Al hijo pródigo le habían preparado un retorno al circo por todo lo alto. El personal estaba deseando ver por fin la actuación de El Deseado. Es que decían que el mundo del circo no era el mismo sin este maestro de ceremonias. Pues cuando todo estaba minuciosamente montado para que la función fuera un éxito, crecieron los enanos.
Los enanos fueron los toros. Tendrían que haber sido jandillitas y se negaron. ¿Fue la culpa enteramente del ganado? Pues creemos que no. Era curioso escuchar cómo se flagelaba su criador diciendo que sus animales 'no han tenido clase ni bravura'. ¿Qué iba a decir? El ganadero es hoy el último mono de este tinglado circense y no puede hablar más de la cuenta si no quiere que le pasen factura.
Pero, señores, piensen un momento en qué hubiera hecho El Juli encerrado con estos mismos seis toros. Estamos convencidos de que corta cuatro o cinco orejas. Entonces, ¿qué?
Los jandillas plantearon ciertos problemillas que se atragantaron a los dos diestros. Se mostraron muy vulgares en varas y saltaron con cierta disparidad de presentación. En la muleta ni de broma fueron jaquetones pero, claro, si no salían terneras, la función circense quedaba en agua de borrajas.
Lo mejor, o lo único bueno, fueron las estocadas. Como no las valora nadie, la corrida resultó una monumental decepción.
TALAVANTE. Tenía asumido que él era el protagonista y se vio de inicio cuando estuvo mal al no sacar a saludar a Ortega, por lo que fue justamente recriminado. Debía de pensar: 'primero me aplauden para que salude y, cuando salgo, me pitan'. Ay, Talavante...
Su primero era negro listón y cornialto:
El torete venía picado del campo y el propio maestro no quiso forzarlo con verónicas sino que se lo pasó por delantales. Algunos indocumentados nos quieren hacer creer que son verónicas a pies juntos:
Flojísima pelea con el toro repuchándose y Ortega que demuestra poca rivalidad dimitiendo del quite que le correspondía. Luego resultó la tónica de toda la tarde. ¿Estábamos en un mano a mano con el cuchillo en la boca o en el palacio de Versalles?
El torito era bastante tontuelo y obedeció al maestro con docilidad. La cosa nos aburrió bastante.
Lo mejor fue una estocada al volapié bien ejecutada sin tapar la cara y clavando arriba aunque quedase un tanto ladeada. Para Máximo seguía siendo una estocada corta con lo cual sigue sin enterarse y debe repasar con urgencia el Cossío. A ver si antes de que acabe la feria se entera de la diferencia entre honda y corta. Pero es que no fue ni honda sino casi entera.
Su segundo era de Vegahermosa, negro zaíno y cornidelantero. Ya podrían herrar mejor para no pegar ese quemazo que no deja ver el bonito hierro que fue de Javier Molina:
Arrastraba el morro por la arena de salida. El picador no era capaz de dominar el caballo. El toro huyó al hierro en el primero y recibió un horrible pinchazo en el segundo mientras cabeceaba.
Excelentísimo par de Izquierdo:
No entendimos que el maestro se pusiese a torear sin probaturas al natural para cambiar rápidamente a la derecha. Con ella lo que hizo fue montar el tiovivo escondiendo la pierna.
A este toro El Juli lo mete en el canasto al cuarto pase. Por contra, aquí Talavante seguía picando piedra. Lo que hizo no nos impresionó mucho, nos dio la impresión de que el toro no iba toreado.
Gran espadazo arriba del que casi sale prendido por una inesperada reacción violenta del toro. Repugnante rueda de peones y oreja que aceptamos únicamente por la estocada.
El quinto era cornalón, degollado y un poco astracanado:
No entendimos por qué el maestro ordenó que pegasen una paliza inmisericorde al toro en el peto. Incluso lo dejó en suerte para una tercera vara en el momento en que el presidente lo fastidió al cambiar el tercio.
El toro resultó ser de religión protestante y desarmó a Talavante a la primera de cambio. Lo que vino después fue tan desangelado que no merece ni comentario. Con decir que la gran figura parecía un torero de la parte baja del escalafón es suficiente. Mucha tolerancia y comprensión vimos en el tan exigente público madrileño (exigente según con quién, claro).
Casi entera desprendida con degüello que basta. Poca cosa nos demostró el hijo pródigo. Nosotros no es que lo echáramos mucho de menos pero había aficionados que no dormían esperando su retorno. Por lo menos sigue matando sin los alivios de las otras figuritas del Belén (excepto Roca). A ver cuánto dura.
ORTEGA. Su primero era acapachado, corniapretado y astifino:
Vulgaridad en varas y blandeo posterior con dolencia de banderillas. Muy bien Fuentes en sus dos pares:
Ortega no quiso dar distancia al toro e intentó aplicarle su toreo pero el animal no sólo no se dejó sino que llegó a ponerse violento como diciéndole al sevillano que él no tragaba. Escuchó justas protestas. Por cierto, insistimos aun a riesgo de que algún paracaidista que caiga en nuestro blog piense que somos familia de Julián: ¿alguien duda de que a este toro El Juli le corta una oreja sin bajar del autobús?
Lo mejor fue una casi entera muy bien ejecutada que envió el toro patas arriba ipso facto. Ahí Juan le pasa la mano por la cara a Julián de todas todas.
Su segundo era negro zaíno, cornialto y estaba pasado de romana:
Vulgar pelea del toro pero recibiendo un buen puyazo de Óscar Bernal, sólo el primero porque el segundo estuvo a la altura de la vulgaridad del quite de Talavante.
El toro tenía un punto violento que Ortega intentó corregir sin permitir que le rozase la muleta. Resultó que sin ser el animal nada del otro mundo, el sevillano tampoco pudo hacer su toreo güeno.
Media desprendida y a seguir esperando el toro que se le preste.
El último era el más feo de todos por alto, por basto y por poco cuello. El maestro Moore hace como siempre una lidia perfecta y nos lo muestra más bonito de lo que era en realidad:
Olvidable en varas y fenomenal Curro Javier en banderillas:
Las hechuras no eran de embestir y se confirmó al vuelo. Tampoco éste era el toro de Ortega, razón por la cual el público se incomodó con razón. Estocada pasada y desprendida de nuevo bien ejecutada con el toro rodado.
El balance sólo lo alegran esas estocadas en las que no vimos ni un sólo telonazo y donde los toreros cruzaron siempre. En los tiempos que corren, eso es agua fresca.
El resto... Verónicas, tres de Ortega. Quites, ninguno. Naturales como Dios manda, ninguno. Puyazos buenos, uno. Pares de banderillas, sí, cinco o seis.
Pero a esta corrida el público orejil, los televisivos y la crítica paniaguada no venían a ver banderillas sino a deshacerse de gusto con el arte y el tronío de los dos grandes artistas. Pues está visto que si no sale la ternerica colaborante, no hay arte que valga.
Menos mal que en nuestro recuerdo quedan las estocadas. Pero eso, para los orejiles y los paniaguados, es algo que no tiene la menor relevancia. Si los dos actuantes hubieran hecho posturas ante gnomos extenuados, salen a hombros aunque hubieran perpetrado espadazos tan ventajistas como los que se premian con dos orejas habitualmente.
Saludos cordiales desde Tarragona. Rafa.
Totalmente de acuerdo, una corrida inesperada para todos, porque cuando se monta este cartel, se intenta coger todo con pinzas. Algo parecido digamos que ocurrió al igual que con la corrida de El Torero.
ResponderEliminarToros con cosas por hacerles, y hacer faena. Talavante no dio para mi un natural, esa manera de los vuelos de la muleta, sobre todo al final del pase, se convertía en trapazo. Y Juan Ortega, igual que el bueno de Aguado....hay que tirar la moneda al aire, en Madrid y en cualquier plaza. No te puedes ir de Madrid como la tarde de ayer, porque ya te han juzgado, y se volverá a repetir. Sobre lo positivo todo lo que mencionas, pese a que más de uno, no se enterar la. Un saludo.
Me alegro de que lo hayamos visto igual. Espero que no seamos los dos únicos. Lo digo porque como siempre, no he leído nada pero lo fácil será echar la culpa al ganado.
EliminarYo también escuchaba cómo jaleaban al hijo pródigo en su faena premiada y pensaba que tendría que ir a comprarme gafas. Encargaré otras para usted.
Saludos
Estupenda crónica como es habitual. Me alegro también de que apunte lo de las verónicas de Ortega. Gracias a las buenas estocadas por lo menos hubo ritmo y no nos tuvieron demasiado tiempo encerrados con toreros tan desganados y faltos de recursos. Hace unos días, un aficionado mayor decía refiriéndose a un buen ganado desaprovechado, decía: ¿Pero que queréis para torear? La oreja excesiva, hubiera bastado una vuelta al ruedo.
ResponderEliminarGracias. Las verónicas me parecieron excelentes pero pasaron desapercibidas incluso para los televisivos porque todos los focos estaban en Talavante.
EliminarPaco
ResponderEliminarHola, Rafa,
ResponderEliminarSolo un apunte sobre las estocadas. La primera de Talavante asomó por un costado, poco, pero se aprecia.
Sobre Talavante, con el paso de las horas, es verdad que debió estar mejor, aunque tampoco me pareció tan mal como tu lo ves. Y sobre Ortega, más perdido es difícil estar. Una cosa es esperar tu toro y otra ser incapaz de taparse con cierto decoro. Al menos, ahora con la espada evita el petardo final. Una lástima.
Perfecto su apunte porque no me di cuenta de que la espada asomaba. Respecto a Ortega ¿qué le diría Pepe Luis Vargas en el hotel?
EliminarSaludos
Me imagino que poca cosa. Ambos deben saber perfectamente lo que hay. ¿Qué va a hacer, reñirle? Bastante tendrá Ortega con verse así, tan capaz de torear como sabe y tan perdido e incapaz como se está mostrando.
EliminarHola Rafa, un par de incisos.
ResponderEliminarSe quiso sacar a saludar desde un primer momento sólamente a Álvaro de la Calle por su esfuerzo en la encerrona.
Talavante, efectivamente se pensaba que era por su "reaparición". Se siguió aplaudiendo y sacó a Ortega que tampoco venía a cuento.
Una vez hecho el paripé, se continuó aplaudiendo y miraron desconcertados al tendido y ya fue cuándo Álvaro salió medio tapado, pidiendo permiso y saludó en el tercio casi sin salir del burladero y se llevó la ovación.
Por otro lado comentas irónicamente que se fue muy comprensivo con Talavante. No te falta razón, pero se le protestó en su tercero y se le pitó al abandonar el ruedo, seguramente viéndolo en la televisión te taparían los pitos y la bronca final.
Con un público de claveles y lleno de chavales bebidos esperando emborracharse de toreo, las protestas de los aficionados cabales se diluyen.
Un saludo.
Le agradezco mucho en mi nombre y en el de los demás lectores estos apuntes que nos proporciona y que solo se apreciaron in situ.
EliminarYo estaba convencido de que se iba a obligar a saludar a De la Calle pero cabe la posibilidad de que los que pretendían eso vieran cómo se unían los que a quien querían aplaudir era al hijo pródigo.
Los pitos de que me habla durante la faena sonaron aísladísimos y por supuesto que en televisión algo debieron de hacer con el sonido ambiente al final porque cuando se retiraba parecía que lo hacía sólo entre aplausos.
Y eso que dice de la abundancia de chavales bebidos... qué mal ¿no?
Saludos
Es la deriva que han tomado los viernes en los últimos años.
EliminarLa empresa pone carteles con las figuras el viernes y llena la plaza de chavales jóvenes que quieren ver una PG de la figura del momento.
La mayoría de ellos son público ocasional, se calientan en la previa en los bares de la zona e incluso hacen hasta botellón dentro del propio tendido.
A la salida montan en las terrazas del 6 y el 7 unas verbenas con música altísima en directo y se llena de gente joven.
Cuándo yo salí de la plaza ayer mismo, había hasta seguridad privada en los accesos y cola para entrar a la plaza.
Con éste panorama, medimos mucho las protestas y los pitos, en los últimos años se han tenido varios encontronazos serios con gente bebida que no tolera que se proteste el destoreo, la colocación, el torear fuera de cacho ...todas estas cositas que si eres simple público y se suma el agravante de la alcoholemia, te molestan porque tu has ido a jalear a tu torero y nada más.
En fin, qué le voy a contar ...
Pues vaya panorama...
EliminarBuenas Rafa .
ResponderEliminarSi esto es lo que tiene que demostrar Talavante mal vamos , para eso no hace falta volver . Por otro lado habrá que ver la evolución del encaste Domecq durante la feria pero por lo visto hasta el momento no me desagrada , tal vez los 5 años les sienten bien , aunque los toreros supongo pensarán al revés .
Saludos
Correcto, eran dos corridas que a mí me daba una pereza inmensa verlas. Me obligué para hacer la crónica en el bloc y han terminado sorprendiéndome favorablemente.
EliminarNo así a las figuras ni a sus corifeos triunfalistas que verán con preocupación que su elenco ganadero se reduce todavía más porque donde tendría que aparecer la ternera de momento no está saliendo.
Saludos
¿Están saliendo corridas de Domecq mas interesantes que las de otros encastes o solo me lo parece a mi?
ResponderEliminarInteresantes para el aficionado no orejil pero preocupantes para el mundillo. Saludos.
EliminarA eso me refería
EliminarRoca ya está empezando a matar mal. Cuartea más que antes y de hecho las estocadas le están comenzando a caer peor. ¿Se debe a que ahora lo lleva Roberto Domínguez? Fue bajo este apoderado que el Juli degeneró en la suerte suprema.
ResponderEliminarPedro Páramo.
Pues no lo sé pero estaré atento a cuando comparezca para examinar esa circunstancia que usted apunta. Saludos.
EliminarMenos mal, estaba preocupado.
ResponderEliminarAl lío, pues a mí me encantó Talavante. En su primero y en su segundo. Compás cerrado, talones apoyados, vertical, toreando en una baldosa y cargando la suerte. Ese es el toreo de Madrid y el mío.
El toreo es un pasodoble, agarrado, arrimado y en poco espacio. A ustedes les gusta el cha-cha-cha. Unos pases aquí otros allá. Y otros acullá. En fin.
Sobre Ortega, sin novedad. La lotería no toca todos los días. Yo seguiré jugando.
Saludos.
Respecto a Talavante solo puedo decir que en su primera faena deslumbra la sensación de que ese hombre conoce el secreto del lugar y la distancia, del movimiento templado, de la seda y el oro. Para la primera serie por la izquierda cuando le toca la muleta y empieza más suave un poquito más arriba y da 6 naturales más. Alejandro parece que dominase el tiempo y el espacio. No he visto nada igual desde Einstein.
ResponderEliminarClaramente esto va de dioses y héroes.