A más de uno le llamará la atención vincular a don Rafael Ortega con un matadero. No es el único torero que ha tenido relación con mataderos por motivos familiares o de afición. Tenemos el caso de Paquiro, de Guerrita (su padre era el portero del de Córdoba), de la familia Vázquez en Sevilla y de Marcial Lalanda. Todos aprovecharon la coyuntura para torear reses.
Ortega hizo la mili en Ceuta en 1942 y, al servir en Intendencia, pasaron por sus manos diríamos que centenares de animales que llegaban vivos a un cercado para llevarlos al matadero y servir de alimento a todo el Ejército de Marruecos. 'Casi todos embestían', decía el de la Isla.
Viene a cuento Ortega por sus verdades sobre el toreo de verdad que sintetiza aquí. Nos reconcilia leer lo que dice porque confirma muchas de las cosas que venimos comentando por aquí hace tiempo.
Seguro que ustedes habrán leído el librito que casi le obligó a dictar el ya fallecido Ángel-Fernando Mayo Antoñanzas, cuyos dos referentes artísticos eran Hans Knappertsbusch en música y Ortega en Tauromaquia. Se titula 'El toreo puro' y es una verdadera delicia.
Feria de julio de Valencia de 1953, verónica a un miura |
Como se avecina san Fermín, les recordaremos la entrada donde hablábamos de la formidable cornada que se llevó Ortega en Pamplona. Le dieron la extrema unción (pulsen aquí). Cuando los toros le pegaron, siempre le hicieron mucho daño por culpa de su constitución física. Le retiró la tremenda cornada de Barcelona en 1967. Más abajo el propio Ortega nos habla de por qué le cogió aquel toro. Vean al doctor Olivé Millet operándole aquella tarde (necesitó una transfusión de dos litros de sangre):
FOTO: José Valls |
Vamos a hacer un repaso a algunas de las verdades que dice. Por ejemplo, sobre el toreo de muleta:
"Debes enganchar al toro delante, no con la muleta atrás como se ponen muchos toreros de hoy que lo que le pegan al toro es medio pase o un cuarto de pase. El pase está en engancharlo adelante, traerlo toreado y llevarlo al terreno para quedarte colocado para el otro pase".
Excelente pase de pecho a un AP en San Sebastián en 1955. Le cortó las dos orejas. |
Pulsen aquí para recordar lo que comentábamos nosotros sobre el particular. Respecto al medio pase y a enganchar el toro delante insiste:
"Con la muleta pegada a la pierna contraria que es la que tiene que ir adelante, enganchando al toro adelante y rematándolo bien atrás, así un toro tiene los veinte pases, pero si le das el cuarto de pase al toro le puedes dar cien de esos. Pero además de que lo puro es el pase entero, completo, estoy seguro de que el público te agradece más que le des veinte pases y le mates pronto, que no estar ahí enredando y enredando dándole pases que no son pases".
Bueno, la verdad es que hoy el personal disfruta viendo a nuestras queridas figuras 'enredando' en faenas de cincuenta pases aprovechando el viaje del toro y echándoselo afuera. Pulsen aquí para recordar nuestros comentarios sobre ello. Dice que hay que mirar el morrillo a la hora de matar, no la cara ni, por supuesto, añadimos nosotros, cerrar los ojos. Él nos debería explicar por qué actualmente el noventa por ciento de las estocadas caen traseras o directamente en el lomo:
"Hay que mirar dónde vas a meter la espada porque si le miras la cara al toro te quedas por delante y le pinchas en el cuello. El toro debe ayudar, si no ayuda hay que echarle la muleta bien abajo para que se descubra".
Estocada a un pablorromero en Málaga en 1955 |
En esta entrada sobre Frascuelo, lo comentábamos nosotros con una bonita foto que hicimos al anciano matador mirando con rabia el morrillo en el momento del embroque. Un gesto claro de valentía:
Fíjense en que habla de toros que vienen picados de chiqueros, cosa que recalcamos aquí cada dos por tres:
"Claro que tenía otra fiereza que no tiene el de hoy, que sale entregado desde los chiqueros, que hay muchos toros que no se pican y no pasa nada y antes dejabas un utrero sin picar y traía a todo el mundo de cabeza".
"El toro de mi época era más fiero, era más brusco, tenía otra aspereza en la embestida, claro que también había muchos toros mansos que llegaban dando patadas al caballo y se iban a su querencia y hoy son raros los toros que hacen eso".
De frente por detrás al otro AP en San Sebastián, 1955. Ese toro le cogió dos veces |
Lo mismo sucede cuando afirma que el toro bravo aprieta siempre para afuera, no tira hacia tablas como vemos hacer hoy en día a muchísimos toros comerciales que alegremente se califican como bravos. Lo hemos comentado recientemente de dos toros en que se les vio este detalle claramente: el de Adolfo en la concurso de Zaragoza y el de Los Maños premiado en Vic. Aquí abajo es donde recuerda la terrorífica cornada de Barcelona en 1967:
"El toro era bravo y tiraba para fuera. Yo me quedé por fuera, le eché la pierna y la muleta adelante y le enganché, pero a la altura de la pierna el toro deja la muleta y ve la pierna y ahí me dio la cornada tan gorda".
Con un pablorromero en Valencia en 1953, observen el tamaño del toro |
Comenta más cosas interesantes sobre cómo coger el estaquillador por el centro o su afición por las peleas de gallos compartida con los antiguos Miura. La anécdota que explica sobre su gallo de pelea está relacionada con la corrida que ilustrábamos aquí.
Media a un toro de Arauz de Robles en Barcelona en 1959 |
Su idea es que los grandes toreros no triunfan nunca como ganaderos. Ahí sí que le pondríamos una excepción, precisamente la de este torero que vemos aquí y que fue su padrino de alternativa en octubre de 1949 en Madrid:
"No ha habido ningún torero que haya sido buen ganadero. Lo mismo ha habido cuarenta toreros que han tenido ganadería y no les han embestido los toros después, es realmente raro. Pepe Luis Vázquez es otro que a ver quién quiere un toro suyo".
Es Manolo González, quien triunfó de ganadero con sus toros de Núñez durante muchos años. La foto es precisamente de esa tarde en 1949. Este de abajo es Ortega ese mismo día con su muleta de dimensiones normales, no como la de Manzanares o Castella:
Y aquí dando una lección, como siempre, esa misma tarde. Los toros eran de Felipe Bartolomé:
Viendo rodar a su enemigo en la feria de san Pedro de Segovia de 1954:
Y brindando un toro a Juanita Reina en Valencia:
Los taurinos sobrecogedores y pelotas de nuestras figuritas actuales ¿han leído alguna vez esto que dice Ortega? Es que es todo lo contrario a lo que hacen sus protegidos en el ruedo y que ellos alaban al día siguiente desde sus gacetillas.
Les confesaremos una situación personal. Cuando vemos alguna faena plena de destoreo de algunos toreros actuales tanto figuras como 'jóvenes esperanzas', nos hacemos esta pregunta antes de escribir: ¿qué pensaría Rafael Ortega de lo que hace éste? Y, con la respuesta que nos damos, empezamos a escribir.
Luego nos quedamos más solos que la una pero desde el cielo es posible que el de la Isla nos lea con simpatía. Con eso nos vale.
Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.
Una vez mas muchas gracias por tu entrada Rafa...es de lo poco que podemos leer los aficionados en este mundo taurino de pelotas.
ResponderEliminarHe de decirte que estoy aprendiendo mucho del toreo puro con tus entradas.
Me da tristeza como abonado de Madrid, confirmar la decadencia de esta plaza y sobre todo la falta de criterio, especialmente los días de "figuras", aunque este año me las he saltado casi todas.
Espero verte en Ceret y saludarte.
Muchas gracias
Miguel
Será un placer conocerle.
ResponderEliminarEstoy convencido de que todo lo que pone en esta última entrada y en las otras a que hago referencia sobre la verdad del toreo, los críticos taurinos sobrecogedores lo conocen perfectamente. Pero, como viven de esto, no pueden criticar lo que les da de comer.
Y luego hay tipos como Emilio Muñoz cuyo descaro es de juzgado de guardia. Y no hablemos de los comentarios de un Ruiz Miguel en Andalucía que, a Dios gracias, no he oído más que una vez y salí corriendo para no emborronar la imagen que tengo de él como torero.
Es penoso pero es así. No es que no sepan, es que están obligados a justificar lo injustificable.
Y de Las Ventas ¿qué quiere que le diga que no hayamos dicho por aquí? Una plaza sin norte y, lo que es peor, sólo puede ir a menos.
Saludos cordiales.