustes' o contratos con un apretón de manos, las vacas moruchas, el 'turreo' de los toros, los herraderos antiguos o lo que se llegó a comer en España cuando se metía en la cazuela cualquier cosa que se moviera (erizos, ginetas, zorras, gatos y lagartos, que se retorcían en la sartén como si estuvieran vivos). 

Al terminar la lectura, al malogrado Boyero le gustaría que todos ustedes hubieran aprendido a 'saber andar por el campo' como decía siempre a su hijo.

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.


Nino Rodríguez en la presentación del libro

2 comentarios:

  1. Muy bueno Rafa. Esta vez ni palos ni zanahorias. Muy bueno. Animo.

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  2. Hombre, las zanahorias siempre se agradecen y los palos, si son educados y con categoría...pues también.

    Saludos y muchas gracias.

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