FERIA DE CENICIENTOS, 2021 (1): CEBADA GAGO

 TOROS SIN SUERTE

El 99% de las crónicas taurinas suelen referirse a la poca suerte que tuvieron los toreros con el ganado. Pues hoy vamos a formar parte del 1% restante y diremos que la mala suerte fue para unos cebaditas que merecieron algo mejor de lo que recibieron en Cenicientos.

Toros con trapío excepto el más feo sexto, serios, con cuajo, con galope, con alegría, con duración en la muleta y con lenguas que sólo asomaron en el arrastre. De casualidad nos la enseñó éste:

Y además, con casta, oiga. Se disponían a recibir la estocada con las cabezas por las nubes indicando que las partidas las habían ganado ellos, menos las tablas que concederemos a Serrano en su primero.

Corrida de toros señorial, muy interesante, con dieciocho varas y con no más de mil personas en el tendido por lo que si las cuentas salen será gracias a televisión.

Aquí tienen a los protagonistas. El primero estaba pasado de romana pero era cornilevantado y corniapretado:

No la busquen porque no hay bolita:

El segundo tenía un trapío de impresión pero con el baldón de ser basto de pezuñas:

Que no, que no:

El tercero fue anunciado como cárdeno burraco (?) Y no era sino carbonero:

Fue devuelto por renquear de atrás y salió este jabonero también de preciosa lámina:

Aquí lo tienen por ambos lados:

El cuarto era un pavo. El maestro Moore nos decía: 'esta es una corrida con presentación para Madrid'. '¡Y para Bilbao!' le respondíamos.

El quinto sí que era un cárdeno salpicado porque eso de cárdeno burraco no tiene sentido:

Llevaba dos puñales:

Una maravilla, no nos cansamos de verlo:

El último fue el que bajaba un poco. Era ligeramente bizco del izquierdo, carifosco y barrigudo:

MORAL. Hizo su primero una muy decente pelea en varas derribando en la primera entrada. El maestro lo lució, cosa de agradecer, quizás fue de los tres el que más interés puso en el primer tercio, cosa de poco mérito al lado de la desidia de los otros dos:

Metía bien la cabeza pero acortaba el viaje quizás acusando el castigo. Ni un mal gesto hizo el toro al ver que Pepe no lo toreaba sino que simplemente le pegaba pases.

Llevaba la cabeza por la estratosfera al final de la faena. 

En la siguiente se aprecia mejor, está como si acabara de salir de chiqueros:

Lo liquidó con esta media pasada apuntando con el palillo al morro, sin telonazo:

Su segundo fue tres veces al caballo galopando con alegría aunque tardeando un poco. Ésta es la segunda:

Empujó un poco con las costillas, eso sí, y cobró una carioca como para llevar al piquero al GULAG.

Éste es el instante en que se arranca a la tercera desde el platillo:

Siguió su galope en banderillas y además tuvo que correr más de lo reglamentario porque al final le quedaron prendidas cinco más otras siete por la arena.

Nos preguntábamos cuánto iba a durar tras todo ese esfuerzo en los dos primeros tercios. No dábamos un duro por que se fuese más allá de las tres o cuatro tandas.

Pues pásmense porque duró más de siete, dos de ellas con la izquierda. Vean que el diestro se descalzó feamente. Pero ¿qué queda de aquel Pepe Moral del natural eterno? 

Poca cosa, un torero que se retuerce y que pega pases, una lástima para los que creímos un día en él. El cebadita se merecía mucho más de lo que el de Los Palacios le dio.

Se equivocó totalmente entrando en la suerte contraria y por ello el toro le pegó un tornillazo y lo desarmó con violencia. Su grave error casi le cuesta un susto gordo pero estamos tristemente habituados a que los diestros ignoren lo de la suerte natural y la contraria (recuerden lo explicado aquí). El toro a pesar de su gañafón se quedó con una tendida contraria. 

Pocos aplausos en el arrastre para lo que merecía este buen cebada.

SERRANO. Su primero tuvo un galope de cine en el primer tercio. Al tercer puyazo se arrancó desde el platillo. La foto es un poco posterior porque el toro venía de más atrás:

Regateó a Casanovas y lo derribó dejándolo aturdido:

Pero luego bregó bien para que fuera Gago, salvo error, quien pusiera un gran segundo par. El toro era encastado y lo pedía todo por abajo. Casanovas decía a Serrano: '¡un toque y ábrelo p'afuera!'

Serrano se peleó con él, se cruzó, estuvo valiente y decidido:

Pero la cosa quedó en tablas porque el cebadita no se dejó ganar la pelea ni mucho menos. Esa embestida no es la de la ternera al uso, ¿eh?

Cuando se perfiló, miraba al diestro con la cara alta diciendo '¡eh!, que estoy aquí, mírame... que no me has ganado'. Serrano terminó con la chulería del toro con esta estocada caída y ladeada en la correcta suerte natural. Todos los toros la pedían:

Su segundo lo apretó con el capote y lo desarmó. Ahí decidió vengarse y pegarle en el caballo a duro por peseta. Además, poniéndolo mal en suerte y desentendiéndose. El picador a duras penas podía mover su caballazo. Un desastre, como ven, ante el enfado del respetable.

En el segundo tercio se vio que el animal era escarbador y geniudo. Serrano le hizo una faena deslavazada, como a tirones. Dos veces le echó los pitones al pecho pero sin maldad, simplemente porque la fuerza se le agotaba.

Sainete para cuadrar demostrando que no estaba dominado ni de broma. Mientras, en el tendido menudeaban las discusiones desagradables entre espectadores y guardias civiles. Entera caída y trasera más dos descabellos.

PACHECO. Se presentó ya respuesto de la rotura de huesos de la mano derecha que le causó el toro de Reta cuando lo arrolló en Céret. A pesar de ello lo mató sin que nadie se apercibiera de la lesión. Fue un buen gesto de torero.

Su primero era el que no era cárdeno sino carbonero. Fue devuelto como dijimos y salió el jabonero Andarín:

Buena pelea en varas también galopando como sus hermanos:

El animal, en sus ganas de pelea, ignoraba que le iban a pegar una barrenada traserísima de cárcel porque si lo sabe, no va. Entre tanto, Pacheco se mostraba totalmente autista. Es un diestro a quien el primer tercio le da absolutamente igual, lo tenemos calado:

Vean que al pobre le caía la sangre por detrás del brazuelo:

Cerrato le dejó un par en el morrillo a guisa de pendientes y el toro se descomponía intentando quitarse esos palitroques demenciales.  Pacheco es de la faena hotelera. Dani Sánchez le dijo cuando salía que el toro era de pitón izquierdo. Pues ni caso. Tiró la primera tanda con la derecha y entonces cambió a la zurda.

Pero anduvo desconfiado, con la ayuda, y el encastado cebadita se le subió a las barbas como era previsible. Incluso llegó a atropellarlo al final.

Victoria clara de Andarín por KO técnico del diestro. Estocada arriba tapando la cara y toro durísimo para morir. Lo aplaudimos con ganas en el arrastre:

El último fue el más feo de lámina, el de peor pelea en el caballo y el más desaborío en la muleta. Estaba más que visto con dos puyazos porque tardeaba, escarbaba y bajo el peto peleaba vulgarmente. No obstante, el presidente y parte del público insistieron para que siguiera tardeando y distrayéndose en una tercera entrada para nosotros innecesaria.

Lo mejor fueron los dos pares que puso Mayoral, a quien felicitamos antes del festejo recordándole su excelente par al sexto de Reta en Céret. 'Se hace lo que se puede...' nos dijo.

Cerrato volvió a avisarle de que torease al natural: '¡por el izquierdo es mu güeno, pero tienes que ponerte muy mandón!' Pues de mandón, nada porque al de La Línea se le vio muy precavido y con excesiva desconfianza.

Toro desaborío, como decíamos, y diestro que estuvo a su misma altura. La consecuencia fue un aburrimiento general. Media caída que por pescuecera no hizo daño al toro. Cinco descabellos necesitó para finiquitarlo.

Esta misma corrida con los tres matadores poniendo interés en el primer tercio, dosificando el castigo y luciéndola en el caballo como se merecía nos da un espectáculo memorable. Y en la muleta tuvieron sus opciones aun con las dificultades mayores o menores propias de la casta. No hubo ninguna ternera. 

Ya han visto que los maestros se mantuvieron por debajo del ganado pero como los toros no hablan, nos erigimos nosotros en sus portavoces para recalcar su mala suerte con el cartel que les tocó.

Nos cuesta recordar cuánto tiempo hacía que no aplaudíamos tantos toros en el arrastre.

Saludos cordiales desde Navalperal de Pinares. Rafa.