FERIA DE VIC-FEZENSAC, 2021 (y 7): ESCOLAR

GÓMEZ DEL PILAR NOS PUSO DE ACUERDO

Tras las discusiones matinales a cuenta de la faena de López-Chaves ante el de Hoyo de la Gitana, vino Gómez del Pilar por la tarde a ponernos a todos de acuerdo. La corrida transcurría dentro de un notable aburrimiento. A la muerte del cuarto apuntábamos en nuestras notas que gracias a la novillada de Raso no habíamos perdido el fin de semana en Vic. Pero salió el quinto que se empleó en varas y en el sexto se aunaron un buen toro y un buen torero, cosas que no suelen coincidir:

Sirvió para que saliéramos todos con buen sabor de boca de la feria. La corrida que trajo Escolar estuvo un tanto pasada de kilos para nuestro gusto. Bien presentada, cinqueña pero sin ninguna intención aviesa, vulgar en el caballo excepto quinto y sexto y con cierta listeza aunque ni de broma fueron esos escolares que te mantienen el alma en vilo. No anduvieron sobrados de casta y más de dos se dejaron pegar un mínimo de cincuenta pases. ¿Eso es del agrado de Pichorrongo? Mucho nos tememos que no. Un toro listo y a la vez con casta, es imposible que se trague faenas tan interminables e insoportables como las de Chacón o Lamelas.

Desde luego, con estos adolfos, victorinos y escolares que aguantan sin rechistar cincuenta pases, los profesores de las escuelas taurinas tendrán que olvidarse del mandamiento número uno a sus alumnos: los grises, ni verlos.

El primero había nacido en octubre de 2015 y era tan grande como blando:

El segundo también parecía pasado de romana:

El tercero fue muy mediocre en varas pero sirvió para que Cebadera nos despertase del sopor con un gran par:

El cuarto cumplía los seis en octubre, los dos más viejos le tocaron a Chacón. Era largo y hondo:

El quinto fue el que hizo honor a lo que se espera de esta divisa en varas. Una primera entrada de bravo, una segunda en que acude de largo con alegría pero se aflige ante la asquerosa carioca que le perpetran y una tercera donde galopa aún de más largo aunque termina cabeceando:

Y el sexto fue el Cantador del triunfo de Gómez del Pilar. Curiosamente, o no tanto, fue el más en tipo, observen:

La entrada más floja de toda la feria, no sabemos si se superaba la mitad del aforo. Presidió el tolosano Cissé, que no evitó su dosis de protagonismo dado que la sombra de Matías es alargada, al final lo criticaremos.

CHACÓN. Su seiseño primero pasó de visita por el caballo y se dolió en banderillas. Por el derecho ya le había avisado con el capote y no se olvidó de recordárselo con la muleta. Chacón es otro que no está nada cómodo sin la ayuda y anduvo muy desconfiado. Presentaba mal la muleta, el toro lo miraba y el maestro todavía se preocupaba más:

Como el de Escolar iba al paso, la cosa estuvo muy desangelada. Pinchazo malo, rinconera mojándose los dedos y descabello. Hemos dicho más de una vez que el gaditano es catedrático del telonazo. Ahí lo tienen:

Su segundo andaba sobrado de años pero no de fuerza. 

Hubo alguna protesta porque salió con los pitones de la primera foto que pronto acabaron como los de la segunda:

Desde el tendido no parecía que se comiera a nadie pero vimos a Chacón nuevamente como sin recursos. La faena era aburridísima. No hacíamos más que pensar en que tiene que matar lo de Reta el sábado. Entre la mala impresión que nos dio Pacheco y ver a este Chacón con tantas prevenciones y como sin sitio, la verdad es que salimos bastante preocupados.

Un aficionado del Seven Up venteño le gritó '¡Octavio, ni un pase bueno!' con toda la razón. Tendida caída que tuvo su mérito por el formidable tornillazo que le pegó el toro, observen:

LAMELAS. Fue obligado a saludar porque no se olvida lo de Cantinillo (recuerden aquí). Lamelas lleva en el pecado la penitencia porque es torero para la pelea contra el marrajo y no para destapar tarros de esencias.

Recibió a su primero con una larga de rodillas y la ovación no tuvo nada que ver con las tres palmas mal contadas que pegaron por la mañana a Escribano por hacer exactamente lo mismo. El doble rasero que tanto nos molesta...

En el caballo, nada. Resaltar que Lamelas gritaba '¡vale, vale!' y su picador seguía apretando vilmente. Pero en cuanto dijo '¡vale, David!', levantó el palo automáticamente. Parece claro, ¿no?

El único quite de toda la feria lo protagonizó Gómez del Pilar. Como aquí es obligatorio lucir el toro en el caballo, hay un pacto tácito entre los toreros para no apurar al animal. No obstante, ¿qué problema hay en quitar con dos delantales y esta media como hizo el madrileño?

En la muleta el toro medio gazapeaba. Lamelas se puso a vivir al hilo del pitón en una faena plúmbea que no tuvo la épica que necesita este diestro (la estética nunca se la pediremos). 

Debió de pegarle unos sesenta pases, fue algo insufrible, un castigo que no merecíamos. Cuenten con que le sonó el primer aviso cuando aún estaba perpetrando mantazos, con eso está todo dicho. Eso sí, ni una protesta del respetable porque es otro de los mimados. Menos mal que lo enganchó con este bajonazo porque si no, igual tiene un susto:

Su segundo fue el de mejor juego en el peto, ya lo hemos comentado. En banderillas arrancó un par de alamares de la hombrera a Galán. Lamelas no le bajó la mano y lo llevó en línea recta como le ordenaba el mismo Galán desde el burladero. El banderillero estuvo inaguantable radiando la faena, como ha sucedido cada día con los peones sabihondos. ¡Cómo añoramos a aquel Gallito niño que le dijo a un fulano 'cuando yo toree, usted se calla'!

Lo poco que duró el toro a causa de su pelea en varas mereció mejor trato. Sainete para cuadrar por castigarnos de nuevo pasándose de faena. Estocada contraria y ladeada, más tres descabellos y dos avisos. Lamelas siempre vuelve la cara al clavar aunque nunca pega el telonazo:

Ovación para el toro y ¿pitos? ¡Ni se les ocurra! Silencio para el torero. Él y Chacón estuvieron toda la tarde picando piedra. Fue un pegapasismo atroz, de pesadilla.

GÓMEZ DEL PILAR. Su primero se le venció con peligro por el izquierdo en el primer lance pero el maestro lo enceló con sabiduría y lo sacó a los medios para rematar en el platillo. Muy bien, ovación merecidísima.

Mediocridad absoluta en el caballo, con un tercer puyazo que sobraba visto lo visto. Cebadera puso aquel gran par al cual nos referíamos antes:

El toro había ido a su aire en banderillas. Gómez del Pilar lo paró bien y nos dio la impresión de que no cometería su error recurrente. Consiste en dejar pensar demasiado a los toros en lugar de obligarlos a repetir. Pero no consiguió dominarlo. El de Escolar se imponía por momentos ante los visibles gestos de desazón del maestro:

Victoria clarísima del toro a los puntos. Pinchazo arriba, media pasada al encuentro y tres descabellos. Comprueben que no cierra los ojos en el embroque:

Y salió Cantador para terminar la feria. Era cárdeno y calcetero de atrás, el más en tipo de los seis:

Nueve capotazos le costó ponerlo en suerte en el primer puyazo. Sufrió una dura paliza trasera no de Aguado sino del maestro, que es quien la ordena. Por lo menos está abriendo el caballo:

Lo pone de largo en el segundo, va y esta vez le señala. '¡Vamos a ponerlo otra vez!' oímos que decía el diestro desde nuestra localidad. La lástima fue que no lo pusiera en la otra punta porque hubiera acudido seguro. Galopó, le señalaron pero salió suelto, cosa que el presidente no debió de advertir (lo decimos por la vuelta al ruedo posterior). Ahí se viene al tercero:

Después de otro gran par de Cebadera, Gómez del Pilar vio que el toro iba a ser el mejor de todo el encierro. Tras ir tres veces al peto, aún tenía casta para querer comerse la muleta:

Había que llevarlo bien tapado pero cuando el diestro empezó a sentirse a gusto, el toro lo desarmó por confiarse. Ya en serio, sin alardes innecesarios y en el fondo peligrosos, se puso a torear bien colocado y con buen son. Por el derecho...

Y también por el izquierdo ya que el toro respondía de ensueño sin chochear como el de Chaves en la matinal. Diez naturales contamos y más de dos muy bien trazados, ¡bravo!:

Nos sumamos a las ovaciones, esta vez sí. La estocada fue buena, por eso las dos orejas no nos molestan. Ahí la tienen, al encuentro, hasta la tela, arriba, sin tapar la cara y mirando al morrillo:

Pero el mejor escribano echa un borrón y Cantador echó el suyo y muy gordo: pegó un sprint de veinte metros para irse a morir a toriles, ¡qué pena y qué decepción! 

Tras el cachetazo, miramos al palco y el presidente Cissé se pasó de listo enseñando ipso facto el azul. ¿No vio que salió suelto del tercer puyazo? ¿No sabe dónde están los chiqueros? En nuestra discutible opinión, vuelta al ruedo exagerada para el toro. El azul es para un toro perfecto (de indultos ni hablemos, por supuesto). Y esos dos borrones del toro fueron notorios. Inmediatamente, el mismo presidente emuló a Matías y sacó a la vez los dos blancos como diciendo 'me da igual que pidáis o no el azul ni las orejas, aquí hago lo que me sale...' Bueno, dejémoslo.

Nos alegramos del triunfo del torero madrileño. Es un diestro que pone verdad y afición aunque también tiene sus sombras como hemos comentado. 

Y con su salida en hombros echó el cierre la feria. Como balance anotaremos lo siguiente:

- Memorable recuerdo de la novillada de Raso.

- Los mejores animales fueron el primero de la feria y el último. De los toreros, sólo Gómez del Pilar con Cantador, aquí abajo los ven. El resto, silencio.

- Hay que poner mejor los toros en suerte al caballo. Los diestros se limitan a dejarlos largos pero un poco de cualquier manera y sin graduar la distancia. Claro que esto es miel comparado con España pero nos gustaría que se esmerasen más. Algún amigo lector nos miró con escepticismo cuando aquí hablábamos de ver sesenta y cinco puyazos en dos días. La de Escolar tomó diecisiete varas, que sumadas a las cincuenta y tres que llevábamos, hacen un total de setenta. ¿Habíamos apostado una comida?

- Respecto a los picadores, división de opiniones: para unos han estado mal y para otros rematadamente mal. Hemos visto una sarta de lanzadas traseras que si hacían daño a la vista, imagínense al pobre toro.

- Bonijol nos comentó que quiere imponer una puya más reducida para que haya más entradas al caballo. Ya pueden suponer quién se niega en redondo. ¿Saben el único torero que la ha aceptado para sus picadores? ¡Morante! El de La Puebla prefiere cambiar la puya que cambiar los toros que torea aunque parece que este año se viene arriba. Ya veremos...

- Por cierto, nos dio la impresión de que los caballos de Bonijol estaban más gordos y no se desplazaban con el garbo de otras veces. Coincidimos en ello con otros aficionados. Destinado y D'Artagnan se movían como dos jubilados de la Renfe. Cuidado.

- Deberían plantearse en Vic contratar unos bueyes que facilitasen el desembarco y evitasen las peleas. Por lo menos alquilar unas vacas viejas que estuviesen en los corrales y tranquilizasen de entrada a los toros. No creemos que la cosa cueste tanto dinero. Si quieren el toro de categoría y en el ruedo ofrecerle un lucimiento de toro de primera, ¡qué  menos que darle en los corrales un trato también de primera!

- Sabemos de buena fuente que la corrida concurso tiene las horas contadas. Apunten el año que viene un desafío para sustituirla. A las fuerzas vivas de Vic propusimos uno de Pedrajas: tres de Isaías contra tres del Marqués de Albaserrada. Toros como este tulio esperan en el campo, recuerden que se los mostrábamos aquí. 

¡A ver si pican! Y nosotros que lo veamos...

Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.