sábado, 22 de marzo de 2025

LA QUINTA: JIMÉNEZ VOLVIÓ A NACER EN VALENCIA

Ya conocen nuestra teoría de que pocas cosas pasan en la suerte suprema para lo que vemos. Tarde tras tarde asistimos a milagros continuados. Nos referimos a que con lo mal que entran a matar los diestros, se van salvando por ensalmo de percances que podrían costarles claramente la vida. Pero les da igual tanto a ellos como a su entorno. Son adoradores de la contumacia hasta que llega un día en que se sorprenden con cogidas como la terrorífica que sufrió Jiménez en Valencia:


Ignoramos el autor de la foto

Sucedió en la corrida de La Quinta, que es vacada aguada con el objetivo de servir al disfrute del torero y de todos sus corifeos, esto es, del público orejil y de los críticos paniaguados. Siguiendo nuestra costumbre no hemos leído absolutamente nada acerca de la misma pero como nos dijeron que era alabada en redes, la hemos visto en diferido.

¿Fue para tanto? Pues no. De corrida brava, nada o muy poco porque lo de calificar un toro como auténticamente bravo son palabras mayores. Y lo del azul, ¿qué? Exagerado a todas luces. ¿Y encastada? Sólo el cuarto.En cuanto a presencia, justita, con un sexto que sobraba y dos muy corniapretados para una plaza de primera.

¿Estuvieron los toros por encima de los toreros? Sí, ya lo veremos. ¿Se lidiaron en puntas? Nos pareció que sí aunque ya saben ustedes que uno de los jefes de realización de retransmisiones taurinas reconoció que no quería ofrecer primeros planos de los cuernos 'para no ir en contra del espectáculo' (¡sic!). Pues oiga, aquí sí que podrían haberlo hecho porque por televisión y a pesar de esos planos lejanos no nos dio la impresión de que hubiera boliche.



Su juego lo resumimos así, anotando que todos anduvieron con la boca cerrada:

1º. Noblón y empapado.

2º. Uno de los corniapretados, o sea, con carita torera. Pitón izquierdo muy bueno que fue ignorado por Jiménez.

3º. Abrochadísimo de pitones y con poco morrillo. De forma incomprensible fue el que más gustó por trapío a los televisivos, véanlo abajo. Muy vulgar en varas pero ovacionado en el arrastre:



4º. Un cárdeno claro con papada, humillador con raza en la muleta y maltratado vilmente en varas.

5º. El de más trapío para nuestro gusto, astiblanco, azuleado exageradamente como decíamos y apretando para adentro siempre.



6º. Anovillado de cara, huidizo con avaricia y sin ganas de pelea, o sea, descastado.




ROMÁN. Verónicas de estudiado paso adelante de Román en el primero, a ver si cunde el ejemplo. La media de Jiménez en su quite, marca de la casa, fue el mejor pase con cualquier tela de toda la tarde. Obligó al toro a besar el suelo:



Dimite en el primer puyazo porque era imposible mover ese T-34 y señal suelto en el segundo. Mal Román poniendo fatal en suerte al toro.

Brindis al rey: 'con el máximo respeto tengo el honor de brindarle la muerte de este toro por su compromiso con España y con el pueblo valenciano tras la DANA'

Galope noblón del toro y trasteo vulgar del diestro, con mención a su valor por colocarse en los medios despreciando el aire.



Espantoso sablazo en el lomo, que asomaba un palmo:



Su segundo galopa alegre al caballo ignorando que iba a cobrar una lanzada baja y contraria. Lo señalan mal en el segundo.



El toro no quería nada por arriba y aun así, el inicio de Román fue por ahí. Después se dedicó a pegar pases. Entera trasera y contraria perdiendo la muleta, con susto posterior del diestro al tropezar, más dos descabellos:



Su tercero topó contra el caballo atravesado, cobró dos puyazos en el lomo y quería pero no podía ante el monstruo equigárcico. La sangre manaba por detrás del brazuelo y por el costillar, ¡qué vergüenza!



Segundo tercio malo como la carne de pescuezo. Nuevo inicio por alto soliviantando al toro. No era Jaquetón pero exigía una muñeca firme para llevarlo bien sujeto porque ya dijimos que fue el que sacó más casta. 



Hubo mucho viento y poco mando en el maestro, que fue desarmado con violencia. Ganó el de La Quinta a los puntos. Acierta en la natural y deja una estocada en el rincón, un poco pasada y perdiendo los avíos, con coz incluida. Oreja del paisanaje.



Mató Román los seis porque Jiménez no pudo volver a salir como era su deseo. Al quinto, el de más  trapío, lo recibió lanceando de rodillas, cosa de gran mérito:



En el primero el piquero clava y levanta con el toro claramente desesperado ante la mole. Ya ven que el denominador común de toda la tarde fue que los toros se afligían ante el ejército equino del mariscal Cedillo. Pero salta la sorpresa y vemos colocarlo de largo en el segundo, ¡por fin, uno! Se distrae, tardea, pero un oportuno capote de los de tablas provoca la embestida. 



Puchano se agarra bien, aprieta con rabia y el toro empuja a pesar de que el resabiado caballo se le acuesta encima. ¡Pobres toros!



Saludos posteriores del maestro a su asalariado.  ¿Por qué vimos esto solamente en un toro y no en los demás cuando todos demostraron alegría yendo al caballo? Aunque luego bajo el peto se aflijan, por lo menos querríamos que no nos hubieran robado esos galopes de lejos hacia el caballo. No hay manera...



Ayudados por alto que deberían haber sido por bajo aunque el toro no mostrase los malos humos del anterior. Más bien era un bomboncito de praliné, de ahí que el diestro se dejase llevar:



Pierna atrás y trasteo por debajo de la dulzona bondad del tal Famoso. Se equivoca gravemente entrando en la suerte contraria pero deja una casi entera, pasada y con derrame. La bella muerte de bravo del toro nos la robó el realizador de Onetoro, siempre tan estúpida y políticamente correcto.




Oreja y azul exagerado por haber sido tan insulso en la muleta y faltar el tercer puyazo. No nos vale la explicación de Casas diciendo que a veces nos quejamos de azulear un toro bueno en la muleta pero inédito en el primer tercio y que aquí fuera al revés. No, jefe, no tragamos porque estamos en una plaza de primera. Además no es eso lo que dice el reglamento.

El sexto bajaba bastante de presencia, por no decir que no era digno de este coso:



Derribó e hirió al caballo en el cuello como ven abajo. Luego sufrió el túrmix del reserva:



El toro iba a su aire y se hizo el amo sin que Gómez Escorial pudiese o supiese evitarlo. Luego no quería pelea pero como se quedó sin gasolina, no dio demasiados problemas, como no fuese deslucir todo el trasteo con sus huidas de charolés:



Dos pinchazos escupidos, corta, media suelta atravesada y este sablazo trasero:




JIMÉNEZ. Su primero por el izquierdo hacía un surco con el capote ya de salida, vean:



Simulacro en varas, banderillas en el lomo y brindis al rey:

'Majestad, le brindo la muerte de este toro por cómo defiende a España y ha defendido a los valencianos; le deseo mucha suerte'

El toro confirmó en los primeros pases esa bondad por el izquierdo junto a un gran desorden por el derecho. Es igual, Jiménez sacó la faena hotelera. En el segundo pase se le coló como ven abajo pero siguió don erre que erre por ese lado. ¿Por qué no le avisó Guerra? En banderillas tendría que haberle dicho: 'mano a la izquierda y con tres tandas buenas pones esto boca abajo; por el derecho, ¡ni verlo!' Los televisivos ponían cataplasmas diciendo que el toro había cambiado pero no era verdad ya que por ese pitón derecho jamás había embestido con claridad.



Insistió por la derecha con el toro protestando cada vez más y al fin se decidió al natural. El problema es que el buendía era de pronto y en la mano y a estas alturas ya era tarde. Iba con la cara a media altura y sin ganas de colaborar. Al final, desarme y distracciones del toro, que estaba molesto por no haberse sentido toreado.



Se perfila larguísimo (error habitual en él y en muchos otros) y se tira como siempre, o sea, de cualquier manera: 



Observen que el toro pega un salto y no obedece a esa mano izquierda que se limita a llevar el delantal, sin mando y sin obligar a humillar. La derecha, por las nubes:



La cogida fue espeluznante. El milagro fue que no tenía sangre, sólo se llevó la tremenda paliza. Quizá por eso los toreros prefieren esas caritas que cierran ya que nunca sabremos si un toro con los pitones más abiertos hubiera sacado las tripas al maestro. 


FOTO: Enfoque Taurino

Lo mató Román de esta casi entera tendida y trasera con las precauciones que ven:




La conclusión es que no nos pareció una corrida memorable, como habrán comprobado si han llegado hasta aquí. Lo único para el recuerdo será esa cogida tremebunda donde menos mal que el toro no hizo por el diestro cuando estaba caído junto al estribo. Manolet desde el cielo debió de decir: 'ha tenido más suerte que yo con Pocapena'.


FOTO: Enfoque Taurino

Repite La Quinta en Castellón. ¿Ustedes se desplazarían? Hombre, si nos garantizasen los diestros una suerte de varas con los toros bien puestos de largo, quizá sí. La alegría con que se arrancaron éstos de Valencia podría repetirse aunque luego se estrellen inevitable y penosamente contra los catafractos. Pero ¿podemos esperar eso de Ferrera, Fandi y Escribano cuando de entrada cuentan con no fatigar demasiado a sus enemigos teniendo que banderillear?

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.

5 comentarios:

  1. Creo que has sido muy cicatero con la valoración de la casta de la corrida. No fue tonta, tuvo gas, violencia, no se dejó torear fácilmente, no dobló una mano... El cuarto me encantó, parecía Albeserrada.

    Creo que Román dio la cara, planteó faena, los ligó a su manera (algo descargado y poco vertical) pero la dejó delante y no perdió pasos. No dio el pasito que creo que Borja Jiménez hubiera dado. Pero estuvo muy generoso. Dejando a la corrida cruda en el caballo y no tapándola (más bien lo contrario) en la muleta. Por cierto, extraordinario el puyazos de Puchano.

    Sobre los pitones. Yo no pondría la mano en el fuego, ¿la Quinta enfunda? Pues entonces... Por cojones tiene que limpiar y lustrar.

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    1. Ojo porque lo de las fundas no es matemático. Una vez que han metido el toro en el mueco para quitárselas hay cuatro posibilidades: no tocar nada, hacer la bolita, afeitar... o afilar.

      Yo violencia y gas no vi. Sí que vi algunos galopes alegres, especialmente desaprovechados en varas. De acuerdo en lo del cuarto, el más satisfactorio. Ojalá hubiera habido tres más como ése.

      Puedo estar de acuerdo en que Román no tapó la corrida con la muleta pero me gustaría que me recordases un pase bueno que diera.

      Saludos

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  2. Juan Ramón Ródenas22 de marzo de 2025, 23:53

    Buenas Rafa .

    Como me temía la cosa no era para tanto como en algunos sitios había leído . Ese puyazo que se ha visto tanto esta semana en vídeos es lo mínimo que se le debería de pedir a los picadores y matadores y así lo deberíamos de hacerlo ver. Nos han dado un bombón ¿pero cuántos nos roban cada tarde? Con respecto a la cogida, en tu foto se aprecia perfectamente desde lo lejos que se tira .

    Saludos

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    1. Si un toro tardea y su pelea luego es inexistente puedo entender que se acelere el primer tercio pero en toros cómo estos de Valencia fue una vergüenza no lucirlos, por lo menos para ver su galope de largo. La lógica marcaría que el primero en quejarse no fuese yo sino el ganadero y en segundo lugar, la afición.

      Efectivamente Jiménez se perfiló lejísimos. Fue un error grave ante un toro al que había que cazar de cerca porque por ese pitón derecho que tenía que salvar había demostrado desde el capote de recibo que no tragaba.

      Saludos

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  3. A Joan:

    Me dicen de Valencia que ni se me ocurra apostar por que no tuvieran boliche los toros...

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