Antonio Lorca publicó un interesante artículo donde calificaba a Alfonso Ordóñez como el decano de los toreros sevillanos. Nos sabe mal tener que enmendarle la plana pero habrá que dar al César lo que es del César.
El artículo en cuestión lo pueden leer pulsando aquí. Si hablamos de toreros que no llegaron a tomar la alternativa, como fue el caso de Alfonso, hay otro que sigue vivo y es siete años mayor. Nos referimos a éste de la foto:
Es Antonio Luque Gago, hermano de Andrés y sobrino del otro Andrés y de Fernando. Vive todavía en Sevilla y goza... de salud, dejémoslo ahí. Nació en 1931 mientras que Ordóñez es de 1938.
La panadería del padre de los Luque Gago estaba en la calle del Relator a tan solo veinte metros de la casa donde vivían los Gallo. Y sepan también que su tío Fernando fue subalterno de Belmonte, Gitanillo el viejo, Arruza y Manolo Dos Santos. Él siempre les hablaba de Alfredo David como el peón más completo que había visto.
Antonio, a quien veían de paisano, empezó antes que Andrés pero ya había aprendido el oficio de panadero con su padre. Fue quien convenció a su hermano de que entrase en la tauromaquia por si las cosas iban mal. Andrés se metió en la parte seria del espectáculo cómico El Hombre Gordo, que no era otro que Juanillo, El de las Puertas (vendía puertas en Sevilla). Ahí empezó su carrera que luego tendría más fama que la de nuestro protagonista.
Aquí se anuncia como novillero en Osuna en un cartel de relumbrón:
El otro tío, Andrés, fue el apoderado de Carlos Arruza y Manolo Dos Santos. Él envió a Antonio a Salamanca a tentar cientos de vacas pero cuando debutó como novillero seguía estando verde y un animal le partió una pierna. Con el tiempo ése será uno de los dos únicos percances que sufrirá en la profesión. Pocos pueden decir lo mismo.
Aquí lo tienen de novillero en Zamora en 1948. Tenía una fuerza hercúlea. Cogía a cualquier fulano por las axilas y lo levantaba un palmo del suelo:
Una vez un toro encunó a Chicuelo II y lo zarandeaba sin hacer carne pero sin soltarlo. Nuestro amigo cogió al toro por la cabeza y libró al maestro. Hubiera hecho buen papel en la antigua Creta.
Ese mismo año de 1948 torea este festival en Ciudad Rodrigo:
Antonio empezó a ir suelto como banderillero hasta que un día Luis Miguel se fijó en cómo fue a buscar un toro que de salida se había aquerenciado en la manga. Andrés ya iba de peón con Dominguín y tuvieron este diálogo en el callejón al ver la pericia con que nuestro protagonista sacó el toro de allí:
- Oye, Andrés, ¿quién es ése?
- ¿Ése? ¡Pues mi hermano Antonio!
- ¿Tu hermano? Dile que se venga con nosotros
Sustituyó en la cuadrilla a Angelete. Aquí tenemos a ambos con el maestro:
En este cartel los vemos anunciados abajo cuando enumeran los integrantes de las cuadrillas (atención al elenco porque es de categoría):
Al acabar la temporada, Antonio siempre acompañaba a Luis Miguel a América y a la vuelta empalmaba yéndose con él a la finca que tenía en Andújar. Su mujer, María, tenía la mosca tras la oreja pero como su carácter era peor que el de un saltillo vacunado, mantenía al marido en cintura.
Solía banderillear todos los novillos o los toros en la misma corrida. En Sevilla nos consta que en 1952 y 1954 lo hizo con seis. En 1955, con siete de diferentes ganaderías:
Ese del '55 era un festival en que invitó a bajar a Julio Pérez 'Vito', diestro camero, gran banderillero pero inferior a su hermano Víctor Manuel (que era bizco, como su madre). Éste fue el momento:
A continuación pueden comprobar la maestría de Vito vestido de luces. Fue tan hábil con los palos como con la botella de tequila. No empinando el codo sino rompiéndola para abrirse paso en un bar mejicano ante tres que venían a ajustarle las cuentas. Resultó que una mejicana muy bonita y él sufrieron un flechazo mutuo y no estuvieron muy de acuerdo en ello ni el novio titular de la chica ni sus dos hermanos. Vito salvó la vida haciendo el molinillo con la citada botella y al día siguiente Arruza metió a los dos en un avión de vuelta a España donde se casaron:
Volviendo a Antonio, tiene el récord de haber banderilleado ocho novillos en la Maestranza. Fueron veinticuatro pares el año 1953. Hemos localizado uno de los que puso. ¿qué me dicen?
La foto anterior no tiene nada que envidiar a la de Gaona en Pamplona. Éste de abajo es de un mes antes a uno de Albaserrada:
El par que ven abajo fue yendo con Paco Mendes en la presentación de Bernadó en Barcelona, 1956:
Los pies siempre en el suelo, se han fijado, ¿verdad? En Barcelona aquella tarde le tocaron la música en banderillas:
Canito hizo este dibujo al día siguiente:
Lo sacaron a hombros de la plaza de Bogotá, hecho histórico que creemos no se ha vuelto a repetir. Fue en 1958 con toros de Torrocha.
En la feria de Lima de 1959 se anunció los cinco días y lidió todos los toros:
Era un ídolo en América. En muchos carteles se anunciaba en letras capitulares: Antonio Luque Gago banderilleará todos los toros. Esta foto es en Lima. Como siempre, los pies en el suelo porque un torero no debe saltar jamás, bajo ningún concepto:
Piensen que Antonio toreaba sesenta o setenta corridas al año y que las de América las cobraba en dólares. Imagínense lo que era venir a la España de finales de los cincuenta con dólares en el bolsillo cuando la peseta estaba por los suelos. Ya pueden suponer que la señora María era quien administraba celosamente esa fortuna. Con ella tuvo tres hijas pero la mayor, su preferida, murió de cáncer.
Anduvo en las cuadrillas de Luis Procuna, Parrita, Mondeño, Chicuelo II, Litri y el citado Dominguín entre muchísimos otros. De nuevo lo pueden ver con Luis Miguel junto a su picador Atienza:
Estuvo en danza hasta casi sus cincuenta años, cuando acompañaba a la albaceteña Maribel Atiénzar. Ahí lo tienen haciéndole el quite en Madrid en 1979:
El último par que puso en Sevilla fue éste que brinda acompañando también a Maribel ese mismo año:
Su único percance, aparte de la fractura en la pierna de novillero, fue una pequeña herida incisa en la mano derecha causada por un toro de Juan Mari en Barcelona en 1973. Cornadas, ni una, salvo que alguien nos rectifique.
La muerte es esa sombra que se pone a dar vueltas por el ruedo, decía Luis Miguel: lo importante es que cuando te coja el toro, no sea donde esté la sombra. A Antonio Luque Gago la sombra no le cogió ni en el ruedo ni en la vida hasta hoy. Dos veces la salvó de milagro.
La primera fue cuando tenía que volar con Chicuelo II a Bogotá. El maestro quiso adelantar dos días el viaje para hacer escala en Nueva York y Antonio prefirió mantener el vuelo previsto. El avión de Chicuelo se estrelló en Jamaica cuando iba de Estados Unidos a Colombia.
La segunda fue en Venezuela. Había estado con César Girón en la ganadería de Los Aránguez cuando el maestro quiso desandar lo andado por no sabemos qué que se le había olvidado. Debía recorrer de nuevo los ochenta kilómetros de carretera y Antonio dijo que no lo acompañaba. Girón se durmió mientras conducía, se metió debajo de un camión y el volante le destrozó el pecho matándolo en el acto.
Ya ven lo que son las cosas... o lo que, en el fondo, es el destino.
Véanlo de paisano en la despedida maestrante de su hermano Andrés, junto a Curro, Ojeda y Paula:
Acabamos aquí nuestro homenaje al genuino decano de los toreros sevillanos. El señor Lorca todavía está a tiempo de visitar a Luque Gago y rectificar su artículo. Le avisamos de que un amigo de Antonio nos dice que con la edad, 'tiene a veces muy mal vahído'. Siendo de Despeñaperros para abajo, no hace falta que le traduzcamos lo que significa, téngalo en cuenta.
Ah, y si habla con él, sepa que cuando se despidan, Antonio suele repetir esto:
'Oye, que muchas de las cosas que te he dicho son mentira, ¿eh?'
Es bastante embustero... pero toda la información que hemos aportado en esta entrada ha sido rigurosamente contrastada y a ello nos ha ayudado un amigo personal de Antonio, el otro Pepe Luis (recuerden aquí quién es). Nuestro blog es modesto pero intentamos no errar más de lo reglamentario.
Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.
¡Vaya colocación de banderillas, qué manera y qué don! ¡ESO es arte, técnica y verdad en el toreo clásico de los garapullos! Y es que así... así SÍ anima la afición.
ResponderEliminarHace unos días veía anunciado a Colombo --El Acróbata-- por su "destreza" en el tercio de banderillas. ¡Pero qué feo eso del arco y brinco, salto y vuelo al momento del encuentro con el toro! Tal vez sea un estilo que llegue a incorporarse en los juegos olímpicos, es decir, modalidad gimnasia.
He preguntado anteriormente, ¿no habrá alguien entre las amistades, entre la cuadrilla de Colombo que le aconseje lo contrario, que se libre de ese vicio tan pernicioso para la salud de la Fiesta brava? Cierto, no es primero ni el único pero... abruma un estilo así. ¿Vanidad fotogénica tal vez?
Un abrazo Dn. Rafa. // Atte., Torotino
Veo que se ha dado cuenta rápidamente de que Antonio Luque Gago era buenísimo.
EliminarLo del salto al clavar es una especie de cáncer y encima al público de aluvión parece encantarle, ¡qué le vamos a hacer!
Saludos.
¡¡¡Ooooooooole!!!
ResponderEliminarDeduzco que le ha gustado. Saludos.
EliminarEstimado amigo.
ResponderEliminar¡¡ Ooooole!! Por aquí abajo es una expresión que sale de muy dentro.Y en este caso,como en otros que se reflejan en este "modesto blog" , no es para expresar que me ha gustado el comentario,sino para reconocer y admirar el rigor,el esfuerzo,la amenidad y la delicadeza utilizada para poner en evidencia al taurinismo oficial , en esta ocasión (evidente),como en tantas otras en las que hay que molestarse para descubrir la realidad.
Conste qu tengo la “suerte” de ser casi vecino del sr.Ordóñez y haber platicado con él alguna que otra vez en las esperas de los Ambulatorios y por otra parte reconocer al sr crítico de el país como uno de los más solventes y que el artículo de referencia es magnífico.
Pero el movimiento se demuestra andando y con datos.
Saludos y disculpas por la extensión.
Pues si tiene ocasión de volver a platicar con Alfonso Ordóñez, le comenta lo que aquí se ha expuesto. Él conocía mucho a Andrés y seguro que también a Antonio. Andrés se refería a Alfonso como uno de los mejores compañeros que había tenido dentro y fuera del ruedo.
ResponderEliminarPor otro lado, demos el mérito que tiene a su paisano Curro, acérrimo seguidor del modesto blog. Él fue quien me puso sobre la pista de quién debería ser el genuino decano de los ilustres toreros sevillanos. A partir de ahí, tiré del hilo hasta sacar el ovillo de esta entrada.
Saludos.
Aprendiendo Rafa. Gracias
ResponderEliminarAprendemos entre todos, saludos.
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