domingo, 3 de enero de 2021

'CATALÁN', DE MIURA: ¿FUE PARA TANTO?

'¡Cuánto daño me ha hecho ese toro!' Esto decía Bombita ya retirado a unos amigos suyos cuando le sacaban por enésima vez el nombre de aquel toro de Miura con el que se ganó una buena bronca en Madrid. Tiempo después de aquello vino su pleito con los miuras aunque recuerden las estadísticas que comentábamos aquí, donde Bombita resultaba ser quien más miuras mató en su carrera en porcentaje respecto al total de encastes . Pero ¿realmente fue para tanto ese Catalán y tan grande el enfado del público? Aquí tienen al protagonista:



La cabeza la compró el empresario de Madrid, Pedro Niembro, amigo personal de los Miura. Él la disecó y se la regaló a la familia. La corrida tuvo lugar el primer domingo de octubre de 1902, que caía en el día 5. Empezó a las cuatro de la tarde y el cartel era éste:



Se saldó con pitos para Quinito, dos broncas para Pastor y división y bronca para Bombita. Como se ve, los toros estuvieron por encima de los toreros pero cuenten con que la ruidosa incomodidad del público vino dada especialmente por el desacierto de los espadas al matar. Miren este titular:



Los toros fueron tres negros, dos cárdenos y uno colorado chorreado en verdugo. Entre cinco tomaron treinta y tres varas y mataron quince caballos. 


Es Chano picando el primero de la tarde. Se ve a Bombita a la izquierda de la imagen

Decimos entre cinco porque fue imposible picar al cuarto ni aun echándole encima los caballos. Fue un manso de carreta al que tostaron. Ojo porque con lo de las varas y los caballos muertos hay que ir con mucho cuidado. Veamos un ejemplo. 

En el caso de Catalán, unos dicen ocho varas, otros nueve, El Globo diez y El Liberal once (!). Cuarenta años después, en El Ruedo repiten lo de las once varas. Es curioso que en el opúsculo Toros Célebres de 1908 sólo le apuntan cinco. Creemos que lo correcto debieron de ser nueve varas y seis caballos muertos porque tres medios coinciden, no por otra cosa (aunque también se apunta cinco caballos y no seis). Y de la vuelta al ruedo ya hablaremos. Lo del indulto es una salida de pata de banco del crítico de Sol y Sombra.

Los tres picadores de Bombita que le hicieron frente fueron Arriero (retirado con un puntazo en el muslo después de la sexta vara), Gacha (retirado por fuerte contusión en el brazo tras la segunda que dio) y Pino (que se retiró por su propio pie porque sólo se llevó un batacazo sin males mayores). 

Ya hemos dicho que el público terminó de uñas con los maestros. Quinito mató muy mal y fue pitado en ambos. Cuando dobló el segundo, una crítica pone con gracia 'ovación de pitos'. Piensen que Quinito le dio pases con todo el peonaje en círculo rodeando al toro y echándole capotes de vez en cuando. Al terminar el festejo se peleó con su apoderado, que era quien le había obligado a anunciarse en esta corrida. Una semana después se sacó la espina también con miuras en El Pilar. Esta foto es con el primer miura:



Vicente Pastor se presentaba por primera vez con su nombre en lugar de con el apelativo de Chico de la Blusa. Estuvo muy mal dando 'simulacros de pases'. Liquidó a sus dos oponentes con un total de cuatro bajonazos que soliviantaron al personal. Para hacer un poco de honor al diestro, ponemos esta bonita lámina a partir de una buena estocada suya sin saltar que no corresponde a aquella tarde sino a 1916:



Resaltamos lo de que no saltó porque ya saben que Pastor fue el inventor del julipié como explicábamos aquí. El día que nos ocupa estuvo tan mal que en una crítica le dedican estos versos con sorna:


- ¿Es El Chico de la Blusa?

- No, ahora es Vicente Pastor

- Pues Vicente, sin apodo...

- ...está quedando peor


Bombita tuvo división en su primero, de nombre Caserito, donde se destaca que le pasó la montera por la cara. Se confió y el toro lo enganchó por el pecho sin hacer carne. La estocada nunca fue la suerte favorita de Bombita. A éste su primero lo mató de un golletazo. Eso provocó la división entre los que valoraron la muleta y los que censuraron la espada.

Catalán salió después de que Lunario hubiera sembrado el pánico en el ruedo. Ponen unos que estaba bien colocado de defensas y otros que tenía poca cuerna. Vean de nuevo su imagen y compárenla con la del Carbonero de Concha y Sierra al que Pastor cortó la primera oreja que se concedió en Madrid. Por cierto, fíjense en que se cortaba la punta, nada que ver con hoy en día donde hay plazas como Pamplona en que el torero pasea algo que más parece el pellejo de una liebre muerta que la oreja de un toro:





Mató seis caballos y tomó las varas que ustedes quieran creer según lo dicho anteriormente. Así las cosas, Ricardo ofreció banderillas a sus dos compañeros pero éstos no las aceptaron. Esta situación, que solía ocurrir, es hoy impensable. Pareó por tanto junto a sus peones Barquero y Morenito. Pero cuando cogió la muleta se vio no sin sorpresa que el toro era noble. En una crónica pone 'nobilísimo' y en otra 'un borrego'. Ahí tienen a los dos:


 

O sea que tras su brava pelea en varas había quedado boyante para unos o pastueño para otros. El caso es que no nos aclaramos con lo que hizo Bombita Chico, que es como lo han visto anunciado ya que el Bombita a secas era su hermano Emilio. Para unos revisteros estuvo fatal, desconfiado y desacertado. En cambio hay otras crónicas como la de La Correspondencia de España donde dice que estuvo valiente y lucido, lean:



Dio veintiocho pases en seis minutos. En El País escriben 'faena excelente'. ¿A quién creemos? Pensamos que el público quedó decepcionado porque la inesperada bondad del toro estuvo por encima de la labor del maestro con la muleta. Esto que apunta El Día puede ser la clave: 



Si lo mata bien, la cosa se hubiera olvidado y es probable que Catalán no tuviera la fama que ha gozado después. El caso es que el de Tomares dio un sainete con un pinchazo atravesado y caído in soltar, dos más ('con pitorreo' según un crítico), media buena pero escupiéndose y un descabello. Oyó pitos abundantes con algunas palmas 'de los amigos'. Parece que la cosa está un poco lejos de 'la más grande bronca de su vida torera' como dice el Cossío.



Precisamente esta foto de abajo es de esa siguiente corrida con los veraguas, 'toros que sirven para aliviar a los diestros', según se decía entonces:



Toda la vida tuvo que leer y escuchar que había asesinado a ese miura. Se calmaron los ánimos mientras las mulillas arrastraban los cinco o seis jacos muertos. Cuando engancharon al toro, unos hablan de palmas, otros de grandes aplausos y otros de atronadora ovación. En unos sitios dicen que fue arrastrado con lentitud y en otros que se le dio una vuelta al ruedo, cosa entonces insólita:


Salvo error, no se repetirá en Madrid hasta seis años después con un cinqueño de Luis de Gama. 



En el Cossío mucho nos tememos que orinan fuera de tiesto poniendo que en medio de una estruendosa ovación le dieron tres vueltas al ruedo (!). En Sol y Sombra se descuelgan con que merecía el indulto, afirmación que nos parece un despropósito más digno de este siglo XXI que de hace ciento veinte años. Estos halagos de la misma publicación sí pueden ser más adecuados:



Después de haber consultado la prensa de la época, nuestra opinión es que la bronca a Bombita no fue para tanto y que la ovación al toro consistió en un agravio al diestro. Le quisieron pasar factura aplaudiendo a un toro que, si no es por lo explicado, se arrastra sin mayor novedad. Los aficionados de Madrid suelen protagonizar este tipo de humillaciones para molestar al torero, que pregunten entre otros a El Fundi.

Muchos años después, Corrochano quiso tapar el fiasco de Domingo Ortega con Tapabocas recordando que el mejor escribano echa un borrón como sucedió con Bombita y Catalán. La comparación quizás estaba un poco fuera de lugar por ser circunstancias y diestros diferentes.

Alguno de ustedes pensará que las varas y los caballos muertos en esta corrida de Miura es lo que hace que se hable tanto de ella. Pues no fue nada extraordinario. Hemos buscado al azar varias corridas de ese mismo año y los números son similares. En ésta hubo 33 varas y 15 caballos muertos. En la de Félix Gómez, 40 y 6. En la de Conradi, 41 y 15. En una de las de Veragua, 37 y 6. En la de Ibarra, 41 y 10. Sí reconoceremos que no era normal que un solo toro matase cinco o seis caballos como fue el caso de Catalán.

Testigo de la alternativa que El Algabeño dio a Bombita fue Domingo del Campo, Dominguín. Otro miura lo había matado dos años antes en Barcelona al arrollarlo tras salir huyendo del hierro. El Algabeño se quedó sólo con las seis reses. Imagínense el trago sabiendo que su compañero se estaba muriendo en la enfermería con la safena destrozada. A pesar de ello, salió airoso y después pagó el entierro de su colega. El toro se llamaba Desertor en unos sitios y Receptor en algún otro. 



En 1910 salió en México un hermano de Catalán que se llamaba igual. Era esperado con expectación por la fama del de Bombita. Pues resultó un manso que huía hasta de su sombra. Lo mató Pepete pero el maestro ignoraba entonces que unos meses después dejaría su vida en los pitones de otro de Parladé en Murcia. Era el primero y le partió la femoral al hacerle un quite en la quinta vara. Fue Machaquito quien tuvo que matar toda la corrida.

Pepete no se había anunciado en esa plaza porque no llegó a un acuerdo económico con el empresario. Toreó aquella última tarde en sustitución precisamente de Bombita, herido en Málaga. 'Voy a disgusto a Murcia pero no quiero que Ricardo se queje de que le he desairado...' Esa cuadrilla de la imagen no era la suya, que estaba camino de San Sebastián para otra corrida del maestro, quien cambió los planes para bajar en solitario a Murcia por la sustitución:



No nos alargamos más pero para los que hayan tenido la inmensa paciencia de llegar hasta aquí en su lectura, les apuntamos los diestros que han usado como apodo el mismo que nuestro protagonista:

- Juan Fernández, Catalán, ilerdense criado en Sevilla. Empezó en la cuadrilla de Juan León y acabó sus días apuñalado en una riña por un fulano de Osuna.

- Juan Marimón, Catalán, de Falset, a cuarenta kilómetros de donde les escribimos. Actuó de peón con El Tato.

- Miguel Ballart, Catalán, barcelonés que toreó en los años setenta del siglo XIX con regular fortuna.

Con la historia de Bombita y Catalán habrán comprobado que son muchas las cosas que habría que revisar en la historia de la tauromaquia. Conforme pasa el tiempo, los aficionados repiten lo que oyen o leen pero las historias se van deformando adoptando siempre aires míticos. No se suele acudir a las fuentes y se termina haciendo buena la frase final de 'El hombre que mató a Liberty Valance'. Si la verdad estropea la leyenda, olvidemos la verdad y...

'PRINT THE LEGEND'

¿Qué leyendas se imprimirán sobre las gestas de nuestras actuales figuras?

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.




6 comentarios:

  1. Súper interesante el artículo, aprendo un montón leyéndole y además de aprender disfruto como un enano.
    Pero en este caso, y siendo consciente que es una nimiedad, creo que en una foto de una cabeza toro disecada o naturalizada muchas veces no presenta una imagen real del toro. Traigo el tema a colación dado que expone dos cabezas de toros disecadas para comparar y creo que son un retrato un muchas distorsionado del toro portador de esa cabeza. Como ejemplo claro se me ocurre el toro Cartujillo de Samuel Flores que lidió Ponce en Bilbao. En los vídeos y fotos de la faena se ve un toro cornalón pero en la cabeza del toro que vemos disecada en la plaza las defensas han aumentado una cuarta...

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    1. Muchas gracias, me alegro de que pase un buen rato con nuestro modesto blog.

      Tenemos algún amigo lector que diseca cabezas de toros e incluso animales enteros. Está claro que el taxidermista puede manipular a su antojo los cuernos. Él ha disecado toros afeitados y los ha dejado impecables.

      En este caso me pareció oportuno comparar ambas cabezas para ver que la del miura no era nada del otro mundo. La del toro de Pastor no creo que la hayan modificado. Vaya a la entrada que enlazo al hablar del julipié y amplíe la foto última. Verá que la cara parece la misma.

      Saludos.

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  2. "Inmensa paciencia"... nunca necesaria para leer sus fascinantes escritos e interesantes crónicas. Al buen aficionado esto es pan de lujo, privilegio de sapiencia. Gracias por su profunda investigación y arte de escriba. Enhorabuena Dn. Rafa. Mil gracias. // Atte., Torotino

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    1. Insisto en lo de la paciencia aunque le agradezco mucho su comprensión.

      Saludos.

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    2. Una lección de auténtica "memoria histórica".

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    3. Por lo menos intento justificar los argumentos cuando se trata de la memoria histórica taurina, no como la que los políticos nos quieren meter con calzador.

      Saludos.

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