EL OFICIO DE SÁNCHEZ-VARA Y SUS GANAS DE AGRADAR
Nos hemos ido a echar el fin de semana a Carcasona para ayudar a los aficionados más valientes de Francia. En su ciudad se dan cita todos los antitaurinos galos para armar bulla porque saben que dependiendo del alcalde, los toros se prohíben o se permiten. Si sus aficionados agachasen la cabeza, haría años que aquí no se daba ni una corrida. Pero ahí siguen, programando este año cuatro festejos, con animales de Tardieu, Prieto de la Cal, Martín Campos y Miura.
En el debe, un piso de tierra horrible, que en algunos sitios parecía la playa, y la presencia de Marco Antonio Gómez en el mano a mano, cuyo mayor delito fue que se notase el miedo que tenía. Otro dato negativo fue la ausencia de aficionados franceses del sudoeste. En cambio sí vimos a las fuerzas vivas de Céret y algunos de Vic.
Fue en una corrida cinqueña de Prieto de la Cal, desigual de presentación, con un toro bravo en el caballo y el resto que se dejó torear perfectamente en la línea de los que habíamos visto en Tafalla hace diez días. Todos remataron brutalmente en los burladeros y el efecto era tremendo en una plaza portátil como esta.
Ese fue su único rasgo de fiereza. Fueron catorce veces al peto de la cuadra Heyral, donde Bonijol estuvo de alumno y aprendió casi todo lo que sabe con el patriarca Loulou (caballos muy pesados y con manguitos exagerados). La presidencia había avisado a las cuadrillas de que no se cambiaría el tercio antes de una segunda entrada -tomen nota en Azpeitia-. Vamos con los toros.
El primero se había astillado rematando en el cemento de los corrales. El presidente, con muy buen criterio, lo anunció por megafonía para evitar equívocos e ir con la verdad por delante (igual que en España):
El segundo fue este negro acarnerado, el 42 'Dormilón':
Vean que metió los riñones a conciencia en el caballo pero fíjense cómo le tapan la salida, dónde cae el puyazo y la sangre que se le hizo:
El tercero, alto y escurrido, descabalgó al picador al cabecear en el estribo y hacerlo saltar:
Este fue el cuarto, cornialto y cornidelantero, otro que salió como un tren:
El quinto fue este, que asustó a Ramírez en el burladero al rematar espectacularmente de salida:
Eso no arredró al buen subalterno, que va con crespón negro toda la temporada por su amigo Barrio, y le hizo el salto de la garrocha pero cuarteando por culpa del toro y casi se lleva un susto gordo (a la salida le dijimos que el toro no estaba para hacer el salto y su respuesta fue 'sí, ya lo vi, pero el maestro me lo pidió':
Y el último fue el de más trapío, aunque rabón, un toro al que ustedes ya conocen de verlo en el campo en esta entrada anterior:
También se quedó a gusto con uno de los burladeros:
SÁNCHEZ-VARA. A ver si nos ayudan ustedes a pensar en otro torero que tenga más oficio que el de Guadalajara. Acabará el año con quince o dieciséis corridas contando probablemente los festivales. Conoce los terrenos y luce los toros largos en el caballo, observen:
Puso seis pares de banderillas y cuadró en la cara en los seis:
Si llega a venir a Tafalla con esta misma ganadería, sale a hombros seguro, ya se lo garantizamos. Hizo dos largas de rodillas en tablas, se pegó un arrimón, sin mérito, eso sí, mató a su primero recibiendo y, sobre todo, dosificó el castigo en varas ¿Qué más podemos pedir? Ah, bueno, quieren ustedes arte ¿no? Pues todo no pude ser y, si tenemos que escoger, preferimos el oficio.
Ahí está con su primero, blando pero con tranco dulce, al que cortó una oreja tras matar de desprendida recibiendo aunque saliéndose de la suerte en el último instante:
Su segundo fue siempre con la cara altísima, no se le podía banderillear. Eso deslució la faena de muleta:
Pero el gran mérito de Sánchez-Vara fue dejar una casi entera arriba al volapié con la cara del toro por las nubes (al toro le habían pegado un golpe en el ojo en los corrales y el presidente decidió con el ganadero que saltase al ruedo a ver si lo acusaba, cosa que no hizo en gran parte debido al oficio del maestro):
En su tercero salió a por todas, con una larga de rodillas, cuidándolo en el caballo, con el salto de la garrocha que hemos visto y banderilleando bien:
Brindó a la madre del ganadero 'por haberme tratado siempre tan bien en su casa, donde me he sentido como en la mía':
El toro iba con el morro por la tierra -que no el albero-:
Pero mató de pinchazo, esta casi entera desprendida y tres descabellos. Tuvo que conformarse, como dicen los franceses, con un 'tour de piste':
MARCO ANTONIO GÓMEZ. Estuvo con Vara y con Venegas el año pasado en Madrid con los saltillos y aquel 'Viergado'. Llevaba tres años retirado porque le entró una especie de miedo escénico, reconocido por él. Se dedicó a los negocios que acabaron de forma poco feliz (y lo dejamos aquí). Vuelve al ruedo pero con él volvía también ese miedo que él pensaba superado. La impresión que dio fue patética.
Su primero tenía un pitón derecho de lujo y no lo aprovechó, la imagen engaña (vuelvan a fijarse en la sangría que le hizo el picador):
Pero como a la hora de matar se queda en la cara del toro, no hay nada que hacer. Durante la tarde pinchó diez veces y dejó seis medias. Un fiasco total. El miedo hace que no cruce y, a la vez, es más peligroso, o sea, un desastre.
A su segundo no había que dudarle y la falta de recursos y sus excesivas prevenciones -vamos a ser generosos- hicieron que el toro se hartase y se pusiera a gazapear. Su cuadrilla estaba con un pie en el ruedo porque se temían lo peor (sus picadores dieron de lo lindo y los de a pie estrellaron sus toros contra los burladeros de manera indignante, todo para evitarle problemas).
El último lo brindó, salvo error, a su padre y le dijo que le brindaba 'la muerte del último toro de mi carrera', palabras muy dignas y que le honran. Deducimos por ello que se cortó la coleta al terminar el festejo. Pues héteme aquí que en este toro de su despedida dio los dos mejores naturales de toda la corrida. Este fue el primero:
Y este, el segundo. La verdad es que el pitón izquierdo del toro era un caramelo, seguía la muleta hipnotizado:
Pero a la hora de matar, el miedo y la catástrofe: tres pinchazos, media en lo alto, trece descabellos y, de inicio, esto que calificaríamos como medio golletazo:
Muy mal rato pasamos viendo a Gómez, se mezclaba la pena que daba con la indignación por el kilometraje que habíamos realizado en fechas tan complicadas para conducir. En Francia son extremadamente educados pero ya les aseguro que en muchos pueblos de España tendrían que haber llamado a los antidisturbios para protegerle.
Si por lo menos es cierto que el de Alcalá de Guadaira se ha cortado a estas horas la coleta, no vamos a hacer más sangre y lo dejaremos aquí. Nuestra jornada finalizó con un bonito paseo por la ciudadela medieval de Carcasona a la caída del sol. El cielo, jabonero o melocotón, como los veraguas. Una maravilla.
Saludos cordiales desde Carcasona. Rafa.
Muy bonita la ciudad.Y Sánchez Vara ha sido un torero con una afición a prueba de bombas, hecho a si mismo y con ninguna ayuda. Le siguen ninguneando , pero algún día la fiesta será justa, reconocerá su maestría y le pondrán abriendo carteles en las grandes ferias.
ResponderEliminarSánchez-Vara cometió un único error y le habrá pesado bastante. Tenía las dos orejas del último en el bolso con salida a hombros. Cuando se perfiló para matar, el señor francés de mi izquierda me dijo 'pero, ¿por qué en suerte contraria? ¡Está equivocado!' Efectivamente, el toro era de suerte natural y el maestro pinchó. Luego, la tendida que no hace daño y los descabellos.
Eliminar¿Cuántos aficionados en España saben la diferencia entre ambas suertes y a qué toros emplearlas? Y, lo que es peor ¿cuántos toreros lo saben? La mayoría se dedica a pegarnos un sainete para cuadrar el toro mirando sólo las patas de manera ridícula.
Pero Sánchez-Vara sí lo sabe y por eso se habrá arrepentido ya mil veces de su error.
Saludos.
Depende si el toro tiene querencia o no.
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