martes, 30 de abril de 2024

FERIA DE 3PUYAZOS, 2024 (5). DOLORES AGUIRRE

 HAY UN DIOS

Y como hay Dios, los amigos de 3Puyazos cerraron la feria con buen sabor de boca. Es lo que se merecían, lejos de aquellas caras largas con que habían terminado el festejo vespertino. 

Buen juego de los aguirres, cuyo balance fue: ovación, azul, aplausos, división, palmas y aplausos. Observábamos cómo doña María Isabel se santiguaba en el instante en que el alguacilillo accedía al ruedo con los clarines. Dios lo vio y estuvo por la labor de ayudar a que los toros colaborasen con los deseos de la propietaria y, de paso, compensasen los desvelos y el trabajo ímprobo del Club.



Además los premios no quedaron desiertos como verán. Todo fue viento en popa excepto una cosa: Castaño cometió la locura de tirarse a matar sin muleta. El toro no le sacó las tripas porque el mismo Dios no quiso. Cuando luego se fue a porta gayola en el segundo, el toro se revolvió y lo arrolló rompiéndole un par de costillas y afectándole las vértebras. Poca cosa para dos cogidas que, entre una y otra, pudieron acabar cantándole el gorigori.



Respecto a los toros, acudieron veintitrés veces al caballo y todas al galope menos un par. Tardearon más o menos, escarbó alguno de ellos pero no nos podemos quejar de pegapuyacismo. Al contrario, estábamos pensando qué pasaría con la mayoría de corridas del próximo serial isidril si los toros acudieran más de veinte veces al peto. En la muleta no dieron los problemas que algunos esperaban o deseaban. Lo decimos porque en esta vacada siempre se cuenta con que saquen titadine en mayor o menor medida. No hubo dinamita comprimida de este tipo, ni siquiera pólvora de mascletà. En la muleta, gran nobleza aun sin dar ninguna impresión de borreguismo y con la necesidad de llevarlos bien para que no se soliviantasen.



El comportamiento de la banda del castoreño fue menos censurable que la tarde anterior. Destacaron Peralta el premiado, a pesar de una carioca en su primer encuentro, y Réhabi, muy torero y con ganas de agradar, aunque fallando a la hora de pinchar. Por cierto, observen la puya de tientas porque, salvo mejor opinión, se nos antoja bastante dañina para lo que debería ser. Pueden compararla con la de Vic-Fezensac más abajo. Tome nota el Club:




Dos tercios buenos de entrada, meteorología favorable y satisfacción general al acabar el festejo. En la feria estuvieron Jesús Cobaleda, María José Majeroni, Prieto de la Cal jr., Rubio y Reta, que sepamos. El presidente de 3Puyazos emplazó a los aficionados para el año que viene, lo cual es la mejor noticia que nos podía dar:



SERRANO. Su primero era este negro bragado, gordo y lustroso al que recibió muy bien de capa:




Apareció Cedillo montando a Gorila y nos las prometíamos felicísimas ya que creíamos que nos iba a ofrecer una lección de doma con su caballo. Pues que si quieres arroz, Catalina. Se atornilló a la arena y no se movía ni por pienso. Es acongojante. Por lo menos pensábamos que ya que no tenía ganas de montar, como mínimo pincharía bien. Pues en el primer encuentro hizo tres agujeros por el precio de uno y en el segundo, dos más. La imagen primera era de cómo el toro se arrancó en el cuarto puyazo:



Ojo porque a la salida del caballo el tal Pitillito pegó un trotecillo para irse a zona de chiqueros. En el último tercio el toro tenía fuelle y no era tonto. Serrano se lo pasó con firmeza y con soltura aunque picando un poco:



Vean ese rabo enhiesto marca de la casa y la serenidad con que se desempeñó el albaceteño. Nos pareció que estuvo mejor con la ayuda que sin ella:



Tres pinchazos, dos de ellos perdiendo la muleta, y esta casi entera, con el palillo horizontal para cegarlo, que bastó tras el derrame del toro: 




Su segundo fue otro Pitillito, un pavo chorreado en morcillo, listón y ligeramente bragado, vean:




No faltaron en toda la feria los capotes enseñados sin vergüenza por los que no la tienen en los burladeros:



Se le coló por el izquierdo y el diestro empezó a decir que el toro no veía. La orden al piquero fue matarlo ya que no le podían poner gafas. Cuatro entradas con pelea nada memorable excepto las arrancadas al galope, que no es poco. Aquí tienen cómo va a la cuarta y luego el derribo por marronazo de Romero y pérdida de equilibrio más que por el empuje del toro:




En banderillas olía a caca porque los peones tenían un miedo indisimulable. En cinco pasadas, cuatro palos. Mientras, nos llamaba la atención que el toro estaba encampanado, con la cabeza exageradamente levantada:



Luego dedujimos que no era por chulería sino porque seguramente tenía problemas respiratorios ya que le debían de haber lesionado en el pulmón. Pegó tres arreones como éste en sendas embestidas furibundas pero a la cuarta se paró en seco:



Por eso estamos convencidos de que el maestro lo había matado en el caballo. Estas posturitas y muecas posteriores no tapan su desfachatez. Pero vean los cuernos levantados por esa posición forzada del cuello dadas esas dificultades en las vías respiratorias que le suponemos. Nos quedaremos con la duda de si éste hubiera sido el aguirre con titadine:



Lo terminó de matar con esta honda, perpendicular y ladeada arriba pero jugando fatal la mano izquierda como se aprecia:



Mató tres toros por la cogida de Castaño. Este fue un melocotón, listón, levemente anteado y bociblanco:




Esta vez el maestro ordenó tratarlo con guante blanco en el caballo, quizá porque tenía cargo de conciencia tras lo que había perpetrado antes.

Nuevo canguis con los palos: otras cinco pasadas para dejar cuatro. El animal blandeaba y punteaba la tela:



Serrano lo toreó a media altura para evitar claudicaciones. Por momentos llegó a gustarse ya que el aguirre no sacó nada del carácter de Dolores ni del de su hija. Además estaba loco por la madera:



Estocada desprendida tapando la cara. Ahí ven que el palillo no apunta al morro sino que va horizontal pegando el telonazo:



Lo mejor que hizo el melocotón fue tener una bella muerte... en chiqueros, que es donde quería vivir:




DAMIÁN CASTAÑO. Apareció con excelente predisposición, tanta que terminó en el hospital. Su primero fue este negro mate, zaíno y apretado de carnes al que recibió en toriles:




Luego se estiró bien a la verónica sin dar el paso atrás:



Peña picó en el lomo. Es igual, lo aplaudieron porque este hombre goza del beneplácito de la afición y contra eso no hay nada que hacer a pesar de que esté muchas veces mal. Comprueben que la sangre manaba por detrás del brazuelo:



Tapó la salida con alevosía. La foto engaña porque habiendo espacio para abrirlo siguió cerrándolo:



Como este Cañonero fue azuleado, anotaremos su prestación en el caballo: un primero en que empuja y se encela cobrando trasero; un segundo en el que le hace dos agujeros en el lomo; un tercero en que galopa de largo y tras empujar se suelta y un cuarto donde acude al paso y le señalan. 

Apretó para adentro en el segundo tercio y Castaño brindó a la ganadera: 



Se puso a torear en el platillo sin probaturas, cosa de mucho valor ante según qué hierros. El toro se venía como un tren:



Dio distancia comprobando que el animal era noble, fijo, empapado y humillador.  A eso lo llaman tener un excelente son. Se lo pasó cerca con decisión y valentía, especialmente al natural:



Se equivocó perfilándose en la suerte contraria y para estupefacción del respetable, arrojó los avíos y se tiró sin muleta de manera totalmente censurable. Observen que el toro está bastante pasivo porque si llega a pegar el arreón de Bilbatero el año pasado, lo parte por la mitad. Comparen la actitud de los dos de Aguirre:




Lo del salmantino es censurable por su temeridad, que nunca jamás justificaremos dado que está al alcance de cualquier loco. También es censurable porque, si vas a hacer eso, te tiras en el segundo toro y no en el primero. El tal Cañonero no le sacó los intestinos por esa pasividad en su última embestida que hemos visto.



Había clavado media tendida que el toro escupió y después necesitó seis descabellos que dejaron la cosa en sendas vueltas al ruedo. Aunque el azul igual resultó exagerado, aplaudimos con gusto al toro:



Fue atendido y regresó para volver genuflexo a chiqueros ante el melocotón. La larga resultó bien pero el toro se revolvió como un felino sin darle tiempo a levantarse. Lo enganchó a favor de querencia y gracias a Dios que no le acertó en el cuello porque lo deja seco ahí mismo. Al final, las lesiones óseas que hemos comentado arriba:





MONTERO. Muchos de los presentes era la primera vez que lo veían. A nosotros ya saben que nos gustó mucho como novillero cuando se montaba encima de los toros. Con la alternativa, las cosas cambian, especialmente por la inactividad. Salvo que alguien nos rectifique, toreó saltillos en Añover en agosto, un desafío en Valdepeñas poco después y hace quince días otra corrida con Sánchez-Vara en El Molar. Se presentó en San Agustín acompañado por la mejor cuadrilla de la feria con diferencia.

Su primero fue este negro listón, bien encornado y muy serio:



Antonio Peralta se llevó el premio pero no le perdonamos que carioquease en este primer encuentro. Miren su mano izquierda letal:



Su padre fue picador de Domingo Valderrama y su abuelo, vaquero de toda la vida en casa de don Tomás Prieto de la Cal y Dibildos. Este es el toro arrancándose de muy largo en el cuarto. Ya ven que la noticia es que no picó trasero pero debería meterse la mano izquierda en el bolsillo:



Bien Galán en la brega y muy bien Tornay con los palos. Observen que vino con el mismo terno verde limón y plata con cabos negros con el que un toro de Aguirre casi lo mata en Vic. No es supersticioso, está claro, igual que Antonio Bienvenida tras su terrorífica cornada de 1958. La primera foto es de Vic y la segunda de Guadalix:




Montero anduvo gritón y acelerado mientras el toro embestía sin sentirse dominado, enterándose y pegando cada vez más la tarascada. Esa humillación hubiera merecido mejor suerte:



Sainete al matar: tres pinchazos muy malos y puñalada a capón con telonazo más dos avisos:



El sexto fue este pavo aleonado, salpicado, astiblanco, listón y chorreado en morcillo:



Aquí lo tienen estirado: bien encornado y con poderosa grupa, que es lo que asusta a los toreros.



A caballo, Gabin Réhabi, quien, como decíamos al principio, estuvo en torero porque tiene afición por arrobas. El problema es que pinchó sin acertar tan bien como nos tiene acostumbrados. Ahí salta el toro a su encuentro y se aprecia mejor la musculatura lumbar:



Y abajo el francés, sin tapar la salida ni carioquear, miren su mano izquierda:



De nuevo Tornay estuvo excelente y se llevó el premio del Club. Hizo un favor a su compañero poniendo dos pares:




El maestro brindó a María Isabel y ha sido la vez que mejor le hemos visto, aunque sólo en las dos primeras tandas: sereno, valiente y corriendo bien la mano:



Luego puso el turbo porque es incapaz de ralentizar su actuación a pesar de que esas aceleraciones son contraproducentes. Los únicos tres naturales que pegó salieron sucios aunque la foto le hace más justicia que el directo:



Esta vez alargó el brazo para dejar una entera desprendida por lo menos sin cerrar los ojos en el embroque como hacen muchos otros demostrando poco valor:



Atención porque el tal Burgalito se echó por tres veces y otras tantas se levantó, mientras Tornay esperaba para apuntillarlo:



Cuando por fin se acercó, ni por ésas el aguirre quería entregar su vida, observen. Ése fue su cuarto intento de levantarse pero en vano:



Bella muerte del toro y vuelta al ruedo del diestro, que debió de saberle a gloria. Pizarro saludó, de lo que no nos quejaremos, pero dio una vuelta al ruedo excesiva:



Fin de fiesta feliz para la ganadera, los del ruedo, los premiados, el público y los socios del Club. Sólo faltó Castaño...





Que todas las corridas sean como ésta, señores. Está claro que no fue redonda pero el marido de María Isabel decía: 'ojalá nos salieran todas así, pongo la mano en el fuego... ¡bueno, la mano y la cabeza!'



La foto anterior es de cuando María Isabel acababa de santiguarse antes del paseíllo. Pero ¿qué pensaría doña Dolores viendo el festejo desde el cielo? Estamos convencidos de que coincidiría con los de la dinamita. Recuerden que ella sostenía que su sueño era 'que le den una vuelta al ruedo a un toro mío por haber sido completo y que triunfe también el torero... ¡pero después de haberlo pasado un poquito mal!' Y sonreía con una mirada pícara...

Aquí los toreros torearon pasándolo bastante bien para lo que es la fama de este hierro ya que no hubo ninguna aspereza en las embestidas. Ése es el único pero que podríamos poner a una corrida como ésta.

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.