sábado, 7 de octubre de 2023

FERIA DE OTOÑO, 2023 (2). VICTORIANO: ¡BRAVO POR UREÑA!

Nos pusimos a ver la corrida con el morro un poco torcido ya que no es que esta ganadería sea santo de nuestra devoción y además las hechuras de los animales que habíamos visto en el sorteo eran muy dispares.

Pero al final resultó que no perdimos la tarde porque el interés se mantuvo durante todo el festejo a pesar de que prácticamente no se apreció un atisbo de bravura, ni falta que hizo.

Fue una de las corridas más pesadas de la temporada con 571 kilos de media.



Como decíamos antes los de Victoriano fueron muy desiguales pero todos serios. Demostraron muy poca cosa en varas donde hubo dos mansos de carreta, uno de ellos condenado a banderillas negras. Salvaremos al sexto, con Marín y el palco despreciando al respetable al no lucirlo en el caballo.

Ninguno remató en los burladeros, es que se frenaron sin excepción a un metro de la madera. Saltaron al ruedo como si estuviesen todos corraleados. Pero les confesaremos que estamos tan hartos de ver tantos Norit, con tanta clase y tanto ritmo y tanta profundidad que esta corrida extraña, dura, mansa y fea de hechuras nos sentó estupendamente.



CASTELLA. Su primero era un castaño albardado, anteado, listón, salpicado, un poco lavado de cara y veleto. Las fotos de los seis toros y de las estocadas son del maestro Moore:



Irrelevancia del primer tercio, con el toro peleando vulgarmente y sin apenas castigo por orden del maestro. En el quite el toro puso la zancadilla a Ureña y cuando lo tuvo a su merced demostró que no era muy listo precisamente:



Viotti enseñó que el animal era de oreja, con un pitón izquierdo de lujo. Por cierto, el terno de Castella no era purísima como se dijo sino azul turquesa y oro. No faltaron sus abultados pliegues en la taleguilla, amplíen la foto:


FOTO: Plaza 1

El inicio de faena fue tomasista y se confirmó al vuelo que el toro no es que fuese poco espabilado sino que directamente era un tontaina. Lo que vino después consistió en toreo vulgar y perfilero de pura escuela castellana... de Castella, no de Castilla. Por supuesto que para los televisivos toda la culpa fue del toro. Fíjense en su descolocación con la que lleva cinco puertas grandes en Madrid:



Estocada trasera y caída, pegando su saltito y armándose en la pala del pitón y no en la cuna. Matando así, cinco puertas grandes... de momento:



Su segundo era un negro zaíno, lustroso, gordo, badanudo y cabezudo, de 626 kilos:



Saltó al ruedo igual que quien va a pagar una multa a Hacienda y encima husmeando en la arena. Luego buscaba el número de las manoletinas de Castella mientras se oían protestas totalmente aldeanas por el comportamiento díscolo del toro. Si eran por otra cosa que alguien nos rectifique.

Manseó en el caballo y esprintó hasta chiqueros buscando la salida hacia la M-30. Recibió cinco picotazos huyendo mientras se oían gritos inexplicables de ¡fuera, fuera! ¿Por mansear?, ¡venga, hombre!, y eso en la que algunos denominan primera plaza del mundo...

El francés Viotti se la jugó en un segundo par arriesgando la vida, que hubiésemos aplaudido con mucho gusto de estar en la plaza. Sensacional, lo mejor de la tarde sin duda, junto al Ureña del quinto, como veremos.

El toro era mucho más interesante que cualquier borreguillo al uso y Castella no dudó ni un instante en meterlo en la muleta. Le dio distancia y llegó a hacerle el tiovivo colocándose en la oreja del de Victoriano. Observen cómo remata mandando el toro tan lejos que le da tiempo a hacer unos pasitos de baile para colocarse totalmente de perfil y fuera de cacho:




Compruébenlo en el 1'10'' de este vídeo. Tuvo el mérito de embarcar a un animal que a muchos los hubiera dejado con el trasero al aire pero también el demérito de que no enseñó el muslo ni una sola vez. Es listo y se tapó con habilidad. 

Ah, y el toro de ninguna manera fue un manso encastado como lo calificaron en televisión ya que su comportamiento en el caballo lo inhabilita para otorgarle tal calificativo.

Dos pinchazos malos y una estocada trasera y desprendida nos evitaron tener que discutir las dos orejas que le habrían caído con toda seguridad viendo el nivel de la plaza y el turista que estaba sentado en el palco. Fíjense en el alivio que censuramos siempre de alargar el brazo. Ha dejado una entera ¡sin cruzar!



UREÑA. Salvo error era su décima corrida del año. Su primero era un negro zaíno, astracanado, bien encornado aunque astillado, apretado de carnes pero de apariencia abueyada:



Muy mal Peña, quien primero marró, después carioqueó y luego le dio al túrmix. En el segundo clavó un palmo trasero mientras el comentarista técnico decía que se había agarrado muy bien (?).

El toro humillaba pero viajando con un rebrinque molesto. Sumen a ello su asfixia y a Ureña pegando pases, con lo cual el resultado fue un aburrimiento colosal. De nuevo en televisión echaron toda la culpa al toro porque se ve que si no sale el chivo que se deja engañar como un chino, todo lo demás nos lo venden como un montón de dificultades insalvables.



Tres pinchazos muy deficientes y esta estocada en los blandos con el telonazo que denuncia la posición horizontal del palillo:



El quinto era un negro salpicado, badanudo, astifino y veleto, de 587 kilos, con poco cuello y que salió a paso de tortuga y huidizo:



Sólo se tragó dos medios capotazos antes de empezar a dar vueltas al ruedo huyendo de un caballo a otro. Costó lo indecible que Carracedo lo condenase a las viudas, ni más ni menos que lo que se merecía. ¿Será amigo de Victoriano o qué?


FOTO: Sánchez Olmedo

Hubo cuatro entradas para dejar tres palos y el palco cambió el tercio antirreglamentariamente.

Cuando todo el mundo esperaba un aliño, Ureña se echó encima de él en el platillo para arrancarle pases que en nuestra opinión tuvieron mucho valor, dadas las condiciones reservonas y traidoras del burraco.



Le enseñó la pierna y todo lo que hizo tuvo más mérito que las docenas de faenitas al choto bobo ante el que poniendo posturitas se regalan orejas de chichinabo en este mismo coso.

Le arrancó el chaleco en el primer pinchazo y menos mal que su condición mansa hizo que huyera cuando el diestro había quedado conmocionado en el suelo. 




Viendo los arreones que seguía pegando el toro, el maestro tomó la acertada decisión de matarlo recibiendo y aunque perdió la muleta, el de Victoriano se llevó dentro una entera ladeada arriba, huyendo despavorido hasta chiqueros.



Cuatro descabellos acabaron con esa tintorera y nos dejaron el excelente sabor de boca de haber visto probablemente la faena más interesante de este año en Las Ventas. Vuelta al ruedo del diestro, que tuvo más peso que el 95% de las orejas que se han cortado este año en Madrid. El problema es que seguramente no servirá de nada al murciano, igual que le sirvió de bien poco lo que hizo ante aquel victorino en San Isidro. Ya saben cómo está montado este nauseabundo mundillo de los taurinos.


MARÍN. Su primero era un negro listón, aleonado, cornidelantero, un poco ensillado y protestado quizá por su estrecho pecho, de 580 kilos:



Batacazo al padre del diestro en venganza por su lanzada trasera pero el toro se marchó a la carrera. Una vez más los monosabios de la que algunos califican como primera plaza del mundo se pasaron de listos agarrando al caballo por la boca desde el callejón. En el segundo cobró del reserva con sevicia por orden clara de Marín.



Jamás hemos visto hacer esto a los monosabios de Bonijol, que permanecen mirando con los brazos cruzados en el callejón y sólo saltan cuando hay derribo. En Madrid, dicen que primera plaza del mundo, todo vale. Total, termina la temporada y nunca se publica el papel con las multas propuestas (que debe de estar en blanco, como pueden suponer);


Cuando el toro tenía ya cuatro palos, don Eutimio estuvo absurdo obligando a pasar por cuarta vez a los peones sumándose cuatro capotazos más.

El animal quería irse a vivir a las tablas sin ninguna gana de pelear y eso es lo que denota de forma incontestable falta de casta. Marín también se presentó con la taleguilla reforzada, amplíen la foto. 


FOTO: Sánchez Olmedo

Aquí sí que no tenemos ningún inconveniente en echar la culpa al toro. Estocada hasta lo colorado y arriba pero tapando la cara del toro con alevosía. Siempre lo hace pero nadie lo dice, fuera de nuestro modesto blog, claro.



El sexto era un negro zaíno, bien armado, rabicorto y enmorrillado:



En las verónicas Marín no dio el paso atrás pero le salieron despegadas, llevando el toro por fuera... ya ven que nunca estamos contentos.

Gran topetazo con derribo al que siguió después el toro dando la vuelta al caballo en el suelo patas arriba. En el segundo empujó de bravo llevándose veinte metros al caballo mientras el picador le tapaba la salida con la poca vergüenza habitual. En televisión dijeron que no se había vengado de la caída, cosa con la que por supuesto discrepamos. Absurdo cambio de tercio en la teóricamente primera plaza del mundo robando una vez más el espectáculo a quienes pasan por taquilla.

Nos dio tanta rabia que en esos momentos estábamos deseando que el toro se viniese arriba y dejase al diestro en evidencia. El victoriano pegaba el tornillazo y como Marín planteó la faena al natural, no hubo ningún mando en su muleta. Con la derecha pegó pases que aburrieron a las ovejas. No lo podía cuadrar ya que estaba sin torear y al final dejó esta estocada baja y trasera llevando la mano por la andanada.



Curiosamente los ganaderos no quisieron hacer declaraciones al final del festejo y parece ser que hablaban de petardo. ¡Qué bonito! Si les sale un Duplicado hablan hasta debajo del agua pero si es algo que no es de su agrado hacen mutis por el foro. Gran desfachatez.



Pues para nosotros la corrida resultó muy interesante. Las dos horas y media pasaron en un suspiro. No hubo arte, ni duende, ni angelitos tocando palmas pero sí vimos toros que tuvieron comportamientos muy atractivos para el aficionado excepto el primero y con algunos que vendieron cara su vida a pesar de no derrochar nada de bravura.

La primera oreja que se cortó en Madrid fue de Vicente Pastor a un manso de Concha y Sierra que seguramente se pareció a este quinto del murciano. Pues no nos iremos sin felicitar de nuevo a Paco Ureña porque nos mostró la dimensión de un Torero con mayúsculas. Enhorabuena ¡y gracias, maestro!

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.

18 comentarios:

  1. Ureña estuvo colosal con mando violento que se arrancaba a coger. Castella con truco, desconcertado por la mansedumbre de su segundo. Se lo enseñó Chacón con el capote y si extraordinaria brega. ¡Maestro a por el que humilla pero bien! Imagino que le diría algo así. El público ya se sabe, tendidos 6 y 5 pidiendo el cambio por manso, gente joven desorientada que no entiende del todo lo que va a ver. Lo sé porque mi hijo de 17 habló a la salida con algunos se ve que van con ideas que no tienen demasiado sentido. Marín inédito. Una tarde fabulosa, entretenida, interesante, variada. Si torear es entre otras cosas, resolver dificultades, ayer las hubo y muy serias algunas y Ureña las afrontó con calor y oficio. Los ayudados por bajo a su segundo dejándolo colocado para entrar a matar magníficos. Como siempre agradecerle su crónica magnífica.

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    1. Gracias a usted por leerla y gracias también a su hijo por sacarnos de dudas y así no retiro el calificativo de aldeanas para las protestas al cuarto. En televisión también se ocuparon de remarcar que había bastantes en la zona del siete que estaban de pie protestando contra el comportamiento de ese toro.

      Bien visto lo de Chacón, seguramente animando al maestro a que no iba a ser para tanto y lo podría meter en el canasto aunque con los alivios que denuncio.

      Me alegro de que viésemos la misma corrida con ese interés y esa emoción que tuvo la entrega de Ureña.

      Saludos

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  2. Buenos días. Sólo añadir dos cosas:
    La cantidad de toros mansos que últimamente nos entretienen, cuando esto debería ir de bravos... Con qué nos conformamos ya!
    La malísima colocación en el 5° toro de los del quite: Fernando Pérez y Castella, no les pasó nada a sus compañeros en banderillas porque nadie quiso.
    Y preguntar una: ¿el 1° por qué no es bragado, meano, corrido y axiblanco?

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    1. Porque las manchas se expanden bastante más que en el caso que dice usted y además se van convirtiendo en algunos sitios en pequeñas motas aisladas conforme suben hacia los costados del toro. En las nalgas se ve claramente que es salpicado.

      Respecto a la bravura ya sabe usted que ver un toro bravo auténtico es muy caro. Piense en cuántos toros verdaderamente bravos ha visto en su vida y verá que le sobran dedos las manos para contarlos. Hablo de bravos de verdad y no de bravitos como decía Corrochano.

      Saludos

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  3. Buenos días Rafa y compañía. Una vez más coincidimos en casi todo, como no podía ser de otra manera. En líneas generales, lo de Victoriano me pareció una moruchada pero hubo aspectos interesantes y, sobre todo, diferentes a lo de otras tardes con lo cual se nos quedó una tarde entretenida. Imagina que tú estás harto de ver al burrito de Norit con la de corridas toristas que vas a ver, yo en Las Ventas sí que me trago Norit y Norit y Norit. Cualquier cosa diferente sabe a gloria. Por cierto, ya que no hiciste la crónica, el domingo pasado salió un tercer novillo de Guadaira muy encastado y con mucha movilidad (en el que Ismael Martín se dislocó el hombro al descabellar). Vamos, que durante la primera parte de la corrida no echamos de menos a los sobreros de Saltillo. Y mira que íbamos predispuestos a devolver los de Guadaira!

    El primero de Castella pudo haber sido devuelto de no ser por las habilidades enfermeriles del francés. El resto ya lo has dicho, descolocación y pierna retrasada. Las protestas en su segundo fueron hacia el Presidente Eutimio, no muy querido aquí. Has reseñado lo mismo que dije en la plaza: “su mérito ha sido el de encelarle en la muleta cuando a otros muchos se les hubiera escapado”. Obviamente las formas no fueron las mejores, pero tienes toda la razón en decir que le hubieran caído las dos orejas incluso habiendo matado igual de mal que a su primero.

    A mí no me aburrió para nada el primero de Ureña, el toro era un truño pero ese rebrinque que describes moviendo la cabeza de un lado a otro era lo que te mantenía en vilo porque se palpaba el peligro sordo que llevaba ese animal. En mi opinión, creo que Ureña arriesgó lo que el animal no merecía. Lo que no me cuadra es lo del telonazo, sí recuerdo verle meter un telonazo pero fue el único de los tres que no tapaba la cara del toro al entrar a matar. En el quinto dices algo que comentamos en la plaza, si llega a ser otra ganadería no hubiera habido tantas dudas en condenar al toro a banderillas negras. De hecho, minutos antes de que lo hiciera el presidente yo mismo le grité pidiéndolas. Por supuesto, muy interesante la faena de Paco Ureña. Para mí de las cuatro mejores de la temporada. Me importa un pimiento las puertas grandes y las orejas regaladas. Esto sí lo recordaré.

    De Marín, no comment, ya lo dijiste muy bien.

    Saludos de un aficionado venteño.

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    1. Gracias por el apunte de lo de Guadaira porque no vi la novillada. Me alegro de que viésemos prácticamente la misma corrida con la agravante de que ambos coincidimos en que hubieran caído dos orejas y más viendo que el francés parece santo de la devoción de algunos santones del 7. Seguro que si sale a hombros, los ganaderos hablan sin parar al final de la corrida.

      Yo no vi tanto peligro sordo en el primero de Ureña pero no se lo discuto porque a veces eso se aprecia mejor en la plaza que por televisión.

      Saludos.

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  4. Rafa, de nuevo por aquí para no hacer muy largo el comentario anterior (vayas chapas que te doy…).

    Era por comentar algo de la idiosincrasia de la plaza. No sé si es la primera plaza del mundo o no, si lo es no es por su mérito sino por demérito del resto. De hecho, yo veo más criterio en Cenicientos que en Las Ventas.

    Fíjate qué cara se te queda viendo al Pope y compañía del 7 aplaudiendo la faena de Castella al cuarto y pidiendo la vuelta al ruedo. Cada día más desnortados. Menos mal que son sólo una parte del 7, allí hay muchos buenos aficionados que no tienen nada que ver con ellos. Castella toreó igual de mal a este que al primero, así que no entiendo como ellos y muchos otros del resto de la plaza coreaban en el cuarto lo que silenciaban en el primero.

    Luego está el eterno mantra de que a todos los toros hay que torearlos iguales. De repente ves un toro que quiere meterte una puñalada en cada embestida y sale el listo de turno exigiendo la misma colocación que no exigen a otros con el burro de Norit.

    Imagínate que sales de la plaza y oyes a aficionados de toda la vida, pero de esos de más de 40 años de abono diciendo que es la primera vez en su vida que han visto las banderillas negras. Claro, no pisan la plaza fuera de ferias. Cazarrata recibió banderillas negras en San Isidro del 2016, pero estos son los que no sacaron esa entrada porque la empresa permitía no sacar dos o tres corridas del abono. Y claro, cómo iban ellos a ver a Sánchez Vara, Alberto Aguilar y Venegas! Mucho menos vieron aquellos dos novillos de Zaballos condenados a banderillas negras en 2007, por supuesto fuera de feria. Y hay otra ganadería o dos por ahí que recibieron banderillas negras fuera de ferias pero ahora mismo me falla la memoria.

    Hablando de banderillas negras, imagínate el descrédito que produce al ganadero que te condenen un toro. De ahí los titubeos del tal Eutimio para evitar lo inevitable. Si llega a ocurrirle a Los Maños o Saltillo no hubiera dudado ni un segundo. Da que pensar que si Castella hubiera cortado dos apéndices en el cuarto, algo que solo impidió el mal manejo de los aceros, hoy estaríamos hablando de que una vez más que la ganadería de Victoriano del Río ha propiciado una salida a hombros en la plaza. Por cierto, que los dos más interesantes de la tarde fueron los mansos 4º y 5º. Curiosamente ambos de Cortés, la segunda ganadería de la casa.

    Por último hablar de la sustitución para hoy de Damián Castaño. No digo que no merezca la oportunidad pero hay que saber confeccionar carteles. El cartel hubiera sido Morante, Ortega y Aguado. Ya que no está Morante, tampoco Luque, creo que el sustituto natural hubiera sido Curro Díaz, guste más o guste menos. Es un cartel del “arte”.

    Saludos Rafa y perdón por la chapa.
    Aficionado venteño.

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    1. Respecto a lo de la sustitución. Castaño le metió naturales de arte al Valdellan del otro día. Cosa que muchos no pueden decir. Así que por una vez creo que la empresa ha acertado. Curro Díaz está más visto que el tubo.

      Saluodosy

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    2. No es ninguna chapa, al contrario: le agradezco en nombre de los lectores no venteños que nos informe de los intríngulis de su plaza que por televisión no se terminan de apreciar (y de los que digan los comentaristas no te puedes fiar).

      Banderillas negras he visto recientemente las del cuadri de Valencia y las de los de Reta en Céret.

      Respecto a Castaño, se me ha adelantado Frascuelista para decir que es de los pocos toreros que torea mejor con la izquierda que con la derecha. Yo tampoco hubiera puesto a Díaz, otro bendecido por los santones del 7 cuando es uno que destorea a base de bien y es un catedrático del telonazo. Si me preguntan, les hubiera aconsejado dejarlo en mano a mano... siempre que no salgan pilaristas como aquellos de la sangre espesa... tremendos, inolvidables, pero que si salen hoy, los tres diestros sudarán tinta:

      https://toreoenredhondo.blogspot.com/2019/05/feria-de-san-isidro-2019-7-el-pilar.html

      Saludos.

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    3. Me refería a Curro Díaz por el estilo de su tauromaquia, no porque destoree a menudo o no esté pasando por su mejor momento. Respecto a lo que dice Frascuelista, pues sí, realizó un toreo vistoso al de Valdellán pero creo que coincidiremos que no es ésta su tauromaquia habitual. Veremos cómo le salen hoy las cosas. Otro que podría haber estado es Robleño, que dejó una gran faena este año a un toro de Adolfo, o la del año pasado a Camionero de Escolar o en el 18 al toro Navarro, de Valdellán, al que toreó con mucho gusto. Pero me pasa lo mismo que con Castaño, creo que este día no es para ellos. Es mi opinión, eh.
      Rafa, has hecho una buena apreciación que había pasado por alto, un mano a mano hubiera quedado mejor.
      Apuntando al tema de las sustituciones, el otro día hablábamos del sustituto de Morante. Me decía alguien enterado de lo que se cuece en la plaza que las negociaciones con Fernando Adrián (puerta grande en San Isidro 2023) no habían fructificado. Parece que su apoderado ha dicho que no ha recibido buen trato por parte de la empresa acorde a lo que ellos creen merecer. Así que barajamos los nombres de Perera, De Justo y Urdiales. Veremos mañana que es lo que anuncia la empresa.
      Saludos, aficionado venteño.

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  5. Empiezo por lo importante: Ureña. Lo de Ureña ayer demuestra que lo suyo no es valor, pero tampoco es inconsciencia. Es que está loco. (Dicho con todos los respetos).

    Vale que se vaya a los medios con un mansazo de banderillas negras sin picar, vale que se quede quieto y se ponga a torear...¿pero qué es eso de no taparse con la muleta? ¿qué es eso de poner el cuerpo delante del engaño? Lo de ayer fue jugar a la ruleta rusa con seis balas en el tambor. Y fue, para mí, después de lo del Escolar (hijo de Satanás) en Céret y Álvaro de la Calle lo más emocionante de la temporada.

    Sobre la corrida, dos desacuerdos:

    1. Hombre, es obvio que los ganaderos estén disgustados. Una cosa es que la corrida fuese emocionante, entretenida y preferible a la inanidad reinante, pero una corrida mansa (mansísima) es un fracaso para un ganadero porque es el fracaso de su trabajo (elección y crianza).

    2. El sexto es un toro para hablar de él. Comportamiento de bravo en el caballo y de manso en la muleta (reconociendo que Ginés no lo quiso ni ver). Pero el toro salía del muletazo mirando las banderas. ¿Hubiera cantado la gallina en tercer puyazo? Por el bien de la coherencia yo quiero pensar que sí.

    Sobre Castella. Con su primero no dijo nada porque su toreo es de emoción, de tragar, y no de gusto. Con su segundo estuvo bien, tuvo el mérito de enredar al toro, pero lo hizo muy descargado y sin llevarlo (se la quitaba muy pronto, eso sí para dejársela puesta otra vez).

    De Ginés poco que decir. Nunca me ha gustado. Un poco de locura de Ureña le vendría bien. No se mancha el traje en toda la temporada.

    A seguir, que hoy les toca a los poetas.

    J

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    1. Respecto al disgusto de los ganaderos, no estamos en desacuerdo. Claro que debían de estarlo pero lo que les censuro no es su disgusto sino que no diesen la cara.

      Respecto al sexto, no estoy tan seguro del cante de gallina. Quizá sí... o quizá no. Que luego en la muleta fuese a su aire yo lo atribuiría al mal oficio del diestro, que es uno alabado por tirios y troyanos y que por lo que veo, ya somos dos los que no tragamos con tanta loa.

      Celebro que viésemos igual los alivios de Castella pero ya nos ha dicho nuestro amigo venteño más arriba que muchos del 7 están encantados con la forma de destorear del francés.

      Y 'last but not least', lo de que Ureña está loco. OJO que por edad somos algunos de los habituales de nuestro modesto blog quienes vimos en su día a Cañaílla, a Manili o a Dámaso hacer lo mismo ante toros igual de marrajos. Entonces nadie dijo que estaban locos porque eran toreros que no engañaban y lo daban todo. Manili hacía lo mismo que hizo ayer Ureña y encima riéndose mientras miraba al tendido enseñando todos los dientes hasta la muela del juicio.

      En una sociedad acomodada, buenista e infantil como la actual, eso parece una locura. Lo vemos en los diestros que desaparecen cuando no sale el norit y sus feligreses los justifican, en los críticos paniaguados que los disculpan, en el público que toca palmas cuando el maestro ha escuchado tres avisos, en los ciclistas que se quejan cuando llueve o hace frío en una etapa, etc. Habría que ver dónde empieza la locura y dónde termina la vergüenza torera porque a veces se solapan o, mejor dicho, en un matador de toros debería solaparse siempre (evitando la temeridad ridícula de tirarse a matar sin muleta, por ejemplo).

      Saludos.

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  6. Estaría bien que ureña diese un golpe en la mesa como en su día hizo Iván fandiño, y se encerrara con 6 toros de 6 encastes diferentes en Madrid.

    No me desagradaría un cartel como este:
    Toros de Peñajara, Dolores Aguirre, Raso de Portillo, Barcial, Victorino Martín y Baltasar iban para Ureña en solitario. Y si no es Ureña el torero que sea, pero que ponga patas arriba el escalafón de matadores. Por desgracia, nunca llegará un torero así.

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    1. Doctores tiene la iglesia taurina para explicar mucho mejor que yo por qué razón Ureña es tratado como un apestado en los despachos. Yo no estoy capacitado para aclararlo porque todos esos tejemanejes de los taurinos golfantes no los sigo con detalle.

      Ese cartel que dice usted es duro, ¿eh? Se lo digo porque Ureña tiene una minusvalía o discapacidad y una forma de estar ahí delante que no sé si lo veo capacitado para salir airoso de esa encerrona.

      Y cuidado porque ni en el caso de salir airoso eso le garantizaría dar un golpe en la mesa. Lo daría, sí, pero igual se rompía la mano...

      Saludos.

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  7. Buenas Rafa .

    Tengo que confesar que no sabía ni que había corrida en Madrid , por la noche estuve de cena con varias personas taurinas y me contaron lo de las banderillas negras . Mi respuesta fue: pues prefiero un toro de esos que la mayoría que salen tarde tras tarde. Puedes imaginarte la cara de perplejidad que pusieron . Leyendo tu crónica veo que estaba en lo cierto .

    Saludos

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    1. Los que pusieron esa cara deben de ser de la misma escuela que los indocumentados que en la plaza protestaron el cuarto toro por manso y que fueron bastantes o por lo menos muy ruidosos. Cuando salió el quinto y empezó a comportarse igual ya estuvieron más calladitos porque es posible que se hubieran dado cuenta de su ignorancia aunque no es seguro...

      Saludos

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  8. Estuve en la plaza. Volvía a una corrida de toros por primera vez desde el año 2011. Y justo sucede lo de las banderillas negras que pasa cada muchos años. Había ido a algunas corridas anteriormente, ninguna tan atípica como esta. Y efwctivamente, la bravura que le faltó al toro en el quinto la aportó Paco Ureña para compensar. Qué bonito reengancharme al mundo taurino nuevamente. Seguiré el blog con atención.

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    1. Bienvenido, pero vaya con cuidado porque si en lugar de reengancharse con esta faena de Ureña lo llega a hacer con la corrida de El Pilar que comento en la siguiente entrada, usted no vuelve a los toros en los próximos diez años.

      Saludos

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