¿DE QUIÉN FUE LA CULPA?
Todos ustedes conocen la célebre frase de Domingo Ortega "La culpa de una cogida la tiene siempre el torero. Mis cogidas fueron errores míos".
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Nos ha llamado la atención la similitud entre las cogidas de Rivera Ordóñez y de Perera. Las dos son en el primer tercio, las dos tienen lugar lanceando, las dos son por el pitón derecho y también las dos son en el abdomen. La diferencia, por supuesto, es que Perera está de rodillas y Rivera, no.
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Muchos medios se hicieron eco de la cogida de Rivera diciendo que era culpa suya por estar en baja forma, pasado de peso y falto de reflejos. No estuvimos nada de acuerdo. El toro se le echó encima inopinadamente y lo prendió por el bajo vientre. Le hubiese pasado lo mismo a cualquiera en plena forma. Creo que, tal como se le vino el toro, era imposible de evitar.
No queremos ni pensar qué se estaría diciendo ahora si es Rivera quien se pone a lancear de rodillas.
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En el caso de Perera, pensamos algo parecido. Perera tiene valor, eso es indudable y lo hemos reconocido por aquí. Otra cosa es que discutamos su forma de torear. La cuestión es que precisamente haciendo alarde de mucho valor quiso lancear a la verónica de rodillas y el de Garcigrande se le vino encima sin que pudiera hacer nada por evitarlo.
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Entonces ¿qué hacemos con lo que decía uno como Domingo Ortega, que mató más de tres mil toros? ¿Tiene razón o no? Nosotros creemos que no. Hay veces en que el torero no tiene ninguna culpa y pensamos que estas dos cogidas son sendos ejemplos de lo que decimos.
Muchos toreros han dicho a veces aquello de 'a mí, un toro malo no me coge nunca'. Tampoco vale en este caso porque, con el toro recién salido, no se sabía todavía si era bueno o malo.
Para nosotros, por tanto, son dos casos de mala suerte con la agravante de que las cornadas son muy graves. Luego, Castella se negó a salir a hombros por respeto a su compañero herido. No compartimos esta decisión, la vemos un poco producto del buenismo imperante. A no ser que temiese por la vida de Perera y, en un momento de lucidez, pasara por su cabeza la imagen de su salida a hombros mientras el extremeño podría estar de cuerpo presente. Si es así, nos callamos.
Muchos toreros han dicho a veces aquello de 'a mí, un toro malo no me coge nunca'. Tampoco vale en este caso porque, con el toro recién salido, no se sabía todavía si era bueno o malo.
Para nosotros, por tanto, son dos casos de mala suerte con la agravante de que las cornadas son muy graves. Luego, Castella se negó a salir a hombros por respeto a su compañero herido. No compartimos esta decisión, la vemos un poco producto del buenismo imperante. A no ser que temiese por la vida de Perera y, en un momento de lucidez, pasara por su cabeza la imagen de su salida a hombros mientras el extremeño podría estar de cuerpo presente. Si es así, nos callamos.
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Pero la historia del toreo está repleta de toreros en triunfo mientras un compañero se encuentra herido en la enfermería. Sin ir más lejos, aquí les contábamos el caso de Lalanda saliendo a hombros mientras Gitanillo de Triana había sido herido de muerte por un graciliano.
Es como lo de Morante en Marbella de negarse a matar el toro para protestar no sé qué de la policía y los antitaurinos. No: usted es matador de toros, mate el toro y después proteste de lo que quiera.
En el caso de Castella tenía derecho a salir a hombros y, en actitud que quizás le honra, no lo hizo por su compañero. Lo respetamos pero no lo compartimos aunque algún amable lector piense que somos unos desalmados.
Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.
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Esto les pasa por ir sobrados de confianza (como siempre suelen torear la tonta del bote, por una vez que el bicho se sale del guión, les pilla desprevenidos) y por hacer alardes con el toro recién salido, "que todavia no se sabe si es bueno o malo".
ResponderEliminarPor eso antiguamente eran los subalternos que recibian y fijaban al toro, mientras el maestro observaba, y se hacia una idea de él. Como ahora se supone que los toritos salen ya fijados y hasta "picados", lar normas de lidia se las traen al pairo, y lo mismo les da ocho que ochenta, suelen pasar estas desgracias, que estadisticamente abundan en Septiembre. Tambien es raro que esta clase de percances "tontos" pase en corridas de ganaderias consideradas duras, porque los coletudos andan mas percavidos.
La unica suerte en que, a mi manera de entender, el torero puede asumir el riesgo de ser cogido, es la suerte suprema, pero en todas las cornadas, si analizamos bien las circunstancias, siempre hay un fallo humano, porque el toro es de por si imprevisible, y la tecnica del toreo, desde Pepe Hillo hasta hace poco, consiste en sortear las embestidas cambiantes del bruto. Por cierto, Pepe Hillo murió cogido en la plaza, porque ningun ser humano es perfecto, y esto hay que asumirlo.
Saludos
Tauro
Y a esto sumarle que los pitones manipulados (fundas o afeitado lo mismo es) hacen mucho más destrozo y daño .
ResponderEliminarLuis
Eso lo comentábamos aquí:
Eliminarhttp://toreoenredhondo.blogspot.com.es/2015/01/victorino-hijo-mio-tu-tambien-la.html
El marqués de Albaserrada, fallecido hace poco, tenia esa teoría de que un toro enfundado haría más destrozos en una cogida que uno sin fundas.
Saludos.