TALAVANTE EN MÉRIDA
No puedo hablar de lo sucedido ayer en Mérida porque tras la muerte del segundo toro abandoné la retransmisión. Una corrida donde los toros no tienen trapío, la suerte de varas no existe y el torero se limita a acompañar -destoreando- la tan dulce como sosa embestida del animal no me interesa.
Luego me enteré del triunfalismo, el indulto, las orejas... Si éste es el destino de las corridas en el siglo XXI no me molestará que las acaben prohibiendo -y escribo desde Cataluña-.
Es un espectáculo sin ningún interés. Peor que eso: da pena.
Saludos desde Tarragona. Rafa.
Foto: agencia EFE |
Completamente de acuerdo contigo Rafa.
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