sábado, 27 de mayo de 2023

FERIA DE SAN ISIDRO, 2023 (14). VICTORIANO Y CUVILLO: VIERNES DE SOPOR

No fue un viernes de alcohol ni de efluvios, al menos por televisión no trascendieron. Tampoco fue de bronca agria aunque sí de voces extemporáneas cuyo contenido no nos llegaba por los micrófonos. Se oía la música pero no la letra. Lo dejaremos en un viernes de sopor porque el festejo fue para olvidar, y van...

La corrida fue de tres hierros diferentes y los toros lucieron muy desiguales. Su comportamiento fue mansurrón y rajado en líneas generales. Ninguno tuvo ideas especialmente malas y las peleas en varas fueron olvidables. La casta estuvo ausente durante toda la tarde, igual que el toreo de capa y la decencia en la suerte de varas.




PERERA. Su primero era de Cuvillo, de apariencia anovillada, negro chorreado, cornidelantero, de pezuña gorda:



Fue curioso ver cómo Rivas levantó el palo pero hizo una carioca de 360 grados dándole al túrmix. La espalda del pobre bicho debió de quedar como una papilla. En la segunda entrada se derrumbó con las cuatro patas bajo el peto.

Se preveía la labor de enfermero. Los que son seguidores de Perera siempre insisten en que necesita un toro para demostrar su poderío pero él se empeña en apuntarse día sí y día también al medio toro. La faena no tuvo ningún interés.



Se desató un aguacero monumental, razón por la cual no tendremos en cuenta que el maestro mató de chalequera y de honda perpendicular y baja. Ponemos la imagen de ésta última porque se aprecia claramente lo que es clavar a capón. Los más veteranos recordaran a Ojeda:



Su segundo era de Victoriano, un negro bragado de casi 600 kilos, con la carita que gusta a los toreros, cerrando un poco:



Obligó a Perera a tirar el capote y tomar el olivo lo cual es noticia y nos recordó aquella vez en que un toro de salida lo mandó al callejón en Salamanca, aunque allí lo recibió de rodillas, recuerden aquí.

Se deja pegar al relance sin que el maestro ordene a su piquero que cese en la paliza. Luego se quejará de que se queda sin toro. En el segundo se viene al galope pero no pelea mientras recibe una lanzada trasera criminal, que fue alabada por los televisivos como un excelente puyazo.

Gran brega de Ambel y gran segundo par de Curro Javier, que es el cuarto mejor de la feria, de los cuales dos son suyos. Los otros, de Navazo y de Neiro. Es que éste lo firmaría Pepe Dominguín:



El toro se ceñía y aquí sí encontramos justificado abrirle la puerta como hizo Perera, lo que pasa es que lo hace siempre. El animal embestía regalando una oreja que en viernes de efluvios podían ser perfectamente dos.

Pero el gozo de sus fans fue al pozo ya que la habilidad que tienen nuestras queridas figuras para evitar que esos toros mansibravos que matan se vayan a tablas aquí faltó al extremeño. El de Victoriano porfió para irse a vivir a la madera y terminó llevando al diestro a chiqueros.

Un tiovivo final hizo vibrar a los clavelistas pero la arrucina con que quiso culminarlo casi le cuesta un disgusto. Corta que escupe, otra con el segundo aviso, media perpendicular siempre pinchando a capón y siete descabellos. Afortunadamente para él no sonó el tercer aviso ya que el reloj del presidente González es de madera. ¿Hubiera tenido la misma consideración con otro? Ya ven que por hache o por be lo que empezó como una oreja segura culminó en miedo a que el toro volviese vivo al corral.


TALAVANTE. Su primero era de Cuvillo, un negro mulato bajito de agujas:



Se oyeron unos oles tremendos cuando lo que hizo el diestro fue capear por delantales y no verónicas a pies juntos, como dijeron en televisión, que es un lance que no existe. Es como hablar de media estocada hasta los gavilanes.



El toro empezó mirando al caballo como a una pecera pero luego empujó de bravo recibiendo un castigo trasero y contrario. En el segundo le clavaron en el lomo y se soltó del peto rápidamente.

El toro era de una bobería alarmante, ideal para expresar lo que uno lleva dentro. Solo faltó a Talavante cantar un fandango después de embadurnarse el terno de sangre. Sus desplantes ante ese pobre animal resultaron irrisorios.



Pincha sin tapar la cara pero perdiendo la muleta por no liarla bien. Tras otro pinchazo el toro hizo una demostración de casta echándose. No comprendimos el interés en levantarlo para descabellar cuando lo que merecía era la puntilla del matarife.

El quinto era de Victoriano, enmorrillado, bien encornado, de casi seis años y casi 600 kilos. Se protestó su trapío y arreciaron los gritos de ¡toros, toros! Nosotros por televisión no lo vimos tan mal:



Empuja con ganas pero con un solo pitón mientras el piquero le va tapando la salida aunque con alabanzas insólitas de los comentaristas. En el segundo vuelve a empujar pero lo sacan rápidamente. Fue la pelea más decente de todo el festejo.

Es de agradecer que se pusiese a torear al natural sin perder el tiempo porque el toro era noble y muy colaborador. Sorprendentemente se equivoca echándose la muleta a la derecha por donde el toro se rebrincaba. Tiempo perdido.



Volvió a la izquierda demostrando poco criterio pero confirmando que el toro era bueno por allí aunque ya había perdido los doce pases bien dados que tenía dentro. Y eso que el público estaba súper receptivo con él, como dijo en el callejón. Pudo hacer mucho más de lo que hizo y creemos la culpa no fue en absoluto del toro sino de su mal planteamiento.

Pinchazo bajo y honda muy atravesada ya que el toro no hace por él y clava como puede.

Por cierto, nos dio la impresión de que Talavante no llevaba los refuerzos en las taleguillas o por lo menos no eran tan clamorosos. Si es así estamos ante un candidato a destapar este posible fraude. Si va a pelo tiene que darse cuenta de que los otros están jugando con las ventajas de un tahúr.



FOTO: Luis Sánchez Olmedo


MARÍN. Su primero era de Cortés, colorado, ojo de perdiz, bocidorado y cornilevantado:



En el primero huye al hierro. En el segundo también se va sin pelear. Pasó al segundo tercio prácticamente sin ningún desgaste, casi como si estuviéramos en una corrida sin picadores.

Era un poco más franco por el izquierdo pero Marín sacó su habitual faena hotelera. El toro se puso tonto y gazapón con lo cual el diestro no pudo abrirnos su alma.



Entra a matar sin liar la muleta porque pegando el telonazo no hace falta. Deja una estocada hasta la tela, arriba pero pasada.

El sexto era de Victoriano y también estaba cerca de los 600 kilos aunque con una carita de poca seriedad que en la imagen no se aprecia:



El padre le pegó una zurra al toro sin vergüenza, tapando la salida con descaro y trasladando con saña a la punta de la puya los 150 kgs. que debe de pesar. En el segundo le pincha en el pescuezo y cuando rectifica, clava casi en el lomo. Lo de este hombre es acongojante pero su hijo lo sigue aguantando en la cuadrilla, ¡qué va a hacer!

Mientras el toro iba y venía, el torero pegaba pases y el tendido daba voces. Ignoramos si los presentes se entretuvieron con esas voces pero como en la retransmisión no se entendían, lo que nos quedó fue toro y torero cuya suma dio como resultado un sopor inaguantable.



Si Marín no hubiera ordenado en varas la carnicería infecta de su padre, probablemente habría sacado más partido del toro. Pero ya saben ustedes el axioma de esta gente: hay que pegar siempre al toro y si se para, mañana será otro día.

Entra corriendo y con la mano alta para terminar pinchando. A la segunda el toro le pisa la muleta y se queda con una media tendida trasera.

Un golpe de verduguillo terminó con nuestro fastidio ya que ésta fue otra tarde para olvidar y van demasiadas, confirmando que los carteles con cierto interés de este interminable serial se contaban con los dedos de una mano.

Estamos velando armas confiando en que hoy en Vic nos quitemos tanta somnolencia isidril. A ver si nos alegran el día los novillos matinales de Monteviejo y los toros vespertinos de Dolores Aguirre. Por aquí se lo iremos contando Dios mediante.

Saludos cordiales desde Auch. Rafa.

5 comentarios:

  1. Buenos días Rafa, de verdad a veces pienso que has estado en la plaza porque describes detalles que parece mentira que se aprecien en televisión. Los dos primeros párrafos resumen grosso modo lo que sucedió en la plaza. No hubo tanto alboroto como el día anterior, la cosa iba más contra los toros.

    Puntualizaciones aparte de lo que has dicho, se pidió que Ambel saludara por la brega del cuarto de la tarde pero Perera un poco apurado con las prisas no se percató o se quiso percatar, recordemos que acababa de saludar Curro Javier por las banderillas. Lo que tal vez no apreciaste o no dijeron los comentaristas es que empezó a torear el cuarto de la tarde en el tendido 5/6, luego pasó por chiqueros y acabó en el 9. O sea, que prácticamente recorrió toda la plaza. Cuando llegó a chiqueros pensé que había finalizado su periplo por la plaza pero siguió huyendo, realmente era un toro que no quería nada, lo que se dice un toro rajado. Yo también disculpo los detalles que mencionas en su primero, cayó un aguacero de espanto.

    De Talavante destacar el recibo de capa a su primero y durante la faena dejó una trinchera muy mandona. No fue el desangelado del año pasado pero tampoco terminó de apuntar lo que le hemos visto otras veces. Describes aceertadamente fue el único de los tres que no tapó la cara al entrar a matar. Aquí eso no se mira, sólo se mira cómo entra la espada y si el toro cae rápido, los bajonazos se aceptan como algo normal a no ser que sean clamorosos. De Ginés no espero nada, sus formas de torear ya las sabemos. Poca verdad y alivio, ayer ni siquiera estuvo certero con la espada.

    Que disfrutes por tierras francesas, veremos si nosotros lo hacemos el domingo.

    Saludos de un aficionado venteño.

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    1. Ya veremos si disfrutamos porque la primera, con la novillada, en la frente. Ya leerá la entrada siguiente. Dos aficionados venteños presentes en Vic me confirmaban el ambiente tumefacto que se respira en esa plaza. Qué pena...

      Saludos.

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  2. Jajajaja Talavante no necesita antibalas porque con la poca carne que tiene no le cornea un toro ni tirándole los pitones.
    Otra más, y van... Y las que quedan...

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    1. Oigan, les animo a que comenten sin descanso por aquí ya que un lector fiel me decía hoy en Vic que ya no lee las crónicas porque las corridas son inaguantables. 'Sólo entro a leer los comentarios..., nos dice.

      Saludos.

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    2. El quinto tiene un aire a “Ferdinan”

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