PRIETO DE LA CAL EN TAFALLA: MEJOR DE LO ESPERADO

Teníamos la mosca tras la oreja después de ver los dos toros de esta vacada lidiados en la copita Chenel. Pero manteníamos la esperanza gracias al que salió en la concurso de Cenicientos. Al final la corrida superó las previsiones más pesimistas, entre ellas, las nuestras.

Los toros tuvieron una presencia muy correcta en conjunto, se pusieron largos en varas por mor de la ruidosa petición de bastantes aficionados tafalleses y aún tuvieron gas para seguir las muletas de los tres diestros.

El trajín al que se habían visto sometidos era agotador: seis horas para embarcarlos en la finca terminando la faena de noche con las luces de los coches enfocando los toros, desencajonamiento el viernes, encierrillo a las ocho para subirlos al corral de Escolapios y encierro a las nueve para atenuar el síndrome de abstinencia de los buenos corredores navarros.

Uno de los previstos no salió por haber sufrido tres cornadas en los corrales. Hubo que optar finalmente entre el que salió primero en mala hora y el que se quedó como primer sobrero (que era el del cartel de la corrida que veían en una entrada anterior).

El encierro se saldó con la única novedad de este Tortolillo que se cayó antes de acceder al callejón y se levantó para correr en dirección contraria sembrando el desconcierto:

Los toros tuvieron la fuerza justita y ninguna fiereza pero acudieron diecisiete veces al caballo y se sobrepusieron a todo el manejo que hemos descrito antes. De entre los picadores destacaremos a Rafita Agudo, que estuvo especialmente valiente al intentar parar al cuarto con el regatón y casi tiene un disgusto. Recuerden que lo incluíamos en nuestro elenco de picadores favoritos para aquella corrida que iba a organizar una hipotética ADAC española (recuérdenla pulsando aquí y ojo no haya una sorpresa al respecto en 2022).

Sostuvimos este diálogo con él:

- Rafa, enhorabuena por ese puyazo con el regatón, ha sido fenomenal

- Muchas gracias, hombre

- Casi te caes en la cara del toro y tienes un susto gordo, ¿eh?

- Sí... pero me lo mandó el maestro (hace un gesto de resignación)

- Eso se lo mandan a los picadores valientes. Fíjate en que la ovación de la tarde ha sido para ti.

El Ayuntamiento no puso un euro en la organización del festejo aunque sí pagó el vallado del encierro. No hubo banda de música ni gaiteros para las banderillas y los clarines sonaron grabados. Pero no sopló el viento, que suele ser un tan molesto como habitual invitado en este coso.

SÁNCHEZ-VARA. Su primero no valió para nada. Salió abúlico, sin ni siquiera oler los burladeros. Era casi seiseño, con trapío pero parado y reservón. Llevaba una cornada en la bragada izquierda, ahí se aprecia:

A pesar de su nula raza, rasgó la capa de Sánchez-Vara y lo mismo le hizo después su segundo:

No se empleó en el caballo pero cobró igualmente porque el picador no hizo ni repajolero caso al maestro cuando éste le ordenaba que parase la carnicería.

Hubo un discreto segundo tercio del diestro porque el toro estaba ya aplomado. Vio rápido que el pitón menos malo era el izquierdo e intentó sacar petróleo.

La cosa languidecía y lo liquidó de un pinchazo caído y una tendida también caída escupiéndose:

Su segundo se llamaba Rompedor, el que más remató en los burladeros:

Lo recibió con una larga de rodillas en tablas y lo lució después en el caballo. Primer puyazo de bravo empujando bien y sacando el caballo al tercio, segundo en que se viene de largo pero sale suelto y tercero con el regatón como hemos comentado antes. Es éste que ven:

Sánchez-Vara puso un muy buen primer par, ahí lo tienen:

El toro era pronto y con una cierta codicia que le hacía pegar un gañafoncillo al final del viaje. De uno como Sánchez-Vara esperábamos que lo dominase y le corrigiese ese defecto. Pues nuestro gozo, al pozo.

Lo vimos embarullado y acelerado. Entre él y el toro cabía el carrico del helado. Los pases fueron trapazos y terminó convirtiendo el gañafoncillo en gañafón. No pudo con el toro y eso, en este diestro, es noticia. Con la izquierda no lo quiso ni ver, ni un pase.

Tras esa media trasera y tendida que han visto, lo descabelló en los medios, de donde el toro no se iba. Aplausos merecidos en el arrastre:

SERAFÍN MARÍN. Lo único bueno que hizo fue lucir sus dos toros en el caballo. No obstante, seguimos con la duda de si lo hizo para contentar a los aficionados o para tener menos que torear.

Su primero era cornidelantero, vareado de carnes y blando:

Fue cinco veces al peto contando dos al reserva. La cuarta y la quinta vara las tomó de largo y el picador señaló correctamente. ¡Qué poco cuesta hacer las cosas bien contentando al aficionado y no quebrantando en demasía al animal!

Observen este par que puso Macías donde la banderilla derecha penetra en uno de los boquetes de la puya. Fíjense en que se ha hundido el color amarillo:

El mismo Macías se encargó de sacarla de ahí porque era como una estocada corta:

El toro tenía un buen pitón izquierdo pero Marín no lo vio. Lo quiso llevar a media altura pero como encima dudaba, el veragua se le subió a las barbas. Mal el catalán sin paliativos como no sea el de su inactividad:

Lógico sainete para cuadrar, metisaca muy feo y el toro que muere en el tercio.

El quinto era el que había retrocedido en el encierro, negro, enmorrillado, abanto y sin rematar en ninguna madera:

Lo puso cuatro veces al caballo y si no llega a ser porque el presidente Goñi cambió el tercio, todavía estaríamos en la plaza contando puyazos. Conste que en el segundo se repuchó y en los dos siguientes huyó al hierro del Bala:

Era otro animal pronto y noble que embestía comiéndole el terreno. Como no lo llevaba bien tapado, perdió nítidamente la partida:

Se tragó un mínimo de treinta pases y ni uno bueno:

Lo mandó al otro mundo pegándole un puñetazo para dejar una casi entera delantera y desprendida más tres descabellos.

JAVIER OROZCO. Ya saben que iba para futbolista pero prefirió la tauromaquia. Coge el capote cortito, como nos gusta a nosotros, aunque aquí no se aprecia:

Su primero fue este cinqueño cornilevantado y serio:

Se vino celérico en el primer puyazo ignorando que el piquero le iba a hacer tres agujeros por el precio de uno. Aquí los tienen: el pequeño de la izquierda, el de atrás y el de la puya. La foto es sólo del primer encuentro, tienen que creernos:

Excelente tercio de banderillas de Donaire y Mayoral. Éste es Juan Carlos Donaire, a quien ya alabamos en la novillada de Raso en Pedrajas, pulsen aquí. Es un gran subalterno aunque también con algunos de los resabios inevitables entre los de su clase:

Tardó Orozco en darse cuenta de que el toro no se comía a nadie. Es diestro fino al que los toros no puntean nunca la tela:

De novillero ya le vimos una izquierda de categoría a pesar de que en esta faena nos la mostró con cuentagotas:

Lamentablemente, cuando por fin se dio cuenta de que el de Prieto de la Cal no robaba ni mataba, había perdido dos tandas y media. A pesar de ello, dio al toro un total de treinta y cinco pases.

Es bastante pinchaúvas pero sonó la flauta y dejó esta rinconera sin puntilla y sin pegar el telonazo tras haber marrado antes cuando la espada resbaló en una banderilla. Cortó una oreja que no nos molesta:

El último fue este toro negro, astracanado y terciado:

Se derrumbó en el recibo de capa y, a pesar de ello,  el picador le pegó una paliza indignante y repugnante ante la mirada autista del maestro. Fue una vergüenza esa carnicería a un toro que acababa de rodar por el suelo.

Pero si no queríamos caldo, taza y media. Lo colocó para una segunda vara a la que el toro no quería ir ni harto de vino y cuando al final acudió, recibió otra somanta del asesino a caballo. Luego el maestro quería que embistiese a la muleta...

Naturalmente, el toro se paró y se dedicó a defenderse no por tener mala idea sino porque no podía con su alma tras la infame paliza recibida.

Aquí resurgió el Orozco pinchaúvas. Pinchó por tres veces, todas entrando con miedo indisimulado. Terminó con tres descabellos.

Con sus luces y sombras fue una corrida que superó ampliamente nuestras expectativas. Añadan a ello que tuvimos la felicidad de saludar a aficionados de Madrid, Castellón, Tafalla, Olite, Fitero, Vic-Fezensac, Zaragoza... Además comimos opíparamente o sea que, como cantaba Gene Kelly, can you ask for anything more?

Saludos cordiales desde Tafalla. Rafa.