Ayer teníamos corrida de Garcigrande y hoy de Domingo Hernández. Ustedes dirán que es agua del mismo pozo y no irán muy desencaminados. No obstante, los propietarios afirman que hay diferencias notables.
Dicen que lo de Domingo Hernández tiene más regularidad y más nobleza. Además sobre el papel es un toro que pesa más porque tiene más tamaño. El mayoral siempre dice que el toro malo de Garcigrande es más malo que el de Domingo aunque el toro bueno también es mejor.
En casa de los Hernández tienen la teoría de que a sus toros no haría falta ni picarlos porque se castigan solos y se rompen por bravos. Esta corrida confirmó que podría haberse celebrado sin caballos pero no por ninguna rotura de bravo sino porque vinieron todos picados del campo.
En Bilbao vimos seis toros burros. Esa expresión es de aquel gran hidalgo portugués que fue sua excelência don Fernando Pereira Palha. Él decía que:
'esos toros tan nobles son un poco burros porque no comprenden dónde está el enemigo'
La frase la usamos en el titular porque viene que ni pintada para lo que fue esta inaguantable corrida. Tanto la de Garcigrande como ésta pasaron de visita por el caballo pero por lo menos la primera tuvo un poco más de sal. Lo de Domingo ayer fue algo insufrible.
Lo que en condiciones normales hubiera sido un lleno aquí se quedó aparentemente en dos tercios si es que llegó. Piensen en el cartel: el figurón Julián acompañado por el deseado hijo pródigo y quien nos venden como la gran esperanza blanca. Pues consiguieron llenar poco más de la mitad de la plaza.
EL JULI. Su primero era este colorado chorreado en verdugo que vemos en los corrales y que tenía un trapío excelente:
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FOTO: BMF-Toros |
Al tercer lance El Juli vio que este toro no le iba a dar ningún problema. Manseó en las dos varas y a base de moverse epilépticamente sin emplearse se llevó tres agujeros.
En la brega de Montes se confirmó lo que el maestro había visto de inicio. El problema que tuvo fue que el toro estaba ya moribundo y transmitía menos que un transistor de madera. Y eso que en el caballo había estado de visita.
Aburrimiento total que afortunadamente terminó con un mandoble juliesco: caído, trasero, con salto y con telonazo.
Su segundo era un chorreado en morcillo de 600 kilos. Nos extrañó que hubiera gustado a las cuadrillas cuando no era nada bajo de agujas:
Sus primeras embestidas fueron lamentables. Daba la impresión de que no se aguantaba bien de pie y mostraba la misma fuerza que un jilguero. Como era un animal para ser lidiado sin picadores, el primer tercio se convirtió en una tragicomedia. Lo mejor que hizo Juli en toda la tarde fue esta larga:
No sabemos qué vio el maestro para brindar al público este perrillo faldero. Hasta el propio Dávila decía que el toro iba demasiado dormido, con lo cual se hacen ustedes una perfecta idea de la somnolencia que nos contagió:
Nos despertamos en mal momento porque fue cuando Juli dejó una estocada infame, marca de la casa en su ejecución y trasera, atravesada y baja en su colocación. Digna del museo de los horrores:
Bien Matías no concediendo nada.
TALAVANTE. Su primero era este castaño listón, carinegro y bocidorado que venía convenientemente picadito del campo:
Simulacro en varas con el comentarista diciendo que esto era un gran puyazo arriba, en todo lo alto. Que afán tan ridículo por engañar al televidente:
Buen quite de Rufo por verónicas. Son de agradecer ante tanto abuso de chicuelinas y gaoneras que no son más que trallazos. No obstante, fueron todas en línea, sin rematar bien ni una:
El toro se venía tan ciego a la muleta que sobraron todas las probaturas que hizo el maestro de inicio. Luego se dedicó a torear de salón intentando que el toro no rodase por el suelo.
El animalico era una maquinita de embestir y si Talavante no cantó un fandango poco le faltó. Al final se montó en el inevitable tiovivo. Conste que en los naturales abusó del pico y de las perfilerías, vean:
Lo mejor que hizo fue pegar una buena estocada: con el palillo apuntando al morro, entrando con lentitud, dejándose ver, sin saltar, sin salirse y mojándose los dedos antes de que el toro muriera en los medios:
Ovación para un toro posmoderno que no hizo nada en el caballo y luego se comportó en la muleta como un animal domesticado. En el palco volaron dos pañuelos. Con los años Matías pierde la memoria y no recuerda lo que dice el artículo 79.2 del Reglamento taurino del País Vasco. Se lo transcribimos aquí para que se dé cuenta de que la segunda oreja la regaló sin venir a cuento (ni la res valía nada, ni hubo suerte de varas, además el picador clavó fatal y Talavante no hizo nada con el capote):
La segunda oreja de una misma res será de la exclusiva competencia de la Presidencia, que tendrá en cuenta la petición del público, las condiciones de la res,
la buena dirección de la lidia en todos sus tercios y en especial en la suerte de
varas, cuidando que se dosifique el castigo y que los picadores lo apliquen en
el lugar correcto, y la faena realizada tanto con el capote como con la muleta
y, fundamentalmente, la estocada.
El quinto era un toro aleonado de 619 kilos y basto de pezuñas:
Como sus hermanos, embestía de pena nada más salir. Se podría haber lidiado perfectamente sin pasar por el caballo. A pesar de ello, el toro se enceló en el peto en el único puyazo que cobró. Mientras, el picador le clavaba donde ustedes ven y el comentarista decía: ¡que buen puyazo!, ¡qué bien se ha agarrado!
Mal Murillo clavando a toro pasado en su primer par sin que nadie le hiciera el quite. Tomó el olivo con el toro oliéndole los pies. Después se llevó una ovación y saludó tras clavar de forma lamentable las dos veces, lo cual dice muy poco del supuestamente entendido público bilbaíno. Vean:
El toro era otro borriquillo que perseguía la zanahoria sin ningún celo. La faena fue absolutamente insoportable. En esos momentos de sopor, Dávila dio en el clavo: 'el toro tiene una gran docilidad... es que parece mentira que un toro con esos pitones y sus más de seiscientos kilos sea tan dócil... ¡hay que ver dónde ha llegado la selección!' Los otros dos permanecían callados viendo que el maestro era el único que se atrevía a decir que el rey iba desnudo.
Como ya tenía la puerta grande asegurada, el diestro le echó cara dura a la ejecución de la suerte suprema. Dejó esta estocada alargando el brazo que quedó atravesadísima por escupirse de la suerte con la alevosía que ven en la imagen:
Anda que no saben ellos cuándo hacen las cosas bien y cuándo se pasan de listos dándonos gato por liebre.
RUFO. Su primero era un toro negro listón, justito de presencia y abrochado de pitones:
Para variar, éste también venía picado del campo. En el tercio de varas se dedicó a emular a Santillana con gran vulgaridad. Buen par de Fernando Sánchez aunque sobra el salto:
Rufo le dio distancia y se dedicó a ligar los pases aprovechando el viaje del toro y echando la pierna atrás con total desfachatez. Tiene bien aprendida la lección del destoreo ventajista:
Cuando se cruzaba lo hacía montando la comedia de dar sus típicos pasitos moviendo ridículamente los hombros y haciendo muecas.
Probablemente era un toro para haber hecho la faena en la raya y no en el platillo pero eso nunca lo sabremos. El caso es que en las afueras el animal se diluyó como un azucarillo. La faena no llegó ni a azúcar porque este es un torero que nos dice poco. Acabó ejecutando la suerte suprema muy mal, como acostumbra: con la mano alta y avanzando con el delantal. Ahí lo tienen antes de que deje una casi entera desprendida, perpendicular y trasera:
El último era negro salpicado y también traía un par de puyazos del campo:
Muy mal Rufo, más preocupado de lucirse con el capote que de colocar bien el toro en el caballo. Aunque para lo que hizo en el peto... con coz incluida.
Fernando Sánchez hace bueno el viejo refrán español de cría fama y échate a dormir. Lo decimos porque en televisión calificaron como extraordinario este par donde se alivió con poca vergüenza:
Nueva exhibición de destoreo de Rufo, con mala colocación como ven en la imagen e insistiendo en sus cargantes muecas:
El torillo iba y venía sin novedad permitiendo un trasteo de cincuenta pulsaciones por minuto en el maestro y treinta y cinco en los espectadores. La pesadez terminó con un pinchazo arriba y un mandoble trasero ejecutado con sus habituales trampas.
Matando de esa forma tan extravagante, jamás debería cortar una segunda oreja pero ya saben que lo han sacado por las puertas grandes de Sevilla y Madrid. La única casta que se vio en toda la corrida fue la que mostró este sexto toro con su bella muerte:
Tomás Rufo nos recuerda al López Simón que nos vendían al principio como otra gran esperanza blanca. Los que defendían eso hoy están muy callados. Nosotros dijimos desde el principio que no le veíamos nada, igual que a Rufo. Torean de forma muy parecida y matan igual de mal. Aun así, López Simón lleva cinco puertas grandes en Madrid y Rufo lo superará, ya verán.
Domingo Hernández, que en paz descanse, siempre decía que sus toros podían no ser del gusto de todos los consumidores pero acto seguido se preguntaba por quién es el consumidor: ¿el torero? ¿el público que llena las plazas? ¿el verdadero aficionado cuyo número es mínimo?
Si es el torero, estos tres se van a volver a apuntar a matar sus toros porque salieron de la plaza sin despeinarse. Si es el público orejil, la verdad es que ya no llena las plazas pero le venderán que lo de las dos orejas de Talavante fue oro de muchos quilates.
Pero si el cliente es el aficionado a toros, corridas como ésta únicamente sirven como somnífero porque... ¡hay que ver dónde ha llegado la selección! O dónde ha caído, ¿verdad, maestro?
Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.
Buenos días Rafa , estas echo un titan , tragarte el koñazo de ayer tiene mucho merito. Aguante hasta el segundo Toro, insufrible.
ResponderEliminarOtro día mas con una entrada muy triste, no creo que se pegunten el porqué , por que ya lo saben. ¿ Cuantos años seguidos lleva er juli anunciándose con esta ganadería?
Un saludo Rafa.
Kaparra
Se anuncia porque el padre decía que esta ganadería tenía una gran regularidad, que es precisamente lo que buscan las figuras del toreo.
EliminarAdemás, si sale la burra chochona parece que a nadie le importa ni le molesta. Me refiero al público orejil, a los críticos paniaguados y por supuesto a los toreros, que con estos animales no puedo creer que pasen miedo.
Saludos
Rafa, ya has visto lo que es una corrida pastueña.
ResponderEliminarAyer los toreros contentos (la mataron sin sudar), tres orejas que pudieron ser más (luego diré por qué), un torero a hombros. El público contento, además no hubo mucha sangre, tres puyazos para un ciudadano de hoy en día que se cree que las pechugas de pollo se hacen en fábricas, lo puede traumatizar. Ah, y los toreros sin cogidas ni nada de eso. Ver a un tío jugarse la vida es demasiado heavy para cualquier cuñao de la vida que va a los tanatorios, que parecen salas de espera del dentista con música zen, un ratito rápido y no se piensa jugarse la vida por nada. Ni por ninguna causa. Así que todos contentos. El año que viene dos más. Y más cemento (o plástico).
De los toros ni hablo. De los toreros. Telegráficamente.
Juli. A mí el Juli que me gusta es el que enseña los tirantes. Es basto, pero es auténtico y mandón. Este Juli que hace la estaca no me interesa. El Juli de hace quince años se despatarra y al cuarto le corta las dos.
Talavante. Muy poco ajuste. Desde fuera y con el pico. Cierto que luego se lo metía dentro (con barrigazo).)Lo más ajustado lo hizo a pies juntos.
Rulfo. Hombre, estando de acuerdo contigo. Tiene cosas buenas. Torea apoyando los talones, corre bien la mano, tiene un trazo estético y mandón. Si adelantará la pierna sería más que JT y Morante juntos Seguramente superará a López Simón en puertas grandes, pero dudo que nunca se los pase tan cerca como él.
Hoy viene RR y los va a poner a fila de uno.
Hombre, es que comparar esta corrida con la de Dolores Aguirre de Céret no tiene mucho sentido porque habría que empezar planteándose si lo de ayer en Bilbao son toros de lidia auténticos. Que Dávila Miura se quedase admirado y sorprendido por su docilidad lo dice todo.
EliminarRespecto a los toreros: puedo estar de acuerdo en lo de un Juli mandón pero siempre que tenga algo sobre lo cual mandar, no como ayer. Celebro que tampoco te pasase desapercibido a ti el abuso del pico por parte del hijo pródigo. Además, con un toro que no lo merecía.
Y sobre Rufo, arrieros somos y en el camino nos encontraremos. Para mí su torero es vulgar y su forma de matar grotesca.
Saludos
Y las zapatillas de Rufo, que boquetes
ResponderEliminar¡Pues vaya calamidad de corrida! Ese gesto exagerado de Juli que muestra Vd. en la foto lo dice todo... de él, de su desempeño en desgaste y degradación; la decepcionante calidad de reses (pese a la impresionante apariencia de uno o dos), y de sus compañeros. Y Rufo no se queda atrás con muecas ridículas -su mayor contribución.
ResponderEliminarVaya claridad: el ocaso del imperio taurino. // Atte., Torotino